Cuando el cielo invade la Tierra Bill Johnson

Cuando el cielo invade la Tierra - Bill Johnson Las sumisión es la clave del triunfo personal. Nuestra principal batalla en la guerra espiritual...

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Cuando el cielo invade la Tierra - Bill Johnson Capitulo 14

GUERREAR PARA INVADIR El verdadero cristiano es un combatiente de la realeza. Es aquel al que le encanta entrar en la contienda con toda su alma y tomar cautiva la situación para el Señor Jesucristo.

Hace demasiado tiempo que la Iglesia juega a la defensiva en la batalla por las almas. Nos enteramos de lo que alguna secta o algún partido político está planeando hacer y reaccionamos creando estrategias para contrarrestar los planes del enemigo. Formamos comités, las juntas directivas discuten el asunto y los pastores predican contra lo que el diablo está haciendo o piensa hacer. Puede ser que esto lo sorprenda, pero a mí no me importa lo que el diablo piensa hacer La Gran Comisión me pone en la ofensiva. Yo tengo la pelota. Y si la llevo bien, lo que él planee no tendrá importancia. Imagine un equipo de futbol americano reunido en el campo de juego. El entrenador indica la jugada, y el mariscal de campo se comunica con sus compañeros de ataque. A los costados están los jugadores de ataque del equipo contrario. El mariscal de campo de ese equipo está alineado fuera del campo con sus compañeros, pero no tienen el balón, ni están en el campo de juego. Ahora, imagine que los jugadores que verdaderamente están atacando, se distraen por las acciones intimidatorias de los atacantes del otro equipo. Engañado por sus trucos, el mariscal de campo sale corriendo del campo de juego, presa del pánico, para informar al entrenador que será mejor que ponga a la defensa en el campo, porque el otro equipo está por implementar una jugada sorpresiva. Por lo tonto que parezca, esto es lo que hace gran parte de la Iglesia actualmente. Satanás revela sus planes para ponernos a la defensiva. El diablo ruge, y nosotros actuamos como si nos hubiera mordido. Detengamos esta tontería y dejemos de alabar al diablo con interminables discusiones sobre “lo que anda mal en el mundo a causa de él”. Nosotros tenemos el balón. Los que nos antecedieron, observan con entusiasmo el equipo ofensivo que ha sido puesto en el campo. El potencial superior de esa generación no tiene nada que ver con que nosotros seamos buenos, pero sí tiene todo que ver con el Plan del Maestro que nos ubicó en un punto de la historia. Debemos ser la peor pesadilla del diablo.

Por qué Satanás deja que se filtren sus secretos Sinceramente, creo que Satanás permitirá que sus estrategias lleguen a nuestro conocimiento para que actuemos en consecuencia. A Satanás le gusta tener el control. Y tiene el control cuando no lo tenemos nosotros. Las reacciones provienen del miedo. No tenemos por qué estar “aguantando” hasta que Jesús venga! Somos un cuerpo de personas vencedoras que han sido compradas pro la sangre, llenas del Espíritu y enviadas por Dios mismo para que todo lo que Él ha hablado se cumpla. Cuando planificamos basándonos en los planes del diablo,

Cuando el cielo invade la Tierra - Bill Johnson automáticamente nos revestimos de mentalidad equivocada. Estas actitudes incorrectas pueden convertirse precisamente en las fortalezas de pensamiento que invitan a un asalto lícito desde el infierno. Como tales, nuestros temores se convierten en profecías auto cumplidas.

Los secretos bíblicos de la guerra La guerra espiritual es inevitable. No tener en cuenta esta verdad no la hará desaparecer. Por lo tanto, debemos aprender a batallar con autoridad sobrenatural. Con frecuencia pasamos por alto los siguientes principios: 1. “Cuando el faraón dejó salir a los israelitas, Dios no los llevó por el camino que atraviesa la tierra de los filisteos, que era el más corto , pues pensó: -Si se les presentara batalla, podrían cambiar de idea y regresar a Egipto” Éxodo 3:17 NVI Dios sabe cuánto podemos soportar en nuestro estado actual. Él nos aparta de cualquier guerra que podría hacernos volver y abandonar nuestro llamado. Esto implica que solo nos lleva a las batallas que estamos preparados para ganar. El lugar más seguro en esta guerra, es la obediencia. En el centro de su voluntad, encontraremos solo las situaciones que estamos preparados para ganar. Fuera de ese centro, muchos cristianos caen, ya que enfrentan presiones que no les corresponden porque ellos mismo se las han infligido. La voluntad de Dios es el único lugar donde es seguro estar. 2. “Dispones ante mí un banquete en presencia de mis enemigos” Salmo 23:5 NVI A Dios no le intimidan en lo más mínimo las payasadas de Satanás. De hecho, Dios desea tener comunión con nosotros delante de los mismo ojos del diablo. La intimidad con Dios es nuestro punto fuerte. Nunca permita que nada lo distraiga de esa fuente de fortaleza. Muchos se dedican a la guerra demasiado intensamente para su propio bien. Tal intensidad con frecuencia implica demostraciones de fortaleza humana, no de gracia. Elegir esta mentalidad de “guerra intensa” nos hace apartarnos del gozo y la intimidad con Dios. Es una indicación de que nos hemos apartado de nuestro primer amor: Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor. Apocalipsis 2:4 NVI. La intimidad que Pablo disfrutaba con Dios le permitió decir desde una cárcel romana infestada de demonios: “Alégrense siempre en el Señor. Insisto: Alégrense!” 3. “… sin temor alguno a sus adversarios, lo cual es para ellos, señal de destrucción. Para ustedes, en cambio, es señal de salvación, y esto proviene de Dios.” Filipenses 1:28 NVI Cuando nos negamos a temer, el enemigo queda aterrado. Un corazón seguro y confiado es una señal indubitable de su final destrucción y de nuestra actual victoria. No tema… jamás! Retorne a las promesas de Dios, pase tiempo con personas de fe y anímense unas a otras con los testimonios de Señor. Alaben a Dios por ser quien es hasta que el temor ya no golpee a su puerta. Esto no es optativo, porque el temor abre la puerta para que el enemigo mate, robe y destruya. 4. “Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo y el huirá de ustedes” Santiago 4:7 NVI

Cuando el cielo invade la Tierra - Bill Johnson Las sumisión es la clave del triunfo personal. Nuestra principal batalla en la guerra espiritual no es con el diablo, sino contra la carne. Someternos a dios hace que los recursos del cielo estén a nuestra disposición para una victoria permanente, cumpliendo así lo que ya fue obtenido en el Calvario.

5. “… y las puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra ella” Mateo 16:18 NVI Dios no me dejó aquí en el planeta Tierra para que permanezca escondido esperando el regreso de Jesús. Debo ser un “agregado militar” del cielo. Iglesia debe atacar. Por eso, las puertas del “reino de la muerte” [infierno; lugar de gobierno y fortaleza demoníaca] NO PREVALECERÁN contra la iglesia. 6. “El SEÑOR hizo que su pueblo se multiplicara; lo hizo más numeroso que sus adversarios, a quienes trastornó para que odiaran a su pueblo y se confabularan contra sus siervos” Salmos 105:24-25 NVI Primero, Dios nos hace fuertes, y luego atiza el odio del diablo contra nosotros. Por qué? NO es porque le guste crear problemas para su Iglesia. Es porque le gusta ver al diablo vencido por aquellos que fueron hechos a la imagen de Él, que tienen una relación de amor con Él por decisión propia. Somos aquellos en quienes Él ha delegado su autoridad. Él se deleita en ver cómo cumplimos el triunfo de Jesús: “… para que se cumpla en ellos la sentencia escrita. Ésta será la gloria de todos sus fieles!” Salmos 149:9 NVI 7. “Que canten de alegría los habitantes de Selá, […]. El SEÑOR marchará como guerrero; como hombre de guerra despertará su celo. Con gritos y alaridos se lanzará en combate, y triunfará sobre sus enemigos”. Isaías 42: 11, 13. Nacimos en guerra. No hay descansos ni vacaciones, ni licencias. El lugar más seguro para estar es en el centro de la voluntad de Dios, el lugar de profunda intimidad con Él. Allí, Él solo permite que lleguen a nuestra vida las batallas que estamos preparados para ganar No solo es el lugar más seguro, sino el más gozoso para cada creyente. Fuera de la intimidad, es muy posible que nos perdamos el acontecimiento más importante del mundo. Ese es el tema del próximo capítulo.