EL GOZO DE TRABAJAR EN EQUIPO Ef. 4:1 al 16

1.- DIOS TIENE UN PLAN (“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro...

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EL GOZO DE TRABAJAR EN EQUIPO Ef. 4:1 al 16

Extraeremos conceptos del libro “LA IGLESIA COMO EQUIPO” de Wayne CORDEIRO para el análisis de este tema.

INTRODUCCIÓN:

Los argentinos, al igual que muchos latinoamericanos, nos hemos caracterizado por trabajar detrás de grandes caudillos que nos han llevado a limitar el desarrollo de la sociedad y muchas veces eso se ha trasladado a las iglesias locales en donde la actividad depende del personalismo de un individuo fundamentalmente.

Pero eso no es lo que la Palabra de Dios nos refiere, sino que se nos habla de la Iglesia como un cuerpo en donde el desarrollo armónico depende fundamentalmente del trabajo de todos nosotros para lo cual cada uno de nosotros ha sido capacitado especialmente por Dios con dones.

De este cuerpo solamente una persona merece un posición dominante sobre todo el organismo en funcionamiento, el cual es solamente es Cristo Jesús.

Los personalismos han debilitado mucho al cuerpo de Cristo ya que si el desarrollo de un cuerpo depende que todo pase por la opinión de una sola persona, esto forma un cuello de botella que enlentece la circulación de la “toma de decisiones”.

Además una persona sola trabajando nuca podrá tener un Gran desarrollo en lo que hace pues el “trabajo en Equipo es superlativamente superior al del individualismo. Así la Biblia ya lo dice “Un cordón de tres dobleces no se rompen fácilmente.

Alguien dijo que: “Si yo tengo una buena idea, y tú tienes una buena idea, ¿cuántas ideas tiene cada uno de nosotros? Una. Pero si yo comparto mi idea contigo y tú compartes la idea conmigo, ¿cuántas ideas tiene cada uno?... ¡Dos!.

ES MUCHO MÁS ENRIQUECEDOR TRABAJAR JUNTOS. Además nunca nos empobreceremos por compartir... “Nunca disminuyes la luz de tu vela por encender la del otro”.

Siempre tenemos que estar dispuestos a enriquecernos con la posición de otra persona y no creer que nos sabemos todas las cosas. Se cuenta que el fundador del arte marcial del Judo Jigoro Kano, a pesar de tener el último “dan” con el cinturón negro, cercano a la muerte hizo una última petición a sus estudiantes. Él pidió que lo enterraran vistiendo un cinturón blanco, símbolo del que recién empieza a estudiar esta disciplina, un aprendiz.

Hemos realizado el taller de trabajo en la iglesia que lleva el mismo nombre que el de este sermón y es totalmente distinto si todos fuéramos “Directivos”, “Analíticos”, “Expresivos” o “Afables”... ¡Qué terrible que sería! Pero qué enriquecedor y necesario es cuando todas estas personalidades se manifiestan en el cuerpo espiritual de Jesucristo, su Iglesia.

Existen innumerables ejemplos de la importancia de trabajar en equipo. Una canoa nunca se desplazará mejor que si todos reman coordinadamente juntos... Ningún goleador de un equipo de fútbol sería una figura si no fuera por el equipo que lo apoya para que lo anote... Ningún corredor campeón de Fórmula 1 llegaría al podio si no existiera un nutrido equipo que lo apoye en el mantenimiento de su auto veloz o en el diseño estratégico de la carrera que le asesoran por radio...

Dios nunca nos habría dado la Gran Comisión de ir y predicar el Evangelio si jamás hubiera tenido “in mente” de que avancemos en esta tarea. Pero esta gran tarea jamás la podremos desarrollar solos...

Ningún pastor puede por sí solo llevar a cabo la tarea de evangelizar y enseñar, sin un cuerpo eclesiástico que lo secunde, por más superdotado que éste sea... Aún los misioneros dependen de toda una infraestructura que lo apoya cuando está viajando en su tarea misionera.

Pocas cosas le son más agradables a Dios, nuestro Padre Celestial que ver a sus hijos sirviendo y trabajando juntos en armonía (Sal. 133) y, cuando lo hacen unidos en amor (Ef. 4:2 y 16) es como una Sinfonía a sus oídos (1ª Co. 13)... Pero cuando lo hacemos con odios y contiendas somos un conjunto de cacerolas rechinantes...

Somos una Sinfonía completa bajo la magistral dirección del Gran Director que sonará infinitamente superior a que si egoístamente queremos hacer la obra musical solo nosotros por más virtuosos que seamos.

Siempre que el trabajo se deteriore bajo un espíritu de división, no debemos olvidar que detrás de todo eso está manejando nu estras emociones como perverso titiritero, Satanás que Jesús dijo que “Ha venido para hurtar, matar y destruir” y de quien “No debemos ignorar sus maquinaciones”... Y EN VERDAD ES QUE MUCHAS VECES VIVIMOS NUESTRO SERVICIO CRISTIANO COMO GRANDES IGNORANTES DE ESAS MAQUINACIONES.

1.- DIOS TIENE UN PLAN (“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca” Jn. 15:16).

Dios nos ha puesto en un tiempo y lugar para que crezcamos y nos desarrollemos y cumplamos la tarea que él nos ha encomendado... No somos obra de la casualidad de este universo...

“De un solo hombre hizo (Dios) todas las naciones para que habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios” (Hch. 17. 26 N.V.I.).

“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ella” (Ef. 2:10).

Plan...

Como hemos estudiado en los Encuentros Bíblicos Caseros, el Plan Eterno de Dios ha sido revelado a sus hijos a través de su Palabra y somos parte de ese

Solo tenemos una vida para vivir para Cristo Jesús en la tierra... ¡Invirtámosla sabiamente!.

Viajamos en un crucero de lujo llamado Tierra que viaja a 9.600 km/h... Nuestra vida pasa como un relámpago delante de nuestros ojos… Si tomáramos la eternidad como una larga soga que se pierde por ambos extremos en el horizonte lejano de manera infinita, nuestra vida equivaldría a hacer una marca con una fibra en algún lugar de esa cuerda...

Por algo el salmista dice “que la vida es tan pasajera como una sobra (Sal. 144:4) y que el paso de nuestros años no más que “un pensamiento” (Sal. 90:9). Incluso Santiago afirma que nuestra es como una “neblina” que desaparece de un día para el otro (Stg 4:14).

A pesar de la transitoriedad de esa vida, muchas veces nos aferramos a ella como si fuera para siempre y sólo nos damos cuenta de la realidad de la eternidad que pasaremos delante de la presencia de Dios, ya sea que lo hagamos en los cielos o en el infierno, cuando estamos enfrentando a la muerte...

Si llevarnos al cielo hubiera sido la única razón por la cual Dios te salvó, entonces en el momento de haberle recibido como nuestro Salvador, Dios nos hubiera matado. ¿Para qué tenernos aquí continuando pecando? Su obra hubiera estado completa...

Pero llevarte a gozar de los cielos en la eternidad, no es la única razón por la cual Dios nos salvó. No se trata de nosotros si no lo que Dios quiere hacer a través de nosotros.

Es fácil distraerse en este mundo de tantas opciones y distracciones. Podemos vivir durante cien años o más pero terminar no cumpliendo con el propósito por el cual Dios nos creó...

Es como si estuviéramos estudiando en la escuela o en la universidad y tuviéramos que preparar una monografía o un estudio sobre un tema en especial sobre Geografía; luego de hacer un gran trabajo de investigación en la biblioteca y de muchas oras sin dormir, nos presentáramos al examen y nos dijeran: ¡Buena investigación, buena ilustración, maravillosa bibliografía! ¡¡¡TAREA EQUIVOCADA PUES ERA SOBRE MATEMÁTICAS!!! Clasificación “0”.

Así puede pasarnos cuando estemos en la presencia del Señor y le oigamos decir: “¡Linda casa, buen trabajo, buen estado físico, buen salario conseguido! CLASIFICACIÓN “0”... TAREA EQUIVOCADA.

Esto también puede ocurrir en las iglesias locales, como lo hizo con las iglesias del Asia Menor a través de Juan en el libro de Apocalipsis (Esmirna, Laodicea, Sardes, Filadelfia, etc.), en que el Señor nos pueda clasificar “Gran programa de edificación del templo, buena actividad soc ial, buen bautisterio, buenas actividades recreativas” CLASIFICACIÓN “0”... TAREA EQUIVOCADA.

Cuando lleguemos a los cielos habrá cosas maravillosas. Calles de oro, mar de cristal, puertas hechas del nácar de las perlas, coros angelicales... pero nunca más habrá un no cristiano. Por el resto de la eternidad, jamás tendremos la oportunidad de compartir las Buenas Nuevas.

2.- ¿SIRVIENDO EN UNA IGLESIA CRUCERO O ACORAZADO?

La iglesia puede funcionar como una nave que funciona como un ACORAZADO DE GUERRA (estamos en guerra espiritual según Ef. 6) donde cada uno sabe exactamente cuál es su rol, donde cada uno tiene su función, una responsabilidad, y un propósito para cumplir allí...

O podemos ser un GRAN BARCO CRUCERO en donde 450 personas perezosas disfrutan del tostarse a la luz del sol, descansando al lado de una piscina y comiendo hasta asquearse mientras 40 personas trabajan denodadamente para mantenerlos felices.

Muchas personas se niegan a usar del don que el Señor les ha dado según hemos leído en el pasaje de Efesios, porque aluden estar muy heridos o estar elaborando u duelo interminable de algo que sucedió en el pasado, despreciando la promesa de Dios que somos NUEVA CRIATURA EN CRISTO JESÚS, QUE TODAS LAS COSAS VIEJAS PASARON Y HE AQUÍ SON TODAS HECHAS NUEVAS (2ª Co. 5:17).

Pero aunque los dolores del pasado se hicieran presente en tu mente, Dios nos dice que “A los que amamos a Dios todas las cosas nos ayudan para nuestro bien, los que conforme a su propósito hemos sido llamados” (Ro. 8:28)... Dios usará tus experiencias negativas para completar tu diseño...

¿Qué has aprendido cuando fuiste herido? ¿Te han servido para hacerte más compasivo hacia otros en situaciones similares?... DIOS NUNCA DESPERDICIA UNA HERIDA. Sal. 56:8 dice “Mis huidas tú has contado; pon mis lágrimas en tu redoma; ¿no están ellas en tu libro?”.

Él recuerda cada una de tus lágrimas y las circunstancias en las que las derramaste y las usará para tu bien... Algunos piensan en su infancia y en la manera en la que fueron criados y que por causa del pasado les será imposible tener éxito en el mundo... Sin embargo consideremos algunos ejemplos de lo que otras personas pudieron hacer...

Uno de ellos no habló hasta los 4 años de edad y no leyó hasta que tuvo 7. Uno de sus maestro lo rotuló de “mentalmente lento, no sociable y a la deriva en sus tontos sueños”. Su nombre era Albert Einsten...

De otro alumno uno de sus maestros le dijo “Es demasiado estúpido para aprender algo”. Se llamaba Thomas Edison...

De otro individuo se sabe que estuvo en la bancarrota varias veces y fue despedido por el editor de un periódico local por una aparente “falta de ideas”. El hombre despedido se llamaba Walt Disney...

Solo por mencionar otro más, este reprobó 6to. Grado y sufrió toda una vida de contratiempos y derrotas. Finalmente en su ancianidad se convirtió en Primer Ministro de Inglaterra. Se llamaba Winston Churchill.

CONCLUSIÓN:

Siempre existen razones para que no sirvamos a Dios en nuestras vidas ya sea por causas externas o internas para que sirvamos deficientemente o no sirvamos con nuestros dones en la edificación de la Iglesia de Cristo.

Nos limita muchas veces que creemos que nada somos y que nada significamos o que nos han herido tanto en la vida que somos inservibles. Y si servimos, lo hacemos con tanto egoísmo pensando en nuestras necesidades que terminamos dividiendo la iglesia según nuestra conveniencia.

Justo antes del arresto que llevaría a Jesús a la cruz, Él pronunció una oración vital para la Iglesia que fundó. Él pidió al Padre Celestial: “para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste” (Jn. 17:21. V.R.V.).

A menudo como cristianos constantemente le pedimos a Dios que conteste nuestras oraciones. No hay nada malo en todo eso; Dios nos enseña que debemos llevar a Él nuestras súplicas delante de su presencia, y es algo que le agrada (1ª Ti. 2:1 al 3)...

ÉL nos invita a orar y es muy fiel en responder conforme a su Voluntad. Pero al leer este versículo de Jn. 17: 21 deberíamos hacernos esta pregunta: “¿No sería bueno que, aunque sea una sola vez, nosotros respondiésemos a una de SUS oraciones?”.

¡S.D.G!

BIBLIOGRAFÍA:

1.- “LA IGLESIA COMO EQUIPO” de Wayne CORDEIRO. Ed. Betania.

Rubén Salcedo