LA EVALUACIÓN DE LA EFICACIA ORGANIZACIONAL COMO INDICADOR

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LA EVALUACIÓN DE LA EFICACIA ORGANIZACIONAL COMO INDICADOR DEL GRADO DE AJUSTE ORGANIZATIVO Roberto Escuder Vallés - [email protected] Manuel Méndez Martínez - [email protected] Salvador Méndez Martínez [email protected] Universitat de València

Reservados todos los derechos. Este documento ha sido extraído del CD Rom “Anales de Economía Aplicada. XIV Reunión ASEPELT-España. Oviedo, 22 y 23 de Junio de 2000”. ISBN: 84-699-2357-9

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La evaluación de la eficacia organizacional como indicador del grado de ajuste organizativo Escuder Vallés, Roberto. [email protected] Departamento de Economía Aplicada Universidad de Valencia. Méndez Martínez, Manuel. [email protected] Departamento de Dirección de Empresas Universidad de Valencia. Méndez Martínez, Salvador. [email protected] Departamento de Economía Aplicada. Universidad de Valencia. Palabras clave: ajuste organizativo, fit, eficacia organizacional Área temática: F.1. Organización Empresarial Resumen

El objeto del enfoque contingente es la comprensión del funcionamiento de las organizaciones bajo diversas condiciones o contingencias para, a partir de ahí, establecer los diseños estructurales y las acciones directivas más adecuadas en cada caso. Se debe alcanzar una congruencia entre el diseño de una organización y los factores de contingencia para un buen funcionamiento de la organización. Por ello, cabe formular la hipótesis de consistencia ampliada o de configuración extendida: la organización efectiva requiere un adecuado ajuste entre las variables de diseño y entre éstas y los factores de contingencia. El concepto de ajuste, fit o congruencia es un concepto clave en la literatura sobre organización de empresas. Nosotros observamos el paralelismo existente entre los constructos de eficacia de la organización y grado de ajuste organizativo de esta. Aportar indicadores sobre el grado de ajuste conseguido por la organización en la búsqueda de un mejor desempeño es un elemento necesario en aras de poder desarrollar una metodología que nos permita efectuar comparaciones entre las organizaciones en base a criterios objetivos.

La variedad de concepciones sobre la

organización y la eficacia organizacional nos

permite comparar el concepto de ajuste

organizativo con el de eficacia organizacional, comprendiendo las analogias existentes entre ambos conceptos y

evaluando la posibilidad de equiparar la eficacia de la

organización con el fit alcanzado por esta en sus componentes.

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Introducción.

La investigación tradicional en estructura organizativa está estrechamente vinculada a la sociología. Esta corriente clásica se centra en el estudio de dimensiones estructurales tales como la centralización, formalización o diferenciación. El punto de partida de estos estudios sobre la organización es que el análisis estructural no puede ser realizado sobre una serie de dimensiones independientes, sino que es necesario considerar conjuntos combinados

de variables, tanto internas como externas, que

caracterizan las actividades y el desarrollo organizativo (Hall, 1996).

Como respuesta a estos problemas, surge una corriente de pensamiento organizativo que se ha denominado enfoque contingente. El problema central de la teoría de las contingencias (Lawrence y Lorsch, 1967) gira en torno a la explicación de las

características

internas

de

las

organizaciones

en función de determinadas

circunstancias ambientales. El supuesto básico de esta teoría consiste en que cada organización tiende a desarrollar una pluralidad de tareas que la obligan a estar en contacto con una pluralidad de entornos. La naturaleza de estos es decisiva para la determinación de las características internas de las subunidades organizativas que desarrollan tareas específicas. Estas diferencias existentes entre los ambientes de tareas tienden a producir un proceso de diferenciación dentro de la organización, esto es, las estructuras,

valores

y

orientaciones

de

las

subunidades

se

ven

fuertemente

condicionados por las diferentes circunstancias que enfrentan las subunidades, los que, a su vez, fuerzan la existencia de diferencias de tipo organizativo entre las subunidades. En definitiva, el entorno de la organización determina en gran medida el diseño de la organización, estando la dirección fuertemente influenciada en sus decisiones por los factores condicionantes antes mencionados.

Por lo tanto, el objeto de esta escuela es la comprensión del funcionamiento de las organizaciones bajo diversas condiciones o contingencias para, a partir de ahí, establecer los diseños estructurales y las acciones directivas más adecuadas en cada caso (De la Fuente, 1994). En efecto, oponiéndose a las escuelas clásicas, los autores de ésta escuela creen que no hay un modo óptimo de organizar, rechazando que se puedan establecer generalizaciones universalmente válidas para todas las organizaciones acerca de cómo deben ser dirigidas. Por otro lado, señalan que no todas las formas de

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organización son igualmente eficientes sino que matizan la respuesta al problema organizativo afirmando que este depende de determinadas variables relativas a la situación o contingencias. Lawrence y Lorsch (1987: 33) afirman que "diferentes condiciones externas requerirán diferentes características de organización y modelos de comportamiento dentro de una organización eficaz". En definitiva, no existe una única manera de organizar bién; por el contrario, las organizaciones necesitan ser sistemáticamente adecuadas a las condiciones ambientales. Podemos enunciar,pues, tres proposiciones fundamentales de la teoría de las contingencias:

1. La organización es de naturaleza sistémica: es un sistema abierto. 2. Las variables organizativas presentan complejas interrelaciones entre ellas y, a su vez, con las variables ambientales. 3. La estructura interna de la organización representa un conjunto combinado de tres tipos

de

relaciones:

organización-ambiente,

grupo-grupo,

e

individuo-

organización.

Bajo el enfoque contingente se pone de manifiesto, pues, la no-existencia de un diseño organizativo óptimo para la organización. Por ejemplo, las organizaciones con metas muy previsibles funcionan mejor con una estructura fuertemente burocrática. En cambio, las organizaciones con metas mas inciertas funcionan de modo mas efectivo con

una

estructura

organizativa

menos

rígida,

promoviendo

mayor

nivel

de

descentralización.

La contribución innovadora de Lawrence y Lorsch reside en haber señalado que tanto el nivel de diferenciación como el estado de integración dependen del grado de diversidad de los ambientes en los que se desarrollan las distintas tareas organizativas. En 1977, Lorsch propuso la denominación de enfoque situacional en lugar de contingente por dos razones: la posibilidad de confundir el término contingencia con ideas relativas a planes de contingencia para sucesos futuros no predecibles, y en segundo lugar, por el hecho de que otros autores desarrollan formulaciones teóricas similares bajo otras denominaciones. Mediante el término situacional se pretende agrupar a todas éstas teorías además del enfoque contingente. El enfoque situacional, tal y como lo concibe Lorsch, relaciona el diseño de las organizaciones con las características del entorno y las humanas de los componentes de la organización. El

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enfoque contingente o situacional, a la vista de lo expuesto, plantea el estudio del proceso de administración de tal modo que la planificación, la organización y el control serán diseñados teniendo en cuenta en cada caso y en cada momento las condiciones del entorno para, de ésta manera, hacer más efectivo dicho proceso.

En definitiva, la idea primordial que sustenta esta escuela de investigación es que “no existe una forma óptima de organizar, sino que toda organización que desee ser eficiente debe procurar la congruencia entre los diversos niveles que la afectan: psicosocial

(individuos

y

grupos

en

interacción),

estructura

y

procesos

internos

(especialización, coordinación y sistemas de información, planificación y control), contexto organizativo (edad, dimensión, tecnología y dependencia) y entorno” (Robbins, 1987).

Por lo tanto, es necesaria una congruencia entre el diseño de una organización y los factores de contingencia, lo que se define como hipótesis de congruencia (Peris et al. (1995:89)1 . Esto quiere decir que la organización de éxito diseña su estructura adaptándola a la situación (Mintzberg, 19842 :259). Sin embargo, es necesario también un ajuste o fit entre las propias variables estructurales de la organización, lo que se define como hipótesis de consistencia.

Ampliando estas consideraciones, cabe formular lo que Mintzberg (1984) denomina hipótesis de consistencia ampliada o de configuración extendida: la organización efectiva requiere un adecuado ajuste entre las variables de diseño y entre éstas y los factores de contingencia. Esta hipótesis sostiene que el éxito de una organización no depende del uso de una determinada variable de diseño, sino de la combinación de las más adecuadas (Khandwalla, 1971)3 y del ajuste entre éstas y sus factores contingentes. En definitiva, el enfoque contingente se basa en establecer relaciones contingentes del tipo si---entonces, donde el condicionamiento es la variable independiente y el efecto es la variable dependiente de ésta relación funcional, con lo que muchas de las posibles relaciones no han sido comprobadas empíricamente y se muestra como un campo propicio para la investigación dadas las cambiantes circunstancias del entorno actual. 1

Esta hipótesis afirma que la organización necesita el ajuste adecuado entre los parámetros o variables de diseño y los factores de contingencia 2 Edición original de 1979.

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Ha habido un gran avance en el conocimiento de las organizaciones desde el punto de vista del enfoque contingente. Los conceptos aportados para la obtención por parte de la organización de un grado de ajuste óptimo has servido como base para el desarrollo de nuevas aportaciones teóricas. Muchos de estos avances se han fundamentado en la aportación de modelos generales que permitan una evaluación de los diferentes elementos componentes que configuran las organizaciones4 . Así, Galbraith (1977) afirma que la organización consiste en la estructura, los procesos que cortan las líneas estructurales como presupuestación, planeación, equipos y otros, sistemas de recompensas, como promociones y compensación, y finalmente prácticas relacionadas con las personas tales como selección y desarrollo. En el desarrollo de su modelo, Galbraith concluye que es necesario el cumplimiento de una serie de premisas para la obtención de la eficacia organizativa. Dichas premisas se pueden plasmar en:

-

El concepto de organización supone un conjunto de componentes que exceden el concepto de estructura.

-

Los elementos componentes de la organización deben de llegar a un grado de ajuste satisfactorio.

-

La organización eficaz es aquella que configura su estructura, prácticas directivas, sistema de recompensas, y prácticas de gestión de personal de modo tal que se consiga un encaje o ajuste con la ejecución de la estrategia de la empresa.

La investigación de los últimos años ha arrojado alguna evidencia sobre este último punto, permitiendo observar, por ejemplo, que algunas estrategias empresariales muestran mas éxito que otras en determinados sectores industriales, confirmando que parte de la causa de esto radica en el adecuado diseño organizativo adoptado por las empresas eficaces5 . Por lo tanto, existe la necesidad de contemplar el proceso de diseño de la organización como la herramienta en manos de la dirección para poder generar en la organización las condiciones necesarias, en todos y cada uno de sus componentes, que permitan obtener el ajuste necesario con la estrategia adoptada y, a su vez, con los 3 4

Citado por Mintzberg (1984:257-258). Waterman, Peters y Phillips (1980), Nadler y Tushman (1988)

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Según DiMaggio y Powell (1983), autores exponentes del denominado enfoque institucional, el diseño de organizaciones no es un proceso puramente racional, sino el resultado de las diversas presiones externas e internas que hacen que las organizaciones inmersas en un entorno se parezcan unas a otras,

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factores contingentes. De este modo, la organización se encontrará en una situación excelente para ser eficaz y, en la medida de lo posible, eficiente (Powell, 1998).

El concepto de ajuste en el diseño de la organización

El concepto de ajuste, fit o congruencia es un concepto clave en el Diseño Organizativo (Galbraith y Kazanjian, 1986: 108). Dando una somera definición del concepto de fit, este se refiere, con carácter general, a la necesidad de coherencia entre los componentes de un sistema para el buen funcionamiento del mismo. Dicho de otro modo, grado en que los componentes de un sistema encajan entre sí de una forma coherente o consistente. El concepto de ajuste es un concepto general para describir el nivel de congruencia o coherencia entre los elementos de una organización, tanto aquellos sobre los que decide la dirección como aquellos otros sobre los que no se tiene una clara capacidad de influencia (De la Fuente et al., 1997: 51-52).

Exponemos en el siguiente cuadro algunos de los principales autores que han realizado importantes aportaciones al concepto de ajuste o fit desde diferentes visiones teóricas.

Teoría de la organización

Lawrence y Lorsch (1967)

Diseño Organizativo

Galbraith (1977), Galbraith y Kazanjian (1986), Nadler y Tushman (1988)

Dirección Estratégica

Waterman, Peters y Phillips (1980), Waterman (1982), Miles y Snow (1978)

Adaptado de De la Fuente et al. (1997) El concepto de fit se ha utilizado en la literatura para: 1. analizar y explicar el éxito de la organización en su conjunto, 2. examinar la consistencia de las decisiones estratégicas de la dirección, y 3. estudiar la consistencia de las decisiones de diseño organizativo.

Los principales autores de cada ámbito de aplicación del concepto de ajuste junto con sus ideas se resumen en el siguiente cuadro: denominándose a este fenómeno isomorfismo institucional (Hall, 1996: 315). 7

Global Concepto ajuste

de Entre los distintos componentes de la organización como un todo y con el contexto

Estrategia

Diseño Organizativo

Entre la estrategia y el contexto así como la coherencia entre los tipos de estrategias

Entre variables de diseño estructurales y de procesos. Entre todas estas y las variables de contexto. Tareas Procesos Estructura Entorno Tamaño Tecnología Identidad Organización Edad Galbraith (1977), Galbraith y Kazanjian (1986), Nadler y Tushman (1988)

Componentes

Estrategia Estructura Sistemas Personas Estilos de dirección Capacidades Cultura organizativa

Estrategia Global Estrategia de Negocio Estrategia Funcional

Autores

Waterman, Peters y Phillips (1980), Waterman (1982), Miles y Snow (1984)

Venkatraman y Camillus (1984), Venkatraman (1989), Newport, Dess y Rasheed (1991)

Adaptado de De la Fuente et al. (1997).

Definiciones de tipos de ajuste:

1. Ajuste estratégico: Cuando la estrategia elegida es congruente o consistente con el entorno existente, con la situación interna de la organización y con la misión y objetivos definidos. Además, es necesaria una consistencia interna entre los distintos niveles de estrategia para que el ajuste se produzca.

2. Ajuste en el diseño organizativo: Vinculado a la implantación de la estrategia, hace referencia a la consistencia de los distintos elementos o dimensiones de la organización entre sí así como la congruencia entre éstos y el contexto existente en la organización.

3. Ajuste Global: Supone la coherencia de la organización como un todo y se consigue cuando se alcanzan los dos anteriores (elección estrategia adecuada junto con un diseño organizativo coherente).

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El enfoque global sería aquel que considera todas las dimensiones relevantes (contexto, variables estructurales y eficacia de la organización) como elementos primordiales en el proceso continuo y dinámico de ajuste de la organización. Según los autores encuadrables bajo este enfoque, la congruencia de los componentes de la organización se observan dos a dos. Así, podemos considerar al enfoque de sistemas como el más completo ya que incluye los distintos aspectos del ajuste organizativo así como la coherencia del conjunto de variables relevantes. De este modo el ajuste organizativo se produce cuando el diseño organizativo elegido se adecua al conjunto de contingencia o factores de contexto a los que se enfrenta la organización y, además, las variables organizativas de diseño (estructurales y de proceso) son internamente consistentes entre si. El reto para el directivo que asume la responsabilidad del diseño es establecer un modelo que atienda a las demandas a menudo contradictorias que se derivan de las condiciones anteriores de modo que se maximice la consistencia o ajuste total del mismo (Van de Ven y Drazin, 1985ª).

Nosotros nos centramos en el concepto de ajuste organizativo o de diseño, dado que es el

elemento central del enfoque contingente. Existen distintos planteamientos en

torno a su significado y alcance (Van de Ven y Drazin, 1985ª; 1985b). Por una parte, contamos con una visión del ajuste como un mecanismo de adaptación de la organización

a su entorno que le permite su supervivencia (enfoque de selección).

Aumentando un grado más el nivel de complicación en la visión del ajuste organizativo, este puede ser considerado como la congruencia entre pares de factores de contexto y variables de diseño (enfoque de interacción). Se puede enunciar, pues, una condición necesaria de ajuste organizativo que recoge las demandas derivadas de la observación de este fenómeno desde el punto de vista de interacción. Así, hablaríamos del grado en el que las necesidades, las demandas, las metas, los objetivos y/o las estructuras de un componente son consistentes con los mismos elementos de otro componente (Nadler y Tushman, 1988: 29). No obstante, no podemos olvidar que ha habido interesantes estudios parciales que han examinado las relaciones existentes entre variables aisladas con el fin de comprobar sus relaciones de interdependencia (Lal, 1991; Wallace, Hunt, Richards, 1999; Powell, 1998). Dichos estudios son valiosos en tanto aportan evidencia empírica

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sobre la cuestión de fondo, esto es, la necesaria interrelación de los componentes mencionados.

La eficacia de las organizaciones.

El concepto “eficacia organizacional” es ambiguo y de difícil evaluación. Se han elaborado múltiples modelos que observan parcialmente la eficacia. De este modo, se ha generado confusión en la literatura. Esto ha influenciado notablemente en la realización de trabajos empíricos que no han llegado a concretar los contenidos empíricos a examinar para la evaluación de la eficacia organizacional. Existen numerosas razones para la existencia de múltiples modelos de eficacia organizacional. Por ejemplo, se observa en la realidad que existen numerosos modelos de organización arbitrarios, que responden a criterios diversos. Por otro lado, revisando la literatura observamos que no hay definiciones consensuales sobre qué visión de la organización es más adecuada, llegándose a dar el caso que hay autores que aseguran la superioridad de un modelo de eficacia sobre otro.

Sin embargo, el constructo de eficacia organizacional no es fácil de determinar empíricamente porque, en definitiva,

es la última variable dependiente en la

investigación de organizaciones. La necesidad de demostrar que determinadas estructuras, sistemas de recompensas, estilos de liderazgos, etc. son mejores en algún sentido que otros, hace que la eficacia organizacional sea un tema central (Cameron y Whetten, 1983: 2).

Recientemente, la literatura organizativa generada en torno al concepto de eficacia organizativa se ha agrupado en torno a dos visiones teóricas: la aproximación sistemas-recursos, que ve a las organizaciones como sistemas abiertos operando en entornos de recursos escasos. Bajo esta visión, la eficacia organizativa se observa como el grado en el cual una organización es capaz de obtener con éxito recursos escasos y valiosos (Bedeian y Zammuto, 1991: 60). No obstante, este enfoque no se haya exento de críticas: existe una evidente dificultad de operacionalización del concepto de punto óptimo del sistema, la identificación de los recursos relevantes para la organización no es sencilla y, por último,

se ignora el uso que se hace de los recursos en la

organización. 10

El

segundo eje teórico sería la aproximación stakeholder o aproximación de

múltiples grupos influyentes o constituyentes. Esta visión evalúa la eficacia de la organización en función del grado de satisfacción de los grupos influyentes en el rendimiento de la organización. Estos grupos serían los propietarios de la organización, empleados, clientes, proveedores, gobierno y sociedad. Los criterios de eficacia o satisfacción varían notablemente entre estos grupos. De hecho, puede afirmarse que, bajo este enfoque, la eficacia organizacional es un concepto basado en los valores. En consecuencia, la eficacia de la organización será percibida de modo diferente por cada uno de estos grupos, convirtiendo la estimación de esta eficacia en una tarea muy compleja.

Grupo

Criterio de eficacia

Propietarios

Dividendos

Empleados

Salario, trabajo estimulante, oportunidades de carrera

Clientes

Calidad, servicio, precio.

Proveedores

Pagos regulares, potencial de ventas futuras

Gobierno

Adhesión a las leyes, pago de impuestos

Sociedad

Empleo, apoyo a las actividades de la comunidad

Tabla 1. Adaptado de Bedeian y Zammuto (1991).

Sin embargo, la inconcreción de la eficacia organizacional tiene ventajas para los investigadores. La definición ambigua de la eficacia permite una visión amplia y no restringida, la adopción de metodologías innovadoras que no se vean constreñidas por paradigmas

y,

en

definitiva,

la

posibilidad

de

seguir

construyendo

nuevas

aproximaciones teóricas y empíricas al concepto y evaluación de la eficacia de la organización.

Nosotros pensamos que la variedad de concepciones sobre la organización y la eficacia organizacional es deseable para una mejor comprensión del fenómeno, y a su vez, nos

permite comparar el concepto de ajuste organizativo con el de eficacia

organizacional. Como ejemplo de la diversidad de visiones teóricas en torno a las organizaciones, hay que destacar los intentos de desarrollar tipologías y taxonomías de organizaciones (Miller y Friesen, 1984), que si bien no han podido producir conceptos

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ampliamente consensuados sobre las organizaciones, si han logrado hallazgos que han contribuido al avance científico en este campo. En este sentido, por ejemplo,

los

trabajos del Grupo Aston (Pugh, 1969) no produjeron esquemas de clasificación utilizables en la práctica, si bien establecieron una metodología pionera en la evaluación cuantitativa de las variables de diseño de organizaciones mas comúnmente aceptadas en la literatura.

Conclusiones

Aportar indicadores sobre el grado de ajuste conseguido por la organización en la búsqueda de un mejor desempeño es un elemento necesario en aras de poder desarrollar

una

metodología

que

permite

efectuar

comparaciones

entre

las

organizaciones basándose en criterios objetivos. Es aquí cuando se observa el paralelismo existente entre los constructos de eficacia de la organización y grado de ajuste organizativo de esta. Si contemplamos ambas ideas conjuntamente podemos llegar a proponer algunas ideas de trabajo:

1. La evaluación de la eficacia organizacional debe de realizarse mediante modelos e indicadores múltiples.

2. La consecución de un grado de ajuste del diseño organizativo con los factores contingentes estimable aumenta la capacidad de la organización de alcanzar la eficacia organizativa.

3. La eficacia organizativa puede considerarse un indicador relevante del grado de ajuste de diseño organizativo alcanzado por la organización. La eficiencia y eficacia de la empresa están correlacionadas de forma positiva y significativa con el ajuste entre la organización y las circunstancias que lo condicionan.

Para concluir, debemos señalar que no se debe olvidar la importancia de la estrategia de la empresa en tanto en cuanto la organización debe adaptarse a los requerimientos o a las necesidades de implementación de la estrategia (Peris et al., 1995). Esto supone una visión proactiva de la dirección frente a la actitud adaptativa

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que defiende el enfoque contingente, superando el determinismo que conlleva el enfoque contingente y que, desde luego, supone una de sus grandes desventajas merecedoras de crítica (Lawles y Finch, 1989).

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