Octavio Paz El laberinto de la soledad

Octavio Paz publica El Laberinto de la Soledad en 1950, compuesto de los ... El segundo de los ensayos lo titula Paz Máscaras mexicanas porque para el...

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Octavio Paz El laberinto de la soledad (Ser mexicano a la mitad del XX) Mario Javier Pacheco García

Introducción Octavio Paz publica El Laberinto de la Soledad en 1950, compuesto de los siguientes nueve ensayos: "El pachuco y otros extremos", "Máscaras mexicanas", "Todos santos, día de muertos", "Los hijos de la Malinche", "Conquista y Colonia", "De la Independencia a la Revolución", "La inteligencia mexicana", "Nuestros días" y "Apéndice. La dialéctica de la soledad" La crudeza del análisis que califica a los mexicanos de solitarios, inseguros, resentidos etc., seguramente habrá sido reprochado por muchos de sus coterráneos, pero hay que tener en cuenta que fue publicado hace 62 años, en 1950, cuando Latinoamérica comenzaba a sacudirse de la pobreza de las guerras civiles, recién se conocía la televisión y la Iglesia era omnipresente con todos sus dogmas. Era el tiempo de los fantasmas de muertos conocidos, de brujas maquiavélicas y todavía había más mulas que vehículos a cargo del transporte. Cuando se lee el ensayo de los pachucos podemos sentirnos fuera de foco pues Octavio Paz los señala como extravagantemente elegantes y para nosotros de elegancia nada tienen unos pantalones donde caben cuatro piernas, que les llegan hasta la cintura, ni los enormes sacos y las corbatas, esa indumentaria es más propia de los payasos que vemos en los circos, pero era la forma de vestir de 1950, lo chic. Podemos apreciar esa moda en las películas de Cantinflas, de Pedro Infante, de María Felix.

Ser Mexicano de la mitad del XX (El Laberinto de la Soledad) Hecha la salvedad sobre el contexto histórico de la época en que fue escrita la obra, es necesario advertir que El Laberinto de la Soledad del Nobel Octavio Paz es un acercamiento crítico a la personalidad e identidad del pueblo mexicano, lo desnuda psicológica, sociológica y culturalmente para mostrar a sus paisanos como personajes inseguros, oscuros, misteriosos, resentidos, machistas, conservaduristas, con tendencia a la soledad a la violencia, al aislamiento y al misterio. Dueños de un nacionalismo a ultranza prolongan costumbres de tipo feudal. Sus comportamientos nacen de

conceptos

radicales sobre autoridad, gobierno, machismo, honor, orgullo, superstición. Este ser heredado de la colonia genera conflictos entre el mexicano que es y lo que quiere ser, entre como se muestra y cómo el mundo lo percibe. Entiende que mucho de lo que cree que es, va en contravía con lo que quisiera ser, y el conflicto se traduce en incapacidad para aceptar y ser aceptado en otras culturas, especialmente en Estados Unidos a donde llega con la ilusión de obtener su tajada del sueño americano y en lugar de eso enfrenta la otredad como ningún otro latinoamericano. El mexicano, más que buscarse en sus raíces para proyectar su futuro, bucea en ellas para lamentarse de la violencia sufrida por su pueblo y culpa a la misma historia por los engaños y abusos que sufrieron sus antiguos emperadores aztecas, luego a la iglesia por su aplastante poder sobre la psiquis mexicana y más tarde a las guerras civiles contra dictadores crueles, caprichosos y eternos. Vivir este pasado junto a la frontera de un país que repudia la oscuridad de la vestimenta mexicana, el silencio del mexicano, su malicia innata, su aspecto mongoloide y mestizo, y sin embargo es el país al cual el mexicano quiere ir a cumplir su sueño, a un precio muy alto que incluye confrontaciones con su propia identidad, con su nacionalismo, con su orgullo de pueblo, porque el mexicano conoce su historia y sublimiza su pasado, lo tiene más presente que el resto de los latinoamericanos, es una carga que incide en sus comportamientos.

El joven pachuco que llegó a los Estados Unidos, o que nació allá, se sabe discriminado y muestra su resentimiento con indumentarias extravagantes y modales agresivos. Se siente distinto, incomprendido en un sitio que es suyo por nacimiento o por adopción pero donde se le menosprecia o se le ignora por sus rasgos físicos y su cultura y lo invisibilizan. A estos jóvenes aztecas el espejo devuelve unos ojos pequeños y achinados, unos pómulos salientes, una piel amarillenta, un pelo lacio, que nada se parece a la de los gringos que pretende emular y el reflejo del espejo les recuerda tozudamente que ellos no son de allí, que ese no es su mundo, que jamás pasarán por gringos, ni serán tratados como gringos. Aún no superamos el equívoco antropológico de dar valor a lo que parecemos y no a lo que somos. Tampoco en España ni en Inglaterra lo quieren por su apariencia, y lo paradójico es que el mexicano siente admiración profunda por el concepto de belleza a lo gringo, no a lo mexicano, sus paradigmas son estadounidenses, españoles e ingleses, porque los cánones de belleza son de allá, no de acá; los parámetros del buen vivir son de allá, no de acá; los dueños del mundo son de allá, no de acá. Su admiración no es de doble vía, no es recíproca y esto inhibe al mexicano y desenmascara un problema de inferioridad que Octavio Paz atribuye a la soledad. El negro, el asiático, el indio de la india o hindú viven la otredad de otra forma (Caso Obama) no combaten el sistema, se acoplan a él. Al mexicano criado con la tortilla del súper macho y de ¡Viva México hijos de la chingada!, le es difícil aceptar lo que considera reconocer la superioridad del gringo y su propia inferioridad. Se rebela y acentúa sus diferencias, su léxico. Como queriendo decir a los gringos. Aquí estoy. Así soy yo ¿y qué? Porque a pesar de la admiración ya referida, en el mexicano el gringo despierta admiración y desdén al mismo tiempo, en el gringo el mexicano despierta curiosidad y prevención. El mexicano no es como el negro que sufría cuando Paz escribió el libro, las persecuciones del Ku Kux Klan que los asesinaba para castigarle el pecado del color de la piel. El pachuco se rebela y no porque

quiera reivindicar el ideario nacionalista mexicano sino porque quiere que se le tenga en cuenta. Aquí es necesario observar que el racismo es de doble vía y que el mexicano también es racista cuando es prejuicioso, es racista la víctima que cree merecer ser victimizada por su color y su apariencia. El segundo de los ensayos lo titula Paz “Máscaras mexicanas” porque para el Nobel sus paisanos tienden a la simulación, al misterio, y nada más apropiado que una máscara que les permite ser sin que se les reconozca. La máscara suple sus necesidades de aparentar, de asustar, de ser el centro de atención. Paz se refiere también al estoicismo mexicano, el macho que sabe que hay que saber sufrir y la mujer sufrida ante las adversidades. Una máscara más. El mexicano debe sufrir en silencio, pero que se note que sufre y calla, que sufre y aguanta, así será admirado por otros mexicanos. El mexicano disfruta de las fiestas donde son reinas las máscaras y las referencias a la muerte y al derroche en medio de la pobreza, derroche de cosas baratas y significativas, mucho papel crespón, trajes coloridos, alcohol y comida con profusión de dulces y postres de calaveras, que hacen homenaje a la santa muerte, su “juguete favorito” Toda una mascarada. Los Hijos de la Malinche, la indígena concubina de Hernán Cortés que se rajó, es el capítulo cuarto, que rememora el pasado de violencia sexual que sufrieron sus madres y abuelas, las chingaron, Octavio Paz dice que su grito de guerra y de orgullo: ¡Viva México hijos de la Chingada! Es distinto al hijo de puta de los españoles y de otros países de nuestro continente, “Para el español la deshonra consiste en ser hijo de una mujer que voluntariamente se entrega, una prostituta; para el mexicano, en ser fruto de una violación.” La chingada tiene relaciones fantasmales con las violaciones continuas y sistemáticas de la mujer aborigen durante cuatrocientos años de colonia. Finalmente Paz hace una revelación, “El mexicano no quiere ser ni indio, ni español. Tampoco quiere descender de ellos. Los niega. Y no se afirma en tanto que mestizo, sino como abstracción: es un hombre. Se vuelve hijo de la nada. Él empieza en sí mismo”

En el capítulo cinco “Conquista y Colonia” Paz se refiere a los conquistadores como “un puñado de hombres que realizó la conquista más absurda de la historia” este puñado de hombres fue apoyado por muchos indígenas esclavizados por los aztecas que vieron en la llegada de los invasores la oportunidad para librarse de su suerte. Dice Paz que “Si México nace en el siglo XVI hay que convenir que es hijo de una doble violencia imperial y unitaria; la de los Aztecas y la de los Españoles”. En el capítulo seis, Paz

reconoce que la independencia mexicana no es

producto de un análisis de lo que significaría la emancipación de España, al contrario, sus dirigentes, sacerdotes la mayoría, no proponen cambios en la estructura política ni económica, ni sobre la tenencia de la tierra en poder de latifundistas. Solo cuando se teme que sus repercusiones afecten

las

estabilidades existentes, el clero y los terratenientes buscan ayuda en los insurgentes que habían sobrevivido, para finalizar el proceso independentista. Esa falta de claridad sobre lo es la independencia facilita el surgimiento de dictadores, de corruptos que roban al Estado y recalca Paz “La mentira política, se instaló en nuestros pueblos casi constitucionalmente” El virreinato español se transforma en imperio con un emperador mexicano y surge una nueva burguesía que se pelea entre ella misma, y al igual que en la época granadina de la patria boba, cuando Morillo bajó a balazos el telón del sainete de los imberbes nuevos jefes, así Estados Unidos aprovechó las pugnas internas para arrebatar a México más de la mitad de su territorio. Luego vienen Benito Juárez y la intervención de Napoleón III hasta que aparece la constitución de 1857 “La Reforma funda a México negando su pasado, rechaza la tradición y busca justificarse en el futuro”, y como una nueva máscara, el país se afrancesa. Los abusos de poder crean caudillos populares, Pancho Villa y Emiliano Zapata contra la hegemonía de 33 años. Muertos los protagonistas e la guerra civil el pueblo mexicano los sublimiza y resucita en sus fiestas. Paz finalmente se refiere a los métodos de “acumulación socialista” en el aspecto económico como más crueles que los métodos de “acumulación primitiva” del capitalismo y no cree que el socialismo totalitario tenga la posibilidad de liberar al hombre, que es lo único que justifica una revolución.

Conclusión El análisis particularmente duro de Octavio Paz se hace en 1950, pero los mexicanos son otros en 2012, evidentemente continúan siendo uno de los más grandes ejemplos de la otredad con sus masivas migraciones a EUA por el hueco, hoy no son los pachucos sino los mojados quienes deambulan por las calles de San Francisco buscándose a sí mismos, con indumentarias vistosas y agresivas, como lo fueron en su época las indumentarias de los pachucos. La mujer mexicana, que queda muy mal en el libro, tenía el prototipo de las mujeres latinoamericanas de mitad de siglo, subordinadas al machismo y a la violencia intrafamiliar. Los hombres las consideraban unos adornos con cerebros sin estrenar, hechas para lavar y planchar y especialmente procrear, eran de la casa para adentro, el hombre para la calle. Algunas se estaban atreviendo a ingresar a la universidad y solo durante el gobierno de Miguel Alemán en 1947 se le reconoce a la mujer mexicana el derecho a votar y ser votada en los procesos municipales, y en 1953, tres años después de publicado el libro de Octavio Paz, el presidente Adolfo Ruiz otorga plenitud de derechos ciudadanos a las mujeres. Para hacer una lectura objetiva de la obra de Paz, es necesario contextualizarla con la época en que fue escrito, El mexicano actual es positivo, optimista y la mujer es extrovertida, profesional, alegre y de carácter, muy diferente a la que dibuja Paz, Finalmente incluyo esta foto, que parece interpretar por sí sola, más que el libro de Paz y este ensayo, lo que pesa la otredad en el mexicano de hoy.

Bibliografía www.hacer.org/pdf/Paz00.pd es.wikipedia.org/wiki/El_laberinto_de_la_soledad comarcadelosespiritus.blogspot.com/.../el-laberinto-de-la-s http://generomexico.colmex.mx/boletines/Boletin_Octubre.htm