Consejería Cristiana: Intervención en Crisis

Manual para práctica e investigación, Ed. Manual Moderno, México. Los conceptos vertidos aquí sobre intervención en crisis han sido...

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Investigación y Saberes, 1(1), 22-30, Septiembre / Diciembre 2011.

Consejería Cristiana: Intervención en Crisis Armando Rivera-Ledesma1 Universidad de Londres Con inmenso cariño a la memoria de la Sra. Consuelo Ledesma Galindo

Resumen El presente trabajo analiza el desempeño de la consejería cristiana en el contexto de la intervención en situaciones de crisis. Siguiendo las bases analíticas de Slaikeu (1996) se exponen los diferentes tipos de crisis destacándose las crisis crónicas y su impacto en los cuidadores primarios avocados a la atención de pacientes con enfermedades de pronóstico grave. Se exploran los distintos niveles de intervención y las posibilidades de actuación del consejero cristiano en cada uno de estos. Adicionalmente se explora la utilidad de algunas técnicas emergentes del propio cristianismo y que pueden ser empleadas en situaciones de crisis para ampliar el grado de conocimiento o comprensión en la persona que busca ayuda. Entre estas técnicas se explora el uso de las parábolas, su interpretación, el empleo de las metáforas, de las preguntas y el silencio. Se plantea la exigencia de mantener una capacitación constante en aquellos que se dedican a la consejería cristiana. Como tal, se trata de una actividad que exige manejo técnico adecuado pero también crecimiento y madurez persona, lo cual puede ser comprendido como sinónimo de madurez espiritual. Palabras clave: Consejería cristiana, Espiritualidad, Consejero, Intervención en crisis, Cristianismo.

Christian Counseling: Crisis Intervention Summary This paper analyzes the performance of Christian counseling in the context of intervention in crisis situations. Following Slaikeu, the paper outlines the different types of crisis, noting specifically those of chronic nature. We analyze the impact of chronic crisis in primary caregivers focused in the attention of chronic patients. It explores the different levels of intervention and the possible action of the Christian counselor in each of them. Additionally we explore the usefulness of some emerging techniques of Christianity, itself can be used in crisis situations to increase the degree of knowledge or understanding in people seeking help. These techniques explore the use of parables, its interpretation, the use of metaphors, questions and silence. This raises the need to maintain a constant training for those engaged in Christian counseling. As such, it is an activity that requires appropriate technical management but also personal growth and maturity, which can be understood as a synonym of spiritual maturity. Keywords: Christian counseling, Spirituality, Counsellor, Crisis intervention, Christianity.

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Coordinación de Investigación [email protected]

y

Producción

Científica.

Universidad

de

Londres.

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En realidad, toda demanda de ayuda parece ocurrir en un momento en que el sujeto ha alcanzado una situación crítica en su vida; una situación de crisis. Slaikeu (1996), ha descrito con detalle los distintos aspectos involucrados en una situación de crisis y los distintos niveles de intervención posibles2. Existen distintos tipos de circunstancias críticas en la vida de las personas que hacen necesarios distintos tipos de intervención. Estas circunstancias son siempre situaciones de crisis, y una crisis es una combinación de situaciones de riesgo (v.gr., pérdidas efectivas, amenaza de pérdidas, pérdidas ambiguas en las que el sujeto no sabe si ha perdido o no algún objeto afectivo importante), que una persona afronta con recursos que muy pronto le resultan insuficientes, teniendo como resultado una adaptación deficiente a la situación misma. El resultado es un estado de vulnerabilidad que desorganiza psicológicamente al sujeto llevándolo a demandar ayuda. Toda situación de crisis posee dos posibilidades: Por un lado, es en sí misma una situación de riesgo que bajo ciertas circunstancias puede dañar la salud física, mental o ambas; por otro, es una oportunidad de crecimiento personal, toda vez que su superación productiva permite la adquisición de nuevos conocimientos, habilidades y actitudes adaptativas. Hay diferentes tipos de crisis. Existen las crisis del desarrollo o crisis vitales, que son esencialmente etapas de transición entre distintos momentos del desarrollo humano. El desarrollo humano puede ser descrito en función de una serie de “etapas” determinadas por distintos factores de orden psicológico, biológico, social y cultural, entre las que pueden citarse la infancia, la pubertad, la adolescencia, la adultez joven, etc. Los momentos de crisis demarcan el paso de la Niñez a la Adolescencia; de la Adolescencia a la Adultez joven; de la Soltería a la vida Matrimonial; de la vida Adulta a la Adultez Mayor, etc. Estas son etapas que hacen necesaria la adquisición de nuevas competencias personales; nuevos recursos adaptativos. Cuando este aprendizaje ocurre oportunamente permitiéndole 2

Recomendamos una lectura atenta del importante libro de Slaikeu, K.A. (1996), Intervención en crisis. Manual para práctica e investigación, Ed. Manual Moderno, México. Los conceptos vertidos aquí sobre intervención en crisis han sido extraídos en su mayoría de este documento. El enfoque centrado en su vinculación con el cristianismo es nuestro.

al sujeto una adaptación eficaz la crisis puede superarse productivamente. Cuando este aprendizaje falla, el sujeto queda lastimosamente adherido a un nudo en su desarrollo que aun deberá ser superado. Un segundo tipo de crisis son las crisis incidentales, que son acontecimientos inesperados con el potencial suficiente para llevar al sujeto al límite de su capacidad adaptativa. Terremotos, inundaciones, incendios, robo con violencia, el abuso sexual, una violación, la muerte de un ser querido, etc., son ejemplos de este tipo de crisis. Otro tipo de crisis son las crisis crónicas. Estas suelen aparecer de manera paulatina, insidiosa; pueden partir de una mala noticia cuyas consecuencias incluyen un proceso prolongado con un final fatal a menudo seguro pero indeterminado en el tiempo. Ejemplos de este desgastante tipo de situaciones críticas crónicas pueden ser el caso de una persona que recibe la noticia de padecer la enfermedad de Alzheimer, o un cáncer avanzado, insuficiencia renal crónica, etc. A menudo estas enfermedades arrastran a dos víctimas: por un lado el enfermo, y por el otro su cuidador, conocido como cuidador primario o caregiver. En estas circunstancias las crisis crónicas poseen dos características importantes: 1. Operan con una pérdida ambigua; es decir, siempre hay un objeto altamente apreciado que se encuentra en alto riesgo de ser perdido; se le pierde y se le recupera constantemente haciendo que el sujeto se desgaste y “recupere” una y otra vez de una pérdida que no termina por concretarse. 2. Generan una intensa relación entre cuidador y paciente con un alto potencial psicológico desestructurante. El estrés resultante es muy intenso y a menudo termina por afectar física y psicológicamente al cuidador. Es sabido que de la calidad de esta relación entre paciente y cuidador depende en buena medida la calidad de vida del primero. Estas personas requieren de una ayuda eficiente que les permita adaptarse mejor a la situación y llevar una vida lo más satisfactoria posible, lo cual a menudo no es fácil; el cuidador suele quedarse solo en la difícil tarea psicológica de cuidar al enfermo.

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1.

Niveles de intervención

A fin de ayudar a las personas a afrontar situaciones de crisis, estas se han dividido en tres niveles de prevención. Prevención significa anticipar la posibilidad de ocurrencia de un daño asociado comúnmente a un evento, o un daño mayor al causado por un acontecimiento ya ocurrido. El Cuadro 1 resume los tres niveles de prevención ante los cuales se puede hallar comprometido el consejero, siguiendo el criterio de situaciones de crisis propuesto por Slaikeu3 (1996). Veremos algunos pormenores de cada nivel de prevención. Prevención primaria. En este punto, la situación en crisis no se ha presentado aun, y el consejero cristiano tiene una participación importantísima. Su función es asesorar a las personas (mediante conferencias, cursos, talleres, etc.), en aspectos que deben tomar en cuenta a fin de no arribar a una situación crítica. Es el caso cuando el consejero instrumenta una estrategia enfocada a grupos de adolescentes sobre temas tales como la drogadicción, la sexualidad, el alcoholismo, etc., a fin de disminuir la incidencia de situaciones críticas asociadas a ellos. Otros grupos son los padres de familia, los matrimonios, empresarios, la población en general, etc. Evidentemente, esta tarea exige un nivel especializado de conocimientos en la materia sobre la que se pretende incidir. Prevención secundaria. Es en este nivel donde ya se ha presentado la crisis. Un evento generalmente traumático (desastre natural tal como un terremoto, inundación, etc.; una violación sexual, una escena de violencia intrafamiliar, un asalto, robo, la muerte de un ser querido, etc.), ha ocurrido. Al respecto hay dos momentos: 1. Primera instancia: El evento ha ocurrido hace apenas unas horas y el sujeto se encuentra confuso, impresionado, aturdido, desencajado de la realidad, sin poder dar crédito aun a lo que ha vivido, llorando, lamentándose, negando lo ocurrido, etc. En este momento, el consejero se limita a brindar primeros auxilios psicológicos. Estos consisten en brindarle al sujeto aquellos elementos mínimos necesarios para su sobrevivencia, tanto desde el punto de vista físico (lo cual le corresponde al médico, preferentemente), como psicológico. En este último aspecto se intenta ayudar al sujeto a 3

Nuevamente sugerimos una lectura atenta de la obra de Slaikeu para una descripción más detallada.

desahogar sus sentimientos; se fomenta que hable tanto como quiera sobre lo ocurrido (catarsis), es decir, que se “descargue” del susto o la impresión sufridas; se le proporcionan elementos de juicio que le permitan comprender mejor la situación, previendo incluso que a través de ellos pueda afrontar de mejor manera futuros sentimientos de culpa por lo que hizo o no hizo durante el problema. Una vez que el sujeto empieza a recuperar el control de sí mismo (aunque quizá en medio de momentos de llanto, ahora más controlado), quizá podamos percatarnos de que nuestra labor de primeros auxilios psicológicos ha sido productiva. 2. Segunda instancia. El sujeto posee cierto control de sí mismo y la situación y trata de afrontar la crisis activamente pero aun está confundido y vulnerable ante la realidad. La intervención se centra en este momento en ayudarle a encontrar los recursos psicológicos necesarios para afrontar la situación. Se intenta ayudar al sujeto a resolver la crisis, es decir, a elaborar el incidente. La elaboración o translaboración según Slaikeu, es un proceso de integración funcional del incidente de crisis en la trama de la vida del sujeto a fin de dejarlo abierto al encaramiento del futuro. Es decir, el objetivo es que el sujeto integre la experiencia en su vida de una manera tal que pueda aprovecharla como una experiencia de vida que le permita seguir adelante en el proceso del vivir. Esta actividad requerirá tanto del consejero como del sujeto en crisis un esfuerzo mayor para el cual el propio consejero requerirá también de un mayor entrenamiento. Vale destacar que muchos individuos elaboran la crisis por sí mismos. Prevención terciaria. Aquí, ha pasado tiempo considerable desde la ocurrencia del evento crítico y el sujeto no ha logrado superar del todo la experiencia o existen secuelas de esta que quizá requieren de un tratamiento más especializado. Los casos que competen a una intervención terciaria pueden incluir entidades clínicas como el Trastorno por estrés postraumático que no suele manifestarse con toda su sintomatología inmediatamente después del evento desencadenante, sino tres, cuatro o seis meses después de lo ocurrido. Este trastorno de ansiedad puede ser muy invalidante para el sujeto; la terapéutica de elección suele requerir un tratamiento que incluye terapia cognitivoconductual y control farmacológico combinados.

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Objetivos de la intervención

Cuadro 1 Niveles de Prevención Prevención primaria Prevención secundaria Reducir incidencia de Reducir efectos debilitantes trastornos mentales como de la vivencia de una adicciones (al alcohol, situación crítica. drogas, etc.), abuso sexual, violencia, desintegración Facilitar el crecimiento y familiar, etc. desarrollo personal aprovechando la experiencia Fomentar el crecimiento y de crisis. desarrollo humano.

Todas (población abierta), con especial énfasis en grupos de alto riesgo (adolescentes / drogas; matrimonios / violencia intrafamiliar; niños o padres / abuso sexual; etc.).

Victimas de experiencias de crisis.

Educación pública (conferencias, Cursos, Talleres, etc.)

Intervención en crisis: - Primeros auxilios psicológicos.

Cambios administrativos (que eviten la marginación social, por ejemplo).

- Terapia para crisis.

Momento de la intervención

Antes de que ocurran los eventos de crisis.

Inmediatamente después del suceso de crisis.

Quienes pueden participar

Iglesias. Gobierno. Escuelas. Medios de comunicación.

Población afectada

Estrategias y tácticas de intervención

Prevención terciaria Reparar el daño no resuelto ocasionado por una experiencia de crisis vivida con anterioridad.

Personas con trastornos mentales crónicos (depresión, ansiedad, estrés postraumático, etc.). Personas con problemas emocionales crónicos de baja gravedad. Psicoterapia a largo plazo. Reentrenamiento para el desarrollo de habilidades. Medicación Rehabilitación Meses o años después del suceso de crisis

Consejeros cristianos o Consejeros (sólo en casos Ministros religiosos, muy especiales, previo Profesionales: Abogados, psicodiagnóstico) Maestros, Médicos, Enfermeras, etc. Profesionales de la salud en Familias hospitales y clínicas. Sistemas sociales Psicoterapeutas. Adaptado de Slaikeu, K.A. (1996), Intervención en crisis. Manual para práctica e investigación, Ed. Manual Moderno, México. Siempre debe considerarse con cuidado cada caso y no dudar en solicitar una valoración psicológica o psiquiátrica profesional cuando sus características lo hagan necesario. Algunos consultantes con problemas emocionales graves pueden ser manejados en consejería cristiana, si el consultante así lo prefiere; otros pueden ser de alto riesgo (por ejemplo, depresiones con significativo riesgo de suicidio), que es mejor

manejar con apoyo especializado (control farmacológico, por ejemplo). El consejero debe desarrollar el conocimiento adecuado para lograr identificar casos de alto riesgo y canalizarlos con los especialistas correspondientes. El consejero debe ser capaz de identificar, de manera claramente informada – y no por mera intuición el terreno donde pisa.

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Objetivos de la intervención

Tácticas

Habilidades requeridas del consejero

Situaciones tipo

Cuadro 2 Tácticas de Intervención por Niveles de Prevención Prevención primaria Prevención secundaria Prevención terciaria  Reducir incidencia de  Reducir efectos  Reparar el daño no trastornos mentales. debilitantes de la vivencia resuelto ocasionado por una de una situación crítica, experiencia de crisis vivida  Fomentar el crecimiento facilitando el crecimiento y con anterioridad. y desarrollo humano. desarrollo personal aprovechando la experiencia de crisis. Tácticas grupales básicas: Primeros auxilios psicoló Las tácticas son muy gicos en formato indivi_ variadas; algunos ejemplos  Conferencias dual y grupal de ellas son:  Cursos Abordaje racional-emotivo  Catarsis  Talleres conductual en formato  Manejo de emociones y Asesorías individuales grupal o individual sentimientos  Información personali  Facilitar evaluación correc  Identificar ideas poco zada. funcionales ta de la realidad.  Promover cambio  Evaluar suicidio de filosofía de vida  Optimizar comunicación (conversión cristiana)  Aprovechamiento de recur  Ayudar a asumir cómo le sos ambientales ve el Señor  Buscar soluciones Conducción de grupos de Consejería para crisis auto-ayuda  Ayudar a elaborar la  Facilitar dinámica experiencia grupal  Identificar sentido de la  Mantener el encuadre experiencia  Clima de aceptación.  Prevención de culpas  Dominio del tema  Habilidades de comunica ción.  Empático  Conciliador Prevenir incidencia de:  Drogadicción  Alcoholismo  Problemas matrimoniales  Baja autoestima  No adherencia al trata_ miento.  Autocuidado ineficaz. Infelicidad sexual.  Abuso sexual infantil.  Falta de perdón  Vida improductiva  Conflictos parentales  Inseguridad  Etc.

     

Empático Conciliador Activo Directo Orientado a soluciones Madurez espiritual

    

Empático Conciliador Comprensivo Madurez espiritual Dominio del área que ase sora

Terremoto Inundación Incendio Robo con violencia Violación sexual Muerte de un ser querido Diagnóstico fatal (SIDA, Cáncer, Alzheimer, etc.  Adulterio  Divorcio  Etc.

          

Depresión crónica Inadaptación social Baja Autoestima Disfunción matrimonial Dependencia Drogadicción Alcoholismo Adicción al sexo Comedores compulsivos Relaciones destructivas etc

      

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2.

Intervención Cristiana

desde

la

Consejería

Las estrategias y tácticas de intervención son muy variadas, y su aplicación depende del tipo de problemática a abordar, de la capacidad y habilidades del consejero y de las características del consultante. Por el tipo de problemática ya hemos visto que existen tres niveles de prevención; para cada uno existen, en términos generales, estrategias y tácticas específicas que han sido esbozadas en el Cuadro 2 junto con las habilidades requeridas del consejero y las situaciones tipo características de cada nivel. La esencia de un consejero cristiano es Cristo. Esta esencia dirige su quehacer cotidiano, y no sólo su actividad como consejero. Un consejero cristiano suele estar convencido de que si es un árbol cristiano producirá frutos cristianos, de tal suerte que su intervención llevará el sello de su fe, es decir, el sello del Señor. Ser consejero cristiano por tanto, es un quehacer que va más allá de las técnicas y estrategias y que impregna su acción de la sabiduría del Señor. Eso es lo que hace – o debería hacer - la diferencia con respecto a un consejero secular. Ahora bien; es posible hallar en las Escrituras y muy especialmente en el estilo que el Señor seguía para conducir a sus seguidores a través de la verdad, una serie de tácticas que es posible rescatar para la función de consejería cristiana; tácticas que al parecer obedecían a una estrategia básica: transformar a las personas mediante su propio pensamiento.

proceso más complejo en el que el receptor de la información se esfuerza activamente por aprehenderla, y aprenderla. Una parábola nos permite reflexionar íntimamente en su significado. Veamos Mateo, 13:1-9: 1

Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. 2Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. 3Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. 4Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. 5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; 6pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. 7Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. 8Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. 9El que tiene oídos para oír, oiga. La parábola obliga al escucha a pensar en su significado. Este significado puede tomar distintas interpretaciones dependiendo de la riqueza del corazón del que escucha. En esta parábola sabemos que la semilla es la Palabra de Dios; sin embargo, la semilla también podría ser interpretada como conocimiento, o como dinero invertido en negocios, etc. Como ejercicio, lea la parábola basándose en estas dos últimas interpretaciones; sustituya semilla por conocimiento o dinero. Lo cierto es que esta táctica fomenta la reflexión por parte del consultante, y puede llevarle a lugares inusitados de sí mismo, conforme a la riqueza de su corazón.

- El uso de parábolas. - Interpretación de la parábola. El Diccionario de la Real Academia Española define una parábola como una narración de un suceso fingido, de que se deduce, por comparación o semejanza, una verdad importante o una enseñanza moral. El Señor utilizaba parábolas con mucha frecuencia. Estas parábolas eran historias inventadas que ejemplificaban algo que el Señor deseaba transmitir a las personas que le escuchaban, pero no directamente, sino a través de un ejercicio de reflexión, análisis y autodescubrimiento, por parte de ellas mismas. Había que reflexionar en la parábola para descubrir el mensaje oculto en ella. Este ejercicio de reflexión era lo que quizá buscaba conseguir el Señor. No era una comunicación unidireccional en la que el Señor trasmitía información y la gente sólo escuchaba; lo que al parecer quería el Señor era un

El Señor también recurría a la interpretación de la parábola cuando era necesario, es decir, cuando probablemente veía que sus escuchas no atinaban a ver con claridad el mensaje que intentaba transmitirles. Así, en la parábola que venimos analizando según Mateo 13:18-23: 18

Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. 20Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; 21pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por 19

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Investigación y Saberes, 1(1), 22-30, Septiembre / Diciembre 2011. causa de la palabra, luego tropieza. 22El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 23Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.

naturalmente. Sin embrago, aquí el Señor parece hablar de agua en un sentido espiritual, lo cual nos queda claro en el pasaje que dice: el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. Como se ve, el uso de metáforas es adecuado cuando lo que se busca es hacer pensar al otro; llevarlo a reflexionar, a comprender mejor una situación dada.

La revelación del significado de la parábola permite establecer una comparación clara entre dos situaciones; el modelo proporcionado en la parábola misma, y su correcta interpretación. Esto produce un mejor entendimiento en el escucha.

- Preguntas cuya respuesta conocía.

- Uso de metáforas El Señor usaba metáforas. Nuevamente el Diccionario de la Real Academia Española nos define, en una de las acepciones de metáfora, lo siguiente: Aplicación de una palabra o de una expresión a un objeto o a un concepto, al cual no denota literalmente, con el fin de sugerir una comparación (con otro objeto o concepto) y facilitar su comprensión; p. ej., el átomo es un sistema solar en miniatura. De manera similar a las parábolas, la metáfora obliga a la reflexión sobre su significado. Veamos un ejemplo en las Escrituras sobre su uso, en Juan 4:7-15: 7

Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. 8Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. 9La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. 10Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. 11La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues ,tienes el agua viva? 12¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? 13 Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; 14mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. 15La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla. Agua viva es, nuevamente según la Real Academia Española, la que mana y corre

A veces el Señor preguntaba, quizá no porque esperara una respuesta para sí mismo, sino porque al parecer esperaba que la respuesta iluminara el pensamiento del otro. En Génesis 3:8-9, tenemos un ejemplo con Adán y Eva: 8

Y oyeron la voz de Yahvé Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Yahvé Dios entre los árboles del huerto. 9Mas Yahvé Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? ¿Realmente ignoraba Dios dónde estaba Adán? Es poco probable. Dios sabía que al contestarle, Adán comprendería algo sobre su situación. Otro ejemplo lo tenemos nuevamente con la mujer samaritana en Juan 4:16-19: 16

Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá. Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; 18 porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. 19 Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta. 17

Este párrafo sigue inmediatamente a aquél en el que la mujer le pide al Señor que le de del agua viva. ¿Por qué preguntaría el Señor con esa afirmación lo que ya sabía? Otro ejemplo puede analizase en Mateo, 22:17-22: ….¿Es lícito dar tributo a César, o no? 18Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas? 19Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario. 20Entonces les dijo: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción? 21Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. 22Oyendo esto, se maravillaron, y dejándole, se fueron. - El silencio El silencio es un arma poderosa; posee atributos importantes en consejería: Su ocurrencia deja un

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hueco en el discurso del interlocutor cuyo vacío será llenado automáticamente por quién lo escucha con la única sustancia disponible: la riqueza de su corazón. Hemos hablado ya de esto a propósito de la proyección. El silencio reiterado por el consejero ante el discurso del consultante, obliga a este a continuar hablando. El silencio es entonces una demanda tácita de información adicional. El consejero calla esperando recibir más datos sobre el asunto. El silencio interpela – es decir, requiere, compele o pregunta al consultante explicaciones o descargos sobre su relato; cuestiona con severidad sobre un acto relatado o una idea. Ante el silencio, el interlocutor comprende, previa interpretación basada en las riquezas de su corazón los caminos de sus actos o de sus pensamientos. El silencio evidencia la impertinencia del discurso del otro, o la obviedad de lo planteado. Marcos 15:1-5: 1Muy de mañana, habiendo tenido consejo los principales sacerdotes con los ancianos, con los escribas y con todo el concilio, llevaron a Jesús atado, y le entregaron a Pilato. 2Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Respondiendo él, le dijo: Tú lo dices. 3Y los principales sacerdotes le acusaban mucho. 4Otra vez le preguntó Pilato, diciendo: ¿Nada respondes? Mira de cuántas cosas te acusan. 5 Mas Jesús ni aun con eso respondió; de modo que Pilato se maravillaba. El silencio hace patente el respeto del que lo emite por lo que al otro le ocurre. Job, 2:13: 13Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su dolor era muy grande. A veces es mejor callar ante la desgracia del otro. Hay ocasiones en que no tenemos palabras apropiadas que decir; todo lo que puede decirse es tan convencional, rutinario y vacío, que el silencio puede muy bien expresar lo necesario sin resultar ofensivo.

REFERENCIAS Slaikeu, K.A. (1996), Intervención en crisis. Manual para práctica e investigación, Ed. Manual Moderno, México

Al parecer el Señor utilizaba el silencio ante situaciones donde sus interlocutores acusaban necedad, violencia, aseveraciones sin fundamento, etc. En el marco de una sesión de consejería, el consejero puede guardar silencio cuando el consultante rompe el encuadre, actúa o habla con ligereza, cuando rompe su actitud responsable de búsqueda de una respuesta para su vida a cambio de una actitud violenta, etc. En este caso el silencio siempre pone en evidencia que la actitud del consultante está fuera de lugar. Estos son algunos recursos emergentes de las Escrituras. Evidentemente, el uso de otras técnicas provenientes de distintos ámbitos y aproximaciones al problema de las situaciones en crisis debe ser considerado con detenimiento, y en su caso conducir a una aplicación en casos específicos, cuando se ha recibido el entrenamiento adecuado para ello. Es muy importante tener en cuenta que el consejero debe mantenerse en constante entrenamiento a fin de desarrollar las competencias apropiadas para su ejercicio. Este entrenamiento no es sólo técnico o teórico. Debe incluir dispositivos adecuados para el desarrollo personal en términos de madurez. Esta madurez debe ser entendida en términos Nephesh. Con ello queremos destacar una visión integral del ser humano donde el máximo desarrollo posible es coronado con un adecuado desarrollo espiritual. La espiritualidad rasgo, es pues el grado máximo de desarrollo humano porque supone la integración de todas las potencialidades del Hombre en torno a una adaptación positiva al medio ambiente con un sentimiento constante de bienestar interno y esperanza en las fuerzas de la vida y lo divino con respecto a los problemas de la existencia. <><

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