ANTONIO DE PEREDA (1611 – 1678) Cristo, varón de dolores, 1641 Óleo/lienzo, 97 x 78 cm.
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8 Trauma de cuello LAUREANO QUINTERO B. - ANA MARÍA HURTADO
Durante siglos el trauma de cuello ha constituido un reto para
durante la guerra de Vietnam, donde la exploración quirúrgica
el personal de salud debido al gran número de estructuras vitales que allí se albergan, lo que obliga a resolver de manera ágil y oportuna por parte del cirujano de urgencias las lesiones que comprometen la vida de los pacientes y los lleva incluso a la muerte. Las guerras han permitido que tanto el diagnóstico
era el protocolo a seguir para todas las heridas penetrantes de cuello, la mortalidad aumentó a un 15%. En 1956, Fogelman y Stewart reportaron cien pacientes
FRPRHOWUDWDPLHQWRGHHVWDVOHVLRQHVVHVLPSOLÀTXHQ\pVWH sea cada vez menos intervencionista, basado en los hallazgos clínicos y radiológicos bien orientados por la anatomía. Este capítulo pretende hacer un poco de historia, con
TXLU~UJLFDLQPHGLDWD\VLVWHPiWLFD YHUVXVODFLUXJtD GLIHULGD\RODFRQGXFWDH[SHFWDQWH
pQIDVLVHQORVSURWRFRORVPXQGLDOHVDFWXDOHVSDUDHOGLDJ-
FRQKHULGDSHQHWUDQWHGHFXHOOR\GHPRVWUDURQXQDGLIHUHQFLD VLJQLÀFDWLYD HQ OD PRUWDOLGDG FRQ OD H[SORUDFLyQ
Anatomía
nóstico y abordaje del trauma de cuello penetrante y cerrado.
Historia En los papiros de Edwin Smith, de hace aproximadamente cinco mil años, se halla la primera descripción de una herida penetrante de cuello. Posteriormente, en 1552, el cirujano IUDQFpV$PEURLVH3DUpUHDOL]yODSULPHUDOLJDGXUDXQLODWHral de arteria carótida común y vena yugular interna a un soldado herido en combate, con lo que consiguió salvar su YLGD7UHVVLJORVGHVSXpVHQXQDODFHUDFLyQGHDUWHULD
FDUyWLGDFRP~QHQXQSDFLHQWHTXHLQWHQWyVXLFLGDUVHIXH ligada por Fleming, sin secuelas. Durante la Primera Guerra Mundial el tratamiento conservador de las heridas penetrantes de cuello tuvo una mortalidad GHODOPLHQWUDVTXHGXUDQWHOD6HJXQGD*XHUUD Mundial, cuando la exploración habitual y el reparo vascular remplazaron el manejo conservador que se venía haciendo, ODPRUWDOLGDGGLVPLQX\yHQIRUPDFRQVLGHUDEOHDXQ aunque ello no se debió solamente al cambio adoptado, ya que
El cuello constituye un segmento anatómico expuesto a las DJUHVLRQHV\WUDXPDWLVPRV$OEHUJDP~OWLSOHVHVWUXFWXUDV YLWDOHVTXHIRUPDQSDUWHGHORVVLVWHPDVQHUYLRVRGLJHV-
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tivo, respiratorio, endocrino y vascular, y no está protegido por huesos o músculos densos, lo que lo hace más vulnerable. Por otra parte, la proximidad de sus estructuras y su
Triángulo submandibular 'LJiVWULFR /LPLWDGRSRU HOERUGHLQIHULRUGHODPDQGtEXOD\ORVGRVYLHQWUHV del digástrico. Su techo está constituido por la piel,
UHGXFLGRWDPDxRGLÀFXOWDQPXFKRVXDERUGDMHTXLU~UJLFR
ODIDVFLDVXSHUÀFLDOHOP~VFXORSODWLVPDJUDVD\ODV ramas mandibular y cervical del VII par. El principal yUJDQRXELFDGRHQODUHJLyQVXSHUÀFLDOGHOWULiQJXOR es la glándula submandibular, además de una serie
\HOH[DPHQItVLFR$IRUWXQDGDPHQWHVyORHQWUHXQ\ XQGHWRGDVODVKHULGDVWUDXPiWLFDVORLQYROXFUDQ Está limitado en su parte posterior por la columna vertebral, en la parte superior por la cabeza, y en la parte LQIHULRUSRUHOWyUD[\ORVODWHUDOHV\VXSDUWHDQWHULRUVRQ las zonas más vulnerables en el trauma penetrante. La laringe y la tráquea se sitúan en la línea media, anteriores al cuello, y son las estructuras más vulnerables durante las agresiones. La medula espinal se encuentra en la cara posterior, protegida por los cuerpos vertebrales, los músculos \ORVOLJDPHQWRV(OHVyIDJR\ORVJUDQGHVYDVRVVHDORMDQ HQWUHODYtDDpUHD\ODFROXPQDFHUYLFDO
GHYDVRVQHUYLRV\P~VFXORV(QHOSODQRSURIXQGR VHHQFXHQWUDQODVYHQDVIDFLDOHVDQWHULRU\SRVWHULRU
SDUWHGHODDUWHULDIDFLDOODUDPDVXEPHQWRQLDQDGH OD DUWHULD IDFLDO ORV QyGXORV OLQIiWLFRV \ HO QHUYLR
KLSRJORVR;,, Triángulo submentoniano: Limitado por el cuerpo del hueso hioides y el vientre anterior del digástrico a
cada lado; por delante, por la línea media del cuello. (OP~VFXORPLORKLRLGHRIRUPDVXSLVR/DVHVWUXFWXUDV
TXHFRQWLHQHVRQEiVLFDPHQWHJDQJOLRVOLQIiWLFRV Triángulo carotídeo: Limitado en su parte posterior por el músculo esternocleidomastoideo, en su parte anterior por el vientre anterior del omohioideo y en su parte superior por el vientre posterior del digástrico. En
pOVHHQFXHQWUDQODELIXUFDFLyQGHODDUWHULDFDUyWLGD ODDUWHULDFDUyWLGDLQWHUQDVLQUDPDVHQHOFXHOOR OD
FDUyWLGD H[WHUQD \ VXV UDPDV WHPSRUDO VXSHUÀFLDO
PD[LODULQWHUQDRFFLSLWDOIDUtQJHDDVFHQGHQWHOLQJXDO la maxilar externa, la arteria esternocleidomastoidea, la YHQD\XJXODULQWHUQD\VXVWULEXWDULDVWLURLGHDVXSHULRU
La zona anterolateral del cuello se ha dividido en dos triángulos, los cuales están limitados por el músculo esternocleidomastoideo. El triángulo anterior está limitado por el
RFFLSLWDO IDFLDO FRP~Q IDUtQJHD ORV QHUYLRV YDJR espinal accesorio e hipogloso, el asa del hipogloso, y
ERUGHSRVWHULRUGHGLFKRP~VFXORHOERUGHLQIHULRUGHODPDQdíbula y la línea media. El triángulo posterior se encuentra limitado por delante por el músculo esternocleidomastoideo,
nervios simpáticos. Triángulo muscular: Limitado superior y lateralmente SRUHOYLHQWUHDQWHULRUGHORPRKLRLGHRLQIHULRU\OD-
por detrás por el borde del músculo trapecio y por abajo por la clavícula. En el piso del mismo se encuentran el músculo esplenio del cuello, elevador de la escápula, y los tres esca-
teralmente por el músculo esternocleidomastoideo y
lenos. Contiene la tercera porción de la arteria subclavia, la YHQDVXEFODYLDQHUYLRVFHUYLFDOHVQHUYLRIUpQLFR\IUHQLWR DFFHVRULRQHUYLRHVSLQDO\QyGXORVOLQIiWLFRV El triángulo anterior alberga estructuras que de ser
y el tronco nervioso simpático. El músculo cutáneo del cuello o platisma, como su nombre lo indica, es un músculo adherido a la piel, PX\GHOJDGRTXHVHRULJLQDGHODIDVFLDGHORVP~VFXORV
lesionadas pueden comprometer la vida del paciente, y está compuesto por:
pectoral mayor y deltoides y se inserta en la mandíbula. Este músculo es de especial importancia en el momento
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Trauma de cuello
medialmente por la línea media anterior. Contiene las JOiQGXODVWLURLGHV\SDUDWLURLGHVODWUiTXHDHOHVyIDJR
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Trauma de cuello
de determinar si el trauma es o no penetrante, como se discutirá más adelante. ([LVWHQGRVIDVFLDVPXVFXODUHVTXHURGHDQODVHVWUXFturas del cuello. La IDVFLDVXSHUÀFLDO reviste el platisma o músculo cutáneo del cuello; la fascia profunda reviste el trapecio y el esternocleidomastoideo y demarca la región pretraqueal, incluyendo la tráquea, la laringe, la JOiQGXOD WLURLGHV \ HO SHULFDUGLR H[WHQGLpQGRVH D ORV vasos subclavios, a la región prevertebral, la cual conWLHQHHOQHUYLRIUpQLFRORVP~VFXORVSUHYHUWHEUDOHVHO plexo braquial y la vaina axilar; y la vaina carotídea, FRQIRUPDGDSRUODVWUHVVXEGLYLVLRQHVGHODIDVFLDSUR-
IXQGDTXHFRPSUHQGHODDUWHULDFDUyWLGDODYHQD\XJXODU interna y el nervio vago. /DV IDVFLDV RIUHFHQ XQD LPSRUWDQWH SURWHFFLyQ D ODV estructuras cervicales contra la exanguinación, pero a su vez constituyen un riesgo de desplazamiento y oclusión por colección de sangre en su interior, comprometiendo la YtDDpUHD\FDXVDQGRKDVWDXQGHPRUWDOLGDGHQORV pacientes que no logran ser tratados a tiempo. Tabla 1. Estructuras en riesgo de lesión en el trauma de cuello por sistemas. Sistema
Vasos sanguíneos del cuello Arterias carótidas Son las principales arterias de la cabeza y el cuello. La FDUyWLGD GHUHFKD VH RULJLQD HQ OD ELIXUFDFLyQ GHO WURQFR EUDTXLRFHIiOLFR SRU GHWUiV GH OD DUWLFXODFLyQ HVWHUQRclavicular. La carótida izquierda es una rama directa del cayado aórtico, por tanto tiene una porción torácica corta antes de alcanzar el cuello por detrás de la articulación esternoclavicular. 6HELIXUFDHQHOERUGHVXSHULRUGHODOiPLQDGHOFDUWt-
ODJRWLURLGHVDODDOWXUDGHODVYpUWHEUDV&,,D&,9PiVR menos tres centímetros por debajo del ángulo de la mandíbula. El seno carotídeo se sitúa a menudo en la carótida interna o en las arterias carótidas común e interna, próximo DOSXQWRGHELIXUFDFLyQ Existen dos vías de circulación colateral que cobran importancia en circunstancias en las cuales se requiere OLJDGXUDGHODDUWHULDFDUyWLGDD IXHUDGHOFUiQHRHQWUH ODV DUWHULDV WLURLGHDV VXSHULRU H LQIHULRU VXEFODYLD \ entre la rama descendente de la occipital y la cervical
SURIXQGDVXEFODYLD E GHQWURGHODFDYLGDGFUDQHDOODV arterias vertebrales pueden sustituir a las arterias carótidas primitivas.
Estructuras involucradas
Columna cervical, músculos cervicales, Musculoesquelético tendones, ligamentos, clavículas, 1ª y 2ª costilla y hueso hioides.
Nervioso
Médula espinal, nervio frénico, plexo braquial, nervio laríngeo recurrente, IX y XII par craneal, y el ganglio estrellado.
Vascular
Las arterias carótida común, interna y externa, las arterias vertebrales, el tronco braquiocefálico, y las venas yugulares interna y externa.
Visceral
El conducto torácico, faringe y esófago
Respiratorio
Laringe y tráquea
Endocrino y glandular
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Glándulas tiroides, paratiroides, submandibular y parótidas
Arteria carótida externa Se extiende desde el borde superior de la lámina del cartílago tiroides hasta un punto posterior al cuello del maxilar LQIHULRU HQ OD PLWDG GHO HVSDFLR FRPSUHQGLGR HQWUH HO
YpUWLFHGHODDSyÀVLVPDVWRLGHV\HOiQJXORGHOPD[LODU En el espesor de la parótida se divide en arterias temporal VXSHUÀFLDO\PD[LODU /DFLUFXODFLyQFRODWHUDOSXHGHREWHQHUVHGHVSXpVGH XQDOLJDGXUDSULQFLSDOPHQWHDWUDYpVGHODVJUDQGHVUDPDV WLURLGHDVXSHULRUOLQJXDOIDFLDO\RFFLSLWDOFRQODVFRUUHVpondientes del lado opuesto.
Ramas 1. Arteria tiroidea superior. Se origina en la cara ventral de la carótida externa o de la carótida común y se dirige KDFLDDEDMR\KDFLDGHODQWHKDVWDHOYpUWLFHGHOOyEXOR
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tiroideo correspondiente donde se divide en ramas glandulares. 2. Arteria lingual. Se origina en la cara ventral de la carótida externa, a la altura del hueso hioides. Arteria facial.7DPELpQVHRULJLQDHQODFDUDYHQWUDO de la carótida externa y generalmente junto con la arteria lingual como tronco linguofacial. Se dirige inicialmente hacia abajo y adelante, rodea el borde LQIHULRUGHOPD[LODULQIHULRUSRUGHODQWHGHOP~VFXOR masetero y se dirige hacia arriba y hacia adentro para terminar en el ángulo del ojo, anastomosándose FRQUDPDVGHODDUWHULDRIWiOPLFD'HHVWDPDQHUD su trayecto se puede dividir en porciones cervical \IDFLDO/DSRUFLyQFHUYLFDOGDRULJHQDYDULDVUDmas: arterias palatina ascendente y tonsilar, ramas JODQGXODUHVSDUDODJOiQGXODVXEPD[LODU \DUWHULD mentoniana. 4. Arteria occipital. Se origina en la cara posterior de la arteria carótida externa y en su trayecto se divide HQWUHVSRUFLRQHVDQWHULRUSURIXQGD\SRVWHULRUDO HVWHUQRFOHLGRPDVWRLGHR/DDUWHULDIDUtQJHDDVFHQdente se origina a veces en la occipital.
Venas del cuello Vena yugular externa Recoge la sangre venosa de la mayor parte de la cara y el FXHURFDEHOOXGR\XQDSDUWHLPSRUWDQWHGHODVDQJUHHQFHIilica. Se origina inmediatamente por debajo, o a veces en el LQWHULRUGHODJOiQGXODSDUyWLGD(VWiIRUPDGDHQODPD\RUtD de los casos por la unión de la vena auricular posterior y la vena retromaxilar. Se dirige hacia abajo y hacia atrás, cruzando oblicuamente el músculo esternocleidomastoideo, FXELHUWDSRUHOFXWiQHR3HUIRUDODIDVFLDSURIXQGDHQHO triángulo posterior del cuello y termina en la subclavia, o a veces en la vena yugular interna.
Vena yugular interna
5HFRJHODVDQJUHYHQRVDGHOHQFpIDORGHOFXHOOR\GHOD cara. Se inicia en el agujero yugular, en la base del cráneo y es continuación del seno sigmoideo. Una dilatación situada en su origen es conocida como el bulbo superior. La vena desciende por la vaina carotídea y termina detrás GHOH[WUHPRLQWHUQRGHODFODYtFXODXQLpQGRVHFRQODYHQD VXEFODYLDSDUDIRUPDUHOWURQFREUDTXLRFHIiOLFR
5. Arteria auricular posterior. Se origina en la parte posterior de la carótida externa, inmediatamente por encima del vientre posterior del digástrico. En su trayecto origina las arterias estilomastoidea, timpánica posterior, rama auricular y rama occipital. 6. Arteria faríngea ascendente. $UWHULD WHPSRUDO VXSHUÀFLDO Es la rama terminal de menor calibre de la arteria carótida externa y se origina en la glándula parótida, dorsal al cuello del PD[LODULQIHULRU6XVGRVUDPDVÀQDOHVVRQODIURQWDO DQWHULRU \ODSDULHWDOSRVWHULRU Arteria maxilar. Es la rama terminal gruesa de la carótida externa. Tiene una extensa distribución por ambos maxilares, los músculos masticadores, el paladar y la nariz. Se divide en tres partes: maxilar, pterigoidea y pterigopalatina. Sus ramas irrigan principalmente la membrana timpánica, la duramadre, el cráneo, los dienWHVVXSHULRUHVHLQIHULRUHVORVP~VFXORVPDVWLFDGRUHV
Colaterales
/DVGHPD\RULPSRUWDQFLDVRQHOVHQRSHWURVRLQIHULRUOD
YHQDRFFLSLWDOODVYHQDVIDUtQJHDVODYHQDIDFLDOODVYHQDV linguales, junto con la vena yugular externa y con las venas tiroideas superior y media.
Arteria vertebral Corresponde a la primera rama de la arteria subclavia y se origina por dentro del escaleno anterior e irriga princiSDOPHQWHODSDUWHSRVWHULRUGHOHQFpIDOR$VFLHQGHSRUORV DJXMHURVYHUWHEUDOHVGHODVDSyÀVLVWUDQVYHUVDVGHODVVHLV SULPHUDV YpUWHEUDV FHUYLFDOHV URGHD SRU GHWUiV OD PDVD lateral del atlas y penetra en la cavidad craneal por el DJXMHURRFFLSLWDO(QHOERUGHLQIHULRUGHODSURWXEHUDQFLD VHXQHDODDUWHULDGHORWURODGR\IRUPDODDUWHULDEDVLODU En su trayecto puede dividirse en cuatro partes: cervical, vertebral, suboccipital e intracraneal.
la cara, la órbita y el paladar.
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Trauma de cuello
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Trauma de cuello
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ángulo de la mandíbula. La zona III comprende el espacio existente entre el ángulo de la mandíbula y la base del
La porción cervical asciende por detrás de la carótida común en el espacio situado entre el escaleno anterior y el largo del cuello. La vena vertebral se sitúa centralmente
FUiQHR/DVHVWUXFWXUDVTXHVHDOEHUJDQHQFDGDXQDGHODV ]RQDVDQWHULRUPHQWHGHVFULWDVVHUHODFLRQDQHQOD7DEOD
\HVFUX]DGDSRUODDUWHULDWLURLGHDLQIHULRU\HQHOODGR izquierdo por el conducto torácico.
Conducto torácico Cuando el conducto torácico abandona el tórax se FXUYDODWHUDOPHQWHDQLYHOGHODYpUWHEUD&9,,SDVDSRU delante del tronco simpático izquierdo, la arteria vertebral L]TXLHUGD\HOQHUYLRIUpQLFRL]TXLHUGR6HKDOODSRUGHWUiV de la arteria carótida común izquierda, del vago y de la vena yugular interna. Recibe el tronco yugular izquierdo y termina por delante de la primera porción de la arteria subclavia izquierda, desembocando en una de las siguientes: yugular interna izquierda, ángulo yugulosubclavio izquierdo, vena VXEFODYLDL]TXLHUGDRHQODYHQDEUDTXLRFHIiOLFDL]TXLHUGD Figura 1. Zonas del cuello
Zonas anatómicas
6DOWHD \ FRO HQ proponen la división del cuello anterior en WUHV ]RQDV FRQ HO ÀQ
Tabla 2. Compromiso de estructuras conforme a la zona comprometida. Zonas
GHXQLÀFDUFULWHULRVGH diagnóstico y manejo y realizar protocolos )LJXUD /D ]RQD I está delimitada en VX SDUWH LQIHULRU SRU la línea superior del tórax que une las clavículas, y en su parte superior por una línea imaginaria que se traza a nivel del cartílago cricoides. La
I
II
zona II abarca el área comprendida entre el cartílago cricoides y el hueso hioides en su proyección hasta el
III
Estructuras involucradas
La sintomatología de las lesiones en esta zona no es muy clara y su inspección se dificulta sobre todo cuando las estructuras afectadas se encuentran dentro del tórax. Su angulación y delimitación por parte de las clavículas dificultan la exploración con ecografía. Representan la mayor tasa de mortalidad, por lesión de grandes vasos y estructuras torácicas que compromete.
Características
Su sintomatología es la más evidente de las tres zonas, así como más simple su exploración y examen. La mayoría de las lesiones carotídeas se presentan en las lesiones de la zona II.
Su abordaje quirúrgico e inspección son quizá los de mayor dificultad con respecto a las dos anteriores.
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Las tres zonas del cuello
SHUIRUDFLRQHVHQHVDUHJLyQDQDWyPLFD7RGRHVWRVHGHEH DODSRVLFLyQHQODTXHVHHQFXHQWUDHOHVyIDJRSURWHJLGR de alguna manera por la tráquea, el esternocleidomastoiGHR\ODVYpUWHEUDVFHUYLFDOHVHQVXSRUFLyQVXSHULRU\SRU
Zona III
Zona II
el tórax en su porción distal. Sin embargo, las lesiones TXHVXIUHHOHVyIDJRSHUPDQHFHQRFXOWDVHQODVSULPHUDV horas posteriores al trauma, por lo que la mortalidad que ocasionan sigue siendo relativamente alta, con una tasa
Zona I
Cartílago cricoides
Clavícula
Epidemiología El trauma de cuello representa aproximadamente un 5% a GHODVOHVLRQHVWUDXPiWLFDVJUDYHVFRQXQDPRUWDOLGDG
TXHRVFLODHQWUHHO\HOGHORVFDVRV(QQXHVWUR PHGLRHVWHWUDXPDVLJQLÀFDDSUR[LPDGDPHQWHXQGH dichas lesiones y la estancia hospitalaria por su causa es de 5,1 días. Demetriades en 1996 evaluó heridas transcervicales FRQ H[DPHQ ItVLFR \ DQJLRJUDItD GH UXWLQD (O GH SDFLHQWHVQRUHTXLULyWUDWDPLHQWRTXLU~UJLFR(QHO mismo autor evaluó pacientes con heridas de cuello y signos GXURV\HQFRQWUyGHOHVLRQHV\VLJQRVGXURVVRODPHQWH HQ HO 6KHNDUDQ et al. HQ HO FRQÀUPDURQ HO GHOHVLRQHVFRQVLJQRVGXURV(Q&RORPELD)HUUDGD *DUFtD\&DVWDxRHYDOXDURQHQWUHHQHURGH\GLFLHPEUH GHXQDVHULHGHSDFLHQWHVHQ&DOL\HQFRQWUDURQ TXHXQGHORVSDFLHQWHVHUDGHVH[RPDVFXOLQR\VXV HGDGHVRVFLODEDQHQWUHORV\ORVDxRV(OVXIULHron heridas por arma cortopunzante y el 42% por arma de
IXHJRHOUHVWRGHORVFDVRVSUHVHQWDURQWUDXPDFHUUDGR\ heridas por perdigones. El área comprometida con mayor IUHFXHQFLDIXHODUHJLyQODWHUDOL]TXLHUGD \HOQLYHO ,,GHFXHOOR /DV OHVLRQHV HVRIiJLFDV VRQ SRFR IUHFXHQWHV HQ HO WUDXPD SHQHWUDQWH GH FXHOOR 5HSUHVHQWDQ VyOR HO de los casos en la mayoría de los estudios realizados. Las OHVLRQHVHVRIiJLFDVSRUWUDXPDFHUUDGRVRQPHQRVFRPXQHV
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con un poco más de diez casos reportados en la literatura GHVGH /D SHUIRUDFLyQ IDULQJRHVRIiJLFD VHFXQGDULD al trauma cerrado representa menos del 2% de todas las
Trauma de cuello
promedio del 22%. Las lesiones laringotraqueales representan aproximadamente el 1% del total de las lesiones traumáticas.
Mecanismos de lesión &ODVLÀFDFLyQ Las lesiones que comprometen el cuello tienen básicamente dos orígenes que albergan a su vez varios mecanismos de lesión, descritos a continuación.
Trauma penetrante Las heridas penetrantes del cuello constituyen la mayoría de las lesiones de esta zona y producen a su vez los ma\RUHVtQGLFHVGHPRUWDOLGDG\FRPSOLFDFLRQHV6HGHÀQH como herida penetrante aquella que sobrepasa los límites del platisma. (OJUDGRGHOHVLyQGHSHQGHGHYDULRVIDFWRUHVHQWUH HOORVVLIXHSURGXFLGDSRUDUPDFRUWRSXQ]DQWHRSRUSUR\HF-
WLOGHDUPDGHIXHJR/DVKHULGDVSHQHWUDQWHVGHDUPDEODQFD comprometen los tejidos y estructuras que se encuentran HQHOWUD\HFWRGHODKHULGDVLQDIHFWDUODVHVWUXFWXUDVYHFLQDV$XQTXHLQLFLDOPHQWHODPD\RUtDGHODVYtFWLPDVQR presentan síntomas, con el paso de las horas pueden surgir PDQLIHVWDFLRQHVGHODVOHVLRQHVFDXVDGDV&RQWUDULRDHVWR
ODVKHULGDVSRUSUR\HFWLOHVGHDUPDGHIXHJRQRPXHVWUDQ XQ SDWUyQ FRQWLQXR \ OLQHDO GHELGR D ORV GLIHUHQWHV PRvimientos propios de la bala, y las estructuras vecinas se YHQJUDYHPHQWHDIHFWDGDVSRUHOHIHFWRFDYLWDFLRQDOHVWR GLÀFXOWDHVWLPDUFRQSUHFLVLyQORVGDxRVFDXVDGRV\HOWLSR
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Trauma de cuello
de reparación que necesitan, lo cual depende directamente GHODGLVWDQFLDDODTXHIXHGLVSDUDGDODEDODODWUD\HFWRULD GHOSUR\HFWLO\HOWLSRGHDUPDTXHIXHXWLOL]DGD/DVKHULGDV FDXVDGDVSRUSUR\HFWLOHVGHDOWDYHORFLGDG!² SLHVVHJ FDUDFWHUtVWLFRVGHODVDUPDVGHXVRPLOLWDU\GH caza, generan ondas de choque y poseen un patrón propio GH GHVYLWDOL]DFLyQ GH ORV WHMLGRV TXH URGHDQ HO RULÀFLR de entrada; son las causantes de las lesiones más graves \FRQPD\RUPRUELPRUWDOLGDG$VXYH]SXHGHQJHQHUDU OHVLRQHV VHFXQGDULDV SRU IUDJPHQWRV GHO SUR\HFWLO R GHO KXHVRDIHFWDGR(YLGHQWHPHQWHODVKHULGDVWUDQVÀFFLDQWHV SRUSUR\HFWLOGHDUPDGHIXHJRFDXVDQPD\RUHVGDxRVTXH aquellas que son unilaterales. Las lesiones vasculares que se presentan en el trauma penetrante de cuello se originan por acción mecánica di-
UHFWDVREUHHOYDVRDIHFWDGR\FDXVDQVXVHFFLyQFRPSOHWDR SDUFLDOVHXGRDQHXULVPDVItVWXODVDUWHULRYHQRVDVGLVHFFLyQ
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lesiones. La contusión directa puede producir desgarro vascular, contención de hematomas expansivos que causan FRPSUHVLyQGHRWURVYDVRVHLQFOXVRGHODYtDDpUHDKHPDtomas en las paredes de los vasos con trombosis venosa. La torción y compresión excesivas pueden causar la ruptura total de los vasos y ocasionar, en la mayoría de los casos, ODPXHUWH/DVIUDFWXUDVGHODEDVHGHOFUiQHRDIHFWDQHQ un número importante de veces la porción intrapetrosa de la carótida interna. Fuerzas de aceleración y desaceleración súbitas pueden generar daño medular por latigazo, o aumento de la presión intratorácica en pacientes que reciben trauma torácico o cervical directo, cuando la glotis permanece cerrada, lo que JHQHUDGHVJDUURHVRIiJLFRRWUDXPDODUtQJHR Exposición de heridas en el cuello. Cervicotomía
vascular y daño endotelial; y es la trombosis una de las principales complicaciones en estos pacientes, pues ocurre HQXQDGHORVFDVRV(QQXHVWURPHGLRODVOHVLR-
Vena yugular M. platisma M. esternocleidomastoideo Vaina carotídea Incisión
QHVYDVFXODUHVSRUSUR\HFWLOGHDUPDGHIXHJRUHSUHVHQWDQ DSUR[LPDGDPHQWHXQGHORVFDVRV\DTXHOODVFDXVDGDV por arma cortopunzante, un 21%. /DVOHVLRQHVYDVFXODUHVPiVIUHFXHQWHVVRQODVGHOD
YHQD\XJXODULQWHUQDHQXQ \ODVGHODDUWHULDFDUyWLGD HQXQ /DVOHVLRQHVIDUtQJHDVRHVRIiJLFDVVHSUHVHQtan en un 4% a 12% de los casos, y las lesiones nerviosas FRPSOHMDVRFXUUHQHQXQDGHHOORV/DVOHVLRQHVGH PpGXODHVSLQDOVRQPHQRVIUHFXHQWHV\FXDQGRVHSUHVHQWDQ lo hacen como consecuencia del trauma directo más que
Figura 2. Cervicotomía exploratoria para lesiones cervicales.
Examen físico El manejo de los pacientes con trauma de cuello requiere especial cuidado por el equipo de urgencias, debido al gran Q~PHUR GH VLVWHPDV YLWDOHV TXH SXHGHQ YHUVH DIHFWDGRV
por acción de esquirlas óseas o del proyectil.
En muchos casos se requiere para ello un equipo multidisciplinario encabezado por el cirujano general, quien
Trauma cerrado
(OWUDXPDFHUUDGRGHFXHOORVHSUHVHQWDHQXQGHORV FDVRV LQIRUPDGRV SRU ORV VHUYLFLRV GH XUJHQFLDV /RV
debe realizar un diagnóstico y tratamiento oportunos para evitar complicaciones, sobre todo en el trauma cerrado en HOFXDOODPD\RUtDGHORVSDFLHQWHVPDQLÀHVWDQORVVtQWRPDV
evento. Los accidentes de tránsito constituyen su principal causa, seguidos de los accidentes deportivos y la estrangulación o lesiones secundarias y terciarias de explosiones.
de manera tardía. (OH[DPHQItVLFR\HODERUGDMHLQLFLDOGHORVSDFLHQWHV con trauma de cuello se basan en los lineamientos del $7/6 GHO &ROHJLR$PHULFDQR GH &LUXMDQRV (Q HO FDVR de un accidente de tránsito es indispensable conocer de
Son múltiples los mecanismos por los cuales ocurren las
manera adecuada y completa, la cinemática del trauma, las
HVWXGLRV UHSRUWDQ TXH VyOR XQ GH HVWRV SDFLHQWHV PDQLÀHVWDQVtQWRPDVGXUDQWHODSULPHUDKRUDSRVWHULRUDO
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características de la escena, si la víctima tenía o no puesto el FLQWXUyQGHVHJXULGDGVLIXHH\HFWDGRSRUHOYHKtFXOR\ODV condiciones en las que se encontraban las demás víctimas VLODVKD\ (QHOFDVRGHDJUHVLRQHVYLROHQWDVHVSUHFLVR
VDEHUHOWLSRGHDUPDFRQODTXHIXHUHDOL]DGDODOHVLyQVL VHWUDWDGHXQDKHULGDSRUSUR\HFWLOGHDUPDGHIXHJRHO FDOLEUHGHODUPD\ODGLVWDQFLDDODTXHIXHGLVSDUDGD Es indispensable conocer los signos vitales y el estado del paciente durante el traslado al centro de asistencia, ya TXHHOFKRTXHUHIUDFWDULR\ODH[LVWHQFLDGHFLIUDVWHQVLR-
indiquen lesión; estos se denominan de certeza, ante los cuales es mandatorio realizar una intervención quirúrgica de urgencia; y de alarma y de sospecha, que hacen neceVDULRHIHFWXDUHVWXGLRVTXHSXHGDQDFODUDUHOGLDJQyVWLFR \GHÀQLUHOWUDWDPLHQWRDVHJXLU7DEOD
Tabla 3. Signos que indican exploración quirúrgica. Sistema
nales bajas o signos de choque previos a la atención en urgencias indican lesión vascular. 'HWHUPLQHODSHUPHDELOLGDGGHODYtDDpUHD0XFKRV pacientes con trauma de cuello requieren intubación precoz como medida preventiva, sobre todo cuando existen hematomas expansivos o sangrados activos en la cavidad oral. Esperar para realizar una traqueostomía puede ser un error, máxime si se considera que en muchos pacientes FRQWUDXPDGHFXHOORVHGLÀFXOWDHODERUGDMHVLKD\JUDQGHV hematomas. Se debe sospechar trauma de columna cervical en todo accidente que involucre velocidad o caída de altura, KDVWDTXHVHGHVFDUWHSRUH[DPHQItVLFRHLQWHUURJDWRULRGHO
incontrolable
sin trauma craneoencefálico asociado
paciente si existen o no síntomas o signos de lesión medular. El collar cervical debe ser puesto siempre y cuando se haya realizado una inspección minuciosa del cuello, que incluya palpación y auscultación, y no existan heridas con sangrado activo, y debe ser retirado tan pronto se descarte lesión de columna cervical, para poder observar si hay signos de OHVLyQYDVFXODUGHODYtDDpUHD\GHOVLVWHPDGLJHVWLYR'H-
Signos y síntomas
$FRQWLQXDFLyQVHGHVFULELUiQSRUVLVWHPDVORVVLJQRV y síntomas, las principales complicaciones y el manejo de los pacientes con trauma de cuello.
termine el patrón respiratorio del paciente y las cinco patoORJtDVTXHSXHGDQDPHQD]DUVXYLGDQHXPRWyUD[DWHQVLyQ hemotórax masivo, tórax inestable, taponamiento cardiaco \KHPRWyUD[DELHUWR (VWDEOH]FDXQDFFHVRFLUFXODWRULR\ WUDWHGHFXDQWLÀFDUODVSpUGLGDVVDQJXtQHDV\HYDOXDUORV signos de choque; descarte otras zonas de sangrado. Evalúe
Vascular
el estado neurológico del paciente y determine el puntaje en la escala de coma de Glasgow, la simetría pupilar, y EXVTXH VLJQRV GH IRFDOL]DFLyQ )LQDOPHQWH H[SRQJD DO
yugulares internas y externas, y las arterias vertebrales. La ruptura total o parcial de estos vasos puede causar muerte
paciente y descarte cualquier otro tipo de lesión. Una vez ÀQDOL]DODYDORUDFLyQLQLFLDOVHGHEHUHDOL]DUXQH[DPHQ minucioso del cuello en busca de signos y síntomas que
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Trauma de cuello
Es preciso recordar los vasos que se encuentran alojados en el cuello para comprender la trascendencia de las lesiones vasculares en el trauma de cuello y la importancia de su GHWHFFLyQ\WUDWDPLHQWRHÀFD]/RVJUDQGHVYDVRVGHOFXHOOR son las arterias carótidas común, externa e interna; las venas
SRUH[DQJXLQDFLyQRSRUREVWUXFFLyQGLUHFWDGHODYtDDpUHD debido a un hematoma expansivo, o compromiso vascular GLUHFWRSRUHPEROL]DFLyQXREVWUXFFLyQSRUIUDJPHQWRVGH cuerpo extraño.
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Trauma de cuello
Trauma penetrante
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El diagnóstico de las lesiones vasculares, al igual que el resto de lesiones del cuello, se basa inicialmente en un buen H[DPHQItVLFRHLQWHUURJDWRULRQRVyORDOSDFLHQWHVREUH sus síntomas actuales sino al personal que intervino en su atención desde el momento inicial y durante el transporte. &RQHOÀQGHVLPSOLÀFDUORVFULWHULRVTXLU~UJLFRV\RSWLPLzar en tiempo y recursos las ayudas diagnósticas se realiza XQDFODVLÀFDFLyQGHDFXHUGRFRQORVVLJQRV\VtQWRPDVTXH pueden presentar estos pacientes, que a su vez se aplica para toda lesión vascular en cualquier localización anatómica 7DEOD 6HKDEODGHVLJQRVGHFHUWH]DFXDQGRORVKDOOD]JRVDOH[DPHQItVLFRHYLGHQFLDQXQDOHVLyQYDVFXODUORFXDO
Las lesiones vasculares son las más comunes en el trauma de cuello con respecto a los demás sistemas que allí se albergan. Comprenden aproximadamente un 25% de los pacientes con trauma penetrante de cuello y representan una WDVDGHPRUWDOLGDGTXHYDGHODOGHORVSDFLHQWHV
/DVKHULGDVSRUDUPDGHIXHJRVHDVRFLDQHQODPD\RUtDGH los casos a lesiones quirúrgicas representadas por signos de certeza o duros, con respecto a las heridas estables por arma FRUWRSXQ]DQWH/D\XJXODUHVODYHQDFRQPiVIUHFXHQFLD comprometida, así como la carótida común es la arteria más OHVLRQDGDKDVWDHQXQGHORVSDFLHQWHVFRQOHVLRQHV YDVFXODUHV /DDUWHULDYHUWHEUDOVHYHFRPSURPHWLGDWDQ
implica realizar de manera inmediata un reparo quirúrgico, \D VHD SRU FHUYLFRWRPtD )LJXUD \ H[SORUDFLyQ R FRQ SUHYLDDUWHULRJUDItDFRQHOÀQGHHVWDEOHFHUFRQSUHFLVLyQHO YDVRDIHFWDGR\ODSRUFLyQHQODFXDOVHHQFXHQWUDODOHVLyQ Los signos de sospecha implican que de una u otra manera una lesión vascular ha ocurrido, y se debe recurrir a la observación y realización de estudios complementarios para GHÀQLUFRQFHUWH]DHOGLDJQyVWLFR\ODFRQGXFWDDVHJXLU Las lesiones vasculares se reparan por medio de sutura YDVFXODUHPEROL]DFLyQLQMHUWRGHYHQDVDIHQDGHOPLVPR SDFLHQWHHQODPD\RUtDGHORVFDVRV \VLODOHVLyQGHOD carótida externa es muy extensa se puede realizar ligadura de la misma sin que esto represente complicaciones para el paciente. La ligadura de las arterias carótida interna y
VyORHQXQGHORVFDVRV
FRP~QFRPSRUWDPXFKRPD\RUULHVJRGHVHFXHODVIXQFLRnales para los pacientes y solo está recomendada en el caso
Trauma cerrado
de sangrados incoercibles que ponen en riesgo la vida del
Gracias a los avances imaginológicos las lesiones vasculares por trauma cerrado del cuello producen hoy en día un porcentaje menor de morbimortalidad para los pacientes, y además se presentan en menor porcentaje que las penetrantes. Las lesiones vasculares del cuello por trauma FHUUDGRUHSUHVHQWDQHQWUHXQ\XQGHORVFDVRV/DV tasas de mortalidad secundarias al trauma cerrado ocurren HQDSUR[LPDGDPHQWHXQDXQGHORVSDFLHQWHV El manejo primario de las lesiones vasculares del cuello es básicamente el mismo que para el resto de las demás lesiones vasculares en otras partes del cuerpo: compresión directa y reposición de líquidos.
SDFLHQWHRVLHOUHSDURHVWpFQLFDPHQWHLPSRVLEOHGHUHDOL]DU Surge entonces una duda en cuanto a la revascularización que se realiza en los pacientes con lesiones consiGHUDEOHV GH FDUyWLGD TXH DIHFWDQ OD FLUFXODFLyQ FHUHEUDO Múltiples estudios han encontrado que estos pacientes se EHQHÀFLDQGHOUHSDURYDVFXODUSHURWLHQHQVHFXHODVQHXURlógicas de acuerdo con el tiempo de lesión y el estado neurológico previo a la intervención quirúrgica. Los expertos recomiendan no realizar reparos vasculares en pacientes FRQ FRPD SURIXQGR \D TXH VX SURQyVWLFR QHXUROyJLFR SRVWHULRUDODFLUXJtDQRHVPX\DOHQWDGRUDGLIHUHQFLDGHO resto de los pacientes con lesiones de carótida.
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(OH[DPHQItVLFRFRPR~QLFRPpWRGRGLDJQyVWLFRSDUD
Tabla 4. Signos de lesión vascular. Clasificación
detectar las lesiones vasculares en la zona II del cuello ha
Signo
GHPRVWUDGRWHQHUXQDHVSHFLÀFLGDG\VHQVLELOLGDGGHO siempre y cuando se realice en centros de trauma especializados y no existan lesiones en otras zonas del cuello, cuando cruza la línea media, en los pacientes con traumas asociados de cráneo y en las lesiones en proximidad de la arteria vertebral
/DUDGLRJUDItDGHWyUD[RIUHFHXQH[FHOHQWHFRPSOHmento para el diagnóstico de lesiones vasculares y otras lesiones asociadas.
Las lesiones venosas mayores deben ser ligadas en otras circunstancias y hacer reparos primarios. No existen mayores secuelas en pacientes con ligaduras bilaterales de yugular interna. El uso de injertos o reparo con materiales VLQWpWLFRVQRHVORPiVIUHFXHQWH\DTXHSRUHOEDMRÁXMR endovenoso que se presente es más probable que ocurran obstrucciones en las zonas de sutura o del nuevo material.
Diagnóstico
8QEXHQH[DPHQItVLFR\XQDEXHQDKLVWRULDFOtQLFDORJUDQ orientar de manera adecuada el diagnóstico y permiten GHÀQLUODFRQGXFWDDVHJXLU(QODDFWXDOLGDGORVSDFLHQtes que presentan signos de sospecha de lesión del cuello pueden ser diagnosticados con precisión, lo que permite un tratamiento más acertado y oportuno, con las siguientes RSFLRQHV HFR G~SOH[ G~SOH[ FRORU DUWHULRJUDItD DQJLR 7$&\UHVRQDQFLDPDJQpWLFD
158
Trauma de cuello
Respiratorio
$SUR[LPDGDPHQWHXQWHUFLRGHODVOHVLRQHVGHODYtDDpUHD involucran la laringe, y los dos tercios restantes corresponGHQDOHVLRQHVGHODWUiTXHDGHODVFXDOHVPiVGHXQ VRQFRQÀQDGDVDVXSRUFLyQFHUYLFDO
$XQTXH ODV OHVLRQHV ODULQJRWUDTXHDOHV VXHOHQ VHU PX\ HYLGHQWHVDO H[DPHQItVLFR VH HQFXHQWUDHQÀVHPD VXEFXWiQHRGLVIRQtDURQTXHUDHVWULGRULQVXÀFLHQFLDUHVSLUDWRULDKHPRSWLVLVSpUGLGDGHODSURPLQHQFLDWLURLGHD\ GHVYLDFLyQGHODYtDDpUHD H[LVWHQUHSRUWHVHQODOLWHUDWXUD que muestran que hasta un 25% de los casos de lesiones TXLU~UJLFDVGHYtDDpUHDQRSUHVHQWDURQKDOOD]JRVFOtQLFRV VLQRKDVWDKRUDVHLQFOXVRKRUDVGHVSXpVGHODOHVLyQ El diagnóstico no siempre se hace de manera oportuna; esto se ve especialmente en pacientes a quienes se les realiza una intubación orotraqueal de emergencia, lo cual conlleva
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Trauma de cuello
XQDREVWUXFFLyQSURJUHVLYDGHODYtDDpUHDTXHGHQRVHUWUDWDGD a tiempo desencadenará una estenosis, que puede evidenciarse GHVGHRFKRGtDVKDVWDWUHVDxRVGHVSXpVGHOWUDXPDLQLFLDO
(VIXQGDPHQWDOHQHOSDFLHQWHWUDXPDWL]DGRPDQWHQHU
SHUPHDEOHODYtDDpUHDSDUDORFXDOVHWLHQHFRPRSULPHUD elección, en caso de lesiones penetrantes o cerradas con compromiso de esta vía, la intubación orotraqueal; de no
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La mayoría de las lesiones traqueales se localizan a QLYHOFHUYLFDO\DTXHHOHVWHUQyQRIUHFHXQDHÀFD]SURWHFción para la tráquea torácica. Los signos y síntomas que se pueden encontrar en
ser posible debido a alteraciones secundarias al trauma se
ORVSDFLHQWHVFRQWUDXPDWUDTXHDOVRQHVWULGRUGLVIRQtD KHPRSWLVLVHQÀVHPDVXEFXWiQHRFUHSLWDFLyQ\RGLVQHD La gran mayoría de las lesiones traqueales son de pequeño calibre y solo requieren reparo primario con una
elegirá como opción una traqueostomía de emergencia, que se reserva sólo al cirujano.
sutura absorbible, ya que la sutura permanente ha demostraGRXQDXPHQWRHQODIRUPDFLyQGHJUDQXORPDV'HDFXHUGR
Para lesiones a nivel del cartílago tiroides o por encima TXHUHTXLHUDQXQDYtDDpUHDTXLU~UJLFDODFULFRWLURLGRVWRPtD
FRQODH[WHQVLyQGHOGHIHFWRVHUHDOL]DQGLIHUHQWHVWLSRVGH WpFQLFDVTXLU~UJLFDVHQWUHODVTXHVHHQFXHQWUDLQFOXVRHO
de emergencia puede salvar la vida del paciente.
Laringe
)LJXUD HVHOSURFHGLPLHQWRGHHOHFFLyQSRUODUDSLGH] \ IDFLOLGDG SDUD VX UHDOL]DFLyQ HQ FDVR GH OHVLRQHV SRU debajo de la membrana cricotiroidea, una traqueostomía
XVRGHLQMHUWRVVLQWpWLFRVVREUHWRGRHQGHIHFWRVPD\RUHV de 6 cm.
/DYDORUDFLyQGHXQDOHVLyQGHODYtDDpUHDHQSDFLHQWHV estables se debe realizar basados en el índice de sospecha. /DÀEURQDVRODULQJRVFRSLDHVHOHVWXGLRGHHOHFFLyQHQHVWRV casos, pues tiene una sensibilidad de 92.
del total de las lesiones secundarias al trauma, y la gran PD\RUtDVHPDQLÀHVWDQHQODSRUFLyQFHUYLFDOGHHVWDHVWUXFtura. Su principal causa son las lesiones cerradas por com-
Tráquea
presión directa sobre la tráquea, el cricoides o el tiroides, sobre todo en accidentes de tránsito en los que el cuello de
(VWDVOHVLRQHVVRQSRFRIUHFXHQWHV\VHSUHVHQWDQDSURximadamente en un 6% de los pacientes con trauma de cuello.
Las lesiones laringotraqueales representan menos del 1%
ODYtFWLPDVHJROSHDFRQWUDHOWLPyQRHOWDEOHURIURQWDOGHO vehículo. Otras causas menos comunes son ahorcamiento, WUDXPDGLUHFWRSRUYLROHQFLDFLYLOROHVLRQHVDXWRLQÁLJLGDV
Figura 3 Técnica de cricotiroidostomía quirúrgica Incisión sobre el espacio cricotiroideo
Incisión, dilatación o ampliación
Inserción del dispositivo endotraqueal
Cartílago
Membrana Criotiroidéa
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Las heridas penetrantes de laringe y tráquea representan DOUHGHGRUGHOGHOWRWDOGHODVOHVLRQHVSHQHWUDQWHVGH cuello. Siempre se deben descartar lesiones de columna cervical en pacientes con trauma cerrado de cuello. Los signos y síntomas que presentan los pacientes con HVWHWLSRGHOHVLRQHVLQFOX\HQHVWULGRUGLVIRQtDDIRQtDGLV-
(QODVKHULGDVGHPHQRUWDPDxRVHKDSUHIHULGRODUHSDUDFLyQGLUHFWDVLQUHFXUULUDODWUDTXHRVWRPtD\DTXHpVWD aumenta de manera considerable la morbimortalidad de los SDFLHQWHVUHODFLRQDGDFRQLQIHFFLyQSRUORTXHVHUHVHUYD solo para lesiones traqueales extensas en las que un cierre
nea, hemoptisis, crepitación y herida soplante en el cuello.
primario causaría necrosis por compromiso directo de la vasculatura, o en los pacientes inestables cuyo compromiso
Las lesiones de laringe se dividen en cinco categorías
traqueal requiere una amplia exploración para su reparo, por
que inicialmente incluyen lesiones equimóticas de la PXFRVD VLJXLHQGR FRQ GLIHUHQWHV JUDGRV GH GLVUXSFLyQ GH OD PLVPD \ ÀQDOPHQWH FRQ OHVLyQ GH ODV HVWUXFWXUDV
lo que se recurre a la traqueostomía como control de daños. Las secuelas asociadas a los pacientes con lesión WUDTXHDOSRVWUDXPiWLFDVHPDQLÀHVWDQHQVXJUDQPD\RUtD
cartilaginosas. El diagnóstico se realiza por medio de la
en alteraciones de la voz, parálisis de las cuerdas vocales,
FOtQLFDFRQODVPLVPDVPDQLIHVWDFLRQHVGHVFULWDVSDUDHO
WUDXPDGHWUiTXHD\RFRQODYLVXDOL]DFLyQGLUHFWDGHODV
OHVLRQHV D WUDYpV GHO ÀEURODULQJRVFRSLR (O UHSDUR GHEH hacerse tan pronto se detecte la lesión, ya que cuanto más tiempo transcurra desde el momento de la lesión el tejido VHWRUQDIULDEOH\GHMDQSRFDFDQWLGDGGHPXFRVDSDUDHO reparo primario, por lo que aumenta la morbilidad de estos SDFLHQWHV&XDQGRVHSUHVHQWDQJUDQGHVGHIHFWRVVHGHEH
UHFXUULUDOXVRGHVWHQWVGHVLOLFRQD\HVWHURLGHVVLVWpPLFRV
HVWHQRVLV ODUtQJHD WUDTXHRVWRPtD GHÀQLWLYD \ FRQGULWLV crónica. La gravedad de la lesión está proporcionalmente relacionada con la gravedad de las secuelas. /DPRUWDOLGDGHQSDFLHQWHVFRQOHVLRQHVGHODYtDDpUHD
KDVLGRUHSRUWDGDHQWUHXQ\XQ Signos de lesión traqueobronquial o pulmonar (QÀVHPDVXEFXWiQHR 7RV
'LÀFXOWDGUHVSLUDWRULD +HPRSWLVLVJHQHUDOPHQWHVHFXQGDULDDODGLVUXS-
SDUDHVWDELOL]DUODYtDDpUHD\IDFLOLWDUHOUHSDURTXLU~UJLFR
ción de una arteria bronquial. 1HXPRWyUD[DWHQVLyQ (QVDQFKDPLHQWRPHGLDVWLQDO
El uso del endoscopio cada día cobra más utilidad para el reparo de las rupturas del cartílago tiroides. Las indicaciones quirúrgicas para trauma de laringe
5HWUDFFLRQHVLQWHUFRVWDOHV
son:
5XLGRVUHVSLUDWRULRVGLVPLQXLGRV +LSHUUHVRQDQFLDDODSHUFXVLyQGHOSXOPyQFRQWUD-
7RGDVODVKHULGDVSHQHWUDQWHV 5XSWXUDGHFXHUGDVYRFDOHV /HVLRQHVGHPXFRVDFRQH[SRVLFLyQGHFDUWtODJR 6HSDUDFLyQWLURLGHD
lateral
)UDFWXUDVGHFDUWtODJRVWLURLGHV\FULFRLGHV /D WpFQLFD TXLU~UJLFD FRQVLVWH EiVLFDPHQWH HQ GHVbridar el cartílago desvitalizado y cubrir con mucosa el
+LSR[LD
cartílago expuesto para evitar su necrosis. Sin embargo, HQORVFDVRVGHJUDQGHVOHVLRQHVHVGLItFLOUHVWDEOHFHUOD anatomía laríngea, por lo que se debe recurrir al manejo experto del otorrinolaringólogo.
7DTXLSQHD $JLWDFLyQ +LSRWHQVLyQ 7DTXLFDUGLD
Digestivo
/DVKHULGDVHVRIiJLFDVSRUORJHQHUDOVRQSRFRHYLGHQWHV
La reparación de las heridas traqueales se realiza de HOHFFLyQHQIRUPDSULPDULDFRQSXQWRVVHSDUDGRVGHPDWH-
aunque en algunos casos es posible detectar en estos pa-
GHIRUPDFLyQGHJUDQXORPDV
RWURVVtQWRPDV\DGHVFULWRV/DVOHVLRQHVGHHVyIDJRVRQ
ULDODEVRUELEOHFRQHOSURSyVLWRGHGLVPLQXLUHOULHVJR
160
Trauma de cuello
FLHQWHVKHPDWHPHVLVGLVIDJLDRGLQRIDJLDGHVYLDFLyQGH
WUiTXHDKHPDWRPDUHWURIDUtQJHRRFUHSLWDFLyQMXQWRFRQ
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Trauma de cuello
quizá las únicas que obligan a realizar estudios diagnósticos complementarios, ya que su ubicación no permite que la clínica sea la mayor herramienta de evaluación. Múltiples estudios, en su mayoría retrospectivos, han demostrado la QHFHVLGDGGHUHDOL]DUHVRIDJRJUDPD\HVRIDJRVFRSLDHQ los pacientes con trauma penetrante del cuello sintomátiFRVRFRQKHULGDVSRUDUPDGHIXHJRWUDQVÀFFLDQWHVRFRQ WUD\HFWRTXHSXHGDLQYROXFUDUHOHVyIDJR'HPHWULDGHV\
FROUHDOL]DURQXQHVWXGLRSURVSHFWLYRFRQSDFLHQWHV HQTXLHQHVHQFRQWUDURQTXHODVOHVLRQHVGHHVyIDJRVROR se presentaban en aquellos sintomáticos, por lo que no se requerían estudios adicionales; sin embargo, otros reportes de la literatura y estudios complementarios llevaron a este grupo de expertos a recomendar la tríada ideal para el GLDJQyVWLFRGHODVOHVLRQHVGHHVyIDJRHQHOWUDXPDGHFXH-
OORHVRIDJRJUDPDHVRIDJRVFRSLD\H[DPHQItVLFR VREUH todo en centros con poco volumen de este tipo de pacientes y por ende poca experiencia en el tema. La sensibilidad GLDJQyVWLFDGHODHVRIDJRVFRSLDVXPDGDDOHVRIDJRJUDPD \DOH[DPHQItVLFRDGHFXDGRHVFHUFDQDDO/RVHV-
WXGLRVVHUHDOL]DURQLQLFLDOPHQWHFRQHVRIDJRVFRSLRUtJLGR SHURSRVWHULRUPHQWHVHXVyHOHVRIDJRVFRSLRÁH[LEOHSRU ODIDFLOLGDGGHPDQLREUDELOLGDGTXHRIUHFtDDORVQXHYRV cirujanos. Empero, no se ha demostrado de manera contun-
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WRGRVXSHUDQHOSHURDXQFRQXQFLHUUHWHPSUDQROD IRUPDFLyQ GH ItVWXODV SRVRSHUDWRULDV VH SUHVHQWD LQFOXVR KDVWDHQXQGHORVSDFLHQWHV6LHOFLHUUHVHGLÀHUHPiV de 24 horas la tasa de sobrevida se reduce a un 64%. La principal causa de muerte en estos pacientes es la sepsis; por esta razón es supremamente importante establecer un dren del área para prevenir abscesos. Las lesiones del conducto torácico son por lo general asintomáticas y se detectan en la mayoría de los casos de manera accidental en cirugía.
Neurológico Signos de lesión de pares craneales 1HUYLRIDFLDO9,,SDU 'HVFHQVRGHODFRPLVXUD ODELDOGHOODGRDIHFWDGR
1HUYLR JORVRIDUtQJHR ,; SDU 'LVIDJLD UHÁHMR QDXVHRVRDOWHUDGR
1HUYLRYDJR;SDUODUtQJHRUHFXUUHQWH 5RQTXHUD GLVPLQXFLyQHQODIXHU]DGHODYR] 1HUYLR HVSLQDO DFFHVRULR ;, SDU ,QFDSDFLGDG para elevar el hombro ipsilateral, y para lateralizar la barbilla sobre el hombro contralateral
1HUYLRKLSRJORVR;,,SDU 'HVYLDFLyQGHODOHQJXD con protrusión
GHQWHODHIHFWLYLGDGGHOXQRVREUHHORWURODGHFLVLyQVHUtD entonces operador-dependiente. Un estudio realizado por :HLJHOW\FROPRVWUyTXHODHVRIDJRVFRSLDÁH[LEOHRPLWLy FLQFRFDVRVGHOHVLyQGHRFKRGHWHFWDGRVSRUHVRIDJRVFRSLD UtJLGD(VWRFDXVyJUDQFRQWURYHUVLD\HQHO+RUZLW] y col. realizaron un estudio retrospectivo que incluía 55
pacientes con trauma penetrante de cuello estudiados con HVRIDJRVFRSLR ÁH[LEOH PRVWUDQGR XQD HVSHFLÀFLGDG GHO \XQDVHQVLELOLGDGGHO6HUHTXLHUHHQWRQFHVOD UHDOL]DFLyQGHHVWXGLRVSURVSHFWLYRVFRQHOÀQGHGHÀQLUFRQ PD\RUSUHFLVLyQORVYDORUHVGHVHQVLELOLGDG\HVSHFLÀFLGDG GHODHVRIDJRVFRSLDUtJLGDYVODÁH[LEOHVLQHPEDUJRHV FODURTXHHOGLDJQyVWLFRSUHFLVRGHODVOHVLRQHVHVRIiJLFDV GHSHQGHHQXQGHXQEXHQH[DPHQItVLFRLQWHUURJDWRULRVXPDGRDODHVRIDJRVFRSLD\DOHVRIDJRJUDPD El tratamiento de estas lesiones es el cierre primario FRQGUHQDMHRVLQpO/DVWDVDVGHVREUHYLGDFRQHVWHPp-
Imaginología y estudios diagnósticos El diagnóstico y oportuno tratamiento de las lesioQHV HQ HO FXHOOR GHSHQGHQ GH XQ EXHQ H[DPHQ ItVLFR e interrogatorio, pero en muchos casos se requiere el XVR GH PpWRGRV FOtQLFRV SDUD REWHQHU XQ GLDJQyVWLFR DFHUWDGR \ XQ WUDWDPLHQWR HÀFD]$ FRQWLQXDFLyQ VH GHVFULELUiQORVGLIHUHQWHVWLSRVGHLPiJHQHVRPpWRGRV diagnósticos a los que se puede y debe acudirse de DFXHUGRFRQORVVtQWRPDV\ODVPDQLIHVWDFLRQHVFOtQLFDV que presenta el paciente. Inicialmente los pacientes con lesiones vasculares de cuello de otros sistemas que se consideren quirúrgicas GHEHQVHUKHPRFODVLÀFDGRV\UHVHUYDGRVHQHOPRPHQWR en que ingresan al servicio de urgencias. Establecer desde el ingreso los valores de hemoglobina puede ser bastante útil en los pacientes con lesiones vasculares.
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ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
Tabla 5. Estudios que recomiendan examen físico vs. estudios en heridas vasculares en zona 2 del cuello. Estudio Biffl y col.* Beitsch y col. Jarvik y col. Gerst y col. Byers y col. Rivers y col. Sekharan y col.*
Total
Con signos de certeza
Con signos de sospecha
208 178 11 335 110 106 23 145 1.216
80 42 45 66 52 62 1 31 379
128 136 66 269 58 44 22 114 837
*Estudios prospectivos
Poblaciones especiales Pacientes embarazadas Las pacientes embarazadas que presentan trauma de cuello deben ser manejadas con especial consideración, sobre todo VLWHQHPRVHQFXHQWDORVFDPELRVÀVLROyJLFRVSURSLRVGH
HVWDHWDSD/DYtDDpUHDVHWRUQDFRPSOHMDSDUDVXPDQHMR
GHELGR D OD IULDELOLGDG \ FRQJHVWLyQ GH ODV PXFRVDV OD UHODMDFLyQGHOHVItQWHUHVRIiJLFRLQIHULRUORTXHIDYRUHFH la broncoaspiración; el retardo del vaciamiento gástrico, por lo que se deben presumir pacientes con estómago OOHQRHQHOPRPHQWRGHPDQLSXODUODYtDDpUHD(OPDQHMR prehospitalario de las pacientes embarazadas víctimas de trauma del cuello debe incluir todas las consideraciones mencionadas anteriormente, con la salvedad de que la paciente con más de veinte semanas de gestación debe ser evaluada, tratada y transportada con desplazamiento del útero hacia la izquierda, ya sea por lateralización de la tabla UtJLGDHQODTXHVHKDLQPRYLOL]DGRODSDFLHQWHDR por movilización manual del útero, sobre todo en pacientes en las que se sospecha trauma de columna cervical. No ROYLGDUODHYDOXDFLyQPDWHUQDO\IHWDOSHUPDQHQWHGXUDQWH HOWUDVODGR\HOPDQHMRLQWUDKRVSLWDODULRVHFRQVLGHUDTXH H[LVWHYLDELOLGDGIHWDOGHVGHODVHPDQDGHJHVWDFLyQSRU lo que a partir de este momento se requiere la evaluación REVWpWULFDGHODSDFLHQWH
162
Trauma de cuello
Población pediátrica
6RQPXFKDVODVGLIHUHQFLDVDQDWyPLFDVH[LVWHQWHVHQWUH ORVSDFLHQWHVSHGLiWULFRV\ODSREODFLyQDGXOWDTXHIDYR-
UHFHQRTXHFRPSOLFDQHOSURQyVWLFRGHORVSULPHURV$ GLIHUHQFLDGHODGXOWRHOSDFLHQWHSHGLiWULFRWLHQHXQGLiPHWURFHIiOLFRPD\RUFRQUHVSHFWRDOUHVWRGHVXVXSHUÀFLH corporal; el occipucio es más prominente, lo que obliga a hacer cambios en la posición de permeabilización de
ODYtDDpUHDVHGHEHUHFXUULUDOXVRGHXQHOHYDGRULQWHUHVFDSXODUSDUDDOLQHDUODFROXPQDFHUYLFDO ODVPXFRVDV
VRQPiVIULDEOHV\IiFLOHVGHODFHUDU\ODFDYLGDGRUDOGH UHGXFLGRWDPDxRGLÀFXOWDVXPDQLSXODFLyQ(OFXHOORGH ORVQLxRVHVUHODWLYDPHQWHPiVFRUWRORFXDOIDYRUHFHTXH
VHDPHQRUODLQFLGHQFLDHQpOGHOHVLRQHVDQWHULRUHVSRU trauma directo. La cabeza y el cuello son más anteriores y WLHQGHQDDEVRUEHUFRQPD\RUIUHFXHQFLDORVLPSDFWRVSRU trauma cerrado directo. Sin embargo, el mayor diámetro FHIiOLFRTXHH[LVWHHQORVSDFLHQWHVSHGLiWULFRVKDFHTXH HOFXHOORHVWpPiVH[SXHVWRDOHVLRQHVSRUDFHOHUDFLyQ\ desaceleración.
/DYtDDpUHDGHORVQLxRVWLHQHDVXYH]XQDGLVSRVLFLyQ
PiVFHIiOLFD\DQWHULRU\VXSXQWRPiVHVWUHFKRHVHQHO cartílago cricoides a nivel de C4, mientras que en los adultos HVWHSXQWRVHHQFXHQWUDDQLYHOGH&2WURKHFKRHVTXHHO FXHOORGHORVQLxRVHVPiVÁH[LEOHSRUORTXHODVOHVLRQHV QRVRQWDQHYLGHQWHVSRUUDGLRJUDItD
Adultos mayores Los pacientes ancianos presentan marcados cambios ItVLFRV\SVLFROyJLFRVTXHGLÀFXOWDQVXDERUGDMHGLDJnóstico y manejo. Los cambios cardiovasculares incluyen, HQWUHRWURVDXPHQWRGHODUHVLVWHQFLDYDVFXODUSHULIpULFD menor respuesta cardiaca a las demandas corporales, FRPRHQHOFDVRGHOFKRTXHKLSRYROpPLFR5HFRUGHPRV además que los procesos de autorregulación corporal, como la contracción vascular secundaria a la disminución GHYROXPHQFLUFXODQWHQRVRQHIHFWLYRVHQODPD\RUtDGH estos pacientes. Los cambios osteoarticulares, como la DUWURVLVGLÀFXOWDQORVKDOOD]JRVUDGLROyJLFRV/DVIXHU]DV GH DFHOHUDFLyQ \ GHVDFHOHUDFLyQ DIHFWDQ FRQ PD\RU
IUHFXHQFLDDHVWDSREODFLyQGHELGRDORVRVWHRÀWRV\DOD
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Trauma de cuello
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GHELOLGDGRFDOFLÀFDFLyQGHOLJDPHQWRV\HQWRQFHVVRQ PiVIUHFXHQWHVHQHOODODVOHVLRQHVPHGXODUHVSRUFRPpresión, sobre todo central.
/DVHFFLyQFRPSOHWDGHODPHGXODHVSLQDOSRUHQFLPD
Pronóstico
pacientes que las presentan. /DVOHVLRQHVYDVFXODUHVTXHVHSUHVHQWDQVHFXQGDULDVDO trauma cerrado del cuello tienen muy pobre pronóstico
/DV OHVLRQHV GH OD ]RQD , GHO FXHOOR WLHQHQ HO SHRU pronóstico, con una gran morbimortalidad para los pacientes. /DVOHVLRQHVGHOD]RQD,,VRQODVGHPiVDOWDSUHYDOHQFLDHQFXDQWRDWUDXPDSHQHWUDQWHVHUHÀHUH$VX YH] GHELGR DO IiFLO DFFHVR ODV OHVLRQHV GH FXHOOR HQ esta zona representan la más baja morbimortalidad para los pacientes y menores costos en cuanto a ayudas diagnósticas. /DVOHVLRQHVGHOD]RQD,,,VRQODVPHQRVIUHFXHQWHV pero a su vez representan un reto diagnóstico y teUDSpXWLFR SDUD ORV FLUXMDQRV GHELGR D ODV HVWUXFWXUDV
YLWDOHVTXHDOOtVHFRPSURPHWHQ\VXORFDOL]DFLyQHQVX PD\RUtDSURWHJLGDVSRUHVWUXFWXUDVyVHDVTXHGLÀFXOWDQ VXDERUGDMH
GH&HVFRQIUHFXHQFLDIDWDO/DSUHVHUYDFLyQGHOD IXQFLyQGHORVHVItQWHUHVSRVWHULRUDODVOHVLRQHVFHUYLcales mejora la calidad de vida y el pronóstico de los
y muy bajas tasas de sobrevida. (O SURQyVWLFR HPSHRUD GH PDQHUD FRQVLGHUDEOH HQ ORV pacientes que presentan secuelas neurológicas posteriores al trauma carotídeo. La revascularización precoz puede mejorar este pronóstico y la sobrevida de los pacientes. (O GLDJQyVWLFR RSRUWXQR GH ODV OHVLRQHV IDULQJRHVRIiJLFDV HV LQGLVSHQVDEOH SDUD GLVPLQXLU GH PDQHUD considerable la morbimortalidad de los pacientes. $XQTXHODWDVDGHPRUWDOLGDGGHELGDDOWUDXPDGHFXHOOR en la población civil es de tan sólo un 2% a un 6%, la lesión de grandes vasos en el cuello acarrea consigo una mortalidad cercana al 65% de los casos, incluyendo GHQWURGHpVWRVODVPXHUWHVSUHKRVSLWDODULDV
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TRAUMA PENETRANTE DE CUELLO SIGNOS DE CERTEZA Sangrado activo Hematoma expansivo o pulsátil Choque refractario a LEV Herida soplante
VIA AÉREA
ESTABLE CON SIGNOS Mediastino ensanchado Soplo Hematoma estable Pulso disminuido Choque previo Herida por bala transcervical Hemoptisis Hematemesis Odinofagia Enfisema subcutáneo Trayecto dudoso en paciente no valorable
CIRUGÍA
POSITIVOS
ESTUDIOS NEGATIVOS
SALIDA
Negativa NO ESTABLE SIN SIGNOS
Observación 48 horas
PENETRA SI
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Trauma de cuello
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Positiva
Trauma de cuello
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TRAUMA PENETRANTE DE CUELLO
TRAUMA PENETRANTE DE CUELLO LAVADO SUTURA PREVENCIÓN TÉTANOS SALIDA
NO PENETRA
SIGNOS DE CERTEZA
PENETRA
SIGNOS DE ALARMA
CIRUGÍA
ZONA I
Angioscan* Esofagograma Esofagoscopia Traqueobroncoscopia
HACP: Observación 24h
ZONA II
SIN SIGNOS
HAF: Observación 48 h
ZONA III
Ecoduplex Faringoesofagograma Faringoesofagoscopia
Angioscan Nasolaringoscopia
* Opción: TAC Helicoidal * Lesión por arma de fuego transcervical: angio de 4 vasos (Angioscan) Nivel I. Sin signos. Observación
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Bibliografía -RXUQDORI9DVFXODU6XUJHU\6HSWHPEHU 6HNKDUDQ et al, Continued experience with physical examination alone IRUHYDOXDWLRQDQGPDQDJHPHQWRISHQHWUDWLQJ]RQHQHFN LQMXULHV5HVXOWVRIFDVHV $EXMDPUD/-RVHSK003HQHWUDWLQJQHFNLQMXULHVLQFKLOGUHQDUHWURVSHFWLYHUHYLHZ3HGLDWU(PHUJ&DUH2FW >0HGOLQH@ 'HPHWULDGHV'$VHQVLR-$9HOPDKRV*7KDO(&RPSOH[ SUREOHPVLQSHQHWUDWLQJQHFNWUDXPD6XUJ&OLQ1RUWK$P $XJ >0HGOLQH@ 6DELVWRQ7H[WERRNRI6XUJHU\WKHG1HFNWUDXPD %ULWW/3H\VHU03HQHWUDWLQJDQG%OXQW1HFN7UDXPDHQ 0RRUH((0DWWR[./)HOLFLDQR'9HGV 7UDXPD(G 0F*UDZ+LOO1HZ0HGOLQH@ .HQGDOO -/$QJOLQ ' 'HPHWULDGHV ' 3HQHWUDWLQJ QHFN WUDXPD (PHUJ 0HG &OLQ 1RUWK$P )HE >0HGOLQH@ 0XQHUD ) &RKQ 6 5LYDV /$ 3HQHWUDWLQJ LQMXULHV RI WKH QHFNXVHRIKHOLFDOFRPSXWHGWRPRJUDSKLFDQJLRJUDSK\- 7UDXPD)HE >0HGOLQH@ $EXMDPUD/-RVHSK003HQHWUDWLQJQHFNLQMXULHVLQFKLOGUHQDUHWURVSHFWLYHUHYLHZ3HGLDWU(PHUJ&DUH2FW >0HGOLQH@
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Trauma de cuello
$]XDMH 5( -DFREVRQ /( *ORYHU - HW DO 5HOLDELOLW\ RI SK\VLFDOH[DPLQDWLRQDVDSUHGLFWRURIYDVFXODULQMXU\DIWHU SHQHWUDWLQJQHFNWUDXPD$P6XUJ6HS .LP0.%XFNPDQ56]HUHPHWD:3HQHWUDWLQJQHFNWUDXma in children: an urban hospital’s experience. Otolaryngol +HDG1HFN6XUJ2FW 0DQGDYLD'34XDOOV65RNRV,(PHUJHQF\DLUZD\PDQDJHPHQWLQSHQHWUDWLQJQHFNLQMXU\$QQ(PHUJ0HG 0DU 3KUDPSXV 3( :DONHU / 'DQJHU ]RQH 7KH SUHKRVSLWDO DVVHVVPHQWWUHDWPHQWRIEOXQW SHQHWUDWLQJQHFNWUDXPD -(061RY TXL] *RQ]iOH]53)DOLPLUVNL0+ROHYDU05HWDO3HQHWUDWLQJ ]RQH,,QHFNLQMXU\GRHVG\QDPLFFRPSXWHGWRPRJUDSKLF VFDQ FRQWULEXWH WR WKH GLDJQRVWLF VHQVLWLYLW\ RI SK\VLFDO H[DPLQDWLRQIRUVXUJLFDOO\-7UDXPD 2UGyxH] & )HUUDGD 5 %XLWUDJR 5 &XLGDGR ,QWHQVLYR \ 7UDXPD'LVWULEXQD%RJRWi 3KUDPSXV3(:DONHU/'DQJHU]RQH7KHSUHKRVSLWDODVVHVVPHQW WUHDWPHQWRIEOXQW 3HQHWUDWLQJQHFNWUDXPD -(PHUJ0HG6HUY 25. Mattox KL, Moore EE, Feliciano DV et al. Trauma penetrante GH FXHOOR &XDUWD (GLFLyQ 0F*UDZ+LOO ,QWHUDPHULFDQD 0p[LFR 0~QHUD ) 6RWR -$ 3DODFLR '0 HW DO 3HQHWUDWLQJ QHFN LQMXULHV KHOLFDO &7 DQJLRJUDSK\ IRU ,QLWLDO HYDOXDWLRQ 5DGLRORJ\ 6KDW]'.LUWRQ20F.HQQH\0&LYHWWD-3HQHWUDWLQJ QHFNLQMXULHVHQ6KDW]'.LUWRQ20F.HQQH\0&LYHWWD HGV 0DQXDORI7UDXPDDQG(PHUJHQF\6XUJHU\WK(G %6DXQGHUV&RPSDQ\3KLODGHOSKLDSS 6HNKDUDQ'HQQLV9HOGHQ]0LUDQGD)U\NEHUJ-DFNVRQYLOOH Fla¸Continued experience with physical examination alone IRUHYDOXDWLRQDQGPDQDJHPHQWRISHQHWUDWLQJ]RQHQHFN LQMXULHV5HVXOWVRIFDVHVMRXUQDORIYDVFXODUVXUJHU\ VHSWHPEHU 0 *DJH 2FKVQHU 0LFKDHO : %ODQH\ 1HFN 7UDXPD &RUVRQ6XUJHU\7H[WERRN )R[&-*LOOHVSLH'/2·'RQQHOO6'5DVPXVVHQ7(*RII -0-RKQVRQ&$HWDO&RQWHPSRUDU\PDQDJHPHQWRIZDUWLPHYDVFXODUWUDXPD-9DVF6XUJ )HOLFLDQR'90DQDJHPHQWRISHQHWUDWLQJLQMXULHVWRFDURWLG DUWHU\:RUOG-6XUJ 2IHU$1LWHFNL66%UDXQ-'DLW]FKPDQ0*ROGVKHU' +RIIPDQ$HWDO&7DQJLRJUDSK\RIWKHFDURWLGDUWHULHVLQ WUDXPDWRWKHQHFN(XU-9DVF(QGRYDVF6XUJ 0~QHUD)6RWR-$3DODFLR'9pOH]600HGLQD('LDJQRVLVRIDUWHULDOLQMXULHVFDXVHGE\SHQHWUDWLQJWUDXPDWR WKHQHFNFRPSDULVRQRIKHOLFDO&7DQJLRJUDSK\DQGFRQYHQWLRQDODQJLRJUDSK\5DGLRORJ\ /LQ3+.RIIURQ$-*XVNH3-/XMDQ+-+HLOL]HU7-
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