La fatiga al volante ¡Toma medidas!
La fatiga al volante. ¡Toma medidas! PROYECTO: “Guía de Prevención de Riesgos Laborales. La Fatiga en el Transporte”. © 2013, DE ESTA EDICIÓN: Junta de Castilla y León. Consejería de Economía y Empleo. ELABORACIÓN: Federación Regional de Transportes, Comunicaciones y Mar de UGT Castilla y León. TCM-UGT. Instituto de Formación y Estudios Sociales de Castilla y León. IFES. FINANCIACIÓN: Junta de Castilla y León. Consejería de Economía y Empleo.
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Guía práctica de prevención
Presentación Uno de los mayores riesgos para la seguridad de los conductores profesionales es conducir bajo los efectos de la fatiga. Los accidentes producidos como consecuencia de la misma suelen tener consecuencias muy graves, muchos son mortales, tanto para el propio conductor como para los ocupantes de su vehículo o de otros vehículos involucrados. Esto se debe principalmente a que no existe una acción correctora (como frenar o maniobrar) que lo intente evitar y amortigüe sus efectos o, en caso de que la haya, se produce demasiado tarde. Sin embargo, es difícil asegurar que un accidente se ha debido tan solo o en parte a la fatiga, ya que pueden haber intervenido otros factores como las distracciones o el uso de dispositivos (GPS, móviles…). Los conductores profesionales son muy proclives a sufrir fatiga ya que esta profesión tiene unas características muy específicas que la hace favorable para que aparezca: largas horas sentados en la misma postura, alto nivel de concentración, necesidad de cumplir con los horarios impuestos, condiciones climatológicas o de tráfico adversas, realización de tareas no relacionadas con la conducción (carga y descarga, trato con clientes y pasajeros), etc. La única forma de combatir la fatiga es descansando y durmiendo, por lo que si no se llevan a cabo unos hábitos de trabajo y de vida ordenados que permitan hacerlo adecuadamente, se correrá el riesgo de conducir con fatiga y de aumentar las posibilidades de sufrir un grave accidente. Para lograr reconocer y prevenir la fatiga es importante entender sus causas. Al igual que la necesidad de alimento se muestra mediante el hambre o la falta de agua mediante la sed, la fatiga es una señal de nuestro organismo que nos comunica que necesita descansar y dormir. Nuestro simple deseo de continuar con la conducción y pensar que es un estado pasajero que podemos superar no logrará acabar con la fatiga y corremos el riesgo de quedarnos dormidos o caer en un micro-sueño, que es una pequeña cabezada que dura un instante, pero que puede tener consecuencias mortales.
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La fatiga al volante ¡Toma medidas!
Esta guía tiene la intención de ayudar a los profesionales del volante a entender mejor la fatiga y a que sean capaces de organizarse mejor sugiriendo lo que deben hacer para lograrlo.
Entendiendo los procesos que causan la fatiga y los síntomas que presenta seremos capaces de organizar y gestionar nuestras rutinas diarias, tanto laborales como personales, para prevenir sus consecuencias.
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Índice ¿QUÉ ES LA FATIGA? .......................................................................................................... 7 1. FACTORES QUE INTERVIENEN EN LA FATIGA...................................................... 8 1.1. Factores externos.................................................................................................. 11 1.2. Factores del vehículo............................................................................................13 1.3. Factores de organización .....................................................................................14 1.4. Factores del conductor .........................................................................................16 2. CONSECUENCIAS DE LA FATIGA.............................................................................. 19 2.1. Carga mental ....................................................................................................... 22 2.2. Sentidos .............................................................................................................. 24 2.2.1. Visión ............................................................................................................ 24 2.2.2. Audición ....................................................................................................... 24 2.3. Comportamiento................................................................................................. 25 2.4. Movilidad ............................................................................................................ 27 2.5. Microsueños........................................................................................................ 28 2.6. Señales de estar fatigado .................................................................................... 29 2.7. Fatiga Crónica ..................................................................................................... 30 3. PREVENCIÓN DE LA FATIGA ..................................................................................... 32 3.1. Falsos mitos......................................................................................................... 34 3.2. Una alimentación equilibrada ............................................................................ 35
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3.3. Alcohol, drogas y fármacos ................................................................................. 38 3.4. Medidas durante la jornada laboral ................................................................... 40 3.5. Medidas fuera de la jornada laboral ................................................................... 45 3.6. Medidas desde la empresa ................................................................................. 50 4. TIEMPOS DE CONDUCCIÓN Y DESCANSO ............................................................. 52 4.1. Tiempos de conducción ...................................................................................... 53 4.1.1. Conducción ininterrumpida ......................................................................... 53 4.1.2. Conducción diaria ........................................................................................ 54 4.1.3. Conducción semanal .................................................................................... 54 4.1.4. Conducción bisemanal ................................................................................. 54 4.1.5. Hechos sancionables .................................................................................... 55 4.2. Tiempos de descanso .......................................................................................... 55 4.2.1. Descanso diario ............................................................................................ 55 4.2.2. Descanso semanal ........................................................................................ 57 4.2.3. Hechos sancionables.................................................................................... 58
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¿Qué es la fatiga? La fatiga es una respuesta del organismo al esfuerzo físico, al estrés emocional, a la monotonía o a la falta de descanso. Sin embargo, también puede ser un signo de un trastorno físico o mental más grave. Cuando la fatiga no se alivia mediante un descanso adecuado, principalmente durmiendo, una buena alimentación y disfrutando de un ambiente de bajo estrés, se debe acudir al médico. Los estudios que han analizado la relación entre la fatiga y la seguridad vial definen generalmente la fatiga desde un punto de vista psicológico, como la ausencia de energía para poder realizar una acción concreta o para continuar con la labor que se estaba realizando. Además se la relaciona directamente con la somnolencia y está considerada uno de los factores de mayor riesgo al volante. La conducción supone un esfuerzo físico y mental que favorece la aparición de la fatiga. Las diversas investigaciones sobre el tema estiman que al menos uno de cada tres accidentes con víctimas tiene como telón de fondo un conductor fatigado. Dentro del sector del transporte, según el Consejo Europeo de la Seguridad Vial (European Transport Safety Council - ETSC), la fatiga es la causante del 20% de los accidentes de los vehículos comerciales de la Unión Europea. La dificultad de determinar la incidencia de la fatiga en los accidentes de tráfico radica en que es una variable muy difícil de medir de forma objetiva (no deja rastro como, por ejemplo, el consumo de alcohol o un fallo mecánico). Por otro lado, los accidentes debidos a la fatiga presentan unas características determinadas, que pueden ser también concurrentes en accidentes provocados por otras causas como la distracción. Uno de los casos más frecuentes es la salida de la vía, donde en muchas ocasiones, no se observan marcas de frenada. Las vías donde sucede mayormente este tipo de accidentes son las rápidas, como las autovías y autopistas, y las horas donde se registra un mayor número de accidentes en relación al número de vehículos en circulación son las de la madrugada y las dos horas posteriores a la comida.
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Factores q ue i nte r
1
n e n iv e
t i g a a f a l en
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Las principales causas por las que aparece la fatiga son las siguientes: No dejar recuperar al organismo convenientemente después de un trabajo intenso y prolongado. Dieta desequilibrada y consumo de alcohol y tabaco. Por ejemplo, cuando el consumo proteínas
de
hidratos
está
carbohidratos
de
carbono
descompensado;
hacen
que
el
y los
cerebro
aumente la secreción de serotonina, una sustancia
con
efectos
tranquilizantes,
mientras que las proteínas limitan esta secreción y, por lo tanto, contrarresta la somnolencia. Descenso en la proporción de iones (sodio, potasio...) y agua en el organismo. La pérdida de líquido puede provocar una disminución del rendimiento físico, ya que la deshidratación a veces reduce el volumen sanguíneo que puede manifestarse como fatiga. La sensación de sed es un síntoma de que el cuerpo ya ha perdido una cantidad considerable de líquido, por lo que deberíamos haber bebido antes. Hipoglucemia (bajo nivel de glucosa en sangre), que favorece la aparición de fatiga. Vida poco ordenada: trasnochar, sin dejar al cuerpo que realice un sueño reparador conveniente; alterar continuamente el reloj biológico cambiando los horarios de dormir o de comer. Problemas médicos: como fluctuaciones de la presión arterial, trastornos del sistema endocrino, problemas del sistema nervioso o de la vista (que hace esforzarla más y produce cansancio visual). Uso de fármacos, que en ocasiones provocan somnolencia como efecto secundario, como es el caso de algunos antihistamínicos o antigripales. Estar estresado debido, entre otros factores, a la presión en el trabajo o los problemas personales.
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En los siguientes apartados vamos a analizar cuáles son los principales factores que causan fatiga entre los conductores profesionales. Hay que recordar que la conducción es una actividad compleja que requiere un nivel de alerta y concentración alto. El conductor profesional interactúa en tres contextos muy diferenciados: el entorno físico, el propio vehículo y la organización del trabajo; cada uno de estos entornos es una fuente de fatiga. A estos hay que añadirles los factores personales del conductor como el estado físico o el estilo de vida.
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1.1. Factores externos Densidad de tráfico, cuando es elevada se requiere estar muy concentrado ya que se producen frecuentes retenciones y paradas, señalizaciones inadecuadas de algunos conductores, maniobras inesperadas, etc. Por el contrario, cuando es muy baja, la conducción se puede volver muy monótona y aburrida, lo que favorece la somnolencia y que baje el nivel de alerta. Desconocimiento de la vía o el recorrido, que hace que haya que estar mucho más atentos a las indicaciones y a todo lo que hay alrededor, lo que aumenta la fatiga. Mal estado de la vía, que produce vibraciones e incomodidad, haciendo la conducción menos cómoda y más cansada. Diseño de las vías de circulación, como cuando se requiere transitar por zonas edificadas con calles muy estrechas. Accesibilidad a los destinos, como los puntos de carga o descarga en el transporte de mercancías donde en ocasiones se requieren realizar complicadas maniobras. Condiciones
meteorológicas
adversas, como lluvia, niebla o nieve que obligan a estar muy alerta, extremar
las
precauciones
y
asegurarse de que el vehículo está en perfectas condiciones. Visibilidad
reducida,
como
cuando conducimos al amanecer o al atardecer donde el sol nos molesta, se reduce la visibilidad y se nos fatiga la vista. Existencia de zonas de descanso o de estacionamientos, especialmente para vehículos de grandes dimensiones, ya que cuando no hay las suficientes, se tiende a hacer menos paradas y la fatiga se acumula más rápidamente.
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Los atascos Los atascos son una de las mayores fuentes de irritabilidad, estrés, ansiedad y fatiga. Un conductor que circula durante horas en un atasco ve aumentado el riesgo de sufrir un accidente provocado por esas causas. Por ello, es importante seguir una serie de recomendaciones para tratar de evitarlos o de que, en caso de sufrirlos, tengan los menores efectos: Para evitar los atascos hay que intentar modificar los horarios de salida, tanto a la ida como a la vuelta, o el itinerario de la ruta. Estudiar el trayecto, ya que en caso de un atasco prolongado, se podrá buscar una ruta alternativa o parar para
descansar
en
algún
lugar
momentos
más
adecuado. Uno
de
los
peligrosos es cuando nos aproximamos a la retención, por lo que hay que frenar con suavidad, avisar al resto de vehículos encendiendo las luces de emergencia, y observar una posible salida de escape en el caso de que el conductor que circula detrás de nosotros no pueda frenar a tiempo. Además, también hay que tener los reposacabezas bien ajustados y no llevar objetos sueltos en el interior del habitáculo. Intentar establecer una flexibilidad en las horas de llegada, ya que es muy difícil prever el tiempo que permaneceremos en el atasco. Las ganas de terminar el viaje y la fatiga pueden hacer que se quiera recuperar el tiempo perdido asumiendo más riesgos y sin tener en cuenta el efecto acordeón de los atascos. Cuando pensamos que la circulación ya está reestablecida, aparecen de nuevo las retenciones, y surgen las distracciones.
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1.2. Factores del vehículo Diseño inapropiado, como asientos poco
cómodos
accesibilidad
de
o
dificultad los
de
diferentes
instrumentos del vehículo que hacen la conducción más incómoda. Pobre mantenimiento del vehículo, como una iluminación deficiente, exceso de ruido del motor o vibraciones excesivas debidas al mal estado de la suspensión o la dirección. Mala regulación de los diversos elementos, como asientos, volante o retrovisores que nos hace adoptar posiciones de conducción incómodas y que no solo produce más cansancio sino que a la larga provoca problemas de salud. Climatización o ventilación inadecuada, con lo que no se logra una temperatura de confort apropiada. Tipología del vehículo, que hace que su conducción en algunos de ellos sea más dificultosa, fatigosa e incómoda como, por ejemplo, los autobuses oruga. Sistemas de seguridad contra la fatiga Según diversos estudios internacionales, la mayoría de los conductores profesionales conduce con fatiga debido a factores relacionados con su trabajo. Además en torno a la mitad de los profesionales del volante duerme menos horas de las necesarias antes de realizar un viaje de larga distancia. También un alto porcentaje ha conducido por lo menos una vez al año cuando los efectos de la fatiga son más intensos. Los fabricantes de automoción están trabajando para mejorar y desarrollar sistemas de seguridad que eviten los accidentes por fatiga como el sistema de alerta por cambio de carril, el sistema de aviso sobre la necesidad del descanso cada un número de horas de conducción continua o la función de reconocimiento de la fatiga. Por ello cuando se vaya a adquirir un vehículo hay que informarse de cuáles son los elementos de seguridad contra la fatiga existentes y no dudar en incorporarlos ya que una pequeña inversión puede salvarte la vida.
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1.3. Factores de organización Horarios de conducción, como el trabajo nocturno o a turnos que hace cambiar los ritmos naturales de vigilia y sueño, lo que provoca somnolencia. Rigidez en los horarios de tránsito, lo que hace que tras un imprevisto haya que conducir más deprisa, provocando estrés y aumentando la fatiga. Escasez de instalaciones, como la falta de aseos en los recorridos de los autobuses urbanos, lo que hace que en ocasiones los conductores aguanten más de lo debido para ir al baño. Desarrollo de otras tareas, que no tienen que ver con la conducción como el cargar o descargar mercancías, hacer repartos, cobrar a los pasajeros o subir maletas. Realización de rutas difíciles (debido al cumplimiento de horarios o al entorno urbano) o cambio frecuente de las rutas, que requiere prestar mayor atención a diferentes aspectos como la señalización de direcciones, búsqueda de zonas de carga y descarga, etc. Toma de responsabilidades ajenas a la conducción, como asegurarse de que el mantenimiento del vehículo es el adecuado.
Sistemas de Administración de los Riesgos por Fatiga Los Sistemas de Administración de los Riesgos por Fatiga (SARF) son actualmente unos estándares aceptados en todo el mundo para la gestión de los riesgos por fatiga de los trabajadores en sectores sensibles en materia de seguridad como la aviación, la industria petroquímica o el ferrocarril. También se están introduciendo en el sector del transporte por carretera en diversos países como Australia, Nueva Zelanda o Canadá. En el sistema de gestión deben colaborar todas las partes que participan en el proceso de transporte y en él se pueden incluir los siguientes pasos: identificación de los riesgos, evaluación de los mismos, control, y monitorización y revisión.
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1.4. Factores del conductor Inexperiencia en la conducción, ya que al no haber automatizado muchos de los procesos es necesario tener un mayor nivel de concentración y se está en mayor tensión lo que aumenta la fatiga. Uso de ropa inadecuada y llevar en los bolsillos gran cantidad de cosas, (como llaves, cartera, dinero, tabaco, etc.) que provoca incomodidad. Posturas inadecuadas o forzadas como poner el brazo en la ventanilla o sentarse a conducir sin ajustar bien los diferentes reglajes (asiento, retrovisores o volante). Conducción durante largos periodos sin parar a descansar o hacerlo de una forma insuficiente e inadecuada. Ingestión de comidas copiosas, lo que provoca tener una digestión pesada, donde se requiere mucha sangre para realizarla, y provoca somnolencia. Conducir enfermo o bajo los efectos de algunos medicamentos, que tienen diversos efectos sobre el organismo como somnolencia,
mareos,
visión
borrosa,
desorientación o dolor de cabeza. Es muy importante consultar con el médico y leer la prescripción. Comenzar la conducción con fatiga por no haber descansado lo suficiente durante la noche o por haber realizado alguna actividad que produzca cansancio. No ingerir suficientes líquidos (deshidrata al organismo) o alimentos (reduce las reservas energéticas), lo que baja el rendimiento físico y mental. Circular a una velocidad excesiva durante mucho tiempo, que exige una mayor concentración y causa tanto estrés como fatiga. No llevar unos hábitos de vida saludables, como abusar del consumo de sustancias nocivas (tabaco, alcohol o drogas), no descansar lo suficiente, no hacer ejercicio físico o estar obeso.
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El reloj biológico El sueño representa una función fisiológica necesaria, entre otras cosas repara el organismo, y se caracteriza por los bajos niveles de actividad fisiológica (hambre, sed, temperatura corporal, estado de alerta, presión sanguínea, respiración) y por una respuesta menor ante estímulos externos. El ciclo de sueño-vigilia, denominado ritmo circadiano y que abarca aproximadamente
24
horas
divididas en ocho para el sueño y 16 para la vigilia, está regido por un reloj biológico interno que nos dicta cuándo despertar y cuándo dormir. Este reloj se rige en parte por la luz y la oscuridad y en parte por nuestras costumbres a la
hora
de
funcionamiento
dormir. del
El reloj
biológico para una persona con un horario de trabajo de 8 de la mañana a 6 de la tarde, incluidos descansos, sería el siguiente: La luz de la mañana comunica al reloj biológico que hay que estar alerta. Tras la comida del mediodía, el reloj biológico baja el nivel de alerta del organismo durante unas dos horas y lo aumenta tras este periodo. La oscuridad de la noche comunica al reloj que baje el nivel de alerta para prepararse para el sueño. Hacia media noche, el reloj biológico baja hasta el mínimo el nivel de alerta del organismo y se procede al sueño. Este periodo suele durar de 1 a 6 de la madrugada. En definitiva, el reloj biológico define en gran medida el estado de alerta y tiene altos y bajos (sobre todo de madrugada y después de comer). El nivel de alerta bajo se puede intensificar con el aburrimiento, la monotonía, la fatiga y un pobre descanso. Las personas que trabajan por la noche y los que trabajan a turnos rotativos tienen dificultades para ajustar el reloj biológico, y entre una y las seis de la madrugada siguen teniendo sueño, como lo demuestran diversos estudios, incluso aunque hayan dormido
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bastante por el día. A esto hay que añadir que la calidad del sueño por el día es peor (en parte por la existencia de más ruidos) y se sigue teniendo sueño por la noche. Por estos motivos y por la menor visibilidad de la noche, la conducción nocturna es mucho más peligrosa, como lo demuestran datos de la DGT según los cuales en 2011 el 29% de los accidentes y el 41% de los fallecidos se registraron por la noche y el crepúsculo, a pesar de que la circulación a estas horas disminuye significativamente. En el conjunto de las vías urbanas e interurbanas, el índice de gravedad fue de 3,4 por cada 100 accidentes con víctimas, frente a 2,1 durante el día. La mayor peligrosidad se localiza por la noche en vías interurbanas, donde se registraron 6 muertos por cada 100 accidentes, casi el doble que durante el día (3,8). Por ello, si es posible, intenta evitar conducir cuando tu nivel de alerta es bajo, especialmente entre la una y las seis de la madrugada, y en caso de que no tengas más remedio, extrema las medidas de precaución: intenta ajustar tu reloj biológico a tu horario, conoce los síntomas de la fatiga y, en el momento que notes su aparición, párate en un lugar seguro a descansar. Además, cuando se conduce de noche hay que adoptar estrategias para optimizar la visibilidad: regular los faros, no encender las luces interiores, ajustar los espejos para evitar reflejos, aumentar la distancia de seguridad, no deslumbrar a otros conductores (poner las cortas al cruzarse con otro vehículo o al
ir
detrás),
si
se
llevan
gafas
mantenerlas siempre limpias para evitar reflejos, no quedarse con la vista fija perdida en un punto (hipnosis de la carretera) es mejor mirar hacia la zona de la carretera menos iluminada, nunca hacia el foco de luz, y guiarse por las líneas que delimitan el carril. También se debe hacer paradas con mayor frecuencia y aprovechar para hacerlas cuando el sol vaya a ser más molesto, como al amanecer.
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Consecue nci as 2
e d a g i t a f la
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La fatiga puede aparecer como resultado de una actividad física o mental, de gran intensidad o de gran duración, o una mezcla de ambas. En los conductores profesionales hemos visto que las causas son muy variadas y donde influyen el entorno físico, el propio vehículo, la organización del trabajo o el estado físico y mental del conductor. Todos percibimos la fatiga, pero no todos mismas
experimentamos sensaciones.
las Estas
pueden ser de muy diversa índole y suelen ir desde el simple deseo de descansar o dormir un poco, hasta los extremos de padecer dolores musculares, de cabeza o problemas de visión, pasando por la dificultad de concentrarse y pensar con claridad, la facilidad para olvidar cosas, el aburrimiento o la irritabilidad. La fatiga lleva al deterioro de las facultades de conducción y se manifiesta principalmente con unos tiempos de reacción más lentos, menor capacidad para mantener la distancia de seguridad correcta, menor agilidad para maniobrar y mayor tendencia a no prestar atención a las tareas de conducción. Los conductores intentan adoptar estrategias de compensación para combatir la fatiga, por ejemplo aumentando las exigencias de la conducción (como cuando se aumenta la velocidad para mantenerse más alerta y concentrado) o disminuyéndolas (aumentando la distancia de seguridad o reduciendo la velocidad). Una de las razones por la que las estrategias de compensación suelen fallar es que los conductores fatigados no son capaces de ver que su capacidad de conducción ha disminuido y que por ello están asumiendo más situaciones de riesgo. Cuando los conductores han dormido bien y descansan con frecuencia durante la conducción, son capaces de conducir durante más horas sin que su capacidad de conducción disminuya.
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Siniestralidad a causa de la fatiga El Real Automóvil Club de España (RACE) y la Asociación Refrescantes
Nacional
de
Fabricantes
Analcohólicas
de
Bebidas
(ANFABRA)
llevan
realizando en los últimos años unas campañas para prevenir la fatiga al volante. En estas campañas, tituladas “Un refresco, tu mejor combustible”, se han llevado a cabo acciones dirigidas a diversos colectivos como los profesionales o los conductores de turismos y motocicletas con el fin de concienciarlos sobre la importancia de llevar a cabo unos hábitos preventivos saludables al volante. Dentro de estas acciones se han desarrollado materiales, vídeos y una página web: www.fatigayconduccion.com. Dentro de esta campaña, en 2012 se realizó un estudio donde se analizaba la estadística de siniestralidad por esta causa y se examinaba la opinión de los conductores en una encuesta realizada a más de 1.100 usuarios. El análisis de los datos demostró que durante todos los meses del año se producen accidentes por fatiga, pero es durante los meses de julio y agosto cuando se produce un mayor número de accidentes con víctimas y de fallecidos en carretera. En la encuesta, los datos más destacables fueron: El 30% de los conductores reconoció haber tenido una situación de riesgo por culpa de la fatiga. El 42% indicó que el momento de peligro se produjo en autovías, seguido del 26% en carreteras de doble sentido, y el 25% en autopistas. Dos de cada tres conductores españoles reconocieron haber sufrido fatiga o somnolencia en vías de alta capacidad. El 72% sufrió episodios de somnolencia, un 57% pérdidas de concentración y un 40% picor de ojos, visión borrosa o parpadeo constante, síntomas de conducir con fatiga. En los desplazamientos cortos, un 48% de los usuarios declararon fatigarse más en carreteras convencionales de doble sentido, motivado por la tensión del tráfico, los adelantamientos, las curvas y cambios de rasante. El 52% declaró parar a descansar cada dos horas, dentro de lo recomendado. Sin embargo, un 48% no cumplió con los tiempos de descanso y, de ellos, el 10% tardó más de 4 horas en parar o no hizo ninguna parada durante un desplazamiento de largo recorrido. Respecto al tiempo, un 47% paró por debajo de los 15 minutos aconsejables.
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2.1. Carga mental La carga mental viene determinada por la cantidad y el tipo de información que debe tratarse. La conducción profesional es una actividad muy compleja y fatigosa por el apremio del tiempo, la rapidez y la minuciosidad con la que hay que actuar, la tensión que surge al volante y los conflictos que pueden darse al tratar con pasajeros, clientes u otros conductores. Además, la mayor parte del trabajo que realizan estos profesionales está muy
influenciado
factores
externos
por
los
(como
la
climatología o la situación del tráfico) y organizativos (como los turnos de trabajo o el apremio por cumplir con los horarios
de
llegada
a
los
destinos) lo que condiciona y complica
las
tareas
de
conducción. Todo ello hace que los conductores tengan que estar continuamente con los cinco sentidos en alerta, lo
que
se
traduce
en
un
cansancio metal y físico. La fatiga provoca somnolencia, reducción del nivel de alerta, dificultad para mantener la concentración, mayor duración en el procesamiento de la información, torpeza en la ejecución de los movimientos, irritabilidad, sensación continua de cansancio, mareos, trastornos en el sueño y alteraciones digestivas, entre otros efectos. Todo ello también afecta al sistema cognitivo disminuyendo las capacidades de memorizar, recordar y razonar: es difícil acordarse de los últimos kilómetros que se han recorrido, surgen dudas a la hora de seguir las indicaciones, se saltan señales y desvíos y en muchas ocasiones no se toman las decisiones correctas.
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La fatiga al volante ¡Toma medidas!
2.2. Sentidos 2.2.1. Visión La vista es el sentido más importante durante la conducción y el que más sufre debido a los reflejos del sol sobre los parabrisas y los salpicaderos, los cambios repentinos del nivel de iluminación (como al cruzar un túnel), el deslumbramiento del sol (al amanecer y al atardecer) o de otros vehículos durante la noche, el forzar la vista para ver señalizaciones o situaciones de tráfico con suficiente antelación, etc. La fatiga puede afectar a nuestra visión de diversas formas: Se genera un malestar en los ojos con picores, sequedad y lagrimeos. La agudeza visual disminuye siendo más difícil enfocar los diversos objetos e incluso la visión se puede volver borrosa. Aumenta el número y la duración de los parpadeos, con lo que los ojos permanecen cerrados más tiempo de lo normal. Los ojos se cierran parcialmente lo que no solo es un indicador de que el nivel de somnolencia es alto, sino también de la reducción de nuestro campo visual. En casos de una gran fatiga se pueden producir ilusiones ópticas como aparición de brillos, luces y sombras o deformaciones de los objetos.
2.2.2. Audición Después de la vista, la audición es el sentido más importante en la conducción. Los
conductores
continuamente
profesionales expuestos
están a
los
ruidos (el producido por el propio vehículo, que puede ser incrementado por
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un mal estado o un mantenimiento inadecuado); el procedente del tráfico o el producido durante la carga y la descarga. Está comprobado que la exposición prolongada al ruido es fuente de: dolor de cabeza, estrés, fatiga, disminución en el nivel de atención, irritabilidad, alteraciones del
sueño,
hipertensión,
nerviosismo,
insomnio,
trastornos
hormonales
y
ginecológicos e incluso puede provocar sordera profesional e hipocausia (pérdida prematura de audición). La fatiga perturba la capacidad auditiva pudiendo existir una menor capacidad de percibir o diferenciar los sonidos lo que lleva a no procesar correctamente la información sonora que se recibe y provoca reacciones extrañas en los conductores como frenar bruscamente ante el sonido de un claxón.
2.3. Comportamiento En un conductor fatigado aumentan los niveles de ansiedad lo que suele generar un comportamiento más agresivo para contrarrestar la fatiga: aumenta la irritabilidad, se reacciona de forma negativa ante cualquier mínimo imprevisto, se asumen más riesgos al querer llegar antes a los destinos como realizar adelantamientos arriesgados o cambiar
continuamente
de
carril. Además con la fatiga aparece la desgana con lo que se conduce
de
automatizada
forma y
se
más presta
menos atención a las señales de tráfico.
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Viaje a la fatiga En 2007 el Real Automóvil Club de España (RACE) y la Asociación Nacional de Fabricantes de Bebidas Refrescantes Analcohólicas (ANFABRA) realizaron un estudio sobre la fatiga llevando a cabo un viaje de 1.800 km hasta Marruecos dividido en tres etapas de unos 600 km. El viaje se realizó en ocho vehículos, seis en los que se hicieron las pruebas (divididos en tres grupos) y dos más de apoyo. A los seis conductores que se sometieron a las pruebas se le dividió en tres grupos y
condujeron
en
condiciones
diferentes: dos grupos lo hicieron en
condiciones
extremas,
parando solo a repostar y bebiendo muy poco líquido (1 grupo tomó 250 ml y el otro 660 ml) y el tercer grupo lo hizo en condiciones ideales: paró 30 minutos cada dos horas, realizó ejercicios físicos moderados y comió y bebió ligeramente. Se hicieron pruebas psicofísicas a todos los conductores: tensión, pulso, densidad de orina, saturación de oxígeno en sangre, ritmo cardiaco y lagrimeo. También se realizaron diversos tests para evaluar la estimación de distancias, velocidad, tiempo de reacción y atención selectiva. En el estudio se llegó a diversas conclusiones: Al cabo de cuatro horas de viaje la fatiga aparece en todos los casos. Además, al cabo de seis horas, las mayores alteraciones se producen en la vista: la secreción de lágrimas disminuyó en todos los casos produciendo picor de ojos, visión borrosa y dificultad de enfoque. En los conductores que hicieron paradas y se hidrataron, la capacidad para estimar las distancias y la velocidad comenzó a deteriorarse a partir de la cuarta hora, bajando a la mitad. En las dos horas siguientes se redujo otro 15%. Su tiempo de reacción aumentó un 25% a las dos horas y un 75% a las cuatro. La atención selectiva se redujo un 3% a partir de las dos horas, un 10% a partir de las cuatro y un 20% a partir de las seis. Quienes no descansaron sufrieron un deterioro en la estimación de distancias un 25% mayor que los que sí lo hicieron y un 50% más de deterioro en relación a la pérdida de atención selectiva.
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2.4. Movilidad Estar largas horas al volante, realizando pequeños movimientos de brazos y piernas y en una postura estática provoca mucha fatiga que trae asociada una serie de sensaciones: bostezos, incomodidad
general
(con
lo
que
cambiamos de postura continuamente e intentamos estirarnos), malestar en las extremidades con lo que movemos las manos del volante o los pies de los pedales, etc. Además, el cuerpo se vuelve más torpe realizando los movimientos con mayor lentitud y menor precisión y frecuencia con lo que la capacidad de reaccionar empeora y, ante cualquier imprevisto, aumentan las posibilidades de cometer errores. Estos síntomas muestran claramente que existe un cansancio y que es hora de realizar un descanso en la conducción. Molestias músculo-esqueléticas Las patologías digestivas, vasculares y dorsolumbares son las más frecuentes en el oficio de los conductores. La carga física del trabajo se caracteriza por la necesidad de tener que mantener una misma postura en el desempeño de su tarea durante gran parte de la jornada seguida de permanecer en posturas dolorosas, fatigantes o inadecuadas y tener que realizar movimientos repetidos de manos o brazos. Con relación a la carga física, según una encuesta realizada por la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo del Instituto de Salud Carlos III y la Universidad de Alcalá, el 70,7% de los conductores manifiesta sentir alguna molestia músculo-esquelética que achaca a las posturas y esfuerzos derivados de su trabajo. Estas molestias se localizan, principalmente, en "parte baja de la espalda", el "cuello" y la "parte alta de la espalda".
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2.5. Microsueños Los microsueños son episodios de sueño que pueden durar desde una fracción de segundo hasta los 30 segundos. Por lo general, son el resultado de una falta de dormir, fatiga mental, depresión, trastorno del sueño, hipoxia (falta de oxígeno) o narcolepsia (trastorno neurológico que se caracteriza por la presencia de accesos de somnolencia irresistible durante el día). Pueden suceder en cualquier momento del día y son muy peligrosos cuando se producen realizando actividades que requieren estar muy alerta, como la conducción. Las personas que experimentan los microsueños no se suelen dar cuenta de que los sufren y creen que están todo el tiempo despiertos o que se han descentrado por un momento. Sin embargo, el padecerlos durante la conducción puede significar un accidente mortal. Un vehículo a 90 km/h recorre 25 metros por segundo, con lo que un microsueño puede tener un desenlace fatal provocando un accidente. Según un estudio de las aseguradoras alemanas, los microsueños causan el 24% de los accidentes mortales en autopista. Highway
La
Nacional
Traffic
Administration
Safety
(NHTSA),
el equivalente estadounidense de la Dirección General de Tráfico
(DGT)
española,
calcula que estas cabezadas al volante son la causa de 6.000 muertes al año en aquel país, convirtiéndose en la segunda causa de accidentes mortales tan solo por detrás de la conducción bajo los efectos del alcohol.
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Guía práctica de prevención
2.6. Señales de estar fatigado La mayor parte de las ocasiones uno no se da cuenta de que está cansado y la fatiga es cada vez más intensa. En caso de sentir alguno de los siguientes síntomas, es hora de que se busque un lugar seguro y se pare a descansar: Perder facultades en la conducción, desviarse un poco del carril y meterse en el de al lado o en el arcén; saltarse
alguna
señal
de
tráfico o alguna salida hacia el destino; no ir en la marcha correcta;
reaccionar
lentamente o con inseguridad (como frenar con retraso); variar involuntariamente la velocidad; no darse cuenta de que se ha reducido la velocidad sin intención o se va a más velocidad de la debida. El sistema cognitivo no funciona adecuadamente, tener dificultad para recordar los últimos kilómetros recorridos, perder la concentración, divagar de un pensamiento a otro, tener dificultades para interpretar algunas señales, etc. Tener molestias en la vista, enfocar los objetos con dificultad; parpadear con mucha frecuencia y por más duración de lo normal; notar pesadez y picor en los ojos; ver borroso. Sufrir claros signos de somnolencia, tener problemas para mantener la cabeza alta; no poder parar de bostezar, pesadez en los párpados. Sentir una sensación constante de incomodidad, con lo que existe la necesidad de moverse en el asiento. Sentir molestias corporales, como brazos y pies dormidos, calambres musculares o dolores de espalda.
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La fatiga al volante ¡Toma medidas!
2.7. Fatiga Crónica Los efectos de la fatiga se subsanan descansando y durmiendo, un buen descanso hace al organismo recuperar sus funciones y poder
volver
a
rendir
al
máximo. En cambio, si el descanso
no
ha
sido
suficiente
la
fatiga
continuará
existiendo
y
debilitando tus capacidades y si
esta
situación
se
prolonga en el tiempo se convertirá
en
fatiga
crónica y tendrá numerosos efectos en el organismo como: Pérdida de capacidades: menor fuerza, disminución de la concentración o bajada del rendimiento. Trastornos del sueño, por la noche se padece insomnio o se duerme mal y por el día se sufre somnolencia. Aumento de la ansiedad, trastornos depresivos y mal carácter. Abuso del consumo de diversas sustancias como medicamentos y sustancias estimulantes (café o tabaco), e incluso de alcohol y drogas. Mayor facilidad a padecer enfermedades, ya que la fatiga debilita el sistema inmunológico del organismo. Aumento de todo tipo de molestias, trastornos y dolores: molestias en los ojos, mareos, trastornos digestivos, dolores musculares, de cabeza, de huesos y articulaciones. La sintomatología es muy variable en cuanto a su grado de severidad y presentación temporal, estados de prolongada fatiga anormal con diversos síntomas que van desde los parecidos a los de la gripe, a los que se dan en
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Guía práctica de prevención
enfermedades crónicas que pueden llegar a afectar a todo el cuerpo y donde se requiere permanecer en cama durante períodos muy largos e incluso hasta una completa incapacidad de realizar actividad alguna durante años. Todos estos efectos influyen muy negativamente en la
conducción
y
más
entre
los
conductores
profesionales, que pasan tanto tiempo al volante. En la fatiga crónica se pueden distinguir tres fases: Fase de alarma: algunos de los signos indicados anteriormente se manifiestan levemente como una señal de advertencia. Fase de resistencia: la fase de alarma se repite y la situación de fatiga se va agravando, al igual que los síntomas. El organismo trata de resistirse a ella y en ocasiones parece que se encuentra parcialmente recuperado ya que la fatiga puede llegar a aparecer tan lentamente que casi no nos damos cuenta, e incluso empezamos a considerar los síntomas como algo normal. Fase crítica de agotamiento: llega un momento en que el organismo no puede resistir más y las energías se acaban, el equilibrio interno se rompe, el sistema inmune se ve afectado y los síntomas se agravan convirtiéndose en graves problemas para la salud. Se
desconocen
enfermedad
y
las
causas
tampoco
de
esta
existe
un
tratamiento médico eficaz. Hay casos en que los síntomas desaparecen durante algún tiempo, quizás algunos días o semanas, pero la enfermedad suele ser crónica y recurrente, muy fluctuante
en
los
síntomas
variados
y
alternantes y apenas un 5% de los enfermos se recupera completamente. Normalmente cuanto más tiempo transcurre sin experimentar una mejoría, peor es el pronóstico de recuperación. También la edad de las personas es un factor importante teniendo mejores perspectivas de recuperación los más jóvenes.
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Prevenci ón de 3
a g i t a f la
Guía práctica de prevención
La prevención de los riesgos derivados de la fatiga debe de convertirse en una de las prioridades de todos los implicados en el sector del transporte. Los propios conductores deben ser conscientes de los peligros que acarrea conducir fatigados; las empresas de transporte deben poner todos sus medios para minimizar sus efectos; los clientes deben también dar mayor prioridad a la seguridad, ya que si existe un accidente ellos también se verán afectados. En el siguiente esquema se pueden ver los apartados que se desarrollarán en este capítulo.
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La fatiga al volante ¡Toma medidas!
3.1. Falsos mitos “Yo sé bien cuando estoy cansado, o cuando siento sueño”, esta afirmación se la podemos escuchar a cualquier conductor profesional y, sin embargo, los accidentes debidos a la fatiga están entre el 20 y el 30%. Un estudio canadiense ha revelado que quienes durante la conducción realizan descansos por fatiga tienden a hacerlo tarde cuando el riesgo de sufrir un accidente ha aumentado sustancialmente y normalmente se ha conducido sin la debida atención más de 50 km. Es decir, que el peligro es que cuando se siente el agotamiento o el sueño puede ser demasiado tarde. Hay que recordar que la somnolencia es la fase final y más peligrosa de la fatiga. Por otro lado, hay una serie de mitos que, aunque ayudan a combatir la somnolencia muy pasajeramente, realmente no combaten la fatiga: Tomar cafeína me mantendrá despierto. Algunas personas son más sensibles a los efectos de la cafeína que otras. Estas personas deben limitar el consumo de cafeína ya que hacerlo en exceso puede dejarlos inquietos, ansiosos e irritables. También puede impedir dormir bien y causar dolores de cabeza, ritmos cardíacos anormales u otros problemas. Su consumo regular hace que el organismo se habitúe y que cada vez se requiera más cantidad para lograr los mismos efectos. Hacer una parada me ayuda a estar seguro. Hacer paradas regulares ayuda a retrasar la aparición de la fatiga, pero una vez que comiencen los efectos de la fatiga, como la pérdida de concentración o el picor de ojos, entre otros efectos que se deben vigilar, lo que se debe hacer es dormir. Escuchar música me ayudará a mantenerme alerta. Previene a corto plazo, pero en ningún caso es sustitutivo de un sueño reparador. Respirar aire fresco a través de la ventana o poner el aire acondicionado muy frío me ayudará a mantenerme alerta. De nuevo, ayuda contra la somnolencia, pero si está fatigado solo le ayudará por poco tiempo. La gente joven necesita dormir menos. De hecho, los conductores menores de 25 años tienen un porcentaje mayor de accidentes relacionados con la fatiga, debido en parte al ritmo de vida (hábitos nocturnos, vida muy activa, consumo de alcohol, etc.).
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Guía práctica de prevención
3.2. Una alimentación equilibrada El cansancio físico y mental se relaciona también con la dieta diaria. Prácticas como tener hábitos alimentarios desordenados, saltarse las comidas o comer a cualquier hora, picotear algo cada poco tiempo o abusar de la comida basura, están también detrás de la fatiga. El estilo de vida sedentario y los deficientes hábitos alimenticios contribuyen a que un 40% de los conductores profesionales sea obeso o que tenga un índice de masa corporal significativamente elevado. Las personas obesas tienen más facilidad de dormirse al volante y son más proclives a sufrir la apnea del sueño. Hay que intentar limitar la ingestión de carbohidratos y cafeína (un estimulante del sistema nervioso central) que aunque proporcionan una gran energía momentánea, al cabo de un rato, producen una sensación de hambre intensa y una falta de energía, ya que el nivel de glucosa en la sangre disminuye considerablemente. También hay que evitar o eliminar el consumo de alimentos como harinas refinadas, pasteles, natillas, flanes, golosinas, bebidas
azucaradas,
caramelos
o
helados. A la hora de comer hay que tener en cuenta que la alimentación debe ser equilibrada y tiene que aportar más o menos calorías en función de la edad, el sexo y el tipo de actividad que se realice durante el tiempo libre (actividades sedentarias o, por el contrario, activas o muy activas). Para la realización de una dieta concreta se debe consultar con un especialista en
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La fatiga al volante ¡Toma medidas!
nutrición. A la hora de diseñar la alimentación se debe tener en cuenta algunas consideraciones básicas con respecto a ciertos alimentos: Arroz o pasta: deberían estar presentes entre 1 y 2 veces por semana. Legumbres: al menos dos veces por semana, aunque mejor si son tres. Patatas: pueden estar presentes a diario en la dieta (plato único, combinadas con otros alimentos o de guarnición) aunque hay que evitar las patatas fritas. Pan: aporta un tipo de energía semejante a la del arroz, la pasta, la patata o la legumbre, por lo que se puede prescindir de él cuando se incluya alguno de estos. Ensaladas y verduras: se deben consumir diariamente. Carne o pescado: entre 3 y 4 veces por semana con igual frecuencia (o en caso de optar por uno de los dos, hacerlo por el pescado). Huevos:
si
contraindicación permitido
no
existe
médica
tomar
hasta
está 6
unidades por semana. Fruta: conviene inclinarse por la fruta fresca, al menos dos piezas al día y que una de ellas sea cítrica o rica en vitamina C (kiwi, melón, fresas…). Leche: dos vasos de leche contienen el calcio necesario para el mantenimiento de los huesos. Si no se toma leche, el alimento de elección es el queso, el yogur u otra leche fermentada similar. Grasas: conviene utilizar especialmente el aceite de oliva pero sin olvidarnos de los aceites de semillas (como el girasol, el maíz o la soja), todos ellos ricos en grasas insaturadas cardioprotectoras. Líquidos: la bebida más recomendable es el agua, pero también se pueden tomar infusiones suaves, caldos, sopas, zumos, etc. Es muy importante mantener el organismo bien hidratado para mejorar el tránsito intestinal, mantener la piel
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Guía práctica de prevención
hidratada y la elasticidad de los huesos, reducir el riesgo de infecciones de orina y de piedras en el riñón, etc. También hay que tener presente que hay tres nutrientes muy importantes que están estrechamente relacionados con la fatiga: Vitamina C: que además de ayudar al organismo a luchar contra las infecciones, es un buen nutriente contra el cansancio y la fatiga crónica. Se necesita un mínimo diario de 80 mg y se encuentra en numerosas frutas (naranja, mandarina, limón, fresas, pomelo, kiwi…) y verduras (pimientos,
coles
de
Bruselas,
coliflor…). La ingesta muy elevada de vitamina C puede ser perjudicial pudiendo dar lugar a diferentes problemas como alteraciones gastrointestinales o incluso puede favorecer el desarrollo de ataques agudos de gota. Calcio: sus iones actúan de cofactor en muchas reacciones enzimáticas, intervienen en el metabolismo del glucógeno y, junto al potasio y el sodio, regulan la contracción muscular. Su falta provoca a menudo, además de los conocidos riesgos de osteoporosis, un estado de fatiga y de excitabilidad. Se requieren unos 900 mg diarios y está presente sobre todo en los lácteos: leche, queso o yogures. Hierro: es necesario no solo para lograr una adecuada oxigenación sino también para el metabolismo de la mayor parte de las células. Se requieren unos 10 mg al día y las mujeres en edad premenopáusica unos 18 mg. Este nutriente se encuentra en alimentos como las verduras verdes (espinacas, col, acelgas), las legumbres, frutos secos (orejonos, pasas y dátiles) o el chocolate negro.
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La fatiga al volante ¡Toma medidas!
3.3. Alcohol, drogas y fármacos Según la Memoria 2012 del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, más del 47% de los conductores fallecidos en accidente de tráfico habían consumido alcohol, drogas o psicofármacos. Una cifra que ha ido en aumento en los últimos años, así en 2008 este porcentaje era del 40% y en 2011 del 45%. La ingestión de alcohol, fármacos u otras sustancias reduce la capacidad para la conducción con lo que aumenta las posibilidades de sufrir accidentes. Es importante que tengamos en cuenta ciertas consideraciones a la hora de tomarlos: El consumo de alcohol, aparte de quitar los puntos, si se sobrepasa la tasa de alcoholemia establecida, afecta gravemente a la conducción (disminuye los reflejos y la movilidad, falsea la apreciación de distancias y velocidades, etc.), produce fatiga y dificulta el descanso nocturno. Todas las drogas afectan a la capacidad para conducir aunque de forma diferente. Por ejemplo, mientras que la cocaína potencia una conducción agresiva y temeraria, la marihuana hace que el manejo sea torpe y lento. El consumo de fármacos y otras sustancias altera nuestro nivel cognitivo, afectivo y de comportamiento al igual que el nivel de percepción y de atención. Por ejemplo, los antihistamínicos que se toman para las alergias provocan somnolencia, depresión y disminución del estado de alerta. La utilización continuada de fármacos u otras sustancias, además de producir dependencia, hace que el organismo se habitúe a los mismos con lo que cada vez se necesitan cantidades mayores para conseguir los mismos resultados. Por tanto se debe: No beber alcohol y en caso de hacerlo ser extremadamente moderado. Evitar consumir drogas (marihuana, cocaína, etc.) ya que, además de estar prohibido, hace la conducción mucho más peligrosa. Informarse sobre los medicamentos que se van a tomar y ante cualquier duda consultar al médico para que recete aquel que afecte menos a tu conducción, y antes de tomarlo leer el prospecto.
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Guía práctica de prevención
Sanciones por conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas La Ley de Seguridad Vial tipifica como infracción muy grave la conducción de vehículos habiendo ingerido bebidas alcohólicas con tasas superiores a las permitidas y, en todo caso, la conducción bajo los efectos de estupefacientes, psicotrópicos y cualquier otra sustancia de efectos análogos. También se tipifica como infracción muy grave incumplir la obligación, que todos los conductores
tienen,
Tasas de alcohol*
de Permisos
someterse a las pruebas de
Tasa en sangre
Tasa en aire espirado
detección alcohólica y de
A1, A y B
0,5 gr/l
0,25 mg/l
drogas; la Ley prevé la
Demás permisos
0,3 gr/l
0,15 mg/l
sanción de multa de 500 €.
Noveles (2 primeros años)
0,3 gr/l
0,15 mg/l
Para
* La tasa de alcohol es la cantidad de alcohol que hay en el aire espirado o en la sangre.
los
conductores
profesionales, el sistema de permiso por puntos fija la pérdida de puntos en función de: Tasa de alcohol: se restarán seis puntos cuando la tasa de alcoholemia de aire espirado supere 0,30 mg/l; y 4 puntos cuando la tasa se sitúe entre más de 0,15 hasta los 0,30 mg/l. Drogas: cuando se de positivo al test de drogas se perderán 6 puntos. Además el Código Penal tipifica las siguientes penas por conducir con exceso de alcohol o bajo la influencia de las drogas: Alcohol: para las tasas superiores a 0,60 mg/l en aire o 1,2 gr/l en sangre. Prisión de tres a seis meses o multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 30 a 90 días, y privación del derecho a conducir de uno hasta cuatro años. Drogas: conducir bajo la influencia de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas. Prisión de tres a seis meses o multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 30 a 90 días, y privación del derecho a conducir de uno hasta cuatro años. Negarse a someterse a las pruebas: prisión de seis meses a un año y privación del derecho a conducir de uno a cuatro años.
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La fatiga al volante ¡Toma medidas!
3.4. Medidas durante la jornada laboral Los conductores profesionales tienen la responsabilidad de tomar acciones preventivas durante su jornada laboral. Deben estar familiarizados con estas medidas e incluirlas en
sus
rutinas
laborables
h
habituales. Además tienen que ser capaces de reconocer los síntomas de la fatiga y parar a descansar en el mismo momento que noten cualquiera de ellos. Cuando se conduzca en condiciones extremas, tanto de tráfico como meteorológicas,
hay
que
incrementar los descansos y hacerlo en lugares adecuados. Las medidas preventivas que hay que tomar son las siguientes: No comenzar la conducción en caso de estar fatigado. Descansar de forma regular y aprovechar los descansos para realizar estiramientos, caminar y comprobar el estado del vehículo. Regular la temperatura de la cabina del vehículo a una temperatura de confort, pero no demasiado caliente ya que el calor adormece. Es mejor llevar puesta más ropa y dirigir los reguladores de aire convenientemente. Llevar el habitáculo ventilado, el humo del tabaco, la acumulación de CO2 y/o el ambiente cargado contribuyen a la somnolencia. Ajustar bien todos los elementos del vehículo como el volante, el asiento y los retrovisores para que se adapten a una posición de conducción cómoda, pero que ayude a mantenerse alerta. No adoptar posturas de conducción que provoquen somnolencia o fatiga como posturas muy relajadas o respaldos demasiado hacia atrás.
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Guía práctica de prevención
Parar y echar pequeñas siestas de entre 15 y 20 minutos ya que ayudan a combatir la fatiga y son muy reparadoras. Sin embargo, tampoco hay que olvidar que no son el sustituto de un sueño reparador de larga duración. Aprovechar
los
descansos
para
realizar ejercicios físicos como hacer estiramientos y andar. Mantener un alto nivel de alerta, para ello ayuda el escuchar la radio o música, el hablar por la radio con manos libres con otros compañeros y el realizar actividades mentales, como calcular distancias, siempre sin descuidar la atención en la carretera. Aprender a reconocer los síntomas de la fatiga y pararse a descansar en un lugar seguro en el mismo momento que se detecte uno. Mantenerse hidratado, sobre todo bebiendo agua, ya que la falta de líquidos provoca, entre otras cosas, una reducción de la atención, dolor de cabeza y cansancio muscular. Realizar las comidas a intervalos regulares y comer alimentos saludables evitando comidas pesadas y grasientas que dificultan la digestión y provocan somnolencia. Reducir el consumo de cafeína y solamente tomarla cuando se necesite; de esta forma no se reducirán sus efectos. Recuerda que la cafeína tarda unos 20 minutos en hacer efecto y su consumo excesivo tiene efectos perjudiciales. En
caso
medicamentos
de
tomar
asegurarse
de
conocer los efectos que tienen sobre la conducción y ante cualquier duda preguntar
al
médico
o
al
farmacéutico. Además hay que estar muy alerta por si aparece alguno de los efectos.
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La fatiga al volante ¡Toma medidas!
Si se toman medicamentos para el insomnio, recetados por el médico, seguir siempre sus instrucciones y nunca automedicarse para paliar las alteraciones del sueño, ya que puede enmascarar la causa que las provoca y tener efectos secundarios sobre la capacidad de conducir. No consumir alcohol, a parte de quitarte los puntos si se sobrepasa la tasa de alcoholemia establecida, produce somnolencia y dificulta el descanso nocturno. Procurar conducir durante las horas diurnas y evitar las horas más calurosas del día. Respetar a rajatabla los tiempos de conducción y descanso. En caso de no estar sometido a esta normativa, se recomienda realizar descansos cada dos horas y bajo ningún concepto conducir más de cuatro horas seguidas. Estacionamiento seguro Ante la creciente concienciación sobre los problemas relativos al estacionamiento de vehículos pesados, la Comisión Europea ha realizado varias iniciativas para ofrecer información sobre la ubicación de áreas de descanso seguras y confortables a los camioneros. Una de estas iniciativas fue LABEL tras cuya finalización se entregaron los resultados al IRU (Internacional Road Transport Union) y al ITF para que pudieran incorporarlos e implementarlos a través de la iniciativa TRANSPark. En la aplicación diseñada por IRU se pueden ver áreas de estacionamiento de más de 40 países, como el que se ve debajo de España, con los servicios que se ofrecen en cada una, y posibilidades de personalizar diversos criterios. Todo ello se puede ver en: www.iru.org/transpark-app.
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Guía práctica de prevención
La cafeína La cafeína es un estimulante del sistema nervioso central y un diurético (sustancia que le ayuda al cuerpo a eliminar líquidos) que se absorbe y pasa rápidamente hacia el cerebro sin acumularse en el torrente sanguíneo ni almacenarse en el organismo. Sale del cuerpo por la orina muchas horas después de haber sido consumida. La cafeína puede emplearse para el alivio a corto plazo de la fatiga o de la somnolencia. Nutricionalmente no aporta nada por lo que no es necesario su consumo. Es una sustancia que se encuentra en ciertas plantas (como las hojas de té o los granos de café o de cacao) y que se puede producir de manera artificial. También se utiliza para la elaboración de muchas bebidas, como la mayoría de las colas, y de medicamentos como analgésicos o pastillas para adelgazar. La cafeína puede llevar a padecer ciertos efectos secundarios como, entre otros, aumento de la frecuencia cardíaca, dificultad para dormir, ansiedad, temblores, náuseas o depresión. Si su consumo es alto y habitual dejarla de forma abrupta puede causar síntomas de abstinencia como somnolencia, dolores de cabeza, irritabilidad, náuseas o vómitos.
Principales sustancias con cafeína Tamaño de la ración
Cafeína por ración (mg)
Cafeína por litro (mg)
207 ml
80 - 135
386 – 652
44–60 ml
100
1691 – 2254
Café descafeinado
207 ml
5 - 15
24 - 72
Té negro
177 ml
50
282
Té verde
177 ml
30
169
Coca-cola
355
34
96
Red bull
250
80
320
1 barrita (43 gr)
31
-
Pastilla de cafeína normal
1 pastilla
100
-
Pastilla de cafeína extra fuerte
1 pastilla
200
-
Producto Café (cafetera doméstica) Café espresso
Chocolate (45% cacao)
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La fatiga al volante ¡Toma medidas!
Vista Mientras se conduce la visión es esencial ya que se ve obligada
a
adaptarse
rápidamente a un entorno que por la velocidad cambia más
rápido
que
en
condiciones normales. Para conducir, se requiere más una visión de calidad que de cantidad,
es
decir
debe
existir un equilibrio entre los distintos campos de la visión (agudeza visual, campo visual, profundidad...) y la cantidad por la agudeza visual. Es esencial que la agudeza visual sea la mejor posible ya que el tiempo de reacción desde que se detecta el objeto debe ser el menor posible. Lo más aconsejable es tomar una serie de medidas preventivas como: Acudir al oculista de forma periódica y ante cualquier síntoma como dolor en los ojos o cefaleas frontales. En caso de precisar corrección óptica para visión lejana y cercana, utilizar lentes bifocales o progresivas y asegurarse de estar bien adaptado a este tipo de lentes antes de utilizarlas durante la conducción. Llevar gafas de sol cuando hay mucha luminosidad y elegir unas gafas que no absorban más del 20% de luz, para que la atenuación de colores no sea excesiva y para distinguir bien los colores de las señalizaciones. Al adquirir vehículos, tanto a título personal como si lo hace una empresa, elegir vehículos que cuenten con cristales que eviten los reflejos durante la conducción. Instalar cortinas laterales, que no impidan la visibilidad, y frontales de fácil alcance. Ajustar el nivel de iluminación de los elementos del salpicadero con un nivel bajo. No colocar objetos en el salpicadero ya que reflejan en el parabrisas y esto molesta a la vista. Mantener limpios todos los elementos que afecten a la visibilidad: gafas, parabrisas, faros, retrovisores, salpicadero y panel de mandos.
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Guía práctica de prevención
3.5. Medidas fuera de la jornada laboral La mejor forma de gestionar la fatiga es planificar con esmero
los
diferentes
itinerarios del recorrido y conocer con antelación el trabajo a realizar; para hacerlo bien es preciso ser flexible. Para una correcta planificación se debe tener en cuenta el trabajo que ya se ha realizado, el que se realizará próximamente y la forma en la que afectará a la vida diaria (como las responsabilidades familiares). Además, una buena información en esta materia ayudará a mejorar la gestión de la fatiga. Las principales medidas son las siguientes: Hacer saber a la familia, con bastante tiempo de antelación, los horarios de trabajo para ser capaz de pasar el mayor tiempo posible con ella y para poder descansar y dormir adecuadamente. Entender cómo funciona el reloj biológico y detectar cuándo el nivel de alerta es menor; así se podrá programar mejor los viajes y evitar los horarios en los que se está acostumbrado a dormir o las horas justo después de la comida. Ser realista sobre el tiempo que se necesita para dormir bien y no escatimar las horas de sueño. Asegurarse de dormir las horas necesarias para lograr un sueño reparador. En caso de poder programar los turnos de trabajo, hacerlo teniendo en cuenta las mejores horas para descansar y dormir. Planificar los descansos para poder alimentarse de forma regular y saludable a las mismas horas, beber abundantes líquidos y hacer ejercicio físico.
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La fatiga al volante ¡Toma medidas!
Tener en cuenta los tiempos de carga y descarga. Si con frecuencia se padece somnolencia o se duerme mal por las noches, consultar al médico para comprobar a que se debe y poner remedio. Hacerse
chequeos
médicos
regularmente ya que a parte de comprobar nuestro estado de salud general nos puede ayudar a detectar patologías o enfermedades que pueden estar detrás de la fatiga como, entre otras,
trastornos
desnutrición,
del
anemia,
sueño, diabetes,
depresión o hipotiroidismo.
El dormir Aproximadamente se necesitan de 6 a 8 horas de sueño para descansar bien. Si descansas menos horas sufrirás fatiga durante el día y especialmente tras la comida, e incluso más por la madrugada, cuando tu reloj biológico baja tu nivel de alerta al mínimo. También hay que tener en cuenta que los ciclos del sueño duran alrededor de 90 minutos, por lo que es aconsejable no despertarse en mitad de un ciclo. Son muchos los que piensan que pueden estar bien durmiendo menos horas y así aprovechar el tiempo de dormir para realizar otras actividades, pero en un trabajo como la conducción se necesita que el nivel de alerta sea el adecuado para conducir de forma segura. Los conductores que duermen menos de seis horas experimentan cuatro veces más situaciones de riesgo que los que duermen bien, y además van acumulando la fatiga día tras día con lo que los riesgos al volante van aumentando progresivamente.
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Guía práctica de prevención
Si por la noche duermes menos horas de las debidas, entonces tu organismo trata de recuperarlas por el día y baja tu nivel de alerta. Por tanto hay que tratar de dormir las horas necesarias por la noche, y en caso de necesitar más, dormir una pequeña siesta después de comer. Es aconsejable que la siesta no sea demasiado larga, como mucho de 40 minutos, aunque con 20 puede valer. En las siestas largas podemos entrar en un sueño profundo con lo que nos despertaremos atontados, podemos alterar los ciclos del sueño y sufrir insomnio durante la noche. Durante el resto del día, en caso de estar muy cansado puede valer dormirse por periodos de 20 minutos, pero todo ello no sustituye a un buen descanso por la noche. Los beneficios aportados por la siesta (como la disminución
de
los
riesgos
cardiovasculares,
la
liberación de tensiones, el aumento de la capacidad de concentración o el refuerzo del estado de alerta) están siendo alabados por multitud de organismos científicos como la Agencia Espacial Norteamericana (NASA) o la Junta de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (NTBS). La NTBS analizó la efectividad de la siesta en los controladores aéreos y demostró que un sueño de 26 minutos ayudó a mejorar un 34% el rendimiento de estos trabajadores y reforzó su estado de alerta un 54%. Además, echar la siesta tras la comida produce una relajación muscular que facilita que el aparato digestivo pueda realizar la digestión de una forma más eficaz. Consejos para dormir por la noche: Evitar tomar productos que contenga sustancias estimulantes como la cafeína sobre todo por la tarde o por la noche.
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La fatiga al volante ¡Toma medidas!
No excederse ni en la comida ni en la bebida. Una cena copiosa dificulta el quedarse alcohol,
dormido; aunque
en
el un
primer momento te puede ayudar
a
dormir,
te
interrumpirá el sueño por la noche. Intentar
acostarse
y
levantarse todos los días a la misma hora, incluidos los fines de semana, para crear un ciclo de sueñovigilia estable. Realizar actividades relajantes antes de acostarse: bañarse o ducharse, escuchar música relajante o hacer ejercicios de relajación como el yoga. Hacer ejercicio durante el día ya que ayuda a eliminar el estrés que dificulta el sueño, pero no hacerlo cerca de la hora de dormir ya que dificulta la conciliación del sueño. Cenar unas tres horas antes de acostarse, si antes de acostarte sientes hambre come algo ligero. No beber muchos líquidos antes de acostarse, así se evita ir al baño en mitad de la noche. Evitar acostarse con preocupaciones, por lo que se deben tratar antes de irse a la cama. Por ejemplo se puede hacer una lista de lo que se necesita hacer al día siguiente. No permanecer tumbado en la cama preocupado por qué uno no se duerme ya que dificulta la vigilia aún más; es mejor levantarse y hacer algo relajado. Hacer ver a la familia lo importante que es dormir bien para los conductores y escoger una habitación tranquila (poner en silencio el teléfono móvil, descolgar el fijo, sin TV, etc.), a temperatura de confort (entre los 18 y los 22 grados), con un buen colchón y una buena almohada, y que esté a oscuras. Acudir al médico en caso de que con frecuencia se tengan dificultades para dormir, puede que se trate de una enfermedad como la apnea del sueño.
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Guía práctica de prevención
Síndrome de Apnea-Hipopnea del Sueño (SAHS) Los pacientes con Síndrome de Apnea-Hipopnea del Sueño (SAHS), trastornos relacionados con el mismo u otras causas de somnolencia diurna, deben aportar un informe favorable de una unidad de sueño en el que conste que están siendo sometidos a tratamiento y control de la sintomatología diurna. La
normativa
conductores
vigente
profesionales
establece con
que
esta
los
patología
tienen una reducción de vigencia del permiso de conducción a un máximo de un año. Mientras que para los trastornos del sueño de origen no respiratorio, como narcolepsia, hipersomnias diurnas no respiratorias, trastornos del ritmo circadiano, insomnio inducido por fármacos, se podrá reducir el periodo de vigencia del permiso según criterio facultativo cuando excepcionalmente exista dictamen de un psiquiatra o un psicólogo favorable a la obtención o prórroga. La apnea del sueño es un trastorno común en donde la respiración se interrumpe o se hace muy superficial. Estas interrupciones pueden durar desde unos pocos segundos a minutos y pueden ocurrir más de 30 veces por hora. El tipo más común es la apnea obstructiva del sueño donde las vías respiratorias se obstruyen o colapsan por un instante y luego la respiración vuelve con un ronquido o resoplido. La gente que padece de apnea suele roncar muy fuerte. Las personas que tienen más riesgo de apnea son: hombres, personas que tienen sobrepeso, historia familiar o pequeñas vías respiratorias. La apnea del sueño hace que no se descanse bien por la noche y por el día se esté somnoliento y fatigado con lo que existe un mayor riesgo de sufrir accidentes de tráfico. También puede ocasionar otras complicaciones: hipertensión arterial, aumento del riesgo de sufrir accidentes cardio y cerebrovasculares, como el ictus y el infarto de miocardio, impotencia y disminución de la libido. En caso de que se padezca apnea del sueño es importante recibir tratamiento que puede consistir en cambios en el estilo de vida, dispositivos bucales, aparatos para la respiración o cirugía.
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La fatiga al volante ¡Toma medidas!
3.6. Medidas desde la empresa Para minimizar los efectos de la fatiga se requiere que los conductores estén bien descansados y en buen estado para la conducción. Para que esto sea así es necesario que todos los relacionados con esta actividad (autónomos, empresas de transporte y clientes) se comprometan en este tema e introduzcan procedimientos y prácticas habituales para asegurarse de que los profesionales del volante realicen su actividad descansados. Las medidas que se deben adoptar incluyen: Fijar los turnos con la suficiente antelación y diseñarlos para que sean estables y de fácil predicción. En caso de que sea necesario realizar un transporte no programado o que haya surgido un imprevisto, avisar al conductor que lo vaya a realizar con la suficiente antelación para que vaya descansado. Llegar a acuerdos específicos con los diferentes implicados en la actividad del transporte para minimizar los efectos de la fatiga. Mantener los vehículos en buen estado para evitar no solo el exceso de ruido y de vibraciones sino para que ofrezcan el mejor confort térmico posible. Adquirir vehículos que cuenten con los mejores dispositivos para el descanso y sistemas de alerta contra la fatiga: una buena litera, un buen equipo de climatización, asientos ajustables para pilotos y copilotos, etc. Llevar a cabo evaluaciones periódicas de las condiciones de trabajo donde se preste especial atención al tema de la fatiga y el descanso; y utilizar estas evaluaciones para introducir medidas que mejoren estas condiciones. Proporcionar formación a los conductores donde se incluyan aspectos como: el reloj biológico, el sueño y las enfermedades relacionadas con él, los síntomas de la fatiga y los riesgos de la misma, las estrategias para prevenir la fatiga, los efectos del alcohol y las drogas tanto sobre la conducción como sobre el descanso, los beneficios de un estilo de vida saludable, la programación de itinerarios y las disposiciones legales.
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Guía práctica de prevención
Enfoques multidimensionales Para reducir los riesgos derivados de la conducción bajo la fatiga, es fundamental cambiar la actitud y el comportamiento tanto de las empresas como de los conductores. Para ello se requiere adoptar un enfoque multidimensional: introduciendo acciones formativas específicas, difundiendo material informativo, realizando campañas con anuncios publicitarios, etc. También es necesario poner más énfasis en los esfuerzos primarios de prevención como mejorar la comprensión de los conductores sobre la importancia de haber dormido bien antes de conducir, el uso proactivo de siestas para reducir horas de vigilia antes de comenzar a conducir o evitar ponerse al volante en momentos en los que el nivel de alerta del organismo esté más bajo. Buenas prácticas: En Alemania, la Institución de Aseguradoras de Accidentes para la industria del transporte ofrece formación
específica
para
aumentar
la
concienciación sobre la fatiga en el transporte por carretera a las empresas que son miembros. La formación es de tipo personalizada y se probó y evaluó en la empresa Ford Gmbh de Colonia, donde los conductores aprendieron a desarrollar estrategias contra la fatiga. Las dos unidades de formación duran 90 minutos y se complementan con conversaciones individuales entre el conductor y el formador antes y después de la formación. Las conversaciones pueden desarrollarse de manera flexible, de modo que toda la formación pueda adaptarse fácilmente a la carga de trabajo diaria de los conductores. En Holanda, “Por la acera de la seguridad” es una iniciativa de las Asociaciones de Comercio en transporte por carretera junto con el Gobierno; su objetivo principal es mejorar la seguridad vial. Esta iniciativa ha desarrollado diversas herramientas y una de ellas es sobre la fatiga, donde se presta atención a ciertos aspectos que ofrecen los operadores para reducir el riesgo de fatiga. Las empresas pueden evaluar sus niveles existentes de fatiga e identificar posibles soluciones. También existe la posibilidad de registrar una empresa de transportes en la Red de Profesionales de la Seguridad Vial y así pueden probar que trabajan continuamente por la seguridad vial.
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Tiempos d e
con du
4
n ó i cc
o s n a c s e yd
Guía práctica de prevención
El Reglamento de la C.E. 561/2006, que regula los tiempos de conducción y descanso del transporte por carretera se aplica a: Transporte de mercancías, cuando la masa máxima autorizada de los vehículos, incluido cualquier remolque o semirremolque, sea superior a 3,5 toneladas. Transporte de viajeros en vehículos fabricados o adaptados de forma permanente para transportar a más de nueve personas, incluido el conductor, y destinados a tal fin. Aunque existen algunas excepciones (Reglamentos de la C.E. 561/2006 y 3821/85; y Real Decreto 640/2007 ) como, entre otros, vehículos comerciales que se consideren históricos y que se utilicen para el transporte no comercial de viajeros o mercancías; vehículos especiales utilizados con fines médicos, vehículos adquiridos o alquilados sin conductor por las fuerzas armadas, etc.
4.1. Tiempos de conducción 4.1.1. Conducción ininterrumpida Tras un período de conducción de cuatro horas y media, el conductor hará una pausa ininterrumpida de al menos 45 minutos, a menos que tome un período de descanso. Podrá sustituirse por una pausa de al menos 15 minutos seguida de otra de al menos 30 minutos, ambas intercaladas en el período de conducción de 4 horas y media.
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La fatiga al volante ¡Toma medidas!
4.1.2. Conducción diaria El
tiempo
conducción puede
máximo
de
diario
no
exceder
de
9
horas, salvo dos veces a la semana que puede llegar a las 10 horas.
4.1.3. Conducción semanal El tiempo de conducción semanal no superará las 56 horas (se entenderá por semana el período de tiempo comprendido entre las 00.00 del lunes y las 24.00 del domingo).
4.1.4. Conducción bisemanal El tiempo de conducción en dos semanas consecutivas no puede exceder de 90 horas. Así, si en una semana se conduce
durante
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(máximo
permitido),
horas en
la
siguiente sólo podrá conducirse durante 34 horas, puesto que ambas
suman
el
máximo
permitido de 90 horas.
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Guía práctica de prevención
4.1.5. Hechos sancionables Faltas muy graves (sanciones desde 3.301 a 4.600 €): el exceso superior al 50 por ciento en los tiempos máximos de conducción o de conducción ininterrumpida. * Faltas graves (sanciones desde 1.501 a 2.000 €): el exceso superior al 20 por ciento en los tiempos máximos de conducción o de conducción ininterrumpida, salvo que dicho exceso deba ser considerado infracción muy grave, de conformidad con lo previsto en el artículo 140.20. * Faltas leves (sanciones desde 301 a 400 €): el exceso en los tiempos máximos de conducción o de la conducción ininterrumpida, salvo que deba ser considerado infracción grave o muy grave. ** * Cuando esta infracción sea detectada durante su comisión en carretera deberá ordenarse la inmediata inmovilización del vehículo hasta que se supriman los motivos determinantes de la infracción. ** Cuando esta infracción sea detectada durante su comisión en carretera, siempre que la distancia que todavía deba recorrer el vehículo para alcanzar su destino sea superior a 30 kilómetros, deberá ordenarse la inmediata inmovilización del vehículo hasta que se supriman los motivos determinantes de la infracción.
4.2. Tiempos de descanso 4.2.1. Descanso diario En las 24 horas siguientes al final de su período de descanso diario o semanal anterior, los conductores deberán tomarse un nuevo período de descanso diario. Este periodo de descanso diario podrá ser normal o reducido. Período de descanso diario normal: cualquier período de descanso de al menos 11 horas. Período de descanso diario reducido: cualquier período de descanso de al menos 9 horas, pero inferior a 11 horas.
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La fatiga al volante ¡Toma medidas!
Los conductores no podrán tomarse más de tres períodos de descanso diario reducidos entre dos períodos de descanso semanales.
En caso de la conducción en equipo de un vehículo, los conductores deberán haberse tomado un nuevo período de descanso diario de al menos 9 horas en el espacio de 30 horas desde el final de su período de descanso diario o semanal anterior.
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Guía práctica de prevención
El período de descanso diario normal de un conductor que acompañe un vehículo transportado por transbordador o tren podrá interrumpirse dos veces como máximo para llevar a cabo otras actividades que no excedan en total de una hora. Durante el período de descanso diario normal, el conductor deberá tener acceso a una cama o litera.
4.2.2. Descanso semanal Un período de descanso semanal tendrá que comenzarse antes de que hayan concluido seis jornadas consecutivas de 24 horas desde el final del anterior período de descanso semanal. Este periodo de descanso semanal podrá ser normal o reducido. Período
de
semanal
descanso normal:
cualquier
período
de
descanso de al menos 45 horas. Período
de
semanal cualquier
descanso reducido:
período
de
descanso inferior a 45 horas que se puede reducir hasta un mínimo de 24 horas consecutivas. En
el
transcurso
semanas
de
consecutivas
dos el
conductor tendrá que tomar al menos: Dos períodos de descanso semanal normal, o Un período de descanso semanal normal y un período de descanso semanal reducido de al menos 24 horas; no obstante, la reducción se compensará con un
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La fatiga al volante ¡Toma medidas!
descanso equivalente tomado en una sola vez antes de finalizar la tercera semana siguiente a la semana de que se trate. Los descansos tomados como compensación por un período de descanso semanal reducido deberán tomarse junto con otro período de descanso de al menos nueve horas. Cuando el conductor elija hacerlo, los períodos de descanso diarios y los períodos de descanso semanales reducidos tomados fuera del centro de explotación de la empresa podrán
efectuarse
en
el
vehículo
siempre y cuando éste vaya adecuadamente equipado para el descanso de cada uno de los conductores y esté estacionado. Un período de descanso semanal que incida en dos semanas podrá computarse en cualquiera de ellas, pero no en ambas.
4.2.3. Hechos sancionables Faltas muy graves (sanciones desde 3.301 a 4.600 €): la minoración superior al 50 por ciento de los períodos de descanso obligatorios.* Faltas graves (sanciones desde 1.501 a 2.000 €): la minoración superior al 20 por ciento en los períodos de descanso establecidos, salvo que dicho defecto deba ser considerado infracción muy grave, de conformidad con lo previsto en el artículo 140.20.* Faltas leves (sanciones desde 301 a 400 €): la minoración de los períodos de descanso o pausa establecidos, salvo que deba ser considerado infracción grave o muy grave. *Cuando esta infracción sea detectada durante su comisión en carretera deberá ordenarse la inmediata inmovilización del vehículo hasta que se supriman los motivos determinantes de la infracción.
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Guía práctica de prevención
Ordenación del tiempo de trabajo para los trabajadores autónomos Real Decreto 128/2013 de 22 de febrero, sobre ordenación del tiempo de trabajo para los trabajadores autónomos que realizan actividades móviles de transporte por carretera. Este Real Decreto se aplica exclusivamente a los trabajadores autónomos incluidos en la Ley 20/2007, de 11 de julio, del Estatuto del Trabajo Autónomo, que realicen su actividad en el sector del transporte por carretera: De mercancías, cuando la masa máxima autorizada de los vehículos, incluido cualquier remolque o semirremolque, sea superior a 3,5 toneladas, o De viajeros en vehículos fabricados o adaptados de forma permanente para transportar a más de nueve personas, incluido el conductor, y destinados a tal fin. Los cambios más importantes afectan a los tiempos de trabajo y a las pausas. Tiempos de trabajo: La duración media del tiempo de trabajo semanal no debe sobrepasar las 48 horas. No obstante, podrán prolongar el tiempo de trabajo hasta 60 horas siempre que la duración media del mismo no supere las 48 a la semana en un período de cuatro meses naturales. El conductor autónomo que efectúe trabajo nocturno (el realizado entre las 00:00 y las 04:00 horas) no podrá realizar una jornada diaria que exceda de las diez horas por cada período de 24 horas consecutivas. Definición de tiempo de trabajo: todo período de tiempo comprendido entre el inicio y el final del trabajo en que el conductor autónomo se encuentre en su lugar de trabajo a disposición del cliente y ejerciendo sus funciones y actividades. Se excepcionarán de la consideración de tiempo de trabajo: las pausas, el tiempo de descanso, el tiempo de disponibilidad y las labores generales de tipo administrativo que no estén directamente vinculadas a una operación de transporte específica en marcha. Pausas: No podrán realizar su actividad profesional durante más de seis horas consecutivas sin pausa. La actividad profesional deberá interrumpirse con pausas de un mínimo de 30 minutos para un tiempo de trabajo de más de seis horas y hasta nueve horas, y como mínimo de 45 minutos para un tiempo de trabajo de más de nueve horas en total. Las pausas podrán subdividirse en periodos de una duración de 15 minutos como mínimo.
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