Lógica: una aproximación a la evaluación de argumentos

Bibliografía de consulta sugerida: Marafioti, Roberto. Los patrones de la argumentación: La argumentación en los clásicos y en el siglo XX...

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Prof. Camila López 2ºBD. Colegio:_______________________________ Nombre del alumno:__________________________ Fecha de entrega:________________

Lógica: una aproximación a la evaluación de argumentos LÓGICA Disciplina filosófica que estudia la modalidad y formas de pensamiento y discurso con el objeto de establecer la validez de los razonamientos, o bien la solidez de los argumentos.

Lógica formal Se encarga de establecer procedimientos sistemáticos que nos permitan diferenciar un razonamiento válido de uno inválido. Decimos que es “formal” porque analiza solamente la forma en que se desarrollan estos razonamientos, no preocupándose por el contenido, la función o el contexto de los mismos. Por ello, utiliza la simbolización para abstraer los contenidos y permitirnos ver solamente las estructuras formales que componen los razonamientos. Ejemplo de razonamiento traducido a símbolos: Si ocurre A, entonces ocurrirá B. Ocurrió A, por lo tanto ocurrirá B. Como vemos, no importa qué sea “A” o “B”, o quién enuncie este razonamiento, con qué fines, o en qué contexto, sino que lo que importa para la lógica formal es si esta forma de razonamiento es correcta (válida) o no.

Lógica no formal Estudia los razonamientossituados en un contexto comunicativo, es decir, estudia los argumentos. Un argumento es una práctica lingüística, ubicada en cierto contexto, mediante la cual intentamos dar razones (premisas) que apoyen determinada creencia, opinión o acción (conclusión). El objetivo de un argumento es lograr la adhesión del interlocutor o al menos justificar la posición sostenida. Por ello, entran en juego aquí otros elementos además de la estructura formal de los razonamientos que utilicemos, por ejemplo: ¿a qué público nos dirigimos? ¿Cuál es el mejor argumento para lograr nuestro objetivo? ¿Queremos persuadir, convencer, o simplemente justificar nuestra postura? ¿Para qué queremos hacerlo? ¿Cómo sé si mi argumento es bueno?

Lógica formal y lógica no formal no son excluyentes, sino que ambas son relevantes y complementarias. Nos interesa reconocer, evaluar y construir argumentos. Para ello, es importante tanto explorar la validez de sus razonamientos (que su forma sea correcta) como estudiarlos en su contexto real de aplicación. En esta ficha, nos dedicaremos principalmente a esta segunda tarea, ejercitándonos en el reconocimiento de argumentos, construcción de contraargumentos, y detección de argumentos engañosos (falacias). Bibliografía de consulta sugerida: Marafioti, Roberto. Los patrones de la argumentación: La argumentación en los clásicos y en el siglo XX. Ed. Biblos, 2005. Weston, Anthony, y Jorge Francisco Malem Seña. Las claves de la argumentación. Barcelona: Ariel, 1994.

La argumentación ¿Qué significa “argumentar”? “’Dar un argumento’ significa ofrecer un conjunto de razones o de pruebas en apoyo de una conclusión. Aquí, un argumento no es simplemente la afirmación de ciertas opiniones, ni se trata simplemente de una disputa. Los argumentos son intentos de apoyar ciertas opiniones con razones. En este sentido, los argumentos no son inútiles, son, en efecto, esenciales. El argumento es esencial, en primer lugar, porque es una manera de tratar de informarse acerca de qué opiniones son mejores que otras. (…) Es un medio para indagar (…) y un instrumento para explicar y defender una conclusión a la que hemos llegado. No es un error tener opiniones. El error es no tener nada más. (…)” Anthony Weston: “Las claves de la argumentación”, Ed. Ariel, Barcelona, 1994.

Importancia de la argumentación en Filosofía “La reflexión filosófica, en toda la tradición occidental, es el uso metódico de la razón para tentar responder a los problemas fundamentales del hombre, esta exigencia crítica implica que toda posición que se plantee como filosófica sea justificada, legitimada por una argumentación sólida. Ella es tanto más creíble, en tanto se apoye sobre principios, desarrolle una coherencia, resista a las refutaciones. Es necesario aprender a argumentar sus tesis, y a rechazar sus objeciones” Michel Tozzí, “Pensar por sí mismo”, Ediciones de la Crónica Social, 1999.

Ejemplo: Tener una vida sedentaria es un factor de riesgo para muchas enfermedades. Además, ejercitar el cuerpo es bueno para mantenerse en forma. Por ello, es recomendable realizar actividad física de forma regular.

Premisa 1:Tener una vida sedentaria es un factor de riesgo para muchas enfermedades. Premisa 2: Ejercitar el cuerpo es bueno para mantenerse en forma. Conclusión: Es recomendable realizar actividad física de forma regular.

Premisas y conclusión son proposiciones (es decir, enunciados en donde se afirma o niega algo): tomadas aisladamente, no podemos saber si se trata de premisas o conclusiones. Llamamos “premisas” a aquellas proposiciones que aparezcan como supuestos o razones que se utilizan para justificar otra proposición; llamamos “conclusión” a dicha proposición que se busca defender o justificar y que se sigue de las premisas. No siempre aparecen primero las premisas y luego la conclusión; pueden aparecer en cualquier orden. Para detectarlas, es de ayuda tener en cuenta ciertas expresiones que suelen utilizarse para indicar cuándo se trata de premisas y cuándo de una conclusión: Indicadores de premisas Puesto que, ya que, como, en tanto que, dado que, por cuanto, viendo que, a partir de, porque, y, sea como fuere, pero, en efecto…

Indicadores de conclusión Por lo tanto, por ende, así que, de ahí que, en consecuencia, se deriva, por consiguiente, como resultado, luego, entonces, llegamos a la conclusión...

Premisas implícitas Cuando extraemos las premisas y conclusión de un argumento, no necesariamente tenemos que extraer literalmente las expresiones que componen el mismo. Lo que queremos es exponer el esqueleto implícito que da forma el argumento. Eso quiere decir que a veces tendremos que construir las premisas a partir de la información que tenemos, omitir cierta información que no compone a las premisas o conclusión, o incluso detectar y escribir ciertas premisas que pueden estar implícitas (es decir, no aparecen literalmente, pero son supuestas en la estructura del argumento). Por ejemplo: Pedro es extranjero, por eso no va a votar en las próximas elecciones.

Premisa 1:Pedro es extranjero. Premisa implícita:Los extranjeros no pueden votar. Conclusión:Pedro no va a votar en las próximas elecciones.

Al reconocer argumentos, debemos intentar pensar si existen premisas implícitas y explicitarlas.

Pasos para la composición de un argumento corto, para Weston “Algunas reglas generales: Distinga entre premisas y conclusión El primer paso al construir un argumento es preguntar ¿Qué estoy tratando de probar? ¿Cuál es mi conclusión? Recuerde que la conclusión es la afirmación en favor de la cual usted está dando razones. Las afirmaciones mediante las cuales usted ofrece sus razones son llamadas “premisas”. Presente sus ideas en un orden natural Ponga primero la conclusión seguida de sus propias razones, o exponga primero sus premisas y extraiga la conclusión al final. En cualquier caso, exprese sus ideas en un orden tal que su línea de pensamiento se muestre de la forma más natural a sus lectores. Parta de premisas fiables Aun si su argumento, desde la premisa a la conclusión, es válido, si sus premisas son débiles, su conclusión será débil. Use un lenguaje concreto, específico, definitivo Escriba concretamente, evite los términos

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generales, vagos y abstractos. Evite un lenguaje emotivo No haga que su argumento parezca bueno caricaturizando a su oponente. Generalmente, las personas defienden una posición con razones serias y sinceras. Trate de entender sus opiniones aún cuando piense que están totalmente equivocadas. Si usted no puede imaginar cómo podría alguien sostener el punto de vista que usted está atacando, es porque todavía no lo ha entendido bien. En general, evite el lenguaje cuya única función sea la de influir en las emociones de su lector u oyente, ya sea a favor o en contra de las opiniones que está discutiendo. Use términos consistentes Use un solo conjunto de términos para cada idea. Use un único significado para cada término Usar una sola palabra en más de un sentido es la falacia clásica de la “ambigüedad”. Una buena manera de evitar la ambigüedad es definir cuidadosamente cualquier término clave que usted introduzca: luego, tenga cuidado de utilizarlo sólo como usted lo ha definido.

Teniendo en cuenta los pasos recomendados por Weston, construye un argumento en respuesta al siguiente problema: Libertad de enseñanza: ¿es adecuado implementar la educación obligatoria? En clase, veremos argumentos a favor y en contra, y evaluaremos entre todos su claridad, precisión, adecuación de sus premisas y solidez.

Falacias Una falacia es “un razonamiento psicológicamente persuasivo pero lógicamente defectuoso”. …“una falacia es una maniobra verbal destinada a conseguir que alguien acepte una afirmación u obedezca una orden por motivos que no son buenas razones” Comesaña, Juan José. Lógica Informal. Falacias y Argumentos Filosóficos. Eudeba. Buenos Aires: Argentina. 1998

Tipos de falacia. Extractos de “Lógica informal…”, Juan José Comesaña Falacia Ad Hominem La falacia que analizaremos ahora es una de las más poderosas en lo que respecta a poder persuasivo. "Ad hominem" significa "contra el hombre", y esta falacia lleva ese nombre porque se comete, se dice tradicionalmente, cuando se intenta desacreditar una afirmación haciendo referencia no a la probable falsedad de esa afirmación sino a ciertas características de quien la enuncia. Es fácil en este caso ver por qué se supone generalmente que estos tipos de razonamientos son falaces; la verdad o falsedad de una oración no depende, en el caso general, de las características de quien la enuncia. Es fácil de ver esto porque la misma oración puede ser afirmada por un santo y un pecador. Apelación a la ignorancia Ejemplos clásicos de esta falacia son: no se ha demostrado que Dios existe, por lo tanto Dios no existe (y viceversa) Apelación a la autoridad Las apelaciones a la autoridad constituyen una maniobra argumental muy común en distintos tipos de contextos. Se hace una apelación a la autoridad cuando, como razón para creer en la verdad o falsedad de una afirmación, se cita la opinión de alguna autoridad. Aunque apelar a una autoridad no tiene nada de malo en sí mismo, deben observarse ciertas reglas para que la apelación no resulte falaz. Petición de principio y razonamientos circulares Hay un tipo de razonamiento que puede hacer surgir varias perplejidades muy difíciles de resolver. Consideremos el siguiente ejemplo: Hay perros simpáticos. Por lo tanto, hay perros simpáticos Notamos casi de inmediato que algo anda mal en este razonamiento, pero es complicado decir exactamente qué. En Copi (1990) se dice lo siguiente: “…parecería que no se debe agrupar esta falacia junto con las

demás falacias de atinencia, puesto que aquí el error no radica en que las premisas sean inatinentes con respecto a la conclusión. No son inatinentes, puesto que prueban la conclusión, pero lo hacen de manera trivial Un argumento de petición de principio siempre es válido, pero lo es trivialmente” (…) Apelaciones a la emoción En esta sección analizaremos varias maneras de intentar que una afirmación sea aceptada por medio de apelaciones a la emoción. No es fácil decidir en todos los casos si esos intentos son realizados por medio de razonamientos. Como veremos, tampoco en el caso de las apelaciones a la emoción es algo inmediato que constituyan una falacia. En otras palabras, hay apelaciones a la emoción que son maniobras de persuasión no sólo efectivas sino también legítimas. Analizaremos por separado los tres tipos fundamentales de apelación a la emoción. Razonamientos ad populum Como su nombre más o menos lo indica, la variante más cruda de los razonamientos ad populum consiste en sostener que una oración es verdadera porque todo el mundo (o un grupo determinado de personas) cree que es verdadera. Apelación a la piedad (ad misericordiam) Se comete una falacia de este tipo cuando se sostiene que cierta afirmación es verdadera (o falsa) basándose exclusivamente en circunstancias penosas -y que deberían despertar nuestra misericordia- en las que se encuentra quien hace la afirmación o el sujeto acerca del cual se hace la afirmación. Apelación a la fuerza (ad baculum) Se comete esta falacia cuando se intenta que alguien acepte una afirmación o haga algo apelando para ello a la amenaza del uso de la fuerza.

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Busca ejemplos de falacias en medios gráficos o audiovisuales. Indica qué tipos de falacia son. Intenta encontrar la mayor variedad de tipos posibles.