Los cien «Libros de novelas, cuentos, historias y casos

CRITICÓN. 51,1991, pp. 75-97. Los cien Libros de novelas, cuentos, historias y casos trágicos de Pedro Joseph Alonso y Padilla por Begoña RIPOLL y Fem...

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CRITICÓN. 51,1991, pp. 75-97.

Los cien Libros de novelas, cuentos, historias y casos trágicos de Pedro Joseph Alonso y Padilla

por Begoña RIPOLL y Femando R. de la FLOR (Universidad de Salamanca)

I. Padilla, impresor y mercader de libros Pedro Joseph Alonso y Padilla tenía su taller de impresión en la madrileña calle de Santo Tomás, y era allí donde también despachaba los libros. Durante casi treinta años, las actividades editoriales del impresor fueron tan intensas que él solo produjo el cuarenta por cien de los libros aparecidos en la capital durante todo el siglo dieciocho1. Padilla, Librero de Cámara del Rey a partir de 1733, competía en Madrid con los mercaderes Juan de Ariztia y Francisco Medel del Castillo, en Barcelona con Pablo Campins, y en Sevilla con la inmensa imprenta familiar de Antonio de Hermosilla2. La importancia de Padilla -y éste es el motivo del presente trabajo- no estriba en la producción editorial de su taller, sino en el talante profundamente moderno que lo caracterizaba, en una visión comercial que lo convirtió en el primer editor "publicista" español. Padilla, en su interés por incrementar las ventas, diseñó dos catálogos3 donde aparecían no sólo algunos libros que ya podían comprar los lectores, sino también los que en un futuro iban a poder adquirir: nuestro librero, pues, editó una especie de "folletos" publicitarios que contenían títulos de 1

Datos biográficos más precisos, así como cuestiones editoriales en cifras, pueden encontrarse en Francisco Vindel, Un gran editor y librero del siglo XVIII, enJátiva, n 8 10-11, 1943, pp. 21-26. Anteriormente, había dado noticias de Padilla el también librero Antonio Palau i Dulcet en sus Memorias de un librero catalán (1867-1935), Barcelona, Librería Catalonia, 1935, pp. 462 y ss. 2 En el libro de Antonio Rodríguez-Moñino, Catálogos de Libreros Españoles (1661-1840), Madrid, Llanga y Cía., 1945, 204 pp., se hallan numerosas referencias a las actividades de éstos y otros impresores. Para Padilla, consultar especialmente las pp. 32 y ss. 3 Utilizamos la palabra "catálogo" y no la de "índice" o "inventario" en su sentido más general, aunque no desconocemos el uso restrictivo que en biblioteconomía tiene dicho término, en el sentido de "catálogo topográfico que precisa con detalle la distribución de los libros por armarios, estantes y cajones". Sobre este tema, cf. Julián Martín Abad, Catálogos, índices e inventarios de bibliotecas particulares del siglo XVIII conservados en la Sección de Manuscritos de la Biblioteca Nacional de Madrid, Madrid, Anejos de Cuadernos Bibliográficos (Anejo 44), 1982, pp. 3-4. CRITICÓN. Núm. 51 (1991). Begoña RIPOLL, Femando R. DE LA FLOR. Los cien «Libros de n ...

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"inminente aparición", idea ésta que puede sonar muy común en la actualidad pero que para el año 1727 resultaba de sorprendente novedad. Dos catálogos son los que se conservan actualmente elaborados por nuestro sagaz comerciante. Uno, de carácter general, y menos interesante para nuestro propósito, se introducía a modo de pequeño folleto en los principios y finales de algunos libros reimpresos por Padilla; y, también, editado de forma independiente, se repartía entre los clientes habituales en la misma librería de la calle Santo Tomás. En él no se mencionaban títulos específicos; se trataba más bien de un listado de temas o materias que comprendían la totalidad de los libros expuestos a la venta. Así, se señalaban, por ejemplo: "Libros para secretarios de Guerra, Hacienda e Indias", "Libros para embajadores y ministros que van a las Cortes", "Artes de fabricar navios y fragatas", "Libros de varias provincias y Repúblicas por donde se sabe su modo de gobierno, trato y riquezas", "Artes para saber escribir Historias y para leerlas y entenderlas", "Vidas, dichos, hechos y sentencias de Philósophos, Emperadores, Reyes y otros varones ilustres", "Diccionarios y Gramáticas de varios idiomas", "Libros donde se da noticia de los montes de España y donde hay caza de todo género", y un largo etcétera4. El otro, que no ha sido editado hasta la fecha y del que queremos ocuparnos en estas páginas, constituye uno de los casos más interesantes, a nuestro modo de ver, para la bibliografía del Barroco; y no sólo para ello, pues, como vamos a demostrar, este segundo y particularísimo catálogo, compuesto por cien títulos, habla elocuentemente de las expectativas de recepción de la novela del Siglo de Oro que un librero prototípico tenía a comienzos del setecientos. Es éste el que hemos denominado Libros de novelas, cuentos, historias y casos trágicos. Los cien Libros de novelas elegidos por Padilla constituyen material de primera mano para el análisis de la producción literaria en el XVII. Padilla, gran consumidor de novelas, como todos los eruditos de principios del XVIII, tuvo en la década de los veinte la idea de reimprimir las obras en prosa que más aceptación habían tenido en el público de finales del XVII y que aún seguían acaparando el interés de lectores noveless. Su propósito era, pues, fundar algo así como una "Biblioteca del Seiscientos" y -como reza el Catálogo- "dar noticia a los aficionados" de libros que se iban olvidando o perdiendo en la memoria, pues "muchos no tienen noticia de ellos por el transcurso del tiempo". Este breve catálogo, al contrario que el folleto por materias, no se editó nunca en forma de separata, sino que Padilla lo fue intercalando también al principio o al final de todas las

4 Este catálogo ha sido editado en facsímil dos veces: primero, comentado por Antonio Palau en Un folleto raro del Librero de Madrid Don Pedro Joseph Alonso y Padilla, 1747, Barcelona, Ráfols, 1928; y, hace poco, por cuenta particular del también librero Agustín Hevia Ballina: Catálogo de libros exquisitos de la famosa librería castellana de Don Pedro Joseph Alonso y Padilla..., Oviedo, 1979. La cantidad de "items" temáticos reseñados por Padilla en este folleto general resulta abundantísima, encontrando alusiones a curiosos volúmenes, como tratados de simetría, de monedas y metales; libros para aprender a escribir cartas con distintos estilos; para criar caballos; cuidar halcones enfermos; virtudes y defectos de las aves; juegos; secretos y propiedades de las hierbas y plantas, etc. 5 El gusto por el tipo de prosa barroca, enrevesada y de oscuras estructuras sintácticas, estribaba fundamentalmente en los elementos fantásticos que tanto proliferaron en la novela del XVII. El siglo siguiente se sintió fascinado por las historias poco verosímiles, repletas de muertes y pasiones desatadas. Cf. Joan Estruch, Literatura fantástica y de terror española del siglo XVII, Barcelona, Fontamara, 1982, pp. 11-13, y Luis Alberto de Cuenca, La literatura fantástica española del siglo XVIII, en CHA, n" 410, agosto 1984, pp. 107-118, en especial sobre las raíces de las literatura fantástica en España (pp. 108-109).

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reimpresiones efectuadas entre 1727 y 1736, aproximadamente6. Así, el que adquiría cualquier novela, podía escoger entre otras veinte y tener en cuenia que en un breve plazo de tiempo iban a ponerse a la venta ochenta más. Cien fueron los Libros de novelas, cuentos, historias y casos trágicos escogidos entre los que Padilla recordaba o poseía de su padre, y esos títulos representan, con gran fiabilidad, una estadística del gusto literario del XVII. Si a esto añadimos la gran dificultad por la que atraviesan los estudios sobre la prosa barroca por falta de datos bibliográficos, no podemos sino concluir que Padilla prestó a la historiografía un servicio del que se ha sacado un escaso rendimiento.

II. Fuentes bibliográficas sobre la novela del Seiscientos La historiografía literaria del Siglo de Oro encuentra numerosos vacíos críticos en el estudio del periodo barroco y demasiadas lagunas bio-bibliográficas, debidas, en parte, a coincidir en este periodo grandes genios de la talla de Cervantes, Lope o Góngora. El estudio de éstos ha sido causa de que se agrupe al resto de escritores "menores", o más o menos originales, bajo manidos tópicos, tendencias o escuelas, ignorando la individualidad de la mayoría de ellos7. Este problema se ha venido agudizando en el terreno novelístico, pues aún hoy se sigue considerando a Miguel de Cervantes como centro de cualquier división y a los que le siguieron imitadores, con mayor o menor fortuna, de sus teorías narrativas. Así, los diversos manuales sobre novela corta, novela "cortesana", novela de corte bizantino, etc., del siglo XVII no resuelven, desde nuestro punto de vista, dichas carencias, sino más bien al contrario; la crítica continúa poniendo clichés a unos autores cuasi ignorados y repitiendo sobre ellos los mismos pocos datos que desde hace tres siglos se conocen8. Además, todavía carece la crítica de un buen estudio de conjunto sobre todo el entramado novelesco -con sus diferentes estructuras y técnicas- del Seiscientos; estudio éste que, por otra parte, resulta imposible de acometer sin una labor previa: la catalogación y

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Matizamos el "aproximadamente" porque no debe descartarse el hecho de que este catálogo se hubiera introducido en otras reimpresiones posteriores, aunque nosotros no lo hemos logrado encontrar en ejemplar alguno. Así, por ejemplo, Lázaro Almanza en sus Notas sobre la voz "novela" en Feijoo y en la literatura de su época, en / / Simposio sobre el padre Feijoo y su siglo, Oviedo, Cátedra Feijoo, 1981, pp. 197-98, da fechado el catálogo, pensamos que erróneamente, en el año 1737, sin determinar tampoco a la reimpresión de qué novela acompañaría. 7 Tal error viene de lejos, debido sobre todo al trabajo realizado por Agustín González de Amezúa en Formación y elementos de la novela cortesana, Madrid, R.A.E., 1929, donde definía a la novela postcervantina con el término de"cortesana" y, tras un listado incompleto de autores y obras, tendía a desconsiderarla por su escasa calidad literaria. Después de él, la crítica ha obviado el periodo 1620 a 168S, muy fructífero sin embargo para la novelística, pues los escritores del seiscientos buscaron fórmulas de creación a todos los niveles que no han sido hasta la fecha estudiadas de manera pormenorizada. 8 Tal es el caso de E. B. Place en su tradicional Manual elemental de novela española. Bosquejo histórico de la novela y el cuento, Madrid, Victoriano Suárez, 1926; del conocido trabajo de Caroline B. Bourland, The short story in Spain in the seventeenth century, Noithampton, Mass., Smith Collège, 1927, pp. 383; de otros manuales más generales como el de W. Pabst, La novela corta en la teoría y en la creación literaria, Madrid, Gredos, 1972, y el de W. Krómer, Formas de narración breve en las literaturas románicas hasta 1700, Madrid, GTedos, 1979, etc. Últimamente han aparecido algunos estudios ciertamente valiosos sobre este periodo literario intentando paliar la carencia de trabajos sobre la novela del Seiscientos; entre ellos hay que destacar el libro de Jean-Michel Laspéras, La nouvelle en Espagne au Siècle d'Or, Montpellier, Editions du Castillet, 1987, que realiza un pormenorizado análisis de la prosa castellana hasta 1640.

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documentación exhaustiva de todos y cada uno de los novelistas llamados "menores" cuyas obras se empolvan en las bibliotecas9. Desde los puntos de vista anteriormente citados - y de sobra conocidos por los estudiosos de la literatura áurea- el curiosísimo catálogo publicitario de Padilla resulta muy útil para suplir algunas de dichas faltas. Como veremos al comentar los autores elegidos por nuestro librero, la "memoria histórica" de Padilla fue capaz de rescatar para nosotros un fondo de nombres y obras suficientemente significativo como para replantearnos unos estudios sobre la novela del siglo XVII más pormenorizados, fiables en datos y profundos en cuanto a subgéneros narrativos. III. La recepción dieciochesca de las novelas del Siglo de Oro Pero el tema es, también, el de la reconsideración -una vez más- de la recepción que las obras del Siglo de Oro, en especial las novelas, tuvieron en el siglo XVIII, en concreto en el llamado "primer Siglo XVIII". En este sentido el catálogo de Padilla ilumina un escenario sobre el que hasta el momento no se han prodigado en absoluto las informaciones10. Ya Juan Ignacio Ferreras, en 1987, había apreciado cómo "en cuanto a la catalogación de reediciones y traducciones (y si se pone aparte el modestísimo ensayo que precede a estas páginas en cuanto a reediciones), no existe nada sobre lo que asentar un análisis"11. En efecto, dejando al margen el problema de las traducciones e imitaciones12, después del catálogo de reediciones que ofreció Ferreras, y del que antes habían esbozado Reginald Brown1* y Nigel Glendinning14, esta fuente que hoy estudiamos se presenta como uno de los pocos instrumentos sobre el que se puede empezar a reflexionar acerca de

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Lamentablemente no existe todavía un buen catálogo donde se haga mención de los novelistas del Seiscientos. Los únicos trabajos aparecidos hasta la fecha adolecen de errores de base y no sirven para suplir esta carencia. Nos estamos refiriendo a los estudios que, en este terreno, han realizado C. Bourland y G. Formichi. La primera, en su libro The short story ..., incluye una "Bibliography of the novela from 1576 to 1700" (pp. 87-215). No obstante, se trata de una "bibliografía", es decir, carece de datos biográficos de los autores, y, además, resulta incompleta al reseñar sólo los libros que contienen colecciones de novelas cortas. Así, Bourland está reduciéndose sólo a un treinta y cinco por ciento, aproximadamente, de toda la producción. Por otra parte, Giovanna Formichi, en su Bibliografía della novella seicentesca spagnola, en Lavori Ispanistici, Messina-Firenze, El serie, 1973, pp. 5-105, hace un sucinto repaso de nombres y obras con muchos errores y copiado en su mayor parte de repertorios ya publicados. Formichi, al contrario que Bourland, no ha manejado siquiera todos los libros a los que hace referencia ni cita ediciones completas de ninguno. 10 Sin embargo, sí se han producido esfuerzos valiosos por aproximarse a lo que fue la producción literaria del siglo XVIII, como el trabajo ya citado de Julián Martín Abad, Catálogos e inventarios de bibliotecas particulares...; o el libro de Paula Demerson, Esbozo de biblioteca de la juventud ilustrada (1704-1808), Oviedo, Cátedra Feijoo, 1976; y, antes de ellos, la obra de Ángel González Patencia, Eruditos y libreros del siglo XVIII, Madrid, CSIC, 1948. 11 Juan Ignacio Ferreras, La novela en el siglo XVIII, Madrid, Tauros, 1987, p. 104. 12 Sobre las traducciones contamos con el catálogo incompleto de José Francisco Montesinos, Introducción a una historia de la novela en España en el siglo XIX, Valencia, Castalia, 1955. Vid. también el trabajo de María Encarnación García de León, Los prólogos de las traducciones de novelas en el siglo XVIII, en / / Simposio sobre el padre Feijoo y su siglo, Oviedo, Cátedra Feijoo, 1983, t. U, pp. 483-494. 13 Reginald Brown, La novela española 1700-1850, Madrid, Dirección General de Archivos y Bibliotecas, 1953. 14 Vid. "Apéndice C" de su Historia de la literatura española. El siglo XVIII, Barcelona, Ariel, 1973. CRITICÓN. Núm. 51 (1991). Begoña RIPOLL, Femando R. DE LA FLOR. Los cien «Libros de n ...

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la importancia y peso de una tradición áurea novelesca dentro de la primera mitad del siglo diecisiete15. No se nos oculta, sin embargo, que el catálogo de Padilla se sitúa en un terreno que no es exclusivamente el de las realizaciones, el del eje marcado por la relación entre producción y consumo, sino, antes bien, el de la prospectiva, el proyecto; en definitiva, el del cálculo establecido por un sagaz editor que especula con las posibilidades de éxito de una colección prácticamente vertida en los autores del siglo anterior y en obras muy apreciadas ya en el Renacimiento. Esta proyección que realiza Padilla, que se ofrece además dotada de una coherencia interna y que responde sin duda a un conocimiento de las posibilidades del mercado editorial, nos es útil desde una doble perspectiva: por una parte, el impresor nos deja constancia de aquellos volúmenes que habían tenido un cierto éxito entre los lectores del XVII; por otra, el inventario de títulos reunidos nos ayuda a definir el período que abarcan los treinta y cinco primeros años del XVIII, conceptuado por la crítica como momento "antinovelístico" por excelencia16. La inexistencia de novelistas "actuales" -entendiendo por tales aquellos autores que pertenecen cronológicamente al XVIII- 17 , dado que entre 1727 y 1736 todavía no ha comenzado el momento de la publicación de las obras mayores narrativas de Isla o Torres, y que autores como Botello de Moraes o Francisco Párraga Martel no alcanzan entidad propia, se ofrece como la primera de las causas por las que se hace preci-so cubrir una activa demanda de narrativa. Demanda que, pese a todo, parece subsistir y que Padilla va a tratar de cubrir con unos productos literarios que ofrecen cerca de un siglo de antigüedad. La empresa emprendida por Alonso y Padilla concluye alrededor del año 1736 sin grandes resultados, pues la proyectada colección de libros, historias y novelas -tal y como puede apreciarse en el estudio de los volúmenes reimpresos- no alcanzó el éxito previsto. A un año de la salida del Diario de los Literatos de España, donde la prosa no alcanza ya ninguna representatividad ni es evaluada críticamente por los diaristas1*, esta fecha es, prácticamente, la del agotamiento mismo de una concepción de la novela que tendría que renovarse forzosamente en los decenios siguientes19. 15 Los aspectos generales de la recepción de novelistas del Siglo de Oro en la Ilustración, o más extensamente en el siglo XVIII, no han sido todavía abordados, aunque sí ha habido algunas aproximaciones parciales en el caso, por ejemplo, de Cervantes, y más concretamente, del Quijote. Vid. Francisco Aguilar Piñal, Anverso y reverso del "quijotismo" en el siglo XVI11 español, en Anales de Literatura Española, na 1, 1982, pp. 207-216. 16 Vid. Joaquín Álvarez Barrientes, Algunas ideas sobre teoría de la novela en el siglo XVIII en Inglaterra y España, en Anales de Literatura Española, n s 2,1983, pp. 5-23. 17 Aquí el término "actual" también alcanzaría otro sentido: el de escritores que ubican su historia en un tiempo presente, en una sociedad coactual con ellos. Sobre el tema ha escrito J. Álvarez Barrientes: "Los novelistas del XVIQ, al menos gran parte de ellos, se caracterizarán por centrar sus historias en el tiempo presente, asentando así su individualidad crítica y potenciando la relación de su protagonista con la realidad", en Algunas ideas sobre teoría de la novela..., p. 16. 18 Sobre la nula consideración que merece la novela en la crítica literaria que se ejerce en la prensa del XVIII, y particularmente en el Diario, vid., Jesús Castañón, La crítica literaria en la prensa española del siglo XVIII (1700-1750), Madrid, Taurus, 1973. Esa hipótesis de desvalorización y pérdida general del crédito que el género pudiera tener en las primeras décadas de siglo es evidente en el pensamiento de Feijoo, estudiado a este respecto poT Lázaro Almanza, Notas sobre la voz "novela" en Feijoo..., pp. 197203. 19 La dialéctica de la novela en el XVUI se sitúa en este sentido entre los polos de la continuidad, el prestigio del pasado, por un lado, y la innovación, por otro. Ése es el argumento de un estudio como el de Rodríguez T. Rodney, Continuity and Innovation in the Spanish Novel: 1700-1833, en VV.AA., Studies

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Entretanto, la vastedad, la extensión misma del catálogo, nos habla también elocuentemente del potencial mundo lector que se apresta, al menos sobre el papel, a devorar tal variedad de lecturas. Esos cien títulos seleccionados por Padilla y extraídos del fondo áureo de nuestras letras se oponen paradigmáticamente a ese otro centenar de novelas que parecen constituir fiablemente la producción "original" del siglo XVIII20. Pero no termina en ello el juego de las oposiciones y homologías. Esos treinta primeros años de lectura de novela espafiola, tal y como se ven desde el catálogo de Alonso y Padilla, se oponen también a los veinte años finales de siglo, dominados ya por una producción enteramente coetánea (y, en alguna medida, foránea). A la sequedad inicial que obliga a volver la vista atrás en el tiempo se opone entonces ese otro momento de irrupción de una novela "nueva" -de estructura abierta, dotada de un pretexto de instruir y de un mecanismo de introspección psicológica-, que va hacer escribir a otro gran editor, éste de finales de siglo: "Estamos inundados de novelas. La moda se ha declarado por este género de composiciones. No hay duda de que tienen un mérito grande. Divierten e inspiran a veces sentimientos sublimes y grandes; enseñan, corrigen y nos instruyen en el conocimiento de la vida social"21. El inventario confeccionado por Padilla tiene otra virtualidad: la de inaugurar una época de catálogos y de colecciones. Constituye, en este sentido, el primer intento dieciochesco por homogeneizar a un público lector en torno a un "gusto", a una coherencia argumentativa y, en general, a toda una particular concepción de la lectura. Desde esta perspectiva, los Libros de novelas... se sitúan también frente a esas otras colecciones concebidas bajo otra estética y que tuvieron gran éxito a finales de la centuria: la Colección de novelas escogidas compuestas por los mejores ingenios españoles (1788-1791); la Miscelánea instructiva, curiosa y agradable (1796-1800); o, finalmente, la Colección universal de novelas y cuentos en compendio (1789-1790), por poner algunos ejemplos22. El catálogo de Alonso y Padilla nos sitúa, pues, en lo que es un primer escenario de la narrativa del siglo, donde, en lo estilístico y temático, la referencia cervantina y la concepción bizantina del relato sigue siendo todopoderosa. Los escritores de esa órbita, al menos en lo que se refiere a la cronología, están representados abundantemente, de modo que es posible interpretar el documento como la afirmación de una estética casticista que se va a mantener cada vez más debilitada hasta por lo menos mediados de siglo. Para terminar esta aproximación a la recepción dieciochesca de las novelas del Siglo de Oro, hay que constatar que el acta de defunción de esa presencia del pasado áureo en el presente de una sociedad ilustrada está representada por el prólogo que realiza Nipho a los relatos de Marmontel23, traducidos en el año 64, que es, también, el corolario obligado a las medidas de Carlos III -exprein Eighteenth-Century Spanish Literature and Romanticism in Honor of John Clarkson Dowling, Newark, Juan de la Cuesta, 1985, pp. 49-63. 20 Sobre ese centenar largo de novelas originales que se producen a lo largo del XVIH, véase, de nuevo, J. I. Ferreras, La novela en el..., pp. 80 y ss. 21 Pedro María de Olive, prólogo a Las Noches de Invierno o Biblioteca escogida de Historias, anécdotas, novelas, chistes y agudezas, fábulas y ficciones mitológicas, aventuras de hadas y encantadoras, relaciones de viajes, descripciones de países y de costumbres singulares y raras, maravillas admirables de la naturaleza y el arte..., Madrid, Pedro María de Olive, 1796, p. V. 22 Sobre éstas y otras colecciones, vid., Roger Poirer, An Attempt to Rehabilítate the Novel, en Dieciocho, U, nB 2, 1979, pp. 154-163. 23 El prólogo de Nipho se ubica en el contexto de la publicación periódica El novelero de los estrados y tertulias. Y diario Universal de bagatelas, Madrid, Imprenta de Gabriel Ramírez, 1764. En él se marca ya la existencia clara de una nueva novela - y de un nuevo público, particularmente femenino- ; novela que pudiera gustar y distraer el ocio sin dañar, y que fuera a la vez de índole fundamentalmente instructiva.

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sadas en la cédula de 18 de enero de 1762-, favoreciendo el conocimiento de las novelas extranjeras y suprimiendo la figura del secuestro de libros24. Antes de que todo ello se produzca, Padilla realiza un esfuerzo por salvaguardar gran parte del legado novelístico de los siglos anteriores. El hecho de que no pudiera llevar a la práctica la totalidad de su programa editorial denuncia a las claras la crisis en que se encontraban los valores representados tradicionalmente en el género, al tiempo que marca ya también la necesidad misma del giro copernicano que se va a producir en el gusto lector, una vez rebasada la primera mitad de siglo.

IV. El "Catálogo Padilla": análisis y criterios de anotación Los cien libros elegidos por Padilla y que reproduciremos a continuación25 contienen unos registros sumamente interesantes sobre prosa de los siglos XVI y XVII. Padilla hizo memoria y decidió reimprimir aquellos libros que, según su buen juicio, habían tenido algún interés en el siglo anterior, interés que se refería al doble aspecto de calidad y/o volumen de ventas. Para facilitar el manejo del catálogo hemos introducido una numeración correlativa en cada registro (así: [1], [2], [3], etc.) siguiendo el propio orden de Padilla, orden, por otra parte, casi arbitrario y sólo impuesto por un formato acordado con antelación (cuarto y octavo). De la lectura y estudio de los volúmenes elegidos se desprenden interesantes conclusiones que harían preciso más espacio del que aquí disponemos y un análisis más profundo de la totalidad de los materiales. Aun con tales inconvenientes, algunas conclusiones podemos adelantar ahora: - Padilla conoce perfectamente la producción editorial de ambos siglos, y presta más atención al XVII porque eran las obras aparecidas entre 1640 y 1685 las que gozaban de mayor éxito editorial en los albores de 1730. - Reproduce algunas de las novelas más importantes aparecidas en el Renacimiento, como los Diálogos de amor [46], los Coloquios de Mexia [83], la Cárcel de amor [60] o las obras de Timoneda. - Igualmente da cabida a la producción picaresca y a la llamada "novela pastoril". Encontramos el Guzmán de Alfarache [4], La picara Justina [32] y el Estebanillo González [53], entre otros muchos. Novelas como El Pastor de Clenarda [54], las Ninfas y Pastores de Nares [88] o La Galatea [62], tampoco faltan en el singular repertorio26. - Dentro del grueso del catálogo, Padilla incluye las distintas estructuras novelescas del XVII, sin duda lo más interesante del listado. Así, encontramos novelas cortas de imitación cervantina, novelas con marco de estilo "boccacciano" y novela larga de tradición bizantina. - Están editadas las Novelas ejemplares [10] y, con ellas, encontramos una serie de nombres de clara filiación cervantina: Lugo [98], Camerino [21], Guevara [37], Agreda y Vargas [78], Montalbán [9], etc.

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Ha sido M. Defourneaux quien ha estudiado la persecución que la Inquisición desata a principios de siglo contra todo tipo de novelas, a no ser que provengan del siglo XVII español. Vid. Inquisición y censura de libros en la España del siglo XVIII, Madrid, Taurus, 1973, pp. 15-125. 25 El Catálogo que hemos transcrito ocupa los fols. 2r - 6v del libro de Andrés del Castillo, La mogiganga del gusto en seis novelas, Madrid, 1734, aunque puede encontrarse, idéntico en todos los volúmenes, en las reimpresiones de Montréal, Zayas, Lozano, y todas las novelas que Padilla sacó a la venta entre 1727-1736, tal y como se indica en las anotaciones del catálogo. 26 En Padilla encontramos un buen número de nombres que le han servido a Juan Bautista Avalle-Arce para investigar el nacimiento y desarrollo de la novela pastoril. Cf. su libro La novela pastoril española, Madrid, Istmo, 1974.

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- No se olvida Padilla tampoco de las llamadas "novelas con marco", las que desarrollaron un esquema similar al de la obra de Boccaccio; novelas de "reunión" o "tertulia", diálogos entre personajes que cuentan historias, como es el caso de todas las de Castillo Solórzano, Tirso [18 y 39], Carvajal [8], Zayas [7], o Castro y Anaya [58]. - Para el final hemos dejado un breve comentario a las novelas largas reseñadas por Padilla. Son, sin duda, las más numerosas, porque también correspondían al marcado gusto barroquizante de la época y fueron las de mayor producción editorial. Tales novelas, que precisan un estudio de conjunto, tenían como fuente más próxima las estructuras de las obras bizantinas. Así, nuestro compilador reseña las traduciones de Heliodoro [20] y Aquiles Tacio [69], y da el nombre de los continuadores españoles: Quintana [19], Corral [14], etc. Incluye también los libros más leídos de la época, las novelas de la segunda mitad, donde todos los elementos de mezclan e intensifican hasta llegar al límite de complicación; es la que podemos denominar prosa más genuinamente "barroca", la de Lozano [6], Castelblanco [13] o Montréal [5]. - Además de lo citado, el catálogo incluye muchas otras producciones de difícil clasificación: misceláneas, prosa alegórica y academicista, novela alegórica, y un largo etcétera. Dicho esto, reproducimos a continuación los cien Libros de novelas, cuentos, historias y casos trágicos elegidos por Padilla. Como ya hemos señalado, anotamos cada registro al final del catálogo. Todas las ediciones de los libros que comentamos han sido comprobadas con minuciosidad, sobre todo en lo que se refiere a datos bibliográficos de las obras menos conocidas, aunque hemos procurado resumirlos en espera de posteriores investigaciones que los hagan más fiables. Esperamos con este trabajo dar pie a nuevos estudios sobre la prosa del XVII hasta llegar a un mejor conocimiento del enmarañado panorama narrativo que nos ha legado la historiografía literaria.

CATHALOGO D E ' LIBROS entretenidos de Novelas , Cuentos, Hiftorias , y. Calos trágicos -, par» i divertir la ociofidad , hecho por O. Pedro Jófeph Alonfo y Padilla, Librero de Cámara de fa Mageftad, quien defea dar noticia à los Aficionados, y rà reimprimiendo algnnos délos que aquí van anotados ,que no los ay, y muchos no tienen noticia de ellos por cltranfcurfo ' de el tiempo. ENCUARTO. ?. F.l Soldado Pindaro, anadiíoa! fin la» Hi(lorias peregrinas, ambos pot Gonzab deCefoede*. î. Gerardo Efpañol, por t\ mífmo Autor. k, Don Quísote de la Mancha .añadido». ». Guzman de Atfarache. : 1. En»añis de Muçeres. 1. Soledades de U Vi JJ.. I. Novelas de Doña MarindeZayav

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C A T H A L O G O D E L I B R O S / entretenidos de Nouelas, Cuentos, / Historias, y Casos trágicos, para / divertir la ociosidad, hecho por D. / Pedro Joseph Alonso y Padilla, Li- / brero de Cámara de su Magestad, / quien desea dar noticia à los Aficio- / nados, y va reimprimiendo alg[u]nos / de los que aqui van anotados, que / no los ay, y muchos no tienen no- / ticia de ellos por el transcurso / de el tiempo. EN

QUARTO

[I] I. El Soldado Pindaro, añadido al fin las Historias peregrinas, ambos por Gonzalo de Céspedes.* [2] I. Gerardo Español, por el mismo Autor.* [3] 2. Don Quixote de la Mancha, añadidos.* [4] I. Guzmàn de Alfarache. [5] I. Engaños de Mugeres.* [6] I. Soledades de la Vida.* [7] I. Novelas de Doña Maria de Zayas.* [8] I. Novelas de Doña Mariana de Carabajal.* [9] I. Novelas de Montalvàn. [10] I. Novelas de Cervantes.* [II] I. Novelas sin las vocales. [12] I. Escarmientos de Jacinto y Novelas de Don Carlos. [13] I. Trabajos del vicio y afanes del amor vicioso. [14] I. Argenes y Poliarco. [15] I. Persiles y Segismunda.* [16] I. Eustorgio y Clorilene. [17] I. Navidades de Zaragoza, son Novelas y otros divertimientos. [18] I. Los Cigarrales de Toledo. [19] I. Hypolito y Aminta.* [20] I. Teagenes y Cariclea. [21] I. Novelas amorosas de Camerino.* [22] I. La Dama Beata, del mismo. [23] I. Las dos Constantes mugeres españolas, por Narvaez. [24] I. Novelas Morales y exemplares, de Liñan y Verdugo. [25] I. Novelas exemplares y prodigiosas historias, de luán de Pina. [26] 2. Casos prodigiosos y Cueva encantadas, por el mismo Pina. [27] I. Varias fortunas, por el mismo luán de Pina. [28] I. Epitome de las Fabulas de la Antigüedad, por el mismo. [29] I. Aviso de Forasteros en la Corte de Madrid, en varias Novelas,lo que pasa en la Corte y las Posadas. [30] I. El Entretenido. [31] I. Gustos y disgustos del Lentiscal de Cartagena. [32] I. La Picara Justina. [33] I. El Artamenes, o el Gran Cyro, por el señor de Escuderi: son Novelas de Bello Estilo. [34] I. Niseno y Fenisa. * El asterisco señala las novelas que sabemos actualmente que fueron reeditadas por Padilla. CRITICÓN. Núm. 51 (1991). Begoña RIPOLL, Femando R. DE LA FLOR. Los cien «Libros de n ...

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[35] I. Enigmas y Proverbios de Herrera, que son Quisicosas. [36] I. Engaños y desengaños del Amor profano: Por otro título, Historia del Duque Federico: es una historia amorosa, muy discreta. [37] I. Intercadencias de la Calentura de Amor. Sucessos ya trágicos y lamentables, ya dichosos y bien logrados. [38] I. Relaciones de la Vida del Escudero Marcos de Obregon. [39] I. Deleitar aprovechando. [40] I. Alivio de Tristes y consuelo de quejosos, expresado en varias Historias. [41] I. Dias del Jardin. [42] 2. Soledad entretenida. [43] I. Amor con vista y cordura. [44] I. Fortunas de Semprilis y Genorodano. [45] I. El Forastero. [46] I. Diálogos de amor. [47] I. Para todos, de Montalvan. [48] I. Para algunos, por Mathias de los Reyes. [49] I. Para si, por D. Juan Fernández y Peralta. OBRAS DE FRANCISCO SANTOS, en quatro tomos. [50]

EN

OCTAVO

[51] I. Experiencias de Amor y Fortuna. [52] I. Estebanillo Gonzalez.* [53] I. El viaje entretenido, de Agustín de Rojas, son cuentos, chistes y novelas. [54] I. El Pastor de Clenarda, por Miguel Botella [55] I. Historias trágicas y exemplares, por Pedro Bobistau. [56] I. Historias prodigiosas y maravillosas, por Pedro Bobistau. [57] I. Arrestos de Amor, que son pleitos, y sentencias definitivas, por el Secretario Diego Gradan. [58] I. Las Auroras de Diana. [59] I. El Amor enamorado. [60] I. Cárcel de Amor y question de Amor. [61] 3. La Galatea de Cervantes, son Novelas, y coloquios pastoriles. [62] I. Galateo Español.* [63] 2. Alonso, mozo de muchos amos. [64] I. Sarao de Aranjuez, de varios Versos y Novelas. [65] I. Historia trágica de Leonora y Rosaura.* [66] I. Tragedias de Amor y apacibles entretenimiento de los enamorados Ancrisio y Lucidora. [67] I. La Mogiganga del gusto, en seis Nouelas.* [68] I. Méritos disponen premios, escrita sin la letra A. [69] I. Los más fíeles Amantes Leucipe y Clitofonte. [70] I. Novelas y discursos morales, con varios papeles muy chistosos, por luán Cortés de Tolosa. [71] I. El Diablo Cojuelo, novelas de la otra vida. CRITICÓN. Núm. 51 (1991). Begoña RIPOLL, Femando R. DE LA FLOR. Los cien «Libros de n ...

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[72] I. El Filosofo del Aldea, en diferentes Nouelas. [73] I. Meriendas del Ingenio y entretenimientos del gusto, en seis Nouelas. [74] I. Carnestolendas de Zaragoza, entretenimientos y varios mores [sic] de apacible gusto. [75] I. Carnestolendas de Castilla, que son Diálogos de apacible entretenimiento. [76] I. La Dorothea de Lope de Vega. [77] I. Novela de Novelas. [78] I. Novelas Morales de Vargas. [79] I. El Mesón del Mundo por Rodrigo Fernández Ribera. [80] I. Ratos de Recreación [L. Guichardino]. [81] I. Clavelinas de Recreación, son cuentos graciosos, por Ambrosio de Salazar. [82] I. Jacoserias, burlas, veras de los desordenes públicos, Luis Quiñones de Bcnavcnte. [83] I. Coloquios y diálogos de Pedro Mexia. [84] I. Tardes apacibles de gustoso entretenimiento, entremeses y bayles, escogidos de los mejores Ingenios de España. [85] 2. Entretenimientos de Damas y Galanes. [86] I. El Pastor de Iberia. [87] I. La Bella Cotalda y Cerco de Paris. [88] I. Ninfas, y Pastores de Nares. [89] I. El Menandro. Novelas. [90] I. Proceso de Cartas de Amores, Prosa y Verso. [91]I.ElPastordeFilida. [92] I. Almoneda de Vidas. [93] I. Soledades de Aurelia.* [94] I. Tragicomedia de Lisandro y Rosena. [95] I. Las Cuevas de Salamanca. [96] I. Las Aventuras de Telemaco. [97] 2. Retiro de Cuidados, Vida de Carlos, y Rosaura. [98] I. Teatro Popular de Novelas morales. [99] I. Soledad entretenida

LO QUE ESCRIVIO D. ALONSO DEL Castillo Solorzano, todos en octavo. OBRAS VARIAS, QUE ESCRIVIO Alonso Salas Barbadillo, entretenidas, y en tomos en octavo. * LO QUE ESCRIBIÓ JUAN DE Timoneda en octavo. * F I N

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Anotaciones al Catálogo de Padilla [1] El soldado Píndaro, novela de aventuras con tintes autobiográficos; la editó en Lisboa Gerardo de la Viña en 1626. Tuvo otras dos impresiones en 1661 y en 1696, hasta llegar a la de Padilla. Como anuncia en el catálogo, añadía al final su otro libro de novelas cortas: Varia fortuna del soldado Píndaro... añadido... otro libro de el mismo autor... cuyo título es: Historias Peregrinas y Exemplares..., tercera impression..., Madrid, P. J. Alonso y Padilla, 1733 (49,2 h. + 236 fols.). Sobre El soldado Píndaro puede verse la edición moderna preparada por Arsenio Pacheco en Madrid, Espasa-Calpe, 1975,2 vols. [2] El Poema trágico del español Gerardo, y desengaño del amor lascivo, una de las novelas largas que más fama obtuvieron en el XVII, conoció más de diez ediciones, desde la primera (Madrid, Luis Sánchez, a costa de Juan Berrillo, 1615, 8 9 , 20 h. + 303 fols.) hasta la de Padilla, en 1732. Céspedes fue uno de los novelistas que más interés despertó en los lectores del XVIII debido a su tono fantástico y a los argumentos truculentos de sus obras. [3] Padilla, efectivamente, imprimió una Vida y hechos del ingeniosos cavallero Don Quixote de la Mancha en 1750, y en dos vols., como consta en el catálogo. [4] No se conoce reedición de esta obra por Padilla. [5] Al desconocido escritor madrileño Miguel de Montréal pertenecen los Engaños de mugeres y desengaños de los hombres divididos en quatro discursos históricos, políticos y morales... Publicada muy tardíamente (Madrid, Antonio de Zafra, 1698, 49, 12 h. + 272 pp.), tal y como correspondía al gusto por las novelas largas con clara intención moralizante, tuvo una reimpresión en 1709, otra en 1719 y Padilla obtuvo sus derechos en 1728, editándola a su costa. [6] Las Soledades de la vida y los desengaños del mundo, de Cristóbal Lozano, que incluye la novela Persecuciones de Lucinda y una colección de historias cortas, las "Serafinas", fue el libro barroco más leído durante el XVIII; aparecido en 1663 (Madrid, Mateo Fernández, a costa de Francisco Serrano de Figueroa, 4 a , 8 h. + 428 pp.), conoció más de una docena de ediciones, entre las que cabe anotar tres de Padilla: en 1727,1747 y 1761. [7] María de Zayas publicó las primeras diez Novelas amorosas y exemplares en Zaragoza, Hospital Real, 1637 (4 a , 12 h. + 380 pp.), añadiendo luego otras diez con el título de Parte segunda del Sarao y entretenimiento honesto, Barcelona, Sebastián de Cornelias, 1649 (8a, 8 h. + 256 fols.). Ambas partes se editaron conjuntamente a partir de 1659 y durante todo el XVIII, hasta alcanzar más de veinte. Padilla imprimió la Primera y segunda parte de las novelas amorosas y exemplares corregidas y enmendadas... en 1729 y 1734. [8] La colección de ocho novelas cortas de Mariana de Carvajal, Navidades de Madrid y noches entretenidas, Madrid, Domingo García Morras, a costa de Gregorio Rodríguez, 1663 (49, 6 h. + 192 fols.), que no conoció otras ediciones durante el XVII, fue rescatada por Padilla en 1728 con el título de Novelas entretenidas. Padilla copiaba la primera edición, añadiendo al final otras dos novelas: Lisarda y Ricardo y Riesgo del mar y de amar. La primera, cambiado el nombre, era Al cabo de los años mil, incluida en el Para todos de Pérez de Montalbán (infra [47]). La segunda es la única en prosa del libro en verso de Matías Aguirre del Pozo, Navidad de Zaragoza repartida en quatro noches (infra [17]).

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Las Navidades de Carvajal pueden leerse actualmente en la edición modernizada, con introducción y notas de Ms Grazia Profeti, publicada por Antonella Prato en Milán, Franco Angelí, 1988. [9] Juan Pérez de Montalbán publicó sus Sucessos y prodigios de amor en ocho novelas exemplares en Madrid, Juan González, a costa de Alonso Pérez, 1624 (88, 6 h. + 224 fols.). La obra tuvo más de diez ediciones durante el XVII y algunas más en el XVIII, aunque ninguna conocida de Padilla. Los Sucessos han sido editados por González de Amezúa con una amplia introducción en Madrid, CSIC, 1949. [10] Se trata, claro está, de las Novelas ejemplares, editadas por Padilla en 1732,400 pp., a dos cois. [11] A partir de los años treinta, la prosa del XVII va complicándose y adoptando estructuras y estilos cada vez más enrevesados. Fruto del creciente "barroquismo" fue el gusto de escribir, como dice Padilla, "novelas sin las vocales", esto es, sin alguna de las cinco vocales. Este "juego" lipogramático fue usado también por Castillo Solórzano, Lizarazu, Navarrete y Ribera, y algunos otros. El libro al que se refiere nuestro librero fue el más famoso en esta modalidad: se trata de los Varios efectos de amor en cinco novelas exemplares, y nuevo artificio para escribir prosa y verso sin una de las letras vocales excluyendo vocal diferente en cada novela, de Alonso Alcalá y Herrera, Lisboa, Manuel da Sylva, 1641 (8°, 10 h. + 140 fols.). De las cinco novelas pertenecientes a esta obra, La peregrina ermitaño, escrita sin la letra O, apareció en el XVIII en ediciones clandestinas, pero Padilla no llegó a imprimir ninguna de estas extravagantes novelas. [12] Se refiere, creemos, pero sólo en parte, a la novela Escarmientos de Jacinto, que con el pseudónimo de Fabio Climente publicó Francisco Jacinto de Funes y Villalpando, autor también de diversas comedias y obras en verso. Los Escarmientos aparecieron en Zaragoza, Hospital Real, 1645, (49,4 h. + 352 pp.) y se reimprimieron cinco años después con cambios en la portada, sin que se conozcan ediciones en el XVIII. Lo que Padilla denomina "Novelas de Don Carlos" es imposible de identificar, a no ser que se trate de un error del propio Padilla al confeccionar el catálogo y esté haciendo referencia a las Traiciones de la hermosura y fortunas de D. Carlos de Castelblanco que aparecen a continuación. [13] Fray Simón de Castelblanco, padre agustino y conocido predicador madrileño, compuso bajo el pseudónimo de Correa Castelblanco una novela larga de clara intención aleccionadora: Trabajos del vicio, afanes del amor vicioso, monstruos de la ingratitud, exemplos para la enmienda, políticas para el acierto. Reducidas a la historia de un sugeto de modernas experiencias..., Madrid, Lorenzo García de la Iglesia, 1680 (4B, 11 h. + 352 pp.). Se realizó una reimpresión cuatro años después con el título de Traiciones de la hermosura y fortunas de D. Carlos, pero no hay otros datos sobre ediciones en el XVIII. [14] Se refiere a la obra Argenis escrita en latín por el inglés John Barclay (París, 1621), que tradujo Gabriel del Corral al español con el título de La prodigiosa historia de los dos amantes Argenis y Poliarco, y que apareció en Madrid, Juan González, 1626 (4a, 6 h. + 288 fols.). No se conocen otras ediciones ni reimpresiones. [15] El Persiles fue editado por Padilla en 1728. [16] Eustorgio y Clorilene. Historia Moscovita, novela inspirada en el Persiles de Cervantes, es obra de Enrique Suárez de Mendoza y Figueroa. Tuvo sólo dos ediciones conocidas: Madrid, Juan CRITICÓN. Núm. 51 (1991). Begoña RIPOLL, Femando R. DE LA FLOR. Los cien «Libros de n ...

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González, a costa de Alonso Pérez, 1629 (4 8 ,12 h. + 158 fols.) y Zaragoza, Juan de Ibar, a costa de Matías de Lizau, 1665 (8 9 ,12 h. + 152 fols.). [17] Las Navidades de Zaragoza repartidas en quatre? Noches, de Matías Aguirre del Pozo y Felices se publicaron en Zaragoza, Juan de Ibar, 1654 (4Q, 6 h. + 398 pp.) y contienen en realidad una sola novela corta, pues se trata de una obra miscelánea de poesías y comedias. Dicha novela, Riesgo del mar y de amar, fue editada por Padilla en el tomo de novelas de Mariana de Carvajal. Vid. supra, [8]. [18] De la obra de Tirso sólo se conocen las ediciones de 1624,1630 y 1631. Cf. André Nougué, L'Œuvre en prose de Tirso de Molina, Paris, Inst. d'Etudes Hispaniques, 1962. [19] La Historia de Hipólito y Aminta, novela larga de corte bizantino, fue publicada en Madrid, Vda. de Luis Sánchez, a costa de Alonso Pérez, en 1627 (4e, 8 h. + 207 fols.). Su autor era el conocido escritor madrileño Francisco de Quintana, que había ya publicado con el pseudónimo de "Francisco de las Cuevas" otra obra del mismo tono: Experiencias de amor y fortuna (infra [51]). Padilla reimprimió la Historia de Hipólito en 1729. [20] La Historia etiópica de los amores de Teágenes y Cariclea, traducida por Fernando de Mena sirviéndose de la versión latina, tuvo tres ediciones: la primera de Alcalá en 1587, la de 1614 y la de 1615, además de otra corregida en París (1616). Heliodoro era en el primer tercio del XVIII todavía muy leído, siendo lógico que Padilla tuviera intención de reimprimirlo. Sin embargo, la única edición conocida de là Historia etiópica es la de Madrid, Andrés de Sotos, 1787, en dos vols. Cf. el estudio y edición moderna preparada por Francisco López Estrada (Madrid, Aldus, 1954). [21] Esta colección de doce novelas cortas apareció en Madrid, publicada por Tomás Iunti en 1624 (4a, 8 h. + 192 fols.). No volvió a editarse hasta la impresión de Padilla en 1736. Sobre esta obra y las demás de Camerino puede consultarse: Evangelina Rodríguez, Novela corta marginada del siglo XVII español (Valencia, Universidad, 1979). [22] Editada en Madrid, Pablo del Val, 1655 (4fi, 12 h. + 241 fols.). No tuvo otras reimpresiones posteriores. Tampoco es La Dama beata una novela en sentido estricto, sino una obra dialogada de tipo academicista. [23] La Historia exemplar de las dos constantes mugeres españolas, publicada en Madrid, Imprenta del Reyno, 1635, es obra de Luis Pacheco de Narváez, Maestro de Armas de Felipe II y muy conocido por sus tratados relacionados con la esgrima, como el Libro de las grandezas de la espada (1600) y otros muchos. Las dos constantes mugeres españolas tuvo una única reedición en Sevilla, en la imprenta de Antonio Espinosa, en 1744. [24] Debe referirse a las novelas cortas intercaladas en la Guía y avisos de forasteros de Antonio Liñán y Verdugo, Madrid, Vda. de Alonso Martín, 1620. Estas novelas tuvieron ediciones fraudulentas en la segunda mitad del XVII, cuando el mercader zaragozano Iosep Alfay las reimprimió bajo autores y títulos falsos (infra [64]). La obra tuvo una segunda edición en el XVIII, en 1753, pero no fue Padilla el responsable. Cf. M. A. Auladell, La "Guía y avisos de forasteros que vienen a la Corte" del Licenciado Antonio Liñán y Verdugo en su contexto literario, Alicante, Universidad, 1991 (en prensa); en especial las pp. 216-221.

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[25] Colección de siete novelas cortas aparecidas en Madrid, Juan González, 1624 (4 9 ,4 h. + 127 fols.). No tuvo ediciones posteriores. Cf. G. Formichi, Le "Novelas exemplares y prodigiosas historias" di Juan de Pina, en Lavori Ispanistici, I serie, Mesina-Florencia, 1967, pp. 99-163. [26] Se editó en dos partes; la primera en Madrid, Imp. del Reyno, 1628 (4 9 ,4 h. + 122 fols.) y la segunda también en Madrid, Vda. de Alonso Martin, 1629. Tampoco se publicó posteriormente. [27] Madrid, Juan González, 1627 (4a, 8 h. + 98 pp.). Se trata de cuatro historias cortas basadas en sucesos supuestamente históricos, e incluye, al final del libro, una comedia muy floja. No tuvo otras ediciones. [28] Epítome de la primera parte de las fábulas de la Antigüedad, con una glosa en cada una, y la de Endimion, y la de Luna..., Madrid, Imp. del Reyno, 1635 (49, 4 h. + 56 fols.). Sin ediciones posteriores. [29] Vid. supra, [24]. [30] El entretenido, repartido en catorce noches, desde la víspera de Navidad, hasta la del Día de Reyes, celebradas en Metáfora de Academias, de versos y prosa, en que se ostentan varios asuntos muy provechosos y entretenidos, obra de Antonio Sánchez Tortoles, se publicó en Madrid, Lucas Antonio de Bedmar, a costa de Gregorio Rodríguez, en 1673 (4 h. + 404 pp. a dos columnas), reimprimiéndose en Zaragoza, Pascual Bueno, 1701. Se trata de una miscelánea que recopila romances, cuentos, novelas cortas, letrillas y otras composiciones en verso, así como una comedia y un entremés. [31] De Ginés Campillo de Bayle, Valencia, Imp. de F. Mestre, 1689 (4a, 6 h. + 388 pp.). Tuvo una reimpresión en 1691, con el título de Sucessos varios, a modo de novelas, ilustrados con sentencias, pero no se conocen otras posteriores. Esta obra ha sido editada por E. Várela Hervías en Madrid, Gráf. González, 1949, y del autor se ha ocupado Rafael Lapesa en De la Edad Media a nuestros días, Madrid, Gredos, 1967, pp. 286-98. El Lentiscar de Cartagena incluye, con un soporte novelesco muy flojo, poesías, comedias y diversos asuntos de tipo academicista. [32] Entre las muchas ediciones conocidas que en el XVIII se hicieron del Libro de entretenimiento de la picara Justina, no se encuentra mención de Padilla. [33] Sólo existe una edición de El Artamenes, o el Gran Cyro. Escrito en francés por el Señor de Scudery. Traducido en Toscanopor el Conde Maiolino Bisaccioni. Y aora en Castellano. Por Don Nicolás Carnero, realizada en Madrid, Imprenta Real, por Mateo de Llanos, 1682 (49, 9 h. + 430 pp.). [34] No identificado. [35] Los Proverbios morales, y Consejos christianos, muy provechosos para concierto y espejo de vida, adornados de lugares y textos de las divinas y humanas letras. Y enigmas filosóficos, naturales y Morales, con sus Comentos. Divididos en dos libros..., de Cristóbal Pérez de Herrera, se publicaron en Madrid, Luis Sánchez, 1618 (49, 24 h. + 224 fols.). Tuvieron una segunda edición en el XVIII, pero no fue Padilla responsable: Madrid, Herederos de Francisco del Hierro, 1773 (49, l l h . + 36Opp.). [36] Novela extensa y de estilo muy farragoso que escribió Joseph Zatrilla y Vico con el título completo de: Engaños y desengaños del profano amor. Deducidos de la amorosa historia, que a este

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intento se describe del Duque Don Federico de Toledo, donde se reprehende lo dañoso de esta pasión, y se advierte su reparo en varios documentos morales y políticos... Apareció en dos volúmenes en Ñapóles, Joseph Roseli, 1687-1688, 470 pp. y 547 fols. En la segunda parte se añadían, intercaladas en el argumento principal, Cinco Academias en que se proponen varios assumptos problemáticos en prosa y verso discurridos en forma Silogística con ingeniosa novedad... Se conoce una edición en 1737-56, pero no corresponde a Padilla [37] Este es el título exacto de una colección de novelas cortas o "sucesos" que, bajo el desconocido nombre de Luis de Guevara, natural de Segura, aparecieron muy tardíamente en Barcelona, Imp. de J. Llopis, a costa de Juan Roca, en 1685 (4a, 4 h., 225 pp.). Las ínter cadencias no volvieron a publicarse hasta una edición moderna -pero lamentablemente llena de erroresrealizada por Fernando Gutiérrez en Barcelona, Selecciones Bibliográficas, 1952,366 pp. [38] La obra de Vicente Espinel se publicó en Madrid, Juan Cuesta, 1618, y entre las ediciones y reimpresiones del siglo siguiente no figura la de Padilla. [39] De esta novela de Tirso sólo tenemos constancia de las ediciones de 1635, 1677 y una en 1765 a cargo de Antonio Marín. De las tres novelas que contiene Deleitar aprovechando, la más extensa, El bandolero, novela de aventuras con tintes historicistas, ha sido editada con un excelente estudio preliminar por André Nougué en Madrid, Castalia, 1979. [40] Se refiere a una obra del escritor luso Mateo Ribeiro, publicada originariamente en Lisboa en 1672-74, que conoció una traducción castellana a finales del XVII: Alivio de tristes y consuelo de quexosos Expresado en varias historias... Traducida del portugués por el Dr. Juan Antonio Mora..., Barcelona, Joseph Llopis, 1699 (4a, 400 pp.). No tuvo otras ediciones durante el XVIII en castellano, aunque sí muchas en portugués. [41] Los Días del Jardín, de Alonso Cano y Urreta, se publicaron en Madrid, Bernardino de Guzmán, 1619 (4a, 17 h. + 365 fols.). Se trata de una miscelánea que incluye discursos sobre temas diversos y algunos cuentos intercalados en el marco narrativo de una "tertulia". No se conocen ediciones posteriores. [42] Soledad entretenida, en que se da noticia de la istoria de Ambrosio Calisandro, de Juan de Barrionuevo y Moya, publicada en Écija, Luis Estupiflán, 1638 (4 h. + 233 fols.). Tuvo una Segunda parte de la Soledad entretenida, en Valencia, Herederos de Chrisostomo Garriz, 1644 (4 h. + 168 fols.). No se conocen otras ediciones posteriores. [43] Esta y la siguiente son obras de Juan Enríquez de Zúñiga, al que se le supone continuador de novelas de tipo bizantino. La obra Amor con vista. Lleva una summaria descripción del Mundo, ansi de la parte Elemental, como de la Aetherea, se publicó en Madrid, luán Delgado, 1625 (7 h. + 123 fols.). Tuvo una segunda edición con algunas modificaciones añadidas por Zúñiga en Cuenca, Julián de la Iglesia, 1634 (4a, 4 h. + 103 fols.). [44] La Historia de las fortunas de Semprilis y Genorodano, del mismo Enríquez de Zúñiga, Madrid, luán Delgado, 1629 (4 h. + 156 fols.). No se tienen datos editoriales posteriores. Sobre - te escritor, autor también de unos Consejos políticos y morales, se ocupa Agustín González de Amezúa en Un escritor olvidado. El Dr. Juan Enríquez de Zúñiga, en sus Opúsculos históricoliterarios, Madrid, 1951,11, pp. 280-306.

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[45] El forastero se alienta con..., del escritor sardo Jacinto Arnal de Bolea, se publicó por vez única en Caller, en la Imp. de Antonio Galcerin, por Bartholome Gobetti, en 1636 (4 a , 10 h. + 560 pp.). No contiene material novelesco definido; se trata más bien de una miscelánea en prosa y verso dividida en diez "discursos" que incluye, además, una fábula mitológica en octavas y unos Encomios al torneo. [46] A finales del XVI, los tres Diálogos de Amor de León Hebreo fueron traducidos del italiano al español por el Inca Garcilaso, en Madrid, Madrigal, 1590 (12 h. + 313 fols.). No existen ediciones posteriores. [47] El libro misceláneo de prosas, comedias y discursos Para todos. Exemplos morales, humanos y divinos, en que se tratan diversas ciencias, materias y facultades..., se publicó en Madrid, Imp. del Reyno, 1632 (4e, 7 h. + 360 fols.), y causó una fuerte polémica en los medios literarios de la época, reimprimiéndose varias veces. El Para todos incluía, además de seis comedias, cuatro novelas cortas: Al cabo de los años mil, El palacio encantado, El piadoso bandolero y otra sin título. La primera, con el rótulo de Lisarda y Ricardo, fue publicada por Padilla en 1728 al final del tomo de novelas de Mariana de Carvajal (supra, [8]). Vid. el trabajo de Victor Dixon, Juan Pérez de Montalbán's "Para todos", en HR, XXXII, 1964, pp. 36-59. [48] El Para algunos, a imitación del anterior pero de menor calidad literaria, apareció en Madrid, Vda. de Juan Sánchez, 1640 (4 a , 10 h. + 218 fols.). Dividido en trece "discursos", con poesías intercaladas y una comedia, es de difícil catalogación. El soporte novelesco es muy flojo, y sólo lleva la novela corta independiente Historia de la peña de los enamorados de Antequera. No tuvo ediciones posteriores. [49] El Para sí -continuando la "moda" del Para todos y del Para algunos- se imprimió por vez primera en Zaragoza, Juan de Ybar, 1661 (8 a , 19 h. + 280 pp.). Se trata de una miscelánea dividida en once discursos sobre temas diversos, e incluye también dos novelitas muy breves. Sobre este autor y su obra, vid. José M 1 Castro y Calvo, El "Para sí" de don Juan Fernández y Peralta, en el Homenaje a Menéndez Pidal, Madrid, 1951, t. Il, pp. 335-355. [51] Una de las novelas largas de más aceptación durante el XVII, las Experiencias de amor y fortuna, aparecieron con el pseudónimo de Francisco de las Cuevas, que enmascaraba la personalidad de Francisco de Quintana, autor también de la Historia de Hipólito y Aminta {supra [19]). Las Experiencias se publicaron en Madrid, Vda. de Alonso Martín, 1626 (8°, 8 h. + 198 fols.) y conocieron numerosísimas reimpresiones. En el XVII las editó Ángel Pascual en 1723. [52] La primera edición del Estebanillo se realizó en Amberes, Vda. de J. Cnobbart, 1646 (8 h. + 382 pp.). Padilla lo reimprimió en 1729 (8 h. + 396 pp.). [53] De El viaje entretenido, Madrid, Imp. Real, 1603, sólo se conoce una edición durante el XVIII, la de Benito Cano en 1793, 2 vols, expurgada, sobre esta miscelánea dialogada, vid. la edición moderna de Jean-Pierre Ressot en Madrid, Castalia, 1972. [54] El libro Prosas y versos del Pastor de Clenarda apareció en Madrid, Vda. de Fernando Correa Montenegro, 1622 (8B, 8 h. + 159 fols.). No se conocen otras ediciones. Sobre Miguel Botello, vid. J. B. Avalle-Arce, La novela pastoril..., pp. 194-198. [55] Esta entrada, y la siguiente, hacen referencia a las Historias de Bandello, que fueron traducidas al francés por Pierre Boaistuau y François de Belleforest en París, 1559, en 2 vols. De ellas eligió

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catorce Vicente de Milus Godínez para la primera traducción al español en Salamanca (1589), y al poco tiempo aparecieron las Historias trágicas, exemplares, sacadas del Bandello Verones. Nuevamente traduzidas de las que en lengua francesa adornaron Pierres Bouistau y Francisco de Belleforest..., Valladolid, Lorenzo de Ayala, a costa de Miguel Martínez, 1603, 405 fols. No tenemos noticia de reimpresiones posteriores. [56¡Ibid. [57] Diego Gradan de Aldrete, secretario e intérprete de lenguas de Carlos V y de Felipe II, publicó, entre muchas otras obras, los Arrestos de Amor, que contienen pleytos y sentencias definitivas de Amor con Comento. Traduzidos de Francés en Castellano por..., Madrid, Alonso Gómez, 1569,116 fols. Los Arrestos son obra original de Martial d'Auvergne, y no conocieron otras ediciones. [58] Las Auroras de Diana, del escritor murciano Pedro de Castro y Anaya, se publicaron en Madrid, Imp. del Reyno, a costa de Alonso Pérez, en 1632 (8 a , 16 h. + 192 fols.). El esquema de esta obra correspondía al gusto por las novelas de "tertulia", donde los personajes contaban historias y, a su vez, eran protagonistas de otras peripecias novelescas. Las Auroras se reimprimieron en 1634, 1637, 1640 y 1654; fueron además traducidas al francés a finales del mismo XVII. La edición más moderna es la que preparó Luis González Simón en Madrid, CSIC, 1948. [59] El amor enamorado. Fábula de Psiques y Cupido es otra de las obras de Funes y Villalpando (vid. supra. [12]) que, bajo el pseudónimo de Fabio Climente, publicó en Zaragoza Diego Dormet en 1655 (8 9 ,4 h. + 272 pp.). Se trata de un poema alegórico dividido en ocho cantos e inspirado en Apuleyo. No tuvo ediciones posteriores. [60] En 1513 apareció la obra anónima: Question de amor: al uno muerta su amiga: el otro sirue sin esperança de galardón. Disputan qual de los dos sufre mayor pena. Entrexerense en esta controuersia muchas cartas y enamorados razonamientos. Introduzese mas una caca: un juego de cañas: una égloga: ciertas justas: muchos caualleros y damas con diuersos y muy ricos atauios: con letras e inuenciones. Concluye con la salida del señor viso rey de ñapóles donde los dos enamorados al presente se hallauan para socorrer al santo padre: donde se cuenta el número de aquel luzido exército y la contraria fortuna de rauena. La mayor parte de la obra es istoria verdadera. Compúsole un gentilhombre que se halló en todo, Valencia, Diego de Gumiel, 1513 (39 h. a dos cols.). La Question conoció más de una docena de ediciones durante el siglo y, a partir de 1540, empezó a imprimirse conjuntamente con la Cárcel de amor. Así, la última conocida es la Question de amor y Cárcel de amor, Amberes, Martin Nució, 1598 (221 + 236 pp. + 6 h.), por lo que Padilla se está refiriendo a una doble reimpresión, tal vez de algún ejemplar de finales del XVI. Sobre esta obra, véase The "Question de amor" and the Failure of Courtly Love, en Revista Canadiense de Estudios Hispánicos, IV, 1980, pp. 271-80. [61] Tampoco Padilla reeditó la Primera parte de la Galatea de Cervantes. Vid. la edición de J.B. Avalle-Arce en Madrid, Espasa-Calpe, 1961,2 vols. [62] El Galateo Español de Lucas Gracián Dantisco, aparecido en Tarragona, Felipe Roberto, a costa de Noel Baresson, en 1593, tuvo una aceptación tan grande que conoció cuatro ediciones en el mismo siglo XVI y más de seis durante el XVII. Padilla reimprimió esta obra dos veces, en 1728

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y 1746, incluyendo en dichos volúmenes:... va añadido el Destierro de Ignorancia... y La vida de Lazarillo de Tormes castigado. Sobre el Galateo puede consultarse el excelente estudio de Margherita Morreale, Una obra de cortesanía en tono menor..., en BRAE, XL, 1962, pp. 47-89, así como su edición moderna en Madrid, CSIC, 1968. [63] De la obra de Jerónimo de Alcalá Yáflez y Ribera, El donado hablador, Alonso, mozo de muchos amos, sólo conocemos la edición de Madrid, B. de Guzmán, 1624 (8 a , 8 h. + 176 fols.) y la Segunda parte de Alonso..., dos años después. No existieron otras impresiones hasta la de Rosell en la BAE, XVIII, 1851, pp. 491-584. [64] La colección de novelas Sarao de Aranjuez, publicada en Madrid, María de Quiñones, 1666 (8 8 , 3 h. + 152 pp.), bajo el nombre falso de Jacinto Ayala, natural de Madrid, es un auténtico fraude literario, pues dicho autor no existe, y las novelas atribuidas tienen orígenes distintos. Esta edición falsa corrió a cargo del mercader zaragozano Iosep Alfay, que cuatro años antes había costeado también la obra de otro autor inexistente: Francisco La Cueva, Mogiganga del gusto en seis novelas, y estorbo de vicios, Zaragoza, Juan de Ybar, 1662 (8o, 4 h. + 152 pp.). En este caso, además, se apropió del título de la obra de Sanz del Castillo (infra [67]) poniéndole un nombre falso. En ambas tiradas, Alfay editó sin licencias cuatro de las novelas incluidas en la Guía de Liñán y Verdugo (supra [24]): Desdicha de Feliciano y casamiento engañoso, Celinas y doña Pestaña, El astrólogo Capigorra y El burlado labrador. Incluyó también el cuento que pertenece al Guzmán de Alfarache, Dorido y Clorinia, y otro más que no hemos logrado identificar. Tanto el Sarao como la falsa Mogiganga no tuvieron segundas ediciones. [65] La Historia trágica de Leonora y Rosaura, en que se descubren los incomprehensibles juicios de Dios en una inocencia condenada y en una malicia convertida..., es una traducción del francés realizada por Andrés Fernández de Ondaügui, que se editó después de su muerte en Madrid, Lucas A. de Bedmar, 1670 (8 9 , 6 h. + 304 pp.). La obra tuvo gran acogida por reunir los típicos elementos de la novela barroca, llena de pasiones y desengaños. Padilla la reimprimió en 1736, sin modificar los preliminares ni la aprobación de Calderón en 1668. [66] El título exacto es Tragedias de amor, de gustoso y apacible entretenimiento de historias, fábulas, enredadas marañas, cantares, bayles, ingeniosas moralidades del enamorado Acrisio, y su zagala Lucidora. Obra alegórica de Juan de Arce Solórzano, se publicó en Madrid, Juan de la Cuesta, 1607 (8 a , 7 h. + 208 fols.), conociendo otra edición en Zaragoza, Vda. de P. Vergues, 1647. Las Tragedias, divididas en cinco libros que engloban cinco largas églogas, tienen reminiscencias pastoriles y una intención moralizante que las hace de costosa lectura. [67] Colección de novelas cortas de Andrés Sanz del Castillo, autor toledano del que se tienen poquísimas referencias biográficas. La mogiganga se editó en Zaragoza, por Pedro Lanaja en 1641 (8a, 2 h. + 236 pp.) y Padilla realizó una segunda impresión en 1734. [68] Esta novelita corta, de Fernando Jacinto de Zurita y Haro, publicada en Madrid, D. Díaz de la Carrera, 1654,66 fols., está sustentada en la moda de escribir con el "nuevo artificio" de quitar una de las vocales (vid. supra, [11]). Padilla la reimprimió en 1738 al final del libro de Juan Martínez de Moya, Fantasías de un susto. [69] Al igual que Heliodoro, Aquiles Tacio fue autor de moda en el XVII. Diego de Agreda y Vargas tradujo y compuso en parte Los más fieles amantes, Leucipe y Clitofonte, historia griega

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por..., Madrid, Vda. de Alonso Martín, 1616 (8a, 13 h. + 146 fols.). Esta traducción, única conocida en España, procedía de la versión italiana que publicó Francisco Coccio en Venecia en 1550. [70] Los Discursos morales se publicaron en Zaragoza, Juan de la Naja y Quartanet, 1617 (89,12 h. + 203 fols.). Los Discursos apenas pertenecen al género narrativo, pues se trata de una colección de treinta y una cartas [y sus respuestas] donde se desarrollan los temas preferidos de la época, especialmente la pasión amorosa, los asuntos mitológicos y tradicionales, etc. Cortés de Tolosa publicó en 1620 el Lazarillo del Manzanares, con otras cinco novelas, aunque éstas estaban ya incluidas en los Discursos. Las novelas, relatos breves, son: "Novela de la comadre", "Novela del licenciado Periquín", "Novela del desgraciado", "Novela del nacimiento de la verdad" y "Novela de un hombre muy miserable llamado Gonçalo". Actualmente pueden leerse en la edición preparada por Giuseppe E. Sansone para Espasa-Calpe, 1974, en dos vols. [71] La obra de Luis Vélez de Guevara, aparecida en Madrid, Imp. del Reyno, 1641 (8fl, 8 h. + 135 fols.), no conoció reimpresiones durante el XVIII, siendo la primera posterior la de la B AE, en el L XXXIII, 1854, pp. 21-45. [72] El filosofo del aldea, y sus conversaciones familiares y exemplares, por casos y sucessos casuales, de Baltasar Mateo Velázquez, publicado en Madrid, Diego Flamenco y a su costa, 1625 (8e, 8 h. + 96 fols.). Se reeditó al año siguiente en Pamplona y, durante el XVIII, tuvo otras tres o cuatro reimpresiones clandestinas, sin fecha ni aprobaciones legales. [73] Las Meriendas del ingenio y entretenimientos del gusto, colección de novelas cortas de Andrés de Prado, tuvieron una única edición en Zaragoza, Juan de Ybar, en 1663 (89, 12 h. + 292 pp.). Sobre algunos aspectos de esta obra, vid. Evangelina Rodríguez, Novela corta marginada... [74] Las Carnestolendas de Zaragoza, en sus tres días, de Antolínez de Piedrabuena, autor más conocido por su Universidad de Amor y escuela del Interés (1635), se publicaron en Zaragoza, por Agustín Vergés, a costa de Iusepe Alfay, en 1661 (8°, 2 h. + 131 fols.). Aunque se promete una segunda parte, ésta no salió a la luz, ni tampoco se reeditó la primera parte en otras ocasiones. [75] Los Diálogos de apacible entretenimiento, que contiene unas Carnestolendas de Castilla. Dividido en las tres noches del Domingo, Lunes y Martes de Antruejo, de Gaspar Lucas Hidalgo, Barcelona, Sebastián de Cormellas, 1605. Impresos nuevamente en 1606, 1610 y 1618, no conocieron otra edición posterior hasta la de la BAE en 1855. [76] No conoció reimpresión de Padilla. Puede consultarse la edición comentada de José Manuel Blecua en Madrid, Revista de Occidente, 1955,625 pp. [77] No identificado. [78] has Novelas morales útiles por sus documentos, colección de doce relatos breves de Diego de Agreda y Vargas, traductor de Aquiles Tacio (supra [69]), se publicaron en Madrid, Tomás Iunti, 1620 (8 8 ,8 h. + 686 pp.). Aparecieron el mismo año en Barcelona y Valencia, pero no conocieron ediciones posteriores hasta la de 1724, que costeó Francisco Medel, nieto del escritor. [79] El Mesón del Mundo se publicó en Madrid, Imp. del Reyno, a costa de Alonso Pérez, 1632 (8 h. + 40 fols.). No tuvo ediciones posteriores, aunque actualmente puede leerse la anotada de Edward Nagy, Nueva York, Las Américas, 1963,186 pp.

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[80] La colección de anécdotas Detti et fatti piacevoli et gravi di diversi principi, filoso/i et cortigiani, raccolti dal Guicciardini..., publicada en Venecia (1565 y 1569), fue traducida (y resumida) en español por Millis Godinez con el título de: Horas de recreación. Recogidas por Ludovico Guicciardino ciudadano de Florencia. Traduzidas de lengua toscana. En que se hallaran dichos, hechos, y exemplos de personas señaladas, con aplicación de diuersas fábulas, de que se puede sacar mucha doctrina, Bilbao, Mathias Maces, 1586. No se conocen otras ediciones en el XVIInienelXVm. [81] Ambrosio de Salazar, maestro de Luis XIII, secretario e intérprete de Ana de Austria, fue autor de diversas obras dedicadas a la enseñanza de la lengua y la gramática española, como el Espexo general de la Gramática en diálogos (1614), los Secretos de la gramática española... (1632) o los Principios para aprender la lengua española (1642). De toda su producción tuvieron bastante éxito estas Clavellinas de recreación, donde se contienen sentencias, auisos, exemplos, y Historias muy agradables..., Rouen, Adrien Morront, 1614 (10 h. + 338 pp.). Se trata de un curioso libro bilingüe español-francés, a dos columnas, lleno de chistes e historias breves de tipo tradicional. No tuvo impresiones posteriores. [82] Suponemos que se refiere a la Joco seria, Burlas veras, o reprehensión moral, y festiva de los desórdenes públicos..., colección de treinta y seis entremeses publicados en Madrid, 1645. Una selección de dichos entremeses, con un buen estudio preliminar, puede leerse en la edición preparada por José Manuel Blecua en Zaragoza, Ebro, 1945. [83] Los Coloquios o Diálogos... de Pedro Mexia no fueron editados por Padilla. [84] Las Tardes apacibles de gustoso entretenimiento, repartidas en varios Entremeses, y Bayles entremesados, escogidos de los mejores Ingenios de España; esta colección fue publicada en Madrid por Andrés García de la Iglesia, a costa de Juan Martín Merinero, en 1663 (88, 7 h. + 151 fols.). Consta de treinta y nueve entremeses de autores diversos (Calderón, Avellaneda, Juan Vélez, Agustín Morete, etc.) y no conoció ediciones posteriores. [85] Se refiere a la traducción del libro de Francesco Straparola, Piacevoli notti, que Francisco Truchado tituló Primera parte del honesto y agradable entretenimiento de damas y galanes..., Granada, Rabut, 1583. Esta traducción se reimprimió en Madrid (1598) y en Pamplona (1612). [86] De Bernardo de la Vega, Sevilla, Juan de León, 1591 (8 9 ,228 fols.). Novela pastoril en prosa y verso, ha sido estudiada por Avalle-Arce en La novela pastoril..., pp. 152-158. No se conocen ediciones posteriores. [87] Figura con este título una obra del canónigo madrileño Dionisio de Ribera Flórez, pero no hemos podido averiguar más datos de ella. [88] De Bernardo González de Bobadilla apareció la Primera parte de las nimphas y pastores de Henares. Dividida en seys libros, en Alcalá, luán Gradan, a costa de Juan García, 1587. (8°, 215 fols.). Cf. Avalle-Arce, La novela pastoril..., pp. 187-190. [89] El Menandro, novela larga de aventuras de dudosa calidad literaria, es obra de Matías de los Reyes, autor también del Para algunos (supra [48]). El Menandro tuvo una única edición en Jaén, Francisco Pérez de Castilla, 1636 (8e, 8 h. + 231 fols.), y está reproducida en la "Colección selecta de antiguas novelas españolas", con una introducción de Cotarelo y Mori, Madrid, Imp. Ibérica, 1909.

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[90] El Proceso de Cartas de Amores, novela epistolar de Juan de Segura, se imprimió en 1548, conociendo otras en 1551, 1553 y 1564. Puede leerse la edición de E.J. Alonso, P. Aullón, P. Celdrán y J. Huerta en Madrid, El Archipiélago, 1980. [91] De Luis Gálvez de Montalvo, Madrid, 1582 (ejemplar incompleto). Se reeditó en 1589,1590, 1600,1613 y 1792. Vid. Avalle-Arce, La novela pastoril..., pp. 144-153. [92] La Almoneda de vidas... de Luciano fue traducida en vulgar por D. Sancho Bravo de Lagunas, Madrid, Imp. de Francisco Martínez, en 1634. No se conocen otras ediciones. [93] De un autor totalmente desconocido, Jerónimo Fernández de la Mata, es esta rara obra, mezcla de novela epistolar y llena de alegorías. Las Soledades de Aurelia se publicaron en Madrid, Catalina de Barrio y Ángulo, en 1639 (8e, 4 h. + 75 fols.). Padilla la reimprimió en 1737, añadiéndole el libro: Crates, y Hiparchia, marido y muger Philosophas antiguos. [94] La Tragicomedia de Usandro y Roselia llamada Elicia, y por otro nombre quarto obra y tercera Celestina, se publicó en Salamanca, Juan de Junta, 1542 (4a, 106 fols.) sin especificar el autor, aunque era obra del salmantino Sancho de Muñón. No tuvo otras ediciones, pero está impreso el facsímil a costa de Joaquín López Barbadillo, en Madrid, Akal, 1977. [95] La Historia de las Cuevas de Salamanca de Francisco Botello de Moraes, obra publicada en el segundo decenio del XVIII. Se reimprimió en 1734, 1737 y 1741. Su inclusión en este catálogo resulta curiosa por ser de fecha mucho más posterior a todas las demás. Sobre las características de esta novela, considerada "utópica", vid. la introducción crítica de Fernando R. de la Flor a la edición moderna de Eugenio Cobos en Madrid, Tecnos, 1987. [96] A principios del XVIII se realizó una traducción anónima bastante incorrecta de las Aventuras de Telemaco, hijo de Ulises, de Fenelón, en La Haya, Adrián Moetjens, 1713 (8a, 2 h. + 558 pp.). Dicha obra tuvo muchas reimpresiones (1723, 1733, 1742, 1743, 1756,...), pero ninguna es obra de Padilla. [97] No identificado. [98] El Teatro popular: novelas morales para mostrar los géneros de vidas del pueblo, y afectos, costumbres, y pasiones del ánimo con aprovechamiento para todas personas, fue obra de Francisco de Lugo y Dávila, escritor madrileño del primer tercio del XVII. El Teatro popular, colección de ocho novelas cortas, tuvo una única edición en Madrid, Vda. de femando Correa, a costa de Alonso Pérez, 1623 (89, 12 h. + 218 fols.). [99] Registro repetido. Vid. supra, [42].

RIPOLL, Begoña y R. DE LA FLOR, Fernando. Los cien "Libros de novelas, cuentos, historias y casos trágicos" de Pedro Joseph Alonso y Padilla. En Criticón (Toulouse), 51, 1991, pp. 75-97. Resumen. Presentación, edición y anotación del Catálogo de libros (de 1727 a 1736) del librero madrileño Pedro Joseph Alonso y Padilla: personalidad del librero, recepción dieciochesca de las novelas del Siglo de Oro, interés del documento para el estudio de la narrativa en el Siglo de Oro.

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Résumé. Présentation, édition et annotation du Catálogo de libros (de 1727 à 1736) du libraire madrilène Pedro Joseph Alonso y Padilla: personnalité de ce libraire; notes sur la réception, au dixhuitième siècle, des romans du Siècle d'Or; intérêt de ce document pour la connaissance de la prose narrative au Siècle d'Or. Summary. A présentation, édition and annotation of the Catálogo de libros (from 1727 to 1736) by the Madrilenian bookseller Pedro Joseph Alonso y Padilla: personality of this bookseller; study of the réception, during the eighteenth century, of the Golden-Age novéis; importance of the document for the knowledge of the Golden-Age narrative fiction. Palabras clave. Bibliografía. P. J. Alonso y Padilla. Novela.

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