OCHO PASOS HACIA LA VICTORIA ESPIRITUAL
Un estudio sobre el avivamiento personal y de la iglesia Por Silverio Martínez
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¡OH DIOS, HAZLO DE NUEVO!
Un gran hombre de Dios de este siglo estaba haciendo una visita a Inglaterra, y fue a la casa donde Juan Wesley y el “Club de Santos” celebraban sus reuniones de oración hace dos siglos. Al entrar en la habitación, estaba recordando que aquellas reuniones habían sido usadas por Dios para prender fuego a un avivamiento, el impacto del cual fue sentido en el mundo entero. Un gran deseo se apoderó de él. Cayó sobre sus rodillas al lado de una mesa antigua y clamó: “¡Oh Dios, hazlo de nuevo!” Nuestros corazones también claman. Si ha habido en la historia una época cuando hace falta un gran despertar, es hoy. Seguramente te puedes estar preguntando: ¿Qué es un avivamiento? Antes de contestar a esta pregunta, debemos responder a otra: ¿Qué no es un avivamiento? 4Un avivamiento no es una histeria emocional cuando la gente se excita y hace cosas
sin sentido que deshonra ese Nombre santo que amamos 4Un avivamiento no es un milagro. Un milagro es una intervención divina suspendien-
do leyes naturales (Jn. 6:11-13). Dios ha dado leyes naturales para producir el avivamiento. 4Dios compara el avivamiento con la agricultura. La cosecha no es un milagro, si
así fuera, no haría falta la intervención del hombre. Sin embargo vemos que el hombre debe poner de su parte para que se produzca una cosecha. 4Así pues, un avivamiento no es un acto directo de Dios donde el creyente no tiene que
hacer nada, sino todo lo contrario. El creyente que desee un avivamiento debe cumplir con las leyes que Dios ha establecido. Ahora respondamos a la pregunta: ¿Qué es un avivamiento? 4Un avivamiento es cuando los creyentes fríos son restaurados a su primer amor para
el Señor. Cuando la hipocresía y la falsedad son descubiertos. Cuando las amarguras y las contiendas que existen en el Cuerpo de Cristo son reveladas y el pueblo de Dios se arrepiente de ellas bajo la convicción del Espíritu Santo. Un avivamiento es un tiempo cuando tales cambios son efectuados en las vidas de los creyentes y los incrédulos son llevados a Cristo. 4Un avivamiento es andar en la luz con Jesús y dejar que El viva Su vida en nosotros.
Pero, tenemos que desear un avivamiento lo suficientemente como para hacer algunas cosas que nos serán muy costosas. Ahora bien, tenemos que tener en cuenta que puede haber grandes conflictos y que las emociones pueden ser despertadas y hacernos ir en el camino contrario al reavivamiento. Un líder del pueblo de Dios dijo, pensando en un reavivamiento: “Mi temor es que cuando Dios envíe ese despertar, no estemos preparados para recibirlo.” ¿Es este tu temor? ¿Tienes un gran deseo de ver a Dios obrar de una forma muy especial? ¿Deseas para ti una vida de espiritualidad genuina, un ministerio fructífero? Según la Palabra de Dios, esta clase de avivamiento personal puede empezar en cualquier momento que lo deseemos lo suficiente como para dar los pasos que lo producen (2 Cor. 7:14) Es incentivo adicional recordar los avivamientos que han habido en la historia y saber que tu
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propio avivamiento puede ser usado por Dios como antorcha para prender fuego en otros corazones, y ellos, a su vez, alcancen a otros. Dios ha usado muchas clases de personas para ser la chispa que enciende el fuego de avivamiento. Para que se produzca un avivamiento en nuestras vidas debemos examinarnos detenidamente a la luz de la Palabra de Dios y ver que hay en nuestros corazones. Este examen no es meramente de las cosas que hacemos o dejamos de hacer. 4Este examen debe empezar desde la raíz. La
Biblia nos enseña que hay una raíz principal (He. 12:15). La amargura es un pecado que contamina a todos los que están a nuestro alrededor. 4Podemos dedicarnos a cortar las ramas (hechos,
pensamientos, palabras, actitudes, etc.) pero si lo que alimenta las ramas sigue estando, de poco nos va a servir. ¿Estamos deseosos de experimentar en nuestras vidas un avivamiento? En este estudio vamos a exponer ocho pasos necesarios para llegar a la victoria en la vida cristiana, sin los cuales no puede producirse un avivamiento en nuestra vida.
1Primer paso: CONVICCION “Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra; si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho.” (Is. 1:16-20)
¿Qué es convicción? Es llegar a la fuente del pecado, reconocerlo, y buscar la solución. Es necesario que dejemos que Dios nos convenza de ciertas áreas en las cuales El no tiene el primer lugar. Si deseamos un avivamiento es necesario que vayamos a la raíz del pecado, y no a los hechos. De nuevo podemos ver una comparación con el campo (Os. 10:12). Dios, hablando al pueblo de Israel les dice que hagan “barbecho” 4Barbecho es arar la tierra y dejarla reposar durante cierto tiempo. ¿Para qué? Para que
salgan todas las hierbas malas y la tierra se haga dura. 4Dios estaba diciendo al pueblo de Israel que habían estado arando impiedad, y
segando iniquidad, pero que ahora debían sembrar en justicia y segar en misericordia. Pero para ello debían romper la tierra. 4Cada uno de nosotros estamos constantemente sembrando en nuestro corazón, pero si
deseamos sembrar en justicia debemos romper la tierra dura. ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo podemos hacer que la convicción de Dios llegue al corazón? Pensando en nuestro pecado.
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4Muchas veces queremos sentirnos tristes por nuestros pecados y producimos una
tristeza artificial. Sin embargo, la tristeza verdadera viene cuando pensamos en nuestro pecado, cuando enfocamos correctamente el mal que hemos hecho. No debemos mirar como nos sentimos (ya que los sentimientos son engañosos) sino que debemos mirar el pecado. Si realmente queremos un avivamiento tenemos que dejar que Dios nos convenza de pecado, y para ello debemos pensar en nuestro pecado. A continuación vamos a ver una lista de cosas por las cuales quizás debemos examinarnos.
Ingratitud La Palabra de Dios nos enseña que debemos dar gracias en todo (1 Ts. 5:17). Sin embargo, ¿cuánta ingratitud hay en nosotros? 4Bendiciones que Dios nos da día tras día y las aceptamos como si las mereciéramos. Y
no le damos gracias ni lo sentimos en el corazón. De esta manera vivimos ingratos.
Falta de amor a Dios (idolatría) Dios es celoso y es herido profundamente cuando prestamos más atención a otros que a El (Ex. 34:14). 4Todas las cosas que he amado, buscado o puesto antes que a Dios es idolatría: 4Trabajo, familia, amigos, placeres, yo mismo (Jer. 2:1-13, 20-25; 5:23; 6:16,17;
8:5-7; 10:2,3,24; Mt. 6:33; 22:37)
Negligencia La negligencia de la Palabra de Dios va muy ligada a la falta de amor. Es dejar de alimentarse de las Escrituras. 4Dios quiere tener comunión con sus hijos (Ap. 3:20). La cena es la comunión más
íntima. 4Cristo usó el ambiente de una comida para dar muchas de sus enseñanzas (Lc.
7:36-50). 4Abraham comió con el ángel de Jehová y le dio mucha importancia a esa comida
(Gé. 18:1-8) Dios nos ha invitado a comer con El cada día. En estas dos últimas semanas, ¿cuántas veces ha tenido Dios que quitar la mesa sin que hayamos comido en Su mesa? ¿Cuántas veces le hemos dejado plantado porque hemos comida en otra mesa? 4Todos tenemos que comer espiritualmente. Si nos alimentamos de la Palabra de Dios
no tendremos hambre de las cosas del mundo, pero si nos alimentamos del mundo no tendremos hambre de las cosas de Dios.
Rebeldía Muchas veces pecamos contra Dios rebelándonos contra él. Llegamos a la murmuración, falta de sumisión a Su voluntad, pensando que nosotros sabemos mejor que Dios lo que nos conviene (1 Cor. 10:10; Is. 30:1)
Incredulidad Falta de fe en el poder de Dios. En muchas ocasiones pedimos cosas al Señor sin creer que él
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va ha hacerlo o ha concedernos la petición que le hemos hecho (Hch. 12:6-17).
Descuido de la Oración Dios nos ha dado una de las armas más poderosas para el creyente; la oración. Es una de las cosas más difíciles, y muchas veces la descuidamos o abusamos de ella pidiendo cosas que realmente son para nuestro provecho, para nuestro egoísmo (Stg. 4:3)
Ligereza en la forma de cumplir nuestras obligaciones con Dios Dios ha puesto delante de nosotros la responsabilidad de orar los unos por los otros, y preocuparnos por ellos. En muchas ocasiones, cuando oramos por esas personas, somos muy ligeros en vez de ser específicos. 4Señor bendice... te pedimos por todos los... danos todo lo que necesitamos... 4Dios nos esneña en Su Palabra que debemos ser específicos en lo que pedimos para
que podamos recibir respuestas específicas (Mr. 10:50-52).
Falta de amor a las personas que nos rodean Muchas personas en este mundo van de camino al infierno, y en muchas ocasiones no hacemos nada por evitarlo. Nos volvemos negligentes. 4En la familia. Por mi testimonio, ¿van a conocer a Cristo? Tal vez nos hemos cansado
de ser un testimonio por no ver resultados y hemos descuidado nuestro testimonio. 4El tiempo con la familia para tener un devocional es necesario para no descuidar la
lectura de la Palabra de Dios. 4Los hermanos en la fe, mis pecados contra ellos violando la ley de amor de Dios (Stg.
2:8). 4Resentimiento, critica, impaciencia, engaño, etc. (Jn. 13:34,35 Mt. 5:23,24)
Falta de abnegación Abnegación es el negarse uno mismo. Hay muchas cosas que desearíamos tener y que en muchas ocasiones luchamos por tenerlo de tal manera que llega ha ser el centro de nuestras vidas. 4Vivimos en una sociedad de consumo donde los anuncios publicitarios nos bonbardean
con todo tipo de cosas de tal manera que nos hacen sentir la necesidad de tener el producto que nos venden. Dicen: "si te gustaría tenerlo, es que lo necesitas" No sabemos negarnos. Caemos con mucha facilidad en la falta de abnegación. 4Cristo dijo: "Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee,
no puede ser mi discípulo." (Lc. 14:33) 4¿Qué estamos negándonos? Puede ser alguna cosa lícita para poder dirigir ese dinero
para una causa. O puede ser mi tiempo.
La mundanalidad La mundanalidad es pensar como el no creyente piensa, lo cual resulta en actuar como el no creyente actúa, en vez de pensar en conformidad con la Palabra de Dios, que resulta en actuar de acuerdo con la voluntad de Dios. La mundanalidad es falta de separación para Dios.
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4Todas las cosas en las que no estoy totalmente libre de contaminación del mundo: El
yo, los placeres mundanos, descaro en el vestir o en apariencia (Gál. 6:14; Stg. 1:27; 1 Jn. 2:15-17; Mt. 6:24; 2 Cor. 6:17-18).
Robar a Dios Cuando malgastamos el tiempo que Dios nos da le estamos robando. Las 24 horas al día que Dios nos da no son nuestras; usamos mal el tiempo; muchas veces usamos mal nuestros talentos y capacidades; cuando no damos a Dios nuestros diezmos.
Egoísmo El egoísmo encierra todos los aspectos y las manifestaciones de la vida vividos por uno mismo. a.) Orgullo. Es ese espíritu de superioridad debido a mi éxito, mis conocimientos, mi aspecto físico, mis talentos. Es espíritu de independencia Sal. 7:5; Is. 10:13; 28:1). 4Muchas de las cosas que hacemos las hacemos porque otros nos van a ver. Por
ejemplo: 4¿Cuánto tiempo pasamos arreglándonos un domingo para ir al culto? ¿Haría-
mos lo mismo si todos los miembros en la iglesia fuesen ciegos? ¿Dedicamos el mismo tiempo a preparar nuestros corazones? b.) Deseo de la alabanza del hombre. Esto es el deseo de hacer que otros se fijen en mí; el deseo de sobresalir por encima de los demás; llamar la atención a mi mismo en la conversación (Jer. 9:24). c.) Enojo e impaciencia. A nuestro ego le es muy fácil perder la paciencia y enojarse con rapidez. 4Muchas veces sale el genio al que solemos llamar "nervios"; un espíritu que se
siente herido por poca cosa; resentimiento; tomar represalias cuando otro nos lleva la contraria; deseo de hablar mal y en un momento de enfado soltar comentarios acalorados (Prv. 25:23; 2 Cor. 12:20). d.) Terquedad. Es el espíritu testarudo que no quiere aceptar consejos ni reprensión, aún sabiendo que son para bien. 4Expresiones bruscas, ásperas y sarcásticas; un carácter que no está dispuesto a
ceder para nadie; un espíritu mandón y criticón; buscar los defectos de los demás; quejarse; un espíritu malhumorado; un espíritu que se hace siempre rogar o demandar (Sal. 32:9). e.) Envidia. La envidia carcome la vida espiritual. 4Cuando alguien tiene más talentos que nosotros; no nos gusta escuchar que se
elogia a otros; es más fácil hablar de los defectos que de las virtudes; nos comparamos con otros (Prv. 27:4; Stg. 4:2). f.) Amargura. Es un veneno que contamina a muchos. Es la expresión del egoísmo (Dt. 29:14). g.) Calumnia. Del griego diabolos (1 Ti. 3:11). La calumnia es cuando decimos algo de otra persona a otros con la intención de hacer daño (Pr. 10:18; Lv. 6:4; Sal. 15). h.) Mentira. Un decepción intencionada es mentir; cuando decimos las verdades a me-
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dias mentimos; cuando engañamos para alterar un descuento a nuestro favor; cuando mentimos estamos defraudando (Prv. 12:22). i.) Hipocresía. Muchas veces confesamos el pecado no pensando dejarlo; tapamos nuestros propios fallos y pecados intentando dar una mejor impresión; exageramos la verdad (Mt. 7:6) j.) Apatía. La falta de preocupación por las almas perdidas; indiferencia por las cosas del Señor; falta de poder con Dios (Ap. 3:15-16).
Derrotas En la vida cristiana hay derrotas de las cuales el Señor quiere que nos levantemos. Sin embargo, hay muchas derrotas secretas que no hemos sacado a la luz para ser rectificadas (He. 4:12-13; 2 Cor. 5:10; 1 Ti. 5:24).
Fracasos Los fracasos deben ser oportunidades para hacerlo mejor. Pero muchas veces esos fracasos, cuando no son bien encauzados, se vuelven en apatía e indiferencia en el servicio al Señor. 4Esfuerzos en servir al Señor; en ser buen testigo; en el tiempo diario con él; en cum-
plir con mis metas.
Otros Todo lo que el Espíritu Santo nos traiga a la memoria por la Palabra de Dios y que no honran al Señor (Gál. 5:17-21). La siguiente lista de versículos nos muestran las cosas que Dios ve y las cosas que Dios demanda. Lo que Dios ve Gálatas 5:19-21 Efesios 5:3-7 Colosenses 3:5-9 Tito 1:16; 3:1-3 Pedro 2:9-19 Judas 4, 16 Marcos 7:20-23 Santiago 3:2-18 Romanos 1:21-32; 2:1-11 Romanos 2:21-24, 29 Romanos 8:5-8 Salmos 12:2; 14:3 Jeremías 17:9 Génesis 6:5-6 Mateo 23:25-28 Ezequiel 20:42-44 Ezequiel 36:21 2 Corintios 7:1
Lo que Dios demanda Mateo 5:41-44 Lucas 6:27-29 Mateo 12:46-50 Malaquías 3:10 2 Exodo 20:7-8,12-17 Filipenses 2:5-8, 14 Filipenses 4:4-8, 11 1 Tesalonicenses 5:18 1 Timoteo 2:8-10 1 Pedro 3:2-4 Mateo 22:37-39 Gálatas 5:22-26 1 Pedro 1:15-16
Deja que Dios parta tu corazón y traiga convicción a tu vida. Este es el primer paso, el más difícil, pero el más necesario para obtener la victoria.
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1Segundo paso: ARREPENTIMIENTO "Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por nuestra parte. Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte" (2 Corintios 7:9-10)
La manera de Dios para su pueblo es la misma de todos los tiempos. En la historia vemos que Dios ha tratado al hombre en formas diferentes, pero en todas ellas vemos que ha exigido del hombre lo mismo: arrepentimiento.
¿Qué es el arrepentimiento? Aquí tenemos una lista de pasajes donde vemos la importancia del arrepentimiento: Mateo 3:2; 4:17; 11:20-21; 12:41; 21:32; Marcos 1:15; 6:12; Lucas 13:3; Hechos 3:19; 17:30. Según el diccionario secular: pesar de haber hecho alguna cosa. Según la Palabra de Dios hay dos clases de arrepentimiento: uno que es de Dios y otro que es del mundo, y precisamente la definción anterior es el arrepentimiento del mundo. El arrepentimiento según Dios es un cambio de actitud; no es dejar de hacer una cosa, esto es el resultado del arrepentimiento. 4Es un cambio interior que se manifiesta exteriormente.
La razón por la que somos tan inconstantes en nuestros días es porque no hemos captado lo que es el arrepentimiento, porque no hemos cambiado de actitud, nos sigue gustando la misma cosa. 4Sabemos que está mal, hemos sentido remordimiento, lo confesamos, nos pesa haberlo
hecho porque el Espíritu Santo nos está convenciendo, sentimos culpabilidad y nos arrepentimos; pero nos sigue gustando. Pero, ¿podemos evitar que algo nos guste? Si, porque es una decisión que podemos tomar. De igual manera el cambio de actitud. Muy ligado al arrepentimiento esta la confesión
¿Qué es la confesión? La palabra en griego es homologueo (homo = lo mismo; logeo = decir), o sea: decir lo mismo. Logueo es la clave de lo que queremos ver. El verbo es logos que se traduce palabra, y el verbo decir habla de decir lo que hay en los pensamientos. 4Decir lo que hemos pensado, lo que hemos razonado.
Cuando confesamos nuestro pecado debemos pensar lo que Dios dice de ese pecado y al llegar a pensar como Dios piensa entonces lo decimos. 4No debemos confesamos simplemente para tener un poco de alivio en nuestra
conciencia. 4Sin que necesitamos pedirle al Señor que nos muestre lo que El dice acerca del
pecado que hemos cometido para poder ponernos de acuerdo con Dios. Entonces el arrepentimiento es un cambio de actitud que produce un cambio de comporta-
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miento. ¿De dónde viene la actitud? 4De los pensamientos. Así que como pensemos así seremos (Pr. 23:7).
Vamos a ver como es el hombre y de que manera afecta el arrepentimiento sobre él. La Biblia nos enseña que el hombre es tripartito: cuerpo, alma, y espíritu. La Biblia nos dice que somos almas vivientes (1 Cor. 15:45). 4No tenemos alma, sino que somos alma viviente; no somos cuerpo, sino que tenemos
un cuerpo. 4Donde pongamos el énfasis definirá cuál será la conducta de nuestra vida. 4El espíritu es la parte del hombre que se relaciona con Dios, y todo lo que entra en el
hombre debe de entrar por el filtro del Espíritu. El alma también tiene tres partes: intelecto, emociones y voluntad. Esta es nuestra personalidad, la parte racional del hombre. Entre estas dos partes, el intelecto y las emociones, hay casi siempre una lucha continua y el moderador es la voluntad.
En muchas ocasiones el intelecto y las emociones se ponen de acuerdo y llegan a un acuerdo. Ahora bien, la voluntad debe apoyar la parte de uno sobre el otro. 4Si la voluntad toma y apoya la parte del intelecto, entonces el intelecto dominará
sobre las emociones; no las elimina, sino que las controla y las domina. 4De esta manera aprendemos a dominar las emociones y no permitimos que nos
controlen 4Pero si la voluntad toma y apoya la parte de las emociones el intelecto, tarde o tempra-
no, empezará a pensar como las emociones sientan. 4De tal manera que perdemos el control sobre las emociones y nos dejamos llevar
por ellas con todas las consecuencias que ello significa. 4Ahora bien, las emociones son buenas. Dios las ha creado. Pero cuando abusamos
de ellas dejamos que nos lleven por mal camino. El arrepentimiento afecta a todo el hombre y comienza en el intelecto. Pero el intelecto no es infalible por lo que es fácil de convencer de que una cosa no es pecado. 4La Palabra de Dios es la base infalible en la que el intelecto debe apoyarse para reco-
nocer el pecado. 4Entonces la conciencia empieza a actuar, y las emociones sienten remordimientos por
ese pecado. 4Desgraciadamente la mayoría de los creyentes creen que al llegar aquí el arrepen-
timiento se ha llevado a cabo. Sin embargo la obra del arrepentimiento no se realiza. Poco tiempo después estaremos de nuevo en el pecado porque la voluntad no ha
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llegado a actuar. 4Y ahora la voluntad tiene que tomar la decisión de confesar y dejar (ver Pr. 28:13).
Si hay remordimiento y confesión, pero no tomamos la decisión de dejarlo; no nos hemos arrepentido.
La manifestación del arrepentimiento ¿Qué pasa cuando el arrepentimiento es completo? Ocurren dos cosas a.) A. nivel del espiritu, restauración espiritual. (1 Jn 1:9) El perdón no restaura la comunión. La limpieza restaura la comunión con Dios b.) A nivel del cuerpo cambio de comportamiento 4Ejemplo: Judas Iscariote (Mt. 27:3). En este pasaje encontramos un juego de pala-
bras. Las dos se traducen arrepentimiento. 4Metanoia: Un cambio de actitud que produce cambio de comportamiento 4Metamelomai: Remordimiento (ver 2 Cor. 7:8-10) 4Judas sintió pena por lo que había hecho y las consecuencias y los resultados
demuestran que ese arrepentimiento no fue verdadero porque el arrepentimiento verdadero da esperanza, el falso quita la esperanza. 4La tristeza del mundo es un calmante que no puede curar.
El arrepentimiento es un cambio de actitud. Lo que antes amábamos ahora odiamos. Y hasta que lleguemos a tomar la decisión de odiar lo que Dios odia, no nos hemos arrepentido. LO QUE MI PECADO LE COSTO A DIOS Mateo 26:37-39, 42, 49, 67; 27:26, 28, 31, 34, 35, 44, 46 Juan 11:33; 19:1-5, 28, 34 Lucas 22:44, 63-64 Isaías 52:14; 53:2, 3, 5, 12 TRISTEZA POR EL PECADO
1Tercer paso: LIMPIEZA "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9)
La seguridad del perdón es un asunto de fe. La salvación la recibimos por gracia por medio de la fe. ¿Qué es lo que nos salva? ¿Nuestra fe o la gracia de Dios? 4Ejercitamos fe para acogernos al rescate que Dios no ofrece por medio del sacrificio de Jesucristo. Sin embargo quien nos salva es Dios. 4Ejemplo: Un niño se está en un edificio en llamas. Llegan los bomberos y extienden
una colchoneta. Le dicen al niño que salte, que le cogerán, pero el niño duda y no salta. Cuando empieza a sentir el calor de las llamas empieza a pensar: —Si salto y me cogen,
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me salvo. Si salto y no me cogen, no me salvo. Si no salto, no me salvo. Asi que el niño salta y le salvan. 4Este niño ejercitó fe en los bomberos pero, ¿le salvó su fe? No, porque si los
bomberos no llegan a estar allí para cogerle, por mucha fe que tuviese, no se salvaría. 4Los bomberos representan la gracia de Dios. La fe es lo que aprovecha la gracia ofre-
cida 4La fe es tan válida como la cosa en que se basa.
La salvación, entonces, la recibimos por medio de la fe. De igual forma el perdón del de pecados y la limpieza la recibimos también por fe. Si confesamos nuestros pecados a Dios, como ya hemos visto, El promete que va ha perdonarnos y limpiarnos (1 Jn. 1:9). El perdón de Dios no depende de mis emociones y sentimientos, o si me siento perdonado o no. Dios lo ha prometido y el es fiel y justo para hacerlo. 4Justo. ¿Por qué dice justo? Podría decir misericordioso, o bondadoso. 4Dios está obligado a perdonar a todo aquel que confiesa su pecado. El es justo y el
no hacerlo sería injusto y estaría pastoreando la sangre de Cristo. Esto es un gran consuelo y bendición para el creyente. 4Entonces, si Dios es justo y perdona nuestros pecados cuando son confesados, ¿por-
qué muchas veces no nos sentimos perdonados? 4Esto es porque tenemos un problema con las emociones y Satanás lo aprovecha
para acusarnos. Entonces debemos pensar en la relación que hay entre los sentimientos, la fe, y la verdad El primero en caer son los sentimientos. 4Muchas veces nos sentimos decaídos o desanimados sin saber por qué. 4Entonces la fe intenta animar a los sentimientos, aun-
que muchas veces los sentimientos acaban dominando a la fe y hacen que se tambalee, y cae. 4Pero hay una cosa que nunca cambia ni cambiará: la
verdad. Como ya hemos visto, necesitamos que el intelecto sea instruido por la verdad para que tenga dominio y control sobre los sentimientos, y así levantarlos. Es de esta manera que seremos personas maduras. La limpieza y el perdón de pecados es una cuestión de creer lo que Dios dice.
1Cuarto paso: RESTITUCION "Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda." (Mateo 5:23-24)
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Una vez que hemos tenido convicción por nuestro pecado, nos hemos arrepentido, hemos sido limpiados, entonces debemos ver si hay que hacer restitución. La restitución tiene que ver con los hermanos, y no podemos estar bien con el Señor si no estamos dispuestos a rectificar cosas con hermanos. 4Para hacer esto otra vez tenemos que llegar a la raíz (actitud) del problema.
Entonces, ¿Qué hacer? 4En primer lugar debemos hacer una lista de las personas a las que hemos ofendido o
con las que tenemos que rectificar alguna cosa. 4Después debemos hacer lo que sea necesario para llevar a cabo esa restitución (una
carta, una visita, etc.) siguiendo la guía del Espíritu Santo paso a paso (Jeremías 7:1-3). 4Empezar por el más dificil (tal vez un miembro de la familia). ¿Por qué? Porque
tenemos la tendencia de solucionar lo fácil, sin embargo el peso más fuerte sigue estando en nosotros. 4Empezando por el más fácil se crea un sentimiento de alivio que muchas veces
nos paraliza para seguir con el más dificil y crea en nosotros una satisfacción ficticia. Satanás es muy astuto y sabe cómo hacer para que no hagamos restitución y así crear enemistad entre los hermanos. 4El dice: pero si ya no se acuerda de lo que hiciste... se lo merecía... él también te hizo
lo otro a ti... etc. De esta manera nos convence y dejamos la restitución a un lado. Cuando no arreglamos las cosas desde la raíz con otros hermanos, la culpabilidad que sigue estando en nosotros nos hace ver otros fallos y ofensas en el hermano que no existen, tan sólo buscando la excusa para no tener que rectificar. Es posible que hayamos ido al Señor en arrepentimiento y confesión, pero si no hemos arreglado las cosas con los hermanos, estamos paralizando el camino hacia la victoria. Para Dios es muy importante la buena relación entre los creyentes (Mateo 5:23-26).
1Quinto paso: CONSAGRACION "Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe." (Fil. 3:7-9)
¿Hemos buscado perdón y limpieza confesando nuestros pecados muy en particular, dando los nombres que Dios les da? Satanás es padre de mentira y hará todo lo posible para que no llamemos las cosas por su nombre para quitarles importancia. 4Ahcoholico
-- borracho
4Decir las cosas claras
-- criticon
4Homosexual
-- sodomita
4Desliz
-- adulterio
Ahora, debemos hacer la determinación de que vamos a hacer restitución por cualquier cosa que el Espíritu Santo nos hable. Consagra todo a Dios, todo en detalle.
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Factores necesarios para hacer una consagración total. a.) Una consagración total y sin condiciones (Fil 3:7-10). 4Esto es un concepto legal. La ley dice que si un hombre tiene un
terreno de muchas hectáreas y otro hombre tiene justo en el centro de esa propiedad un terreno de una hectárea, la ley le obliga a darle acceso a su propiedad abriéndole un camino. 4¿De qué manera afecta esto al creyente? Cuando consagramos todo al
Señor pero dejamos una pequeña cosa sin entregárselo, Satanás tiene el derecho de reclamar lo que es suyo. Y legalmente él abre su camino, pero lo abre de otra manera. 4Por ese camino Satanás va minando todo lo sagrado en nuestra
vida. Y por esa cosa que no hemos dado al Señor, Satanás tiene acceso a nuestra vida (Gé. 3:6-7). 4Música 4Hábitos 4Dinero 4Posesiones
4Familia 4Etc.
4Debemos entender bien este principio porque no es la cosa sino la actitud que tene-
mos hacia esa cosa. b.) Tiene que incluir una consagración detallada (Ro. 12:1-2) 4Dios quiere que le nombremos las cosas que le damos. De nuevo podemos ver que
esto es un concepto legal. 4Cuando una persona dona una casa a una organización debe detallar en la escritu-
ra todo cuando es donado. Hay una buena razón, ya que si no se especifica el donador podría reclamar lo que es suyo. 4Cuántas veces hemos dicho: Señor, te doy mi vida. Y Dios dice: mañana quiero que te
levantes 45 minutos antes para que pases un tiempo conmigo. ¿Qué respondemos? 4Romanos 6:13 4Nuestros miembros eran presentados para el pecado 4Dios nos manda presentarnos a El (entrega general) 4Dios nos pide que presentemos nuestros miembros a El para servir
a la justicia (entrega específica). 4Cada uno de nuestros miembros deben ser entregados al Señor para que El los use.
Muchas veces le volvemos a pedir a Dios lo que le hemos entregado para usarlo mal. 4La lengua 4Los ojos
4Los oídos
4Las manos
4Los pies
c.) Todas las cosas que tienen que desaparecer de mi vida (cosas legítimas que no son las mejores para mi si Dios me va a usar de una forma especial). 4Ciertos placeres
4Revistas
4Libros
4Diversiones
4Etc.
4Muchas veces decimos: Si la Biblia no lo prohibe, entonces puedo hacerlo. Pero esto
no es lo que nos enseña la Palabra de Dios. La Biblia es un libro de principios (1 Cor. 6:19). 4Debemos decir: Señor que quieres que yo haga; en vez de decir: Señor qué es lo
que me prohibes. 4Todo aquello que nos distrae de lo que Dios quiere para nosotros es pecado.
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4Si el fútbol me distrae de lo que Dios quiere para mí, eso es pecado. Y así podría-
mos hablar de la televisión, etc. d.) Todo lo que pide el Señor que haga por El (quizá sean cosas que no pide a otros). Debemos darle una obediencia implícita (Heh. 5:29; Jn. 2:5). 4Muchas veces vivimos mirando a otras personas, comparándonos con ellas y deci-
mos: si él lo hace, ¿por qué no puedo hacerlo yo? 4Y después decimos que nuestra única regla de fe y práctica es la Biblia. Y no es
así porque muchas veces nuestra regla de práctica es el comportamiento de nuestros hermanos. 4Un claro ejemplo es Hudson Taylor 4Dios no pide las mismas cosas a todo el mundo, pero debo estar dispuesto a hacer lo
que El me pida que haga, y si no estoy dispuesto a hacerlo entonces no puedo decir que estoy consagrado. 4Dios pone sobre nosotros una responsabilidad muy grande de encontrar la voluntad
de Dios para nuestra vida, porque, ¿cómo podremos saber qué es lo que nos distrae de la voluntad de Dios? 4¿Cómo encontramos la voluntad de Dios? (Ro. 12:1-2) 4Como ya vimos somos tripartitos: espíritu, alma, y cuerpo. El más importante es el
espíritu. 4Entonces ¿por qué dice Dios que presentemos nuestros cuerpos? (v.1) 4Porque nombrando lo más pequeño lo ha nombrado todo. 4Porque todo lo que entra y todo con lo que Satanás me puede tentar es a través
de mi cuerpo. Si damos nuestra alma al Señor pero el cuerpo no es de él no le estamos dando nada. Si estoy usando los ojos sin ser entregados al Señor, ¿que va a pasar con mi intelecto? 4Pero también vemos que nos dice que debemos renovarnos en el entendimiento
(v.2). La palabra usada es intelecto, mente, razón. 4Dios quiere que le dejemos renovar nuestra forma de pensar. Haciendo esto
todo va a cambiar (Pr. 23:7). 4Así, Dios quiere que le demos nuestro cuerpo que distrae, y que le dejemos renovar
nuestra mente, y esto traerá como resultado el descubrir cual sea la voluntad de Dios para nuestras vidas. 4Pero si dejamos una pequeña cosa sin entregar, Dios no puede obrar con libertad. 4No hay ninguna cosa que sea neutral; o es bueno, o es malo (Ec. 12:14). No hay nada
indiferente. Todo lo que Dios ha creado es bueno, pero depende de cómo el hombre lo use es que lo hace bueno o malo (1 Cor. 6:12; 10:23). 4Por ejemplo: ¿por qué nos hemos puesto la ropa que nos hemos puesto hoy? Se-
gún cuál haya sido su motivo decidirá si es bueno o malo. Señor, ¿qué quieres para mí? Esa debe ser nuestra pregunta delante del Señor. No es que puedo y qué no puedo hacer. Sino una entrega total a él dispuesto a hacer lo que él nos demanda.
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Dios tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros, y como cuerpo de Cristo tiene a cada uno en su lugar. Si no cumplo con el plan de Dios, otros estarán siendo repercutidos por ello.
El ciclo en la consagración Cuando hacemos una entrega al Señor, entremos en un ciclo el cual tiene 5 pasos que se repite cada vez que hacemos una nueva entrega. a.) El primer paso es la entrega. Decidimos darle algo al Señor para que él lo use y lo gobierne, como hemos estado viendo. Esto nos lleva al segundo paso. b.) El segundo paso es la prueba. Toda entrega debe ser probada, así que no debe sorprendernos la prueba. c.) El tercer paso en el ciclo es la obediencia. Nuestra reacción en la prueba es de mucha importancia. d.) El cuarto paso es el poder. Cuando obedecemos Dios abre la puerta al poder (2 Cro. 16:9). Dios está deseando mostrar su poder, pero la iglesia de Dios está tan dormida o tan sumergida en la rebelión que no le está dejando hacerlo.
Entrega Prueba Gozo
Poder
Obediencia
e.) El quinto paso es el gozo. Cuando vemos este poder experimentamos gozo, el verdadero gozo. No es el gozo que fabricamos muchas veces. 4Por ejemplo cuando vamos a la iglesia después de haber discutido con la familia.
Este gozo nos lleva a hacer una nueva entrega, esta vez más completa. Ahora bien, la prueba será mayor. ¿Cuánto tiempo hace que no vemos el poder de Dios directamente manifestado en nuestras vidas? Debemos reconocer que como creyentes rehuimos las pruebas. Sin embargo en cualquier cosa estamos dispuestos a pasar las pruebas (fútbol, carnet de conducir, atletismo, estudios, etc.) 4La prueba es lo que debemos desear.
Vamos a ver un ejemplo de esto en la vida del pueblo de Israel a. Primer paso; entrega (Dt. 32:44-47; 34:9) El pueblo de Israel dice que si al Señor y que aceptan las palabras de Dios para cumplirlas. b. Segundo paso; prueba (Jo. 1:2). Pensemos en la dificultad de esta prueba 4El pueblo de Israel vagó por 40 años en el desierto y no habían entrado en la tierra
prometida. ¿Por qué? por temor a los gigantes (Nm. 13:33). 4Hay muchos creyentes que mueren en el desierto, ven cosas muy difíciles y no
van más allá. No están dispuestos a pasar por la prueba. 4Ellos eran los hijos de los que murieron en el desierto, luego más deberían tener
ellos temor de los gigantes. Pero Dios da la prueba con una promesa (Jo. 1:3-9) de igual forma da la promesa al creyente (1 Cor. 10:13)
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c. Tercer paso; obediencia (Jo. 1:10-11). Josué se pone en marcha. d. Cuarto paso; el poder (Jos. 2:1-5) Josué envía dos espías, no para ver si pueden conquistar la tierra o no, sino para reconocer el terreno. Y Dios les muestra Su poder usando una ramera, una mujer que estaba desafiando la autoridad de Dios. 4Dios manifiesta su poder de las maneras que más impresionantes que jamás po-
dríamos imaginar. e. Quinto paso; gozo (Jos. 2:24) El pueblo de Israel se da cuenta de que pueden vencer: "Durante cuarenta años hemos vivido pensando que no podíamos vencer a este pueblo, pero es cierto que podemos". 4Muchos creyentes, cuando aceptaron al Señor, estaban muy entusiasmados y to-
maron decisiones en sus vidas, pero vinieron las pruebas y fracasaron y han bajado sus espectaciones, se han vuelto más "realistas" y ya no esperan las cosas grandes de Dios que esperaban antes y se han conformado a vivir la vida sin el poder de Dios. Pero Dios quiere llenarnos de gozo sabiendo que si es posible todo lo que dice Dios. Ese gozo les lleva a una nueva entrega. a. Primer paso; entrega (Jos. 3:5) Habéis visto a Dios obrar, ahora santificaos (apartar por un motivo especial, o sea para Dios). Ahora, ¿qué es lo que tienen que apartar? ellos mismos. Deben hacer una nueva entrega. b. Segundo paso; prueba (Jos. 3:8) Ahora es más grande todavía. 4El río Jordán está desbordado porque han caído las lluvias. 4Josué es el nuevo líder (el nuevo pastor) ¿qué ocurre cuando hay cambio de pas-
tor? Suele haber comparaciones. Todos están a la expectativa. c. Tercer paso; la obediencia (Jos. 3:14). El pueblo se pone en marcha. d. Cuarto paso, el poder (Jos. 3:15-17). El río Jordán detiene sus aguas en un lado y el pueblo pasa en seco. e. Quinto paso; el gozo (Jos. 4). El pueblo se da cuanta de lo que Dios a hecho y deciden recordar esto para siempre poniendo doce piedras como señal. Y así vemos que el Señor va pidiendo al pueblo de Israel nuevas entregas. Y cada vez la prueba es mayor, y el gozo es mayor. Este es el secreto de la victoria. 4Pues, si es tan sencillo, nos preguntamos: ¿por qué no lo vivimos?
Hay dos sitios donde este ciclo se suele romper en nuestras vidas. 1. Cuando viene la prueba y no obedecemos de una forma total porque nos da miedo.
Entrega
4Entonces el poder no se puede demostrar (Jos.
7:1-5). Algo que podemos aprender es que el pueblo de Israel volvió donde había fallado, lo arregló, y el poder volvió de nuevo (Jos. 8:1-29). ¿Cuántos de nosotros hace tiempo que no vemos el
Prueba Gozo
Poder
Obediencia
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poder de Dios? Para ver el poder debemos volver de nuevo al asunto donde hemos fallado y corregirlo. No sirven los atajos. 4Si es un asunto con un hermano en la iglesia, pues debes ir y humillarte y arreglar-
lo con él 4Si es un asunto con un familiar debes arreglarlo con él
No importa la cosa, lo que importa es volver donde nos hemos apartado y arreglarlo. Pero lo hermoso es que siempre podemos volver. Entrega
2. Cuando hemos visto el poder de Dios y sentimos el gozo, y ese gozo nos lleva a la autosuficiencia (Jos. 9:14).
Prueba Gozo
4Cuando esto ocurre Satanás viene y nos ani-
ma diciendo: vas muy bien. Satanás sabe cuando debe desanimarmos y cuando debe animarnos.
Poder
Obediencia
En cualquiera de estos dos sitios podemos quedar parados para toda la vida, o podemos volver, entregándonos de nuevo y empezar otra vez. 4Todo aquello que no he dado a Dios, es mi dueño. 4Si tengo un coche, y yo soy su dueño, entonces ese coche me domina a mi.
Dios quiere que le entreguemos todo, aun lo más pequeño de nuestras vidas. Y podemos usar cualquier situación para efectuar una entrega. Nunca llegarás a entregar todo al Señor, porque toda la vida es una vida de entrega (Jos. 24:23).
1Sexto paso: UN PLAN DE VIDA "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta". (Rom. 12:2)
Cuando hemos llegado a la consagración, esto produce un nuevo estilo de vida. En este siguiente paso vamos a considerar la vida que el Señor compró en el calvario y nos promete ahora. a.) Conocer la voluntad de Dios (Ro. 12:2) Dios quiere renovar nuestra forma de pensar por medio de la transformación del entendimiento, como ya vimos anteriormente. Ahora queremos ver una forma práctica. En nuestros pensamientos tenemos dos niveles: subconsciente y consciente. 4Pensamos conscientemente. Sin embargo no podemos controlar directamente el
subconsciente. Las reacciones, que dicen lo que somos, vienen del subconsciente y no podemos cambiar esto directamente. Pero hay una forma de cambiarlo (Sal. 139:17) El salmista nos dice como controla sus pensamientos. Lo que pensamos por la noche está en el subconsciente. Y es aquí donde se multiplican los pensamientos.
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4¿Cuánto dura un sueño? Segundos. Durante una noche pasan una multitud de
pensamientos por nuestras cabezas. Cuando habla de enumerarlos está hablando de los pensamientos que él mete en el consciente y los va contando. O sea, que sabe lo que está entrando en su mente. No está permitiendo que su mente esté en punto muerto para que entre cualquier cosa (por ejemplo la tele). 4Entonces, cuando controlamos lo que entra en el consciente, cuando llega al sub-
consciente se multiplica. Y cuando despertamos esos pensamientos siguen con nosotros. Ahora, Satanás ataca y va metiendo en nuestros pensamientos sus ideas, las formas de pensar del mundo. Pero cuando hacemos un esfuerzo por controlar nuestros pensamientos, Satanás saca los pensamientos que han sido guardados (cubo sucio de barro). 4Pero debemos seguir adelante sin dejar que Satanás se salga con la suya.
b.) Escuchar Su llamada (1 Tes. 4:7) Debemos distinguir entre lo que es su voluntad para nuestra vida, de su plan especifico para conformarnos a la imagen de Jesucristo. Y Dios tiene un plan para cada uno en particular (Ro. 8:14). c.) Cumplimiento de Su voluntad (1 P. 1:13) Es nuestro el deber de buscar y conocer ese plan para cada uno. Dios nos da luz para tomar cada paso. Cuidado con hacernos castillos en el aire, esperando algo que no se cumple tal como lo esperábamos. Y llegamos a poner condiciones a Dios. Dios tiene su plan y será como él quiere, porque será lo mejor. 4A Dios no le importa tanto lo que hemos de padecer, sino cómo reaccionamos
ante las situaciones. d.) Ver Su obra en nuestras vidas (1 Tes. 5:23-24) e.) Un corazón limpio (Salmo 51:10) f.) Más que vencedores (Ro. 8:37) g.) No vivo yo; vive Cristo (Gál. 2:20) h.) Triunfo (2 Cor. 2:14) i.) Victoria (1 Cor. 15:57) j.) Libertad (1 Jn. 8:36) k.) Un cántico nuevo (Sal. 40:3) l.) Completos en él (1 Cor. 1:30) m.) Libres del pecado por la gracia (Ro. 6:14) n.) Comunión (1 Jn. 1:3-9) o.) Un corazón nuevo (Ez. 36:25-27)
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1Séptimo paso: LA VIDA EN EL ESPIRITU Después de que hemos sido limpiados y hemos consagrado nuestras vidas al Señor, debemos seguir adelante obedeciendo Su mandato: "Sed llenos del Espíritu Santo" (Ef. 5:18). Ahora bien, el ser lleno del Espíritu Santo no es una cuestión de un día, como la salvación, y ya está. Es una cuestión de momento tras momento; día tras día. 1. ¿Cómo ser lleno del Espíritu Santo? En las Escrituras no encontramos ninguna referencia a orar pidiendo ser lleno del Espíritu Santo. Más bien, como ya hemos dicho, es un mandato. Entonces, ¿qué hay que hacer para ser lleno del Espíritu?. a.) Hay que nacer de nuevo y tener la seguridad de este nacimiento confiando sólo en la sangre de Cristo (Juan 3:3). b.) Debemos tener motivos puros. Sólo si tenemos motivos sinceros puede ser glorificado el Señor (Stg. 4:3). c.) Es necesario tener hambre y sed continua (Mt. 5:6). Esto es, estar comiendo constantemente de la mesa del Señor. 4Debemos estar en ayunas en cuanto al mundo se refiere.
d.) Arrepentirnos y dejar el pecado (2 Ti.. 2:19). El Espíritu Santo no puede glorificar a Cristo en nuestras vidas mientras haya pecado. e.) Confesar el pecado y hacer restitución. Dejar que Dios parta el corazón por nuestro pecado (Stg. 4:10). f.) Entregarse totalmente a El. No reservar ninguna parte de la vida para el YO. 4Decir "NO" al YO, tanto en lo bueno como en lo malo. El YO tiene que ser cruci-
ficado. Es morir al YO y esta es una muerte muy larga. 4No estamos hablando de ser pasivos, sino de tener la voluntad y mente conforma-
das a la voluntad y mente divina (Ro. 12:1-2; Lc. 9:23). 4Cuando estoy vació de mi mismo, doy oportunidad al Espíritu Santo para que me
llene; o sea que me controle. 4Dios no quiere vasos vacíos.
g.) Aceptar por fe el hecho de que Dios nos ha llenado de Su Espíritu y darle gracias por hacerlo (Gál. 3:5; 1 Jn. 5:14-15) 4No estamos hablando de sentimiento, sino de verdades, de promesas.
h.) Obedecer momento a momento al Señor y la dirección del Espíritu (Hch. 5:32; Ro. 8:14). 4Cada cosa que el Señor nos mande hacer, hacerla, no dejándola pasar.
Dios quiere dar a conocer a Cristo a los hombres a través de sus hijos, o sea de cada uno de nosotros. 4Muchas veces decimos: ¿Yo no puedo? Sin embargo Dios promete poner poder en
nosotros a través de Su Espíritu. "En una ocasión alguien comentó: Imaginémonos que un día Dios te dice que pintes
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un techo como el que pintó el gran pintor Miguel Angel. Lo miras y después de unos minutos de asombro respondes: no puedo hacerlo. Pero Dios dice: Bien, se que no puedes, pero yo voy a poner el espíritu de Miguel Angel en ti, y pintarás ese techo como él lo haría."
Dios nos está diciendo lo mismo a nosotros. Pero ahora nos dice: No quiero que tu lo hagas; y o lo haré. Yo quiero que tu seas el lienzo y yo formaré a Cristo en ti.
¿Cuál es el ataque del Diablo? Desde luego a Satanás no le hace ninguna gracia que un creyente se entregue por completo al Señor. Entonces se pone en marcha y empieza a crear confusión (2 Cor. 11:12-15). 4Satanás crea confusión y con esto hace que los creyentes no vean las cosas claras y
con ello está creando duda. 4Ciertos placeres; lugares; diversiones; dinero; etc.
LUZ El espacio que hay entre la luz y las tinieblas lo podemos llamar la zona gris o dudosa. Es ahí donde muchas veces colocamos cosas para poder hacer lo que nos gusta hacer. Cuanto más grande sea el espacio gris o dudoso, más querremos agradarnos a nosotros mismos (1 Cor. 10:32-33). 4Sin embargo hay una norma bíblica: Todo lo que yo no puedo colocar con fe en la luz,
es tinieblas y es pecado (Ro. 14:23). Como ya hemos estado viendo, la Biblia es un libro de principios y no de normas. Por lo tanto, es necesario que a la luz de la Palabra de Dios veamos todas las cosas con un corazón sencillo y pongamos cada cosa donde le corresponde. Cuando somos llenos del Espíritu Santo comienza una nueva vida de servicio al Señor.
1Octavo paso: LA VIDA DE VICTORIA "Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra. Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano. Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron." (1 Sam. 17:49-51)
El plan y propósito de Dios es que el creyente viva una vida de victoria. Ya hemos estado viendo los pasos que son necesarios para que esto pueda ser así. Sólo cuando dejamos que Dios obre en nosotros, entonces tendrá libertad de obrar a través de nosotros. Recuerda que Dios ha dado la victoria. Nosotros tenemos que tomarla y seguir tomandola (Jn. 4:14; 7:38; 10:10) Entonces, uno que es lleno del Espíritu Santo, ¿qué puede hacer? ¿Qué puede hacer Dios con una persona?
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4Alguien dijo: "El mundo aún no ha visto lo que puede hacer Dios con una persona
que está entregada al cien por cien a Dios". 4Un gran hombre de Dios dijo: "Soy uno sólo, pero soy uno. No puedo hacerlo todo,
pero algo puedo hacer. Y lo que puedo hacer, debo de hacerlo. Y lo que debo de hacer, por la gracia de Dios lo haré." 4No tengo excusa.
¿Qué puede hacer uno sólo? Para contestar a esta pregunta vamos a ver la historia de David y Goliat a.) Israel se encuentra con la oposición en la persona de los filisteos (1 Sam. 17:11) 4La oposición se puede presentar de muchas maneras. 4Unas veces viene en forma muy buena (que nos ciega). 4Otras veces viene como algo muy pequeño a lo cual no le damos importancia y
nos causa mucho daño. 4Otras veces viene como un gigante que inspira miedo. Puede ser el temor al que
dirán, o el ser fiel a Dios en las finanzas. O quizás en algo que pensamos que no podemos superar (Num. 14:36-37) ¿Hay algún gigante en tu vida que te infunde miedo? ¿Dónde estás? ¿Estás en el campo de batalla o estás sentado en las gradas? (1 Sam. 17:12-13) b.) Los hijos de Isaí (1 Sam. 17:12) Es muy interesante como Dios narra la historia. Después de presentarnos la situación en la que se encuentra el pueblo de Isarel, nos presenta una familia con 8 hijos. Pero... 4De los ocho, cuatro no van a la batalla, no están preparados. 4Tres van a la batalla, están preparados pero no dispuestos.
Ahora bien, David era el menor, el "chico" de los recados (1 Sam. 17:17), el más insignificante en Israel, pero el más preparado. 4David sabe lo que tiene que hacer y lo hace. Esto es lo que Dios está buscando;
uno que sepa obedecer. c.) El corazón de David. Algo que debemos notar en David es que tenía un corazón ferviente por el Señor (1 Sam. 17:22). 4Lo que apagaba el ánimo del ejército de Israel, animada el corazón de David (1
Sam. 17:24-26) Cuando permitimos el pecado en nuestras vidas nos llegamos a acostumbrar a él d.) Los hermanos de David se enfadan con él. Reaccionan contra él (1 Sam. 17:28) 4La respuesta de David es rotunda: ¿no es esto mera hablar? (v. 29) 4Cuántas veces hablamos de vencer un pecado; de separarnos del mundo, etc. y
es solamente hablar. e.) David está dispuesto a pelear con el filisteo. El estaba preparado (1 Sam. 17:34-36)
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4¿Dónde recibió David su preparación? A solas cumpliendo con su obligación.
Nadie veía su trabajo, sin embargo el cumplía con su deber. Muchas veces queremos cumplir delante de la gente, pero cuando estamos solos no somos capaces de cumplir con nuestra responsabilidad con Dios. 4A Dios no le interesa tanto lo que sabemos; a Dios le interesa lo que somos.
f.) Vemos la preocupación de David (1 Sam. 17:36, 45,46) 4El pueblo de Dios vive de tal manera que los otros pueblos ni saben que hay Dios
en Israel y esto es horrible. Toda la tierra sabrá que hay Dios. g.) David se presenta en el campo de batalla (1 Sam. 17:40) 4Imaginémonos la escena. Todo el mundo le está mirando. ¿Cuál sería la reacción
de todos los que estaban mirando? 4Unos dirían: está loco. Otros: es un fanático. Algunos: cuando vea de cerca lo
grande que es ese hombre vendrá corriendo. ¿Estamos desanimando a otros a hacer la obra de Dios? Si no estamos dispuestos a servir a Dios nosotros no impidamos que otros lo hagan. 4Piensa por un momento: Si David tiene éxito, todo Israel disfrutará de su victoria.
Pero si cae, caerá solo. 4Muchas veces entre los hermanos pasa esto. Parece que incluso estemos deseando
que un hermano caiga para que así tengamos razón en nuestra opinión, en vez de ayudarle y animarle. Conocemos la historia y David vence a Goliat y cayó el hombre porque David era experto en algo que despreciaba el mundo. 4El mundo desprecia el estudio de la Palabra de Dios. Da más crédito a los conoci-
mientos humanos que a lo que de verdad tiene importancia. Ahora bien, el milagro más grande no fue matar a Goliat (1 Sam. 17:52) El milagro más grande fue que un pueblo acobardado, paralizado por la oposición, un momento después se convierte en un pueblo que se levanta para luchar. 4Un hombre, insignificante, pero preparado fue usado en las manos de Dios para le-
vantar y animar a todo un pueblo. Elche no ha visto lo que Dios puede hacer con un creyente entregado a él al cien por cien. No te hagas ilusiones de cómo Dios va a hacerlo, sino prepararte a solas con Dios y cumple con tus obligaciones a solas, y Dios te usará. "Soy uno sólo, pero soy uno. No puedo hacerlo todo, pero algo puedo hacer.Y lo que puedo hacer, debo de hacerlo. Y lo que debo de hacer, por la gracia de Dios lo haré."
Dios necesita uno. ¿Serás uno? Versículos para dar ánimos 2 Crónicas 20:15,17 - Jeremías 14-10 - Juan 2:5; 12:24-26 - Gálatas 6:1,9 Romanos 6:11 - Hebreos 10:38 - Filipenses 1:6 - 1 Corintios 15:57,58 Colosenses 2:9,10