UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Facultad de Estudios Superiores Iztacala
BOSQUE DE QUERCUS
MUSEO DE LAS CIENCIAS BIOLÓGICAS IZTACALA “ENRIQUE BELTRÁN”
BOSQUE DE ENCINO ÍNDICE
Introducción…………………………………………………………………………...3 Bosque de Quercus……………………………………………………………….....4 Descripción…………………………………………………………………....5 Distribución……………………………………………………………………6 Principales especies…………………………………………………………8 Importancia ecológica y económica………………………………………9 Diversificación……………………………………………………………….15 División del Género…………………………………………………………17 Composición florística/Asociaciones vegetales……………………...17 Amenazas y retos para su conservación……………………………….19 Guión visitas guiadas………………………………………………………………20 Bibliografía…………………………………………………………………………...22
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BOSQUE DE ENCINO INTRODUCCIÓN BOSQUE DE QUERCUS. Los bosques de Quercus o encinares son comunidades vegetales muy características de las zonas montañosas de México. De hecho, junto con los pinares constituyen la mayor parte de la cubierta vegetal de áreas de clima templado y semihúmedo. No se limitan, sin embargo, a estas condiciones ecológicas, pues también penetran regiones de clima caliente, no faltan en las francamente húmedas y aún existen en las semiáridas, pero en estas últimas asumen con frecuencia la forma de matorrales (Rzedowski, 1981). Aunque la sistemática de los taxa pertenecientes al género Quercus se encuentra todavía lejos de ser satisfactoria, en forma conservadora cabe reconocer para México más de 150 especies (quizá cerca de 200) (www.ine.gob.mx) Los encinares guardan relaciones complejas con los pinares, con los cuales comparten afinidades ecológicas generales y los bosques mixtos de Quercus y Pinus son muy frecuentes en el país. También se relacionan los bosques de Quercus con los Abies y con el Bosque Mesófilo de Montaña, así como con diversos tipos de bosques tropicales y aún con las sabanas y otros pastizales, lo cual es explicable en función de su extensa amplitud ecológica. Se conocen encinares en todos los estados y territorios de la República, excepción hecha de Yucatán y Quintana Roo. Con respecto a su aprovechamiento cabe observar que los encinares mexicanos son en general bastante explotados a escala local, pero muy poco a nivel industrial (Rzedowski, 1981).
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Q. rugosa Neé
Q. candicans Neé
Q. arizonica Sarg.
BOSQUE DE ENCINO DESCRIPCIÓN Los bosques de Quercus o encinares son comunidades vegetales muy características de las zonas montañosas de México (Fig. 1). De hecho, junto con los pinares constituyen la mayor parte de la cubierta vegetal de áreas de clima templado y semihúmedo (Rzedowski, 1981). La mayoría son formaciones densas o al menos cerradas, aunque hay encinares con árboles separados con amplios espacios cubiertos por arbustos y herbáceas. Su altura varía entre 2 y 30 m, alcanzando en ocasiones hasta 50 m. La fisonomía de estos bosques está notablemente influida por el tamaño de las hojas de las especies que lo forman, que usualmente son de menor tamaño y textura coriácea en áreas secas y de hojas grandes, relativamente delgadas y bellotas grandes en localidades muy húmedas. Varían de totalmente caducifolios a totalmente perennifolios y el tamaño de las hojas de las especies dominantes de nanófilas a megáfilas. Pueden formar masas puras, pero es más frecuentemente que la dominancia se reparta entre varias especies del mismo género y a menudo admiten la compañía de pinos, así como de otros árboles (Lewington et. al., 1993).
Figura 1. Bosque de encino sobre roca basáltica, Mesa del Pedregal, Municipio de Amanalco, Estado de México, 23 de septiembre de 2000.
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BOSQUE DE ENCINO DISTRIBUCIÓN Se conocen encinares de todos los estados y territorios de la República, excepción hecha de Yucatán y Quintana Roo. Constituyen el elemento dominante de la vegetación de la Sierra Madre Oriental, pero también son muy comunes en la Occidental; en el Eje Volcánica Trasversal, en a Sierra Madre del Sur, en las sierras del norte de Oaxaca y en las de Chipas y de Baja California, lo mismo que en numerosos macizos montañosos aislados de la Altiplanicie y de otras partes de la República. Con frecuencia la franja del encinar se ubica a niveles altitudinales inferiores de la del pinar, pero esta disposición no se cumple en muchas regiones y a veces se invierte. Los bosques de Quercus de clima caliente se distribuyen en forma de manchones discontinuos a lo largo de ambos litorales, desde Nayarit y Tamaulipas hasta Chiapas, incluyendo el extremo sur de Campeche (Rzedowski, 1981).
Figura 2. Distribución de los ecosistemas templados de México
Flores et. al. (1971), calculan que en México los bosques de Quercus ocupan 5.5% de la superficie del país y además asignan 13.7% a la categoría del bosque de pino encino. El criterio que usan los mencionados autores es el cartografiar la vegetación clímax, pero cabe recordar que los encinares, desde tiempos inmemorables, han sido de los tipos de vegetación más afectados por el impacto del hombre, ya que ocupaban muchas áreas particularmente favorables para el
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BOSQUE DE ENCINO desarrollo de la agricultura y por que cubrían regiones de clima atractivo para la población humana (Rzedowski, 1981). ALTITUD (m.s.n.m.).De 0 a 3,100; el 95% se halla ente 1,200 y 2,800. CLIMA. Los encinares arbóreos de México prosperan típicamente en condiciones de clima Cw de la clasificación de Koeppen (1948), pero también se extienden hacia Cf, Cs, Cx', Af, Am, Aw y BS. La precipitación media anual varía de 350 mm (en Sonora, fide White,1949:237) a más de 2 000 mm en algunos lugares de la Planicie Costera del Golfo de México, pero la distribución de la gran mayoría del los encinares de halla entre las isoyetas de 600 y 1 200 mm . Las temperaturas medias anuales tiene una amplitud global de 10 a 26 ºC y más frecuentemente de 12 a 20 ºC. El número de meses secos oscila entre 0 y 9 e igualmente amplios son los ímites de la humedad relativa, de la oscilación de la temperatura etc. En ciertas partes de la Sierra Madre Occidental y también de la Oriental las heladas llegan a ser muy severas y en algunos años se presentan nevadas. Las temperaturas por debajo de 0 ºC son comunes en el periodo más frío del año en casi toda el área cubierta por el encinar en México, pero no se presentan en la Planicie Costera de Veracruz y Tabasco, ni tampoco en la región cercana al litoral de Jalisco y Nayarit, hasta donde descienden algunos bosques de Quercus (Rzedowski, 1981). CARACTERÍSTICAS DEL SUELO. Este tipo de vegetación se ha observado sobre diversas clases de roca madre, tanto ígneas, como sedimentarias y metamórficas, así como en suelos profundos de terrenos aluviales planos, pero tales terrenos casi en todos los casos se dedican hoy a la agricultura. No tolera, aparentemente, deficiencias de drenaje, aunque puede crecer a orillas de arroyos en tierra permanentemente húmeda. No es rara su presencia en suelos someros de terrenos my rocosos e inclinados o de pedregales (Rzedowski, 1981).
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pH: Típicamente el suelo es de reacción ácida moderada (pH 5.6 a 6.5), con abundante hojarasca y materia orgánica en el horizonte superficial a menudo también a mayor profundidad. La textura varía de arcilla a arena al igual que la coloración que frecuentemente es roja, aunque puede ser amarilla, negra, café o gris (Rzedowski, 1981).
PRINCIPALES ESPECIES
ALGUNOS GÉNEROS Y ESPECIES REPRESENTATIVOS
Zonas húmedas: Quercus insignis, Q. strombocarpa, Q. oocarpa, Q. corrugata, Q. skinneri, etc.
Zonas semisecas: Q. oleoide, Q. glaucoides, Q. macrophylla, Q. magnoliaefolia, Q. urbani, etc.
Regiones más secas: Q. chihuahuensis, Q. emory, Q. jalisciensis, Q. mohriana, etc.
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IMPORTANCIA ECOLOGICA Y ECONÓMICA
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IMPORTANCIA ECONÓMICA
Respecto a su aprovechamiento cabe observar que los encinares mexicanos son en general bastante explotados a escala local, pero muy poco a nivel industrial. Este hecho se debe principalmente a que la mayor parte de los bosques de Quercus de este país esta formado por árboles bajos y con troncos más bien delgados. Además, los encinos son de crecimiento relativamente lento y los que alcanzan mayores tamaños tampoco se utilizan mucho, entre otras razones por la inaccesibilidad del terreno, porque no se conocen bien las características de su madera o porque se ignoran las técnicas para su debido secado (Rzedowski, 1981). Localmente la madera de encino se emplea para construcciones, muebles, postes y tiene muchos otros usos, pero más que nada como combustible, bien sea directamente, o bien transformada en carbón, cuyo uso tiene profundo arraigo y tradición en el pueblo. Grandes extensiones de encinares mexicanos se han consumido debido a la explotación desmedida para la obtención de carbón vegetal, sobre todo en el siglo pasado y aunque parece que en las últimas décadas la demanda ha disminuido debido al uso mas frecuente de otros combustibles, en algunas regiones la devastación sigue en auge (Zavala, 1990).
LOCALMENTE LA MADERA DE ENCINO SE USA PARA CONSTRUCCIÓN DE MUEBLES, POSTES Y COMO COMBUSTIBLE.
BOSQUE DE ENCINO Como uso maderable en México resalta debido a sus propiedades físicas, mecánicas y anatómicas. Estos atributos hacen de la madera un recurso 10 adecuado para la elaboración de recipientes culinarios, pisos, postes, durmientes, chapa, embarcaciones, muebles, mangos para herramientas y partes de instrumentos musicales, entre otros (Reyes, 1995; de la Paz, 2000). A nivel nacional, la madera de encino ocupa el segundo lugar de aprovechamiento y los usos a los que se destina principalmente son: celulosa (54%), escuadría (30%), leña (7%), y carbón (6%) (de la Paz Pérez et. al., 2000). La corteza de muchas especies de Quercus y las agallas que forman algunos en sus hojas para alojar huevecillos y larvas de ciertos insectos himenópteros, son ricos en taninos y se utilizan en la curtiduría. Con los frutos (“bellotas”) se alimentan a menudo a los puercos y el hombre consume también los de algunas especies (Zabala, 1995). La corteza de muchas especies de Quercus y las agallas que forman, son ricos en taninos y se utilizan en la curtiduría.
BOSQUE DE ENCINO
Según Luna et.al., (2003) si bien el uso de encinos se encuentra distribuido en todo el territorio nacional, la mayor proporción de especies útiles en relación al total se presenta principalmente en varios estados del centro y sur de la República, exceptuando Chihuahua. El siguiente cuadro sintetiza las principales categorías del uso de encinos en México. MEDICINAL
ALIMENTICIO
Se emplean casi todos los órganos de la planta: corteza, hojas, flores, raíces y agallas. La mayoría de las enfermedades se asocia al aparto digestivo y la piel. Se emplean las bellotas, las yemas foliares, las flores, las hojas y las agallas, productos que enriquecen la dieta de las comunidades indígenas con proteína, lípidos y carbohidratos. Bellota
1) Capeado de las flores o tostado de las bellotas para consumirse como semilla. 2) Elaboración de harina para tortilla, pan, pastel, teguino, chocolate, café, pinole y tamales.
Forraje
1) Alimentación del ganado porcino o caprino con las bellotas y el forraje.
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BOSQUE DE ENCINO ARTESANAL
La gente de diversas comunidades aprovecha las variaciones de tamaño y formas de las bellotas de encino, además de su belleza para elaborar: A) Rosarios, elaborados con los frutos por zapotecas de Oaxaca. B) Aretes, cuadros, cestos y juguetes, elaborados con las bellotas en Cuetzalan, Puebla. C) Coronas y adornos navideños en Xochimilco, D.F. D) Collares de bellotas en Tepoztlán, Morelos. E) Ornamentos de floreros hechos con las agallas en Amecameca, Edo. Méx.
TANINOS
Además de presentar propiedades medicinales, los taninos son ampliamente utilizados en el curtido de pieles (Q. candicans, Q. conspersa, Q. crassifolia, etc.)
FIJACION DE COLORANTES
Q. crassipens en Tlaxcala.
Las hojas son utilizadas como condimento. Además, existen ciertas especies (llamadas “encinos de miel”) que son productoras de sustancias azucaradas (ligamaza) que es colectada por abejas que las almacenan en forma de miel. También la corteza es ampliamente utilizada en trabajos de peletería debido a la alta concentración de taninos que poseen (www.ine.gob.mx). Desde el punto de vista médico, algunas gentes mastican pedazos de corteza para curar y endurecer encías o calmar dolencias dentales. Mientras que en algunas regiones, las hojas son empleadas como antidiarreicos y astringentes. Los amentos de algunas especies son empleados como calmantes contra el vértigo y la epilepsia. Por último, un aspecto desagradable de los encinos es que su polen figura entre los más comunes alergenos naturales para personas altamente sensibles a las enzimas que libera el polen. Sin embargo, no se han realizado estudios para evaluar cuáles son las especies de encinos que provocan dichas alergias, lo que esto abre un campo de investigación importante en el área médica para entender los mecanismos de acción y cómo contrarrestarlos (www.ine.gob.mx).
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BOSQUE DE ENCINO Extensas superficies de terrenos antes cubiertos por encinares se emplean para la agricultura, que en la mayor parte de los casos es de temporal. Los 13 cultivos más frecuentes en estas áreas son de maíz, frijol, cebada, trigo y avena; así como de árboles frutales diversos, pero principalmente durazno, manzano y aguacate (Rzedowski, 1981). Amplias extensiones de encinares se aprovechan con fines ganaderos y con el objeto de estimular la producción de brotes tiernos de plantas herbáceas y arbustivas, en muchas partes del país se acostumbra someterlos a la acción periódica del fuego. Estos incendios se producen en el periodo más seco y caluroso del año, época en que más fácilmente se propagan y en que más falta hace el forraje para el ganado. Como en otros tipos de vegetación; también en los encinares el fuego provoca cambios en la composición y en la estructura de las comunidades; cambios que varían en su profundidad en función de la periodicidad y la fuerza del os incendios. Así, muchos de los encinares mueren por completo, bien por que no resisten los incendios, o bien por que no se reproducen los árboles dominantes y a la larga los árboles no pueden perpetuarse. Bajo este mecanismo se convierten en bosques, matorrales o zacatales secundarios, que a menudo resultan más útiles para aprovechamiento ganadero que el bosque climax mismo y por consiguiente el hombre procura no crear las condiciones propicias para su restablecimiento. Lo que sobreviene, sin embargo; en muchos casos, es que los terrenos de esta manera degradados y constantemente sometidos a pastoreo intenso pierden la capacidad de absorber y almacenar eficientemente el agua de la lluvia; el escurrimiento predomina sobre la infiltración y comienza a desencadenarse una rápida erosión del suelo y hasta de la misma roca madre; sobre todo en los casos en que ésta última es deleznable o poco consolidada (Rzedowski, 1981).
IMPORTANCIA ECOLÓGICA En Latinoamérica, se encuentran los encinos principalmente en los países del norte. La mayoría de las especies americanas se desarrollan en México, donde se encuentran aproximadamente 135 especies (Nixon, 1993). Los encinos en general tienden a desarrollarse principalmente en los bosques templados. Sin embargo, algunas especies se desarrollan en bosques y selvas tropicales y semi-tropicales y otras sobre los pastizales del interior de la República. A pesar de que se piensan que los primeros encinos en las Américas fueron especies de las trópicas áridas, la mayoría de las especies actualmente se desarrollan en las zonas templadas (Axelrod; 1983).
BOSQUE DE ENCINO Siendo un género con muchas especies comerciales o de potencial comercial, se entiende la importancia de la conservación de la diversidad genética en el grupo. 14 Hasta las especies sin ninguna utilidad aparente para el ser humano se consideran importantes contribuyentes a la tanda genética de las especies comerciales. Hibridación introgresiva, una especie de formar puentes reproductivas entre especies distintas, es un importante mecanismo de migración de genes de una especie a otra en los encinos. Se considera que la hibridación cíclica puede ser un mecanismo utilizado por grupos de plantas perennes para adaptarse a cambios climáticos cíclicos a largo plazo, y en zonas de las Américas donde el clima alterna de un extremo a otro sobre tiempo geológico, este fenómeno puede ser importante en la evolución de Quercus (Bacon,1997). Supervisores del manejo forestal saben la importancia de la selección artificial en el manejo de rodales de árboles. De hecho, la mala calidad de muchos rodales en la Sierra Madre Occidental de México ha sido atribuida a la selección artificial contra los árboles de mejor calidad y valor económico (Bacon, 1999). La aplicación de técnicas de mejoramiento genético es una técnica que puede utilizar para incrementar la calidad de poblaciones de encino, aprovechando genes ya existentes en ellas (Nixon, 1993). Aparte de su propia diversidad genética, los encinos contribuyen a la biodiversidad en los bosques, selvas y pastizales donde se desarrollan, los encinos son importantes elementos de la biodiversidad. Son hábitat y alimento para muchas especies de fauna silvestre. Algunas especies, como ciertas ardillas, guajolotes y venados, dependen de las bellotas de los encinos en ciertas temporadas. En general, los bosques de encino han sido identificados como elementos importantes para la conservación de especies de aves migratorias (Zabala, 1995). Los encinos también son importantes para la flora silvestre. Generan mucha materia orgánica, en ocasiones son de las pocas especies que se desarrollan en sitios con suelos delgados y con poca materia orgánica. Las ramas actúan como substrato para el desarrollo de variadas epifitas, como orquídeas (Orchidaceae), broméliaceas (Bromeliaceae), y muerdagos (Viscaceae). También muchas especies de insectos y otros invertebrados inhabitan el follaje, frutos, ramas y raíces de encinos. Entre los hongos, algunas especies dependen de los encinos, como las micorrhizas, y otras llevan alguna relación simbiótica distinta con plantas de este género (Bacon, 1997). Desde la visión ecológica, los encinos son proveedores de servicios ambientales, dado que : i) producen oxígeno, ii) capturan bióxido de carbono (contaminante atmosférico producido por el hombre),iii) filtran el ruido, iv) reducen la erosión del suelo, v) infiltran el agua al subsuelo, vi) regulan la temperatura atmosférica y vii) son hospederos naturales que alojan en sus cortezas, ramas, hojas y flores, a numerosos especies de ardillas, pájaros, avispas, abejas, moscas, escarabajos, orquídeas, líquenes, bromelias, helechos y plantas trepadoras. Esto hace que un
BOSQUE DE ENCINO sólo encino actúe por sí mismo como un ecosistema en miniatura, en donde los diferentes organismos y procesos ecológicos se relacionan entre sí a través de 15 diversas relaciones como la depredación, la herbivoría, la simbiosis y la reproducción. La evolución biológica y conservación de los encinos afecta de manera directa a todos los demás seres vivos que en ellos habitan (Rzedowski, 1981).
DIVERSIFICACIÓN
Los encinos han evolucionado en dos grandes áreas o centros de diversidad. El primero se localiza en el sureste de Asia, con alrededor de 125 especies, mientras que el segundo centro de diversificación se localiza en América, con cerca de 250 especies que se distribuyen desde Canadá hasta Colombia (www.ine.gob.mx). El género Quercus presenta su centro de diversificación en México, ya que de las 450 especies estimadas a nivel mundial, entre 135 y 150 se encuentran en nuestro país, y de ellas 86 se consideran endémicas (Nixon, 1988; Zavala, 1998). Los encinos representan uno de los componentes florísticos notables en diversas comunidades templadas y tropicales del país (www.ine.gob.mx). Los estados con mayor riqueza de encinos son Nuevo León, Veracruz y Oaxaca. Sin embargo, las entidades con mayor información científica sobre este tipo de plantas son Jalisco, Guerrero, México y Michoacán. De manera natural el único estado sin encinos es Quintana Roo (www.ine.gob.mx). El Eje Neovolcánico Transversal es considerada el centro de origen de numerosas especies de pinos y forma parte de lo que acaso probablemente constituye la región con mayor diversidad de especies de encinos en el Hemisferio Occidental. Los estados con mayor biodiversidad son: Oaxaca, Nuevo León, Jalisco, Chihuahua y Veracruz. •
Las especies con distribución más amplia en nuestro pías son:
Q. candicans Q. castanea Q. crassifolia
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Q. laeta Q. microphylla Q. obtusata Q. rugosa
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También penetran en regiones de clima caliente, no faltan en las regiones húmedas y aún existe en las semiáridas. Los encinares, además de presentarse como la vegetación dominante, a menudo puede verse asociada a Pinus, Abies, Alnus, Arbutus, Buddleia, Cercocarpus, Crataegus, Cupressus, Fraxinus, Garrya, Juglans, Juniperus, Pinus, Platanus, Populus, Prunus, Pseudotsuga y Salix . En el centro y sur del país se asocian con Clethra, Cornus, Ilex, Oreopanax, Styrax, Symplocos, Xylosma. Pinus - Quercus Abies - Quercus • • •
En los encinales las epifitas más comunes son: Plypodium, Tillandsia, Catopsis, Peperomia, Laelia, Epidendrum, Oncidium y Odontoglossum. Trepadoras: Clematis, Smilax, Rhus, Archibaccharis, Parthenocissus, Solanum, Vitis y Rubus . Los géneros de hongos más comunes son: Amanita, Russula, Lactarius, Craterellus, Helvella, Morchella, Omphalotus, Stobilomyces, Astraeus, Armillariella, Boletus, Hydnum, Clavaria.
TREPADORAS ASOCIADAS A QUERCUS
HONGOS ASOCIADAS A QUERCUS
EPÍFITAS ASOCIADAS A QUERCUS
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DIVISIÓN DEL GÉNERO
El género Quercus pertenece a la familia Fagaceae y de acuerdo con sus características morfológicas, Trelease (1994) los divide en seis subgéneros, tres de los cuales vegetan en México: Leucobalanus o encinos blancos, Erythrobaluso encinos rojos y Protobalanus o encinos negros. Tanto las especies de los encinos blancos como las de los encinos rojos, se encuentran ampliamente distribuidas en México, con alrededor de 57 para los blancos y 54 para los rojos. Los encinos negros, están restringidos al Norte de Baja California y Norte de Sonora, con cuatro especies, una de ellas arbórea (Aguilar et. al., 1999).
COMPOSICIÓN FLORISTICA/ASOCIACIONES VEGETALES
En la gran mayoría de los encinares predominan ampliamente en número de especies las plantas herbáceas sobre las leñosas aunque esta desproporción se atenúa en los climas más húmedos y se invierte en los francamente cálidos. Las Compositae están por lo común muy bien representadas y en regiones de clima fresco componen 15 a 20% de la flora a nivel de género, les siguen en importancia las Gramineae, per la participación de ambas familias también disminuye con el aumento de la humedad y de la temperatura (Rzedowski, 1981). A semejanza de la mayor parte de los pinares de otras comunidades propias de clima templado y frío en México, los encinares presentan en su composición
BOSQUE DE ENCINO florística una mezcla de elementos neotropicales y holárticos en partes más o menos equivalentes y con participación un poco menos significativa de géneros 18 autóctonos. La proporción de los segundos aumenta en general de sur a norte y según aumenta la altitud, mientras que los primeros se comportan exactamente al revés de la importancia de los terceros se intensifica con el incremente de la aridez. Son muy notables los bosques de Quercus de clima caliente, en los cuales prevalecen en forma casi absoluta los elementos neotropicales a pesar de que los árboles dominantes son de afinidad boreal. La flora de los encinares es por lo general rica en endemismos a nivel de especie, aunque la gran mayoría de los géneros tienen una distribución relativamente vasta que trasciende ampliamente los límites del país (Rzedowski, 1981). Como es bien sabido, los bosques de Quercus están muy difundidos en el Hemisferio Boreal y en América encuentran su límite sur en Colombia. Los encinares mexicanos son muy parecidos florísticamente y ecológicamente a los existentes en Guatemala y en algunas otras porciones de América Central. Asimismo los que se desarrollan en la parte septentrional de la Sierra Madre Occidental guardan semejanzas con los existentes en el Nuevo México y en Arizona, aun cuando muchos elementos de afinidad austral desaparecen pronto al ir avanzando de la frontera internacional hacia el norte (Rzedowski, 1981). Los encinares pueden presentarse como bosques puros, dominados por una o varias especies de Quercus. Más frecuentemente, sin embargo, admiten en su composición otros árboles diversos, de los cuales los encontrados más a menudo son: Abies, *Alnus, Arbutus, *Buddleia, Cercocapus, Crataegus, Cupressus, *Fraxinus,*Garrya, Juglans, Juniperus, Punis,*Platanus,*Populus,*Prunus, Pseudotsuga y *Salix, siendo los marcados con * más característicos de arroyos, fondos de cañadas o hábitats similares (Rzedowski, 1981). En los encinares más húmedos, propios sobre todo del centro y sur de México, a menudo también se encuentran árboles de otros géneros, como por ejemplo, Clethra, Cornus, Ilex, Oreopanax, Sturax, Symplocus, Xylosma, etc. El número de especies de arbustos y de plantas herbáceas que participan en la composición de los diferentes encinares de México es muy grande entre las familias de plantas vasculares mejor representadas en el sotobosque de los encinares pueden citarse: Compositae, Gramineae, Leguminosae, Labiatae, Euphorbiaceae,Rosaceae,Onagraceae,Umbelliferae,Scrophulariaceae,Commelina ceae, Rubiaceae, Pteridaceae, Cyperaceae (Rzedowski, 1981).
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AMENAZAS Y RETOS PARA
SU CONSERVACIÓN
Los encinos constituyen importantes especies forestales que, tanto en lo económico como en lo ecológico, son de gran utilidad. Sin embargo, aún no se han desarrollado programas integrales que permitan planificar su manejo y aprovechamiento, objetivo apremiante si se tiene en cuenta que la mitad de los 50 millones de hectáreas de bosques templados que tenía México (hábitat por excelencia de los encinos), se han transformado en pastizales, huertos y campos de cultivo (www.ine.gob.mx).
La principal consecuencia de esto es la desaparición parcial o total de ecosistemas, lo que provocará la extinción de especies vegetales y animales, así como de la pérdida de los bienes y servicios ambientales que proporcionan los encinos y que son vitales para la subsistencia humana. Lo anterior demuestra la necesidad para generar información básica sobre los encinos, y a partir de ésta poder implementar adecuados programas de uso y manejo que aseguren en forma paralela, en el mediano y largo plazo, su conservación y su aprovechamiento sustentable (www.ine.gob.mx).
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Visitas guiadas - “BOSQUE DE QUERCUS”
Los bosques de Quercus o encinares son comunidades vegetales muy características de las zonas montañosas de México. De hecho, junto con los pinares constituyen la mayor parte de la cubierta vegetal de áreas de clima templado y semihúmedo. Su altura varía entre 2 y 30 m, alcanzando en ocasiones hasta 50 m. Varían de totalmente caducifolios a totalmente perennifolios. Pueden formar masas puras, pero es más frecuente que estén asociados a varias especies del mismo género y/o pinares, así como de otros árboles. Se conocen encinares de todos los estados y territorios de la República, excepción hecha de Yucatán y Quintana Roo. Respecto a su aprovechamiento, cabe observar que los encinares mexicanos son en general bastante explotados a escala local, pero muy poco a nivel industrial. Algunos usos frecuentes son: 1) las hojas son utilizadas como condimento, 2) algunas especies (llamadas “encinos de miel”) son productoras de sustancias azucaradas (ligamaza) que es colectada por abejas que las almacenan en forma de miel, 3) la corteza es ampliamente utilizada en trabajos de peletería debido a la alta concentración de taninos que poseen, 4) algunas gentes mastican pedazos de corteza para curar y endurecer encías o calmar dolencias dentales. Los encinos han evolucionado en dos grandes áreas o centros de diversidad. El primero se localiza en el sureste de Asia, con alrededor de 125 especies, mientras que el segundo centro de diversificación se localiza en América, con cerca de 250 especies que se distribuyen desde Canadá hasta Colombia. El género Quercus presenta su centro de diversificación en México, ya que de las 450 especies estimadas a nivel mundial, entre 135 y 150 se encuentran en nuestro país, y de ellas 86 se consideran endémicas. Los estados con mayor riqueza de encinos son Nuevo León, Veracruz y Oaxaca. Sin embargo, las entidades con mayor información científica sobre este tipo de
BOSQUE DE ENCINO plantas son Jalisco, Guerrero, México y Michoacán. De manera natural el único 21 estado sin encinos es Quintana Roo.
El género Quercus pertenece a la familia Fagaceae y de acuerdo con sus características morfológicas, Trelease (1994) los divide en seis subgéneros, tres de los cuales vegetan en México: Leucobalanus o encinos blancos, Erythrobaluso encinos rojos y Protobalanus o encinos negros.
Los encinos constituyen importantes especies forestales que, tanto en lo económico como en lo ecológico, son de gran utilidad. Sin embargo, aún no se han desarrollado programas integrales que permitan planificar su manejo y aprovechamiento, objetivo apremiante si se tiene en cuenta que la mitad de los 50 millones de hectáreas de bosques templados que tenía México (hábitat por excelencia de los encinos), se han transformado en pastizales, huertos y campos de cultivo. La principal consecuencia de esto es la desaparición parcial o total de ecosistemas, lo que provocará la extinción de especies vegetales y animales, así como de la pérdida de los bienes y servicios ambientales que proporcionan los encinos y que son vitales para la subsistencia humana. Lo anterior demuestra la necesidad para generar información básica sobre los encinos, y a partir de ésta poder implementar adecuados programas de uso y manejo que aseguren en forma paralela, en el mediano y largo plazo, su conservación y su aprovechamiento sustentable.
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