BASES TÉCNICAS PROGRAMA DE PROTECCIÓN ESPECIALIZADA EN REINSERCIÓN EDUCATIVA
PROGRAMA VIDA NUEVA
Servicio Nacional de Menores Departamento de Protección de Derechos Agosto de 2011
Tabla de Contenidos 1. Antecedentes Generales. ..................................................................................................................... 3 2. Objetivos. .................................................................................................................................................. 5 2.1. Objetivo General ........................................................................................................................ 5 2.2. Objetivos Específicos .............................................................................................................. 5 2.3. Resultados intermedios......................................................................................................... 5 2.4. Resultados finales .................................................................................................................... 5 3. Sujeto de Atención ................................................................................................................................. 6 4. Cobertura y Focalización Territorial ................................................................................................. 6 5. Marco conceptual .................................................................................................................................... 6 5.1. La educación como derecho; la desescolarización como vulneración. ...... 6 5.2. Factores que inciden en el proceso de desescolarización. ............................... 7 5.3. La escuela como espacio formativo, de socialización y construcción de identidad. ................................................................................................................................................. 7 5.4. El desarrollo de estrategias de intervención basadas en el respeto, la participación y el apoyo entre pares. ...................................................................................... 8 6. Criterios Metodológicos. Fases del proceso de atención. ........................................................ 8 7. Enfoque de Género ...............................................................................................................................11 8. Conformación del Equipo de Trabajo y descripción de Funciones ......................................12 9. Sobre los Recursos Materiales ..........................................................................................................13 9.1. Respecto del Inmueble de Funcionamiento .............................................................13 9.2. Respecto del equipamiento. ..............................................................................................13 Documento Adjunto Nº 1. “Antecedentes Generales sobre el Programa de Seguridad Integrada: 24 Horas (PSI: 24 Horas)” ...............................................................................................14 Documento Adjunto Nº 2: “Bases Técnicas del Programa de Intervención Integral Especializada (PIE)” ...................................................................................................................................16 Documento Adjunto Nº 3. Proyectos Pie 24 Horas en el Marco del Programa Vida Nueva ...........................................................................................................................................................................28
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1. Antecedentes Generales. Las presentes Bases Técnicas se enmarcan dentro de los compromisos establecidos para la implementación del Programa “Vida Nueva”. Dicho Programa es una iniciativa intersectorial que tiene como objetivo general contribuir a la superación de las situaciones de vulneración y/o a la interrupción de conductas transgresoras1 en niños, niñas y adolescentes derivados del Programa de Seguridad Integrada 24 Horas (en adelante “PSI 24 Horas”) en ocho comunas de la Región Metropolitana (La Pintana, La Granja, La Florida, Lo Espejo, Recoleta, Peñalolén, Puente Alto y Pudahuel), dentro de las cuales es posible distinguir sectores o localidades a ser focalizados por sus condiciones de vulnerabilidad y comprende el desarrollo de 3 áreas de trabajo, a saber: Tabla Nº 1. Descripción de componentes del Programa Vida Nueva. Áreas de Trabajo 1.Fortalecimiento de la oferta comunal, de primera respuesta, encargada de la derivación, seguimiento y retroalimentación del PSI: 24 horas 2. Fortalecimiento de la oferta comunal de atención de a niños/as y adolescentes en situaciones de baja y mediana complejidad. 3. Fortalecimiento de la oferta comunal de intervención especializada en prevención de las violencias y el delito.
Descripción Implementación en las 8 comunas un Equipo Comunal de Gestión de Casos. Este equipo incorporará instrumentos de evaluación diagnóstica para la población de niños, niñas y adolescentes que son sujetos de atención de este programa. Lo anterior, permitirá establecer diagnósticos comunes y posibles de conocer por todos los equipos que intervengan en los casos, así como favorecer que los procesos de derivación a los programas de la red comunal sean pertinentes caso a caso. Comprende la ampliación de plazas en proyectos PIB y OPD de las comunas seleccionadas, orientados a intervención en situaciones de mediana y baja complejidad detectados a través del PSI 24 Horas, así como la licitación de proyectos focalizados en estas situaciones en aquellas comunas que no cuentan con dicha oferta. Puesta en marcha de proyectos de atención especializada (PIE) para población infanto-adolescente en situaciones de alta complejidad2 provenientes del PSI 24 Horas focalizados en aquellos sectores de mayor vulnerabilidad de acuerdo a información proveniente del PSI. Además, en forma complementaria a los proyectos, se contará con un dispositivo de intervención para niños/as y adolescentes que presenten consumo abusivo y dependencia a drogas y aquellos con severos problemas de salud mental. El componente también incluye un proyecto de reinserción educativa por cada comuna focalizada.
La presente licitación responde al primer componente de este Programa, que se orienta a dar respuesta al problema de la presencia de población infanto-adolescente que ingresa a las listas del PSI: 24 Horas por conductas transgresoras -de las cuales algunas pueden quedar fuera del ámbito de acción de la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente- muchas veces además alternadas con situaciones de vulneración de derechos; de este modo, se ha establecido la implementación de proyectos PIE especializados en la prevención de la violencia y el delito en focos de vulnerabilidad ya identificados en cada una de las 8 comunas priorizadas, a través de información
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Optamos por referirnos a conductas transgresoras como un concepto más amplio que el de infracción, en la medida que permite incorporar ilícitos cometidos por menores de 14 años, así como otras prácticas que sin caer en una categoría de infracción en lo legal, si resultan contrarias a normas sociales de convivencia, trasgrediendo o vulnerando los derechos de otros. 2 La noción de Complejidad corresponde a una manera de ordenar y categorizar las situaciones de vulneración de derechos que afectan a niños/as y adolescentes y al nivel de especialización que se requiere para abordarlas. Se ha establecido una clasificación en tres niveles de complejidad, a saber: a) Nivel de Baja Complejidad: Presencia de situaciones y/o conductas que se constituyen en señales de alerta a considerar, pero que no provocan un daño evidente en niños/as y adolescentes en lo que al ejercicio de sus derechos se refiere; b) Nivel de Mediana Complejidad: Presencia de situaciones y/o conductas que se constituyen en evidentes señales de alerta de cronificación de vulneraciones de derechos ya presentes, que provocan daño y/o amenazan los derechos de niños/as y adolescentes y que se manifiestan en diversos ámbitos de la vida de éstos ya sea a nivel personal, familiar y/o socio-comunitario; c) Nivel de Alta Complejidad: Presencia de situaciones y/o conductas que provocan un grave daño a la integridad física y/o psicológica de niños/as y adolescentes.
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otorgada por las listas del PSI.3 Dichos proyectos se orientan a otorgar especial atención a aquellos menores de edad en situaciones de alta complejidad, particularmente a quienes se han involucrado en prácticas trasgresoras 4, por lo que han sido ingresados a Unidades Policiales, y que forman parte de las listas emitidas a través del “Programa de Seguridad Integrada: 24 Horas” 5, por Carabineros de Chile. Desde los procesos de sistematización y evaluación de la modalidad PIE, se ha identificado que en un porcentaje significativo –cercano al 40%- se trata de niños, niñas y adolescentes fuera del sistema escolar. Esta situación, a su vez, se ha planteado como una vulneración de derecho difícil de restituir, tanto por la falta de oferta especializada en reinserción educativa, como por los daños asociados a dicha vulneración en la población desescolarizada, especialmente en casos de niños, niñas y adolescentes con mayor cantidad de años de rezago escolar. Por otra parte, junto con constituir una situación de vulneración que atenta contra las posibilidades efectivas de integración social de niños, niñas y adolescentes, la desescolarización ha sido reconocida como un importante factor de riesgo para el aumento en los niveles de exclusión social, así como para el inicio y mantención de conductas transgresoras y conflictos con la justicia. Ante ello, se ha planteado como un eje de intervención prioritario en la implementación del Programa, el desarrollo de dispositivos especializados de intervención orientados a contribuir a la reinserción educativa de niños, niñas y adolescentes, a través de estrategias de intervención con un eje pedagógico relevante, complementarias a la intervención desarrolladas por cada PIE territorial. La ejecución de los proyectos de reinserción educativa debe ser desarrollada por organismos colaboradores acreditados de SENAME que tengan experiencia en trabajo con niños, niñas y/o adolescentes que presentan débil adhesión al sistema escolar o que efectivamente lo han abandonado. A su vez, debe ajustarse a cuatro elementos centrales: 1. Vía de Ingreso. Se contempla una coordinación exclusiva -en términos de vías de ingreso- con los Proyectos PIE Vida Nueva implementados en la comuna de La Florida como parte del Programa (y por tanto, con niños, niñas y adolescentes provenientes del “Programa de Seguridad Integrada para Niños, Niñas y Adolescentes: 24 Horas”, de Carabineros de Chile). 2. Focalización Barrial. Su focalización territorial se ajustará a los territorios donde intervienen los Proyectos PIE Vida Nueva implementados en la comuna respectiva. 3. Asesoría Técnica y Control de Gestión. Su incorporación como parte de un conjunto de proyectos asociados a la implementación de un proceso específico de asesoría técnica y control de gestión orientado a la validación de un modelo de gestión del PSI: 24 Horas a nivel local. Ello implicará la generación periódica de información cualitativa y cuantitativa sobre procesos y resultados de intervención, como parte de un componente del Programa Vida Nueva, de acuerdo a los requerimientos de los equipos de asesoría y control de gestión. 4. Articulación con otros proyectos y servicios implementados especialmente en el marco del programa. En la medida que se contempla como intervención complementaria a los proyectos PIE de la comuna respectiva, el desarrollo de sus procesos de atención -del mismo modo que su registro- pasa por una articulación técnica y administrativa permanente con dichos proyectos, lo que deberá traducirse en el diseño de Planes de Intervención Individuales Únicos y en el desarrollo periódico de reuniones clínicas y técnicas conjuntas. Además, dado que como parte del Programa se contempla también la implementación de proyectos comunales de intervención especializada en niños, niñas y adolescentes con consumo problemático de drogas, complementarios a los PIE de la comuna, los procesos de coordinación 3
Se entiende como focos de vulnerabilidad sectores específicos al interior de la comuna donde tiende a concentrarse mayoritariamente la residencia de los niños, niñas y adolescentes ingresados a Unidades Policiales por vulneración de derechos y/o infracción de normas. 4 Se opta por el uso del término prácticas transgresoras como aquellas que, más allá de constituirse o no en delitos, transgreden normas sociales y/o vulneran los derechos de otros/as. 5 Mayores detalles sobre este programa en documento adjunto “Antecedentes Generales sobre el Programa de Seguridad Integrada: 24 Horas (PSI: 24 Horas)”.
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deberán considerar la articulación con ellos. Por último, también se contará con fondos para el financiamiento de 6 camas de atención hospitalaria de corta estadía frente a requerimientos de salud mental para aquellos casos que lo requieran. 2. Objetivos. 2.1. Objetivo General Contribuir a la reinserción educativa de niños, niñas y adolescentes con al menos un año de desescolarización atendidos por los proyectos PIE 24 Horas que forman parte del Programa Vida Nueva. 2.2. Objetivos Específicos -
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Promover la reinserción y permanencia en el sistema educacional formal (básica, media, adultos) de niños, niñas y adolescentes con al menos un año de desescolarización. Promover la inserción y permanencia en instancias alternativas de educación en el ámbito laboral en población adolescente mayor de 15 años, con al menos un año de desescolarización. Brindar apoyo pedagógico orientado a la nivelación de estudios, a través de otras alternativas educativas. Fortalecer en los niños, niñas y adolescentes atendidos el sentido de la escuela como espacio formativo y de integración social. Favorecer en los niños, niñas y adolescentes atendidos competencias básicas en matemáticas y lecto-escritura para facilitar el aprendizaje escolar. Promover la participación familiar en procesos de reinserción educativa y/o capacitación laboral.
2.3. Resultados intermedios6 -
60% de los niños, niñas y adolescentes atendidos valora el sentido de la escuela como espacio formativo y de integración social. 40% de los niños, niñas y adolescentes atendidos/as avanzan en sus competencias educativas en áreas de lectoescritura y operaciones matemáticas. 40% de familias formalizan su apoyo al proceso de intervención para la reinserción educativa. Desarrollo de planes de trabajo orientados a la integración de los/as niños, niñas y adolescentes atendidos/as, con al menos una alternativa educativa formal y/o de capacitación correspondientes a la comuna.
2.4. Resultados finales -
40% de niños, niñas y adolescentes atendidos/as que lo requiere, se reintegra en el sistema escolar formal. 40% de niños, niñas y adolescentes atendidos/as que lo requiere, se integra a una instancia de formación ligada al área laboral. 40% de niños, niñas y adolescentes atendidos/as que lo requiere, se integra a otra alternativa educativa de nivelación de estudios.
La distinción de resultados intermedios y finales podrá resultar de utilidad, en el contexto de la duración de los proyectos y sus posibilidades de prórroga, y su relación con la duración de los procesos de intervención, los que pudiesen resultar mayores al período de ejecución inicial de los proyectos. Por otra parte, dados los porcentajes de logro establecidos, deberá considerarse como posibilidad que una proporción de la población atendida no se integre a alternativas de educación formal o no formal a nivel local, por lo que podría mantenerse en el mismo proyecto como instancia de desarrollo de competencias educativas y nivelación de estudios.
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Los resultados refieren a aquellos esperados al finalizar el proceso de intervención.
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Por otra parte, el Programa contempla el seguimiento de la permanencia de los niños, niñas y adolescentes en las alternativas educativas consideradas con posterioridad al egreso del proyecto, así como la disminución de los niveles de rezago escolar en aquella población incorporada a alternativas educativas formales (exceptuando las de formación laboral). 3. Sujeto de Atención El proyecto trabajará con niños, niñas y adolescentes menores de 18 años derivados exclusivamente por los proyectos PIE implementados en la Comuna de La Florida, en el marco del Programa Vida Nueva indicado en el Anexo Nº 1 “Focalización y Cobertura”, que se encuentren a la fecha fuera del sistema escolar, priorizando en aquel segmento de la población con más de 1 año de desescolarización. 4. Cobertura y Focalización Territorial El proyecto contempla una cobertura comunal de 40 plazas, vinculadas a los territorios focalizados por los proyectos PIE Vida Nueva implementados como parte del Programa en la comuna de la Florida. 5. Marco conceptual 5.1. La educación como derecho; la desescolarización como vulneración. La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), ratificada por Chile el 14 de agosto de 1990, establece en su artículo 28 el derecho de todo niño y niña a la educación, así como el desarrollo de acciones tendientes a lograr la igualdad de oportunidades en el ejercicio de dicho derecho. Si bien la CDN hace hincapié en la obligatoriedad y gratuidad de la Educación Básica, la Ley Nº 19.876 del 22 de mayo de 2003, hace extensiva esta condición a la Educación Media. Desde un enfoque de derechos y, en consideración al marco jurídico vigente, el acceso a la educación tanto básica como media constituye un derecho formalmente garantizado por el Estado. No obstante, el adecuado ejercicio de dicho derecho muestra disparidades significativas entre distintos segmentos de la población infantoadolescente. Aún así, la marginación de niños, niñas y especialmente adolescentes del sistema escolar, tiende a aparecer públicamente como una decisión personal o, a lo sumo, familiar. En otras palabras, como niños, niñas que abandonan o desertan de la escuela. Desde un enfoque de derechos, en cambio, la marginación del sistema escolar aparece, en primer término, como un proceso de orígenes bastante anteriores al distanciamiento efectivo de la escuela y, en segundo término, como un proceso que implica directamente a la escuela como garante de los derechos de los niños y niñas. En este sentido, más que hablar de “niños que abandonan escuelas”, resulta apropiado hablar de procesos de desencuentro de expectativas, sentidos y prácticas entre la escuela como institución y los niños, niñas y adolescentes (así como sus familias) como sujetos hacia quienes ésta se orienta. Las implicancias de este proceso, a su vez, obstaculizan otros ámbitos de integración y desarrollo social (por ejemplo, en términos de relaciones de pares, relaciones familiares y proyecciones laborales), acentuando procesos de exclusión social y vulneración de derechos. Así, se observa una incidencia significativa de población desescolarizada o con importantes niveles de rezago escolar entre los adolescentes privados de libertad bajo el sistema de responsabilidad penal adolescente 7. Más allá de establecer relaciones causales, lo que resulta relevante es dar cuenta de la presencia simultánea de ambas situaciones –conductas transgresoras y desescolarización-, en que la segunda es reconocida abiertamente como un factor de riesgo que debe necesariamente ser atendido.
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Sename (2007), “Bases Técnicas. Proyectos de Reescolarización para Adolescentes Privados de Libertad”
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5.2. Factores que inciden en el proceso de desescolarización. Se ha descrito que los mayores riesgos de desescolarización se encuentran en el paso entre la Educación Básica y la Educación Media, particularmente en los sectores pobres.8 A su vez, ya se ha planteado que los procesos de desvinculación del sistema educativo traen aparejados procesos de exclusión y vulneración y a futuro limitan el acceso, entre otros, a un trabajo decente9. Es importante establecer que este proceso es paulatino; comienza con conductas como asistencia intermitente al espacio escuela, lo que termina por generar la perdida del año escolar, por ende el rezago y posteriormente la desvinculación. Este proceso a su vez se ve agravado por el hecho de que si un estudiante no participa periódica y sistemáticamente del proceso formativo, pierde la oportunidad de adquirir los conocimientos y habilidades que le permitirán continuar su proceso de manera satisfactoria. Entre los factores que incidirían en la desvinculación de niños, niñas y adolescentes del sistema escolar tienden a destacarse los problemas familiares, de rendimiento y la presencia de problemas conductuales al interior de la escuela. Estos últimos, a su vez, pueden ser comprendidos como prácticas desviadas en relación a las normas escolares, pero generalmente ajustadas a marcos normativos de formas particulares de asociatividad juvenil. Entendiendo ambas situaciones como problemas relacionales en el contexto escolar, las acciones desarrolladas al interior de las escuelas pueden muchas veces acentuar el problema, así como a través de relaciones estigmatizantes fortalecer procesos identitarios desde el lugar de la marginación del sistema escolar, favoreciendo la desescolarización.10 Por otra parte, se ha observado que la presencia de familias con escasos niveles de escolarización formal puede incidir de manera significativa en procesos de desescolarización de los niños, niñas y adolescentes, tanto por el lugar que la familia puede ocupar en procesos de apoyo pedagógico como fundamentalmente en la construcción de sentidos de la permanencia escolar, del aprendizaje en la escuela o de expectativas de vida asociadas a la continuidad de los estudios.11 El reconocimiento de estos factores asociados a la desescolarización otorga luces respecto de aspectos centrales a considerar en los procesos de intervención con los niños, niñas y adolescentes, con las familias, y con las escuelas vinculadas transversalmente con el ámbito pedagógico. 5.3. La escuela como espacio formativo, de socialización y construcción de identidad. La desescolarización puede comprenderse tanto como experiencia y como proceso; como experiencia, en la medida que refiere a vivencias que les ocurren a niños, niñas y adolescentes, y que son sentidas y significadas de modos particulares. Como proceso, en cuanto, no pueden ser entendidas como situaciones aisladas, sino como modos de interacción particular –y muchas veces recurrente- entre un sujeto y una institución representada en sus múltiples actores (profesores/as, auxiliares, inspectores/as, directivos/as, pares, apoderados/as) que favorecen la construcción de ciertos sentidos y significaciones y no otros: por ejemplo, la construcción del fracaso escolar, de la responsabilidad individual y familiar en dicho fracaso, y de construcciones de identidad en base a atributos negativos (irresponsabilidad, ejercicio de violencia, falta de respeto a las normas, falta de capacidades y habilidades intelectuales, por ejemplo). Cada una de estas construcciones, a su vez, se puede ver reforzada en la medida que la escuela aparece significada de manera generalizada como el espacio formativo fundamental en procesos de desarrollo, integración y movilidad social. La 8
Plataforma Educativa MERCOSUR (2009), “Informe Final. Experiencias Educativas de Segunda Oportunidad. Investigación Iluminativa. Plataforma Educativa MERCOSUR Chile-Uruguay”. 9 Trabajo decente, implica entre otros, mejores perspectivas para el desarrollo personal y la integración social. Ver en Agenda Hemisférica: Vinculaciones entre trabajo infantil y trabajo decente. OIT. 10 Esterle, M. (2005), “Prevención y Tratamiento del Absentismo y de la Desescolarización en Francia: Experiencias y Nuevas Formas de Actuar”, en REICE – Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, 2005, Vol. 3, Nº 1. http://ice.deusto.es/rinace/reice/vol3n1_e/Esterle.pdf 11 Plataforma Educativa MERCOSUR (2009).
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desescolarización, por tanto, puede resultar significada como un cierre precoz en la vida del sujeto a estas posibilidades, reforzando procesos de exclusión y marginación. Así, la escuela finalmente aparece vivenciada en dos dimensiones simultáneas: como un espacio de desarrollo y de ejercicio de derechos y como un espacio que vulnera e interrumpe posibilidades de desarrollo. En este escenario, la generación de alternativas de reinserción educativa requiere de un proceso de apoyo permanente a los niños, niñas y adolescentes participantes, que permita favorecer una recuperación de expectativas de integración al mismo tiempo que revierta los daños asociados a los procesos de desescolarización en sus construcciones de identidad y sus manifestaciones comportamentales. Para ello, resulta importante que la escuela –así como otras alternativas educativas- pueda ser resignificada como una oportunidad para el desarrollo, así como el sujeto, como un ser capaz de afrontar los desafíos educativos y formativos que estas alternativas educativas proponen. 5.4. El desarrollo de estrategias de intervención basadas en el respeto, la participación y el apoyo entre pares. La evaluación de iniciativas de experiencias de segunda oportunidad educativa12, reconoce entre las prácticas eficaces para la reinserción educativa el desarrollo de una pedagogía comunitaria basada en relaciones de respeto entre estudiantes y profesores, así como el uso de saberes previos de los estudiantes como recurso didáctico. La generación de relaciones basadas en el respeto, la paciencia y la flexibilidad contribuyen a una resignificación de la escuela y a la valorización de la experiencia de reescolarización, especialmente cuando la escuela ha sido representada por los niños, niñas y adolescentes como un espacio vulnerador. Por otra parte, es procedente suponer que si la experiencia escolar ha estado marcada por la estigmatización y la exclusión, la revaloración de una experiencia educativa pasa por el diseño de acciones inclusivas, situando la participación tanto como un derecho a garantizar, así como una estrategia orientada a la restitución de derechos vulnerados. Un eje claro donde rescatar procesos participativos está en el establecimiento de normas de convivencia que encuadren el trabajo educativo, de una manera distinta a la imposición de límites como normas disciplinarias a acatar. A través de este tipo de estrategias, a su vez, los pares pueden mantener su lugar relevante como soportes en los procesos educativos y de construcción alternativa de identidad. 6. Criterios Metodológicos. Fases del proceso de atención. a. Instalación de los proyectos El proyecto a implementar debe considerar desde un inicio acciones fundamentales de coordinación con los proyectos PIE instalados en la comuna como parte del Programa, en la medida que los procesos de derivación e intervención los implican directamente. Este trabajo conjunto deberá orientarse como mínimo a acordar mecanismos de coordinación permanente que articulen lo psicosocial con lo pedagógico, ambos componentes de un plan de intervención compartido, que definan responsabilidades y complementariedad de ambos equipos en el proceso de reinserción, criterios de derivación de PIE al proyecto, utilización de espacios para la intervención e instrumentos comunes (formatos de planes de trabajo, de derivación y seguimiento, criterios de egreso, etc.). Por otra parte y, dadas las limitaciones temporales de la implementación del proyecto, resulta prioritaria desde esta fase la coordinación con oficinas, programas y servicios vinculados al ámbito educativo (Corporación Municipal de Educación, Escuelas, Centros Integrados de Educación de Adultos, Departamento Provincial de Educación) que favorezca desde el inicio de los procesos de intervención con niños, niñas y adolescentes, el involucramiento activo de las alternativas educativas que correspondan tanto para los procesos de nivelación escolar como para el acompañamiento en posteriores procesos de reinserción educativa. Ello, en tanto a 12
Ídem ant.
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partir de la evaluación de iniciativas de segunda oportunidad educativa se sugiere que éstas se desarrollen idealmente al interior de las dependencias de establecimientos educacionales, y en coordinación con éstos, permitiendo una paulatina integración al sistema educativo.13 b. Ingreso y Diagnóstico Pedagógico. En esta fase deberá considerarse la recopilación de antecedentes sobre la trayectoria educativa del niño, niña o adolescente, antecedentes educativos familiares y la percepción de éstos respecto de la oportunidad de reinserción educativa. Del mismo modo, se hace fundamental una evaluación psicopedagógica, que permita determinar niveles de aprendizajes previos y competencias educativas –especialmente en subsectores de lenguaje y matemáticas-, así como factores a nivel individual, familiar y social que podrían incidir en procesos de nivelación escolar y reinserción educativa. Estos antecedentes resultarán de gran relevancia para establecer el proceso de intervención, así como desde un inicio la coordinación con las alternativas educativas más apropiadas para procesos de reinserción y acompañamiento.14 En el proceso de evaluación de ingreso dos aspectos de importancia a considerar serán el nivel de desfase escolar y de tiempo de desescolarización que presente el niño, niña o adolescente. Estos aspectos permitirán priorizar aquellos casos que requieran de manera especial procesos de acompañamiento complementarios al PIE, así como establecerse objetivos de intervención diferenciados, por ejemplo, frente a población con alto absentismo y desescolarización inferior a un año. De manera preliminar, no obstante, se define como población prioritaria de atención aquella con al menos 1 año de desescolarización. En el caso de población atendida por PIE que presente interacción conflictiva con la escuela y desfase escolar, pero que se encuentre escolarizada, no deberá ser incorporada. En su lugar, se espera el desarrollo de procesos de apoyo al equipo de intervención del PIE para el diseño e implementación de estrategias de intervención y acompañamiento -en coordinación con las escuelas correspondientesorientadas a favorecer la permanencia en el sistema escolar y prevenir el abandono. Ello, sin necesidad de incorporación del niño o niña al proyecto de apoyo educativo. c. Diseño e implementación de Planes de Intervención Como se señalara en puntos anteriores, el diseño de estrategias de intervención por el proyecto debe ser considerado como parte de Plan de Intervención Único encabezado por el proyecto PIE respectivo –y elaborado a su vez en conjunto con los propios/as usuarios/as- en que el proyecto de apoyo educativo brindará un conjunto de prestaciones complementarias y focalizadas. El diseño de estas estrategias debiese considerar al menos los siguientes aspectos:
El diseño e implementación de rutas de aprendizaje. Ello implica la planificación del proceso pedagógico, en términos de objetivos, secuencia de contenidos y actividades a realizar para el desarrollo de las competencias educativas. El desarrollo de estrategias pedagógicas en torno a saberes previos y necesidades de aprendizaje. Ello lleva a la base la centralidad del sujeto de atención traducida en su participación en el diseño de los procesos de intervención educativa, y la articulación entre el sujeto y sus necesidades, con el ámbito educativo y sus expectativas. El desarrollo de estas estrategias debe considerar un trabajo individualizado e idealmente en grupos pequeños y diferenciados de acuerdo al diagnóstico realizado a cada uno/a respecto de sus niveles de aprendizaje (grupos nivel), centrado en competencias educativas principalmente en lenguaje y matemáticas. Diseño de material didáctico. Resulta fundamental la elaboración de material didáctico que responda a los diagnósticos pedagógicos realizados y a las estrategias establecidas en los planes de intervención. Dicho material, a su vez,
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Ídem ant. Acción que implicará proponer y desarrollar estrategias complementarias para el trabajo directo con los establecimientos educativos. 14
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deberá considerar aspectos referidos a desarrollo evolutivo, género, así como factores sociales y culturales presentes en la población a atender. La integración de metodologías pedagógicas: implica la articulación de distintos tipos de acciones pedagógicas15 como talleres pedagógicos para la nivelación de estudios, talleres pedagógicos para apoyo y seguimiento de niños y niñas re-insertos/as, acompañamiento en la transición entre proyecto y escuelas en lo metodológico y talleres y actividades extraprogramáticas. También implicará el desarrollo de acciones que mejoren las expectativas de autoeficacia de los/as participantes, específicamente en el ámbito de sus capacidades de aprendizaje (como por ejemplo, adecuación a los ritmos y estilos cognitivos que tiendan a garantizar resultados de aprendizaje observables para los propios participantes), procesos de autonomía progresiva (desde el control externo al autocontrol, incluyendo, por ejemplo la definición de posibilidades de trayectorias educativas futuras, la generación de grupos de estudio o tutorías entre pares y la inclusión de procesos de autoevaluación de los aprendizajes). Además es necesario que los espacios educativos generen climas de pertenencia y seguridad en reemplazo de espacios de seguridad perdidos en el transcurso de las vulneraciones de derechos o de experiencias educativas anteriores. La articulación entre la acción pedagógica desarrollada por el proyecto y la intervención socioeducativa realizada por el PIE. Dicha articulación permitiría, por ejemplo, considerar el contexto educativo de la intervención del proyecto como uno de los escenarios para el desarrollo de habilidades sociales implementado por el PIE y su necesario refuerzo desde el contexto educativo. Por otra parte, el foco del PIE en la intervención desde un sistema tutorial intensivo y estructurado, permite generar un proceso de acompañamiento permanente a cada niño, niña y adolescente atendido en los espacios cotidianos donde éstos/as se desenvuelven (el barrio, la casa, la escuela) así como en encuadres interventivos más estructurados. La intervención tutorial operaría como un puente –principalmente a nivel territorial- con la intervención pedagógica desarrollada por el proyecto de reinserción, así como un soporte para la continuidad de la intervención desarrollada por dicho proyecto, por ejemplo, favoreciendo la permanencia y asistencia periódica al proyecto y apoyando el desarrollo de habilidades y competencias sociales necesarias para la inserción educativa. La integración paulatina –pero permanente- de las alternativas educativas más pertinentes, en los procesos de intervención, como estrategia relevante que otorgue mayores garantías de continuidad de los procesos de reinserción educativa en términos de acompañamiento y seguimiento de manera independiente a la acción del proyecto. Este aspecto es fundamental, puesto que la reinserción de un niño, niña o adolescente a un espacio educativo formal puede entenderse como un producto intermedio y sólo de valor relativo en la medida que no puedan desarrollarse acciones tendientes a garantizar su continuidad en dicho espacio una vez terminada la intervención del proyecto. Ante ello, contar con alternativas de acompañamiento y seguimiento posterior resulta clave; dado que ello no puede ser garantizado a priori por el proyecto, al menos deben asegurarse acciones que contribuyan a que dicho acompañamiento posterior sea realizado, y que quien realice dichas acciones ya haya generado previamente un vínculo con el niño, niña o adolescente. La incorporación de referentes familiares como soportes para los procesos educativos. Es importante hacer notar que el equipo de intervención del proyecto, así como el del PIE, debe cautelar el establecimiento de límites a la intervención, por ejemplo, evitando asumir roles como apoderado en los procesos educativos. Esta función debe ser promovida en el ámbito familiar, lo que a su vez implica a través de la acción coordinada del proyecto y el PIE generar estrategias que apunten al desarrollo de competencias en padres, madres u otros referentes familiares que favorezcan desde un inicio la inclusión y permanencia del niño, niña/a o adolescente en el sistema educativo. Complementariamente, es posible favorecer actividades de vinculación entre las familias o adultos/as significativos y el proyecto, por ejemplo a través de ciclos de talleres como “escuelas para padres” o iniciativas que estimulen encuentros
Plataforma Educativa MERCOSUR (2009), “Informe Final. Experiencias Educativas Oportunidad. Investigación Iluminativa. Plataforma Educativa MERCOSUR Chile-Uruguay”.
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Segunda
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intergeneracionales que puedan sustentar el proceso de reinserción y la búsqueda del sentido de la educación. La incorporación de enfoque de participación y ciudadanía: en el marco de las intervenciones conjuntas con el PIE y para favorecer el proceso de restitución como sujetos/as de derechos, es posible, dependiendo de las características de los grupos de participantes, generar espacios de encuentro, promover la organización entre los/as participantes del proyecto y su vinculación a otras redes y organizaciones comunitarias, integrar en las conversaciones temas de derechos humanos, derechos de infancia y adolescencia, derechos sexuales y reproductivos, participación y ciudadanía.
d. Egreso y seguimiento El egreso del proyecto estará dado por la evaluación del logro de los objetivos y resultados contemplados en el proceso de intervención, en el marco del Plan de Intervención conjunto con el proyecto PIE y los plazos previstos para esta intervención, aún cuando el egreso del proyecto no coincida con el egreso del Programa PIE. Sin duda, un hito para considerar el egreso del proyecto estará dado por la nivelación de estudios y la incorporación a alguna alternativa de reescolarización y/o apresto o formación laboral, esto último cuando el plan de intervención así lo haya estimado. No obstante, y como se señalara anteriormente, el acompañamiento durante la reinserción educativa resulta clave como iniciativa para contribuir a la continuidad de este proceso. En la medida que ello no sea posible, dada la duración de la intervención del presente proyecto, será importante generar desde el inicio de los procesos de atención de cada caso, coordinaciones con los programas educativos existentes que promuevan que el proceso de acompañamiento y seguimiento sea realizado desde allí, y sostenido desde el vínculo generado durante el proceso de intervención con dichos programas. 7. Enfoque de Género Se espera que la metodología incluya la perspectiva de género tanto como un enfoque transversal a la intervención, como a la gestión del proyecto. Constituye de este modo una dimensión relevante en procesos de toma de decisión, dado que incluye los propios sentidos y significaciones de los equipos de intervención y sus implicancias en procesos de intervención individual y familiar, organización de equipos de trabajo 16, coordinaciones intersectoriales, etc. Es importante destacar que el enfoque de género no es hacer referencia a lo femenino, sino a las relaciones establecidas entre hombres y mujeres a partir de definiciones, sentidos y significados otorgados al ser hombre o mujer. Este tipo de modalidad de atención se orienta a población mixta17, por lo que se debe consignar en la propuesta la información desagregada por sexo, tanto en el diagnóstico del proyecto como en la experiencia anterior de trabajo -si ésta es pertinente a la actual presentación-, con un breve análisis que considere las similitudes y diferencias presentes entre población masculina y femenina fuera del sistema escolar. Al mismo tiempo, deben incluir en el proceso de intervención las distinciones de género necesarias, de modo que las intervenciones sean adecuadas a cada niño, niña o adolescente varón o mujer (ello implica, por ejemplo, reconocer las implicancias del desarrollo de procesos de intervención por integrantes masculinos o femeninos del equipo de atención o el desarrollo de la identidad sexual y de género durante la infancia y adolescencia). De igual manera, deben considerar la incorporación de este enfoque en los procesos de monitoreo y evaluación final del período de ejecución del proyecto, que permita dar cuenta de la relación entre el tipo de situaciones que motivan el ingreso al programa,
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La evaluación de experiencias educativas de segunda oportunidad reconoce como una buena práctica la conformación de equipos de educadores mixtos (Plataforma Educativa MERCOSUR, 2009) 17 Si bien se ha observado el ingreso mayoritario de población masculina.
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la gravedad del daño y el sexo de las personas afectadas, así como evidenciar los diversos cambios experimentados. Se debe contar en el equipo de trabajo, con profesionales que tengan formación en enfoque de género, ya sea por su propia experiencia, o por estudios acreditados. Además se debe considerar la realización de iniciativas de formación en la perspectiva de género. 8. Conformación del Equipo de Trabajo y descripción de Funciones Se espera la conformación de un equipo profesional que responda al carácter focalizado de la intervención del proyecto, así como a su complementariedad con la atención brindada por el PIE. Ello se traduce en la posibilidad de contar con un equipo especializado en el desarrollo de acciones orientadas a la reinserción educativa. La totalidad del equipo debe contar con motivación para el trabajo con niños, niñas y/o adolescentes y sus familias; condiciones para el trabajo en equipo inter y transdisciplinario; competencias (en tanto conocimientos, habilidades y destrezas) para desarrollar relaciones igualitarias en el trabajo individual y grupal tanto con niños, niñas y familias, así como para intervenir en los distintos niveles de que contempla el programa; disposición al trabajo en terreno, todo lo anterior sobre la base de un accionar centrado en las orientaciones de la Convención sobre los Derechos del Niño. Es indispensable que este equipo sea seleccionado en un proceso que permita asegurar su idoneidad –acreditación técnica o profesional, evaluación de competencias- y con sus antecedentes al día. En caso de adjudicación, la conformación definitiva del equipo deberá considerar además un proceso de evaluación psicológica de sus integrantes. La tabla siguiente indica la conformación del equipo de trabajo así como la distribución de funciones. El número de profesionales por cada cargo está estimado de acuerdo a jornadas completas de trabajo. Es necesario indicar que la conformación del equipo considera para cada uno de sus cargos jornadas completas de trabajo de hasta 44 horas semanales: Tabla Nº 2. Conformación del equipo y distribución de funciones. Cargo
Número
Formación y Experiencia
Coordinador/a
1
Profesor/a o profesional de las Ciencias Sociales. Formación y experiencia en coordinación de equipos y docencia con grupos vulnerables e intervención en redes.
Responsable de procesos de evaluación psicopedagógica
1
Psicopedagogo/a
4
Profesores/as o psicopedagogos/as con formación profesional completa. Formación y experiencia en intervención educativa con grupos vulnerables. Experiencia en intervención en redes.
Responsables de intervención pedagógica
Funciones Responsabilidad técnica y administrativa general del proyecto. Coordinación del equipo de trabajo. Coordinación con equipo PIE para reuniones técnicas. Articulación de soportes comunales en el ámbito educativo y laboral. Articulación con representantes de organizaciones de base y gobierno local, así como con los equipos de Asesoría Técnica y Control de Gestión. Responsabilidad en procesos de evaluación psicopedagógica, así como en el diseño e implementación de estrategias de apoyo educativo correspondientes a los Planes de Intervención Individual. Participación en el diseño e implementación de estrategias de apoyo educativo. Participación en el diseño, implementación y seguimiento de los Planes de Intervención. Coordinación con equipos de intervención de proyectos PIE. Coordinación con alternativas comunales de reinserción educativa.
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Es importante señalar que el organismo colaborador acreditado debe asegurar que el recurso humano presentado en la postulación será el que ejecutará el proyecto en caso de adjudicación. En caso de existir eventuales modificaciones, éstas deberán ser justificadas al momento de firmar el convenio, presentando la propuesta a SENAME, con antecedentes curriculares equivalentes o superiores a el o la integrante que se esté reemplazando. 9. Sobre los Recursos Materiales 9.1. Respecto del Inmueble de Funcionamiento Considerar: Local adecuado a las necesidades del proyecto: número de oficinas o salas pertinentes, servicios higiénicos para el personal y para público, accesibles a niños y niñas, sala de recepción, sala de reuniones y en lo posible patio. Salas para realización de actividades grupales. Debe estar emplazado en la comuna, en un lugar de fácil acceso para la población proveniente de distintos territorios de ésta. Adecuadas condiciones de higiene y seguridad. 9.2. Respecto del equipamiento. Se requiere como mínimo, dos computadores con las siguientes características técnicas: Procesador Intel Pentium IV 2.8 MHZ, o equivalente, capacidad de disco duro no inferior a 40 GB, memoria RAM mínimo de 512 MB, unidades de disco de 3 ½ pulgada de alta densidad y unidad de CD ROM (deseable Grabador de CD), (opciones de multimedia son deseables por las características del software actual), deseable tarjeta de Red Fast Ethernet 10/100 Mbps, tarjeta fax-modem, Puertos USB 1.1 como mínimo. Impresora. Sistema operativo Windows 2000 o superior, programas Office 2000 Profesional (Access incluido). Navegador Internet Explorer 6.0 o superior, Solución Antivirus, Visualizador de archivos PDF. Conexión a Internet: ADSL mínima de 512 Kbps. Importante: Todo el Software instalado en el equipo deberá estar debidamente licenciado y contar además con todas las actualizaciones críticas y recomendadas por el fabricante. Los requerimientos de computadores son necesarios para el ingreso de información al sistema de registro computacional de SENAME (Senainfo). Además, se requerirá de teléfono, fax y correo electrónico.
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Documento Adjunto Nº 1. “Antecedentes Generales sobre el Programa de Seguridad Integrada: 24 Horas (PSI: 24 Horas)” El PSI: 24 Horas se inicia en el año 1996 como una experiencia de trabajo conjunto entre una Comuna en lo particular y la entonces Prefectura de Menores. Luego de procesos de ampliación a más comunas de la Región Metropolitana, se realizan estudios de evaluación de su operatividad, tanto con las distintas municipalidades como al interior de Carabineros, que resultó en una reformulación de la propuesta inicial y su formalización oficial a través de su lanzamiento en abril de 2007. Del mismo modo, se ha ampliado su implementación a otras regiones y comunas del país, de acuerdo a la meta de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública (ENSP) asociada a la ampliación del PSI: 24 Horas a seis regiones del país, para lo cual se responsabiliza a la DIPROFAM de tal cumplimiento. Se comprende el PSI: 24 horas, desde el punto de vista operativo, como una iniciativa de Carabineros de Chile, que se ejecuta a través de su Dirección de Protección Policial de la Familia, y consiste en una “…estrategia de intercambio de información oportuna y eficiente entre dicha Institución y los municipios que han desarrollado una metodología de intervención psicosocial para atender la situación de todos los niños, niñas y adolescentes (menores de 18 años) que, por haber sido vulnerados en sus derechos o ser participantes en infracciones de ley (en cualquiera de sus formas: crímenes, simples delitos o faltas), han sido ingresados en los registros de cualquier unidad policial”, como consta en documento oficial al respecto. Para ello, establece un Convenio de Colaboración firmado por el Alcalde respectivo y la Directora de la DIPROFAM, luego del cual, se hace la entrega de una lista correspondiente a los/as menores de edad domiciliados en tal comuna y que fueron ingresados/as a cualquier Unidad de Carabineros. Esta lista es entregada de forma semanal, por el Comisario de la Unidad que por jurisdicción le corresponda a dicha comuna –o por el representante que él haya designado- al responsable desde el Municipio, que el Alcalde haya a su vez, designado. La experiencia de implementación de dicho Programa, puede describir que el responsable desde el Municipio es diverso; en algunos casos es la OPD desde el SENAME, en otras, el Plan Comunal de Seguridad Pública, desde la División de Seguridad Pública (DSP); y cuando no existe ninguno de los anteriores, lo es la Dirección de Desarrollo Comunitario (DIDECO), de Servicio Social u otro servicio dependiente (por ejemplo, consultorio de salud), utilizando para estos fines, los/as mismos/as profesionales con que contaban para el resto de funciones y tareas. El PSI: 24 horas, desde el punto de vista estratégico se instala en el marco de la Política Nacional de Seguridad Ciudadana y en la actualidad, se debe operacionalizar como compromiso establecido a través de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública 2006-2010, coordinada por el Ministerio del Interior. Las metas en ella comprometidas establecen, por un lado, la atención especializada de niños, niñas y adolescentes beneficiarios de dicho Programa, para lo cual se mandata como responsables del cumplimiento de ella, al Ministerio del Interior y la Dirección de Protección Policial de la Familia (DIPROFAM). La ampliación del PSI: 24 Horas, que Carabineros de Chile ha venido desarrollando desde mayo de 2007, se ha traducido en un aumento de la demanda por respuestas de intervención y atención para los niños, niñas y adolescentes provenientes de dicho Programa, principalmente porque éste ha servido como instrumento que evidencia la necesidad en que se encuentra este sector particular de la sociedad. Ello se ha manifestado en los espacios locales, donde los Municipios no logran dar abasto con los servicios que directamente le competen, y requieren entonces que aquellos especializados les colaboren. Los proyectos del territorio buscan compatibilizar en los procesos de intervención la transversalidad de un enfoque de derechos, de acuerdo a los compromisos internacionales adquiridos con la firma de la Convención de los Derechos del Niño, en un abordaje centrado tanto en la resignificación de las experiencias de vulneración de derechos de los niños, niñas y adolescentes ingresados, como en estrategias de prevención y control de las violencias. El abordaje de estas dimensiones permitirá de este modo el desarrollo de un proceso reparatorio y restitutivo de derechos,
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considerando además la generación de estrategias de autoprotección y de promoción de la convivencia social. Según un estudio realizado por Paz Ciudadana a la base de datos de dicho Programa en la RM, durante el período 2001 – 2004, se establece que de 63.889 ingresos, el 76,6% corresponden a ingresos por infracción de ley y el 21,4%, a ingresos por vulneración de derechos. En cuanto a los motivos de ingresos desagregados, el robo, la vulneración de derechos y el hurto son los motivos de ingreso más frecuentes, dando cuenta del 62,7% de estos. La edad promedio global de los ingresos es de 14,8 años. La edad promedio correspondiente a los ingresos por vulneración de derechos (12,6) es significativamente menor a la edad promedio de los ingresos por infracción de ley (15,4). En cuanto al género, se presenta un predominio de hombres en relación con los ingresos, por ambos motivos. En cuanto a la relación entre nivel de educación y motivo de ingreso, la mayor parte de los ingresados presenta un nivel de estudios básicos. Llama la atención la alta prevalencia de menores de edad ingresados por vulneración de derechos que no tienen estudios. El promedio de edad de dicho grupo es de 7,4 años. Finalmente, la base de datos permitió detectar aquellos menores de edad que reingresaban durante el mismo mes. Estimaciones realizadas para una comuna de la capital muestran que el 24% de los niños, niñas y adolescentes que son ingresados en dicha comuna, explican el 55% del total de los ingresos entre el año 2001 y el 2004. Estas últimas cifras, coincidentes en términos generales con algunas observadas respecto de parte de la oferta programática especializada de SENAME, podrían dar cuenta de un perfil conformado por niños, niñas y/o adolescentes que participan de una serie de prácticas transgresoras entrelazadas en contextos sociales y culturales particulares, caracterizados por distintas manifestaciones de exclusión o integración social precaria, que resultan en una exposición permanente a situaciones de peligro y/o daño. El modo en que se entrecruzan estas prácticas y situaciones de vulneración puede asimilarse a una matriz de indicadores de peligro, daño o compromiso biopsicosocial en distintas áreas (individual, familiar, social-comunitaria, de salud, entre otras), lo que impide la reducción de las alternativas de intervención a cualquiera de estos ámbitos en forma individual y/o aislada. Se trata de población que presentaría situación de calle18; con ruptura o debilitamiento de los vínculos familiares; comisión de ilícitos –por los que resulten inimputables o que formen parte de sus trayectorias de vida aunque no hayan sido sancionados-, realización de trabajos bajo formas de explotación 19; fuera del sistema escolar o en el límite de la exclusión; con dificultad para acceder a bienes y servicios sociales; que además pueden presentar consumo problemático de drogas u otros requerimientos en salud mental, entre otras.
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Con “situación de calle” se hace referencia, tanto a lo que se ha definido como “niños y niñas en la calle” (es decir, población con largas permanencias en calle, pero que cuentan con –y hacen uso de- un espacio protegido familiar o de referentes significativos) como “niños y niñas de la calle” (que habitan y pernoctan durante períodos prolongados en la calle). 19 Las peores formas de trabajo infantil están referidas a niños, niñas y adolescentes, menores de 18 años, que son víctimas de explotación por los adultos, en actividades económicas que ocasionan daño a su desarrollo físico, psicológico y moral. Entre ellas están los trabajos intolerables, tales como la explotación sexual comercial y la participación en actividades ilícitas y asociadas a la esclavitud; y los trabajos peligrosos, ya sea por su naturaleza o por sus condiciones.
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Documento Adjunto Nº 2: “Bases Técnicas del Programa de Intervención Integral Especializada (PIE)” 20 I. Presentación Las presentes Bases Técnicas se enmarcan dentro de los compromisos establecidos entre el Ministerio de Justicia, la Subsecretaría de Carabineros, la Dirección de Protección Policial a la Familia de Carabineros de Chile (Diprofam), la División de Seguridad Pública del Ministerio del Interior y el Servicio Nacional de Menores (Sename) para la implementación del “Programa de Atención a Niños, Niñas y Adolescentes Provenientes del Programa de Seguridad Integrada: 24 Horas”. Dicho Programa tiene como fin contribuir a la adecuada atención de niños, niñas y adolescentes ingresados al PSI: 24 Horas. Su propósito, en tanto, es validar un modelo de gestión territorial para la implementación del PSI: 24 Horas en ocho comunas de la Región Metropolitana (La Pintana, La Granja, La Florida, Lo Espejo, Recoleta, Peñalolén, Puente Alto y Pudahuel), dentro de las cuales es posible distinguir sectores o localidades a ser focalizados por sus condiciones de vulnerabilidad y comprende el desarrollo de 4 componentes, a saber: Tabla Nº1. Descripción de componentes del Programa de Atención a Niños, Niñas y Adolescentes Provenientes del Programa de Seguridad Integrada: 24 Horas. Componente Descripción 1. Fortalecimiento de Puesta en marcha de 16 proyectos de atención especializada la oferta comunal (PIE) para población infanto-adolescente en situaciones de alta de intervención complejidad21, provenientes del PSI 24 Horas (2 proyectos por especializada en comuna, focalizados en aquellos sectores de mayor prevención de las vulnerabilidad de acuerdo a información proveniente del PSI). violencias y el Además, en forma complementaria a los proyectos, se contará delito. con un dispositivo de intervención para niños/as y adolescentes que presenten consumo abusivo y dependencia a drogas y aquellos con severos problemas de salud mental. El componente también incluye un proyecto de reinserción educativa por cada comuna focalizada. 2. Fortalecimiento de Comprende la ampliación de plazas en proyectos PIB y OPD de la oferta comunal las comunas seleccionadas, orientados a intervención en de atención de situaciones de mediana y baja complejidad detectados a través primera respuesta a del PSI 24 Horas, así como la licitación de proyectos focalizados niños/as y en estas situaciones en aquellas comunas que no cuentan con adolescentes en dicha oferta. situaciones de baja y mediana complejidad. 3. Asesoría técnica a actores públicos y privados involucrados en la ejecución del PSI:
Consiste en la contratación de un Equipo de Asesoría Técnica, conformado por 3 profesionales con la función de brindar apoyo técnico y de formación a los actores locales involucrados en la gestión del PSI a nivel local, con miras a modelizar su gestión.
20
El presente texto corresponde de manera casi exacta a las bases de licitación de la modalidad; se presentan modificaciones menores que no afectan el contenido técnico. 21 La noción de Complejidad corresponde a una manera de ordenar y categorizar las situaciones de vulneración de derechos que afectan a niños/as y adolescentes y al nivel de especialización que se requiere para abordarlas. Se ha establecido una clasificación en tres niveles de complejidad, a saber: Nivel de Baja Complejidad: Presencia de situaciones y/o conductas que se constituyen en señales de alerta a considerar, pero que no provocan un daño evidente en niños/as y adolescentes en lo que al ejercicio de sus derechos se refiere. Nivel de Mediana Complejidad: Presencia de situaciones y/o conductas que se constituyen en evidentes señales de alerta de cronificación de vulneraciones de derechos ya presentes, que provocan daño y/o amenazan los derechos de niños/as y adolescentes y que se manifiestan en diversos ámbitos de la vida de éstos ya sea a nivel personal, familiar y/o socio-comunitario. Nivel de Alta Complejidad: Presencia de situaciones y/o conductas que provocan un grave daño a la integridad física y/o psicológica de niños/as y adolescentes.
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24 Horas local.
4. Evaluación procesos resultados.
a
nivel
de y
Se contempla la contratación de un Equipo de Control de Gestión conformado por un/a profesional con dedicación exclusiva a la evaluación de procesos, resultados e impacto de este programa; y un/a profesional abocado/a al monitoreo de la ejecución presupuestaria del Programa. Los resultados del proceso de evaluación serán publicados y difundidos, con la finalidad de proyectar la aplicación del modelo de gestión a otras comunas del país.
La presente licitación responde al primer componente de este Programa y se orienta a dar respuesta al problema de presencia de población infanto-adolescente que ingresa a las listas del PSI: 24 Horas por conductas transgresoras que quedan fuera del ámbito de acción de la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente, muchas veces además alternadas con situaciones de vulneración de derechos; de este modo, se ha establecido la implementación de un proyecto especializado en la prevención de la violencia y el delito en focos de vulnerabilidad ya identificados (ver Anexo Nº1, denominado “Plazas a Licitar y Focalización Territorial” de las Bases Administrativas), a través de información otorgada por las listas del PSI. 22 Los proyectos se orientan a otorgar especial atención a aquellos menores de edad en situaciones de alta complejidad, particularmente a quienes se han involucrado en prácticas trasgresoras23, por lo que han sido ingresados a Unidades Policiales, y que forman parte de las listas emitidas a través del “Programa de Seguridad Integrada: 24 Horas”, por Carabineros de Chile. En relación al problema, es posible identificar un conjunto de causas24 asociadas en distintos niveles (desde lo intrapsíquico hasta lo estructural). Por ello, resulta relevante para la formulación del proyecto, identificar al menos aquellas causas que se observen más directamente implicadas en la presencia del problema y, de ellas, aquella –o aquellas- para la cual la propuesta metodológica que se elabore resulte más pertinente. Los lineamientos metodológicos generales del proyecto se basan en los Programas de Intervención Integral Especializada (PIE), de reciente implementación a nivel nacional, en el marco de la Ley 20.032, que SENAME instala como parte de la oferta especializada frente a graves vulneraciones de derechos. Del mismo modo, recoge los lineamientos de los proyectos “PIE 24 Horas” implementados en 5 comunas del país entre 2007 y 2008 hasta la fecha, en el marco del Convenio de Colaboración Financiera entre el Ministerio del Interior y el Servicio Nacional de Menores dentro del Programa de Seguridad y Participación Ciudadana, para la implementación progresiva del “Programa de Atención Integral para Niños, Niñas y Adolescentes provenientes del Programa de Seguridad Integrada: 24 Horas” (Resolución Exenta Nº 595/B del 4 de marzo de 2009). Esta modalidad constituye una oferta de carácter ambulatorio y mixto, que dirige su atención a la interrupción de diversas situaciones que han sido conceptualizadas como de alta complejidad25, la restitución de derechos vulnerados y la reparación de daños asociados a dichas vulneraciones. El abordaje propuesto es de tipo multidisciplinario, con una orientación principalmente psico y socioeducativa, 22
Se entiende como focos de vulnerabilidad sectores específicos al interior de la comuna donde tiende a concentrarse mayoritariamente la residencia de los niños/as y adolescentes ingresados a Unidades Policiales por vulneración de derechos y/o infracción de normas. 23 Se opta por el uso del término prácticas transgresoras como aquellas que, más allá de constituirse o no en delitos, transgreden normas sociales y/o vulneran los derechos de otros/as. 24 Se hace referencia a causas, entendidas en el contexto de marco lógico, como condiciones negativas que inciden en la presencia del problema. El encadenamiento causa/efecto será entendido sólo como un modo de puntuar el problema con una finalidad analítica, lo que no implica necesariamente comprender el fenómeno en una relación lineal o determinista. 25 Por alta complejidad se entiende la presencia de situaciones que se constituyen en evidente riesgo o daño, a nivel individual, familiar y social, entre las que cuentan consumo problemático de drogas, desescolarización o deserción escolar, trastornos emocionales o conductuales, situación de calle, peores formas de trabajo infantil, vinculación a conflictos con la justicia dentro de sus trayectorias de vida o por las que resultan inimputables ante la ley, vida en contextos de violencia y riesgo vital. Todas ellas, situaciones que pueden darse además simultáneamente en la población atendida.
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además de psicoterapéutica, sostenida en un sistema de tutorías. Se releva también, un fuerte componente de trabajo en redes y de gestión intersectorial. Cuatro elementos distinguen el proyecto objeto de la presente licitación, del resto de la modalidad PIE y “PIE 24 Horas”: 5. Vía de Ingreso. Se contempla una coordinación exclusiva -en términos de vías de ingreso- con el “Programa de Seguridad Integrada para Niños, Niñas y Adolescentes: 24 Horas”, de Carabineros de Chile. 6. Focalización Barrial. Su focalización territorial se centra de manera exclusiva en un sector específico de la comuna, de acuerdo a la concentración de ingresos a Unidades Policiales por vulneración de derechos e infracción de normas, lo que incide en la posibilidad de adecuaciones metodológicas relevantes en términos de inserción en el territorio y de intervención en redes. 7. Asesoría Técnica y Control de Gestión. Su incorporación como parte de un conjunto de proyectos asociados a la implementación de un proceso específico de asesoría técnica y control de gestión orientado a la validación de un modelo de gestión del PSI: 24 Horas a nivel local. Ello implicará la generación periódica de información cualitativa y cuantitativa sobre procesos y resultados de intervención, como parte de un componente del Programa de Atención a Niños, Niñas y Adolescentes Provenientes del Programa de Seguridad Integrada: 24 Horas”, de acuerdo a los requerimientos de los equipos de asesoría y control de gestión. 8. Articulación con otros proyectos y servicios implementados especialmente en el marco del programa. Como parte del Programa se contempla la implementación de proyectos comunales de intervención especializada en niños/as y adolescentes con consumo problemático de drogas, al igual que proyectos de reinserción educativa en caso de desescolarización. Estos proyectos se presentan como complementarios a la intervención de PIE, por lo que constituyen un recurso exclusivo para procesos de derivación e intervención conjunta. Es decir, que cada uno de estos servicios o proyectos, estará destinado a los/as niños/as y adolescentes que lo requieran entre aquellos identificados por el PSI 24 Horas y atendidos por el PIE, por lo que resulta fundamental el desarrollo de procesos de intervención de manera permanente y fluida entre estos proyectos, los que deben traducirse, por ejemplo, en el diseño e implementación de planes de intervención conjuntos entre estos distintos proyectos. Del mismo modo, se cuenta con fondos para el financiamiento de 6 camas de atención hospitalaria de corta estadía frente a requerimientos de salud mental. II. Objetivos 2.1. Objetivo general. Contribuir a la interrupción de situaciones de vulneración de derechos y prácticas transgresoras de niños, niñas y adolescentes (NNA) en situaciones de alta complejidad provenientes del PSI: 24 Horas. 2.2. Objetivos específicos. 1. Desarrollar procesos de intervención a nivel individual y familiar asociados a la prevención de la violencia y el delito, así como a la restitución de derechos vulnerados y la reparación de daños asociados a dichas vulneraciones. 2. Generar estrategias de coordinación intersectorial e intervención en redes en el espacio territorial comprendido por el proyecto, que posibilite la atención integral de niños, niñas y adolescentes, así como procesos de seguimiento en los casos que corresponda. 2.3. Resultados esperados Como parte del proceso de sistematización y evaluación de la modalidad PIE, se ha constatado que un 55% de la población infanto-adolescente ingresada a estos proyectos, presenta egresos favorables asociados a la intervención. Tomando este porcentaje como referencia, se espera que el organismo postulante sea capaz de establecer resultados cuantitativos asociados a los enunciados a continuación, así como otros resultados si es considerado pertinente.
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1. Desarrollo de habilidades cognitivas, emocionales y conductuales necesarias para una adecuada integración social, en niños/as y adolescentes atendidos por el proyecto. 2. Desarrollo de habilidades orientadas a las funciones normativas y de cuidado, en familias atendidas por el proyecto. 3. Desarrollo de soportes comunitarios que operen como agentes preventivos de la violencia y promotores de derechos, en el sector focalizado del proyecto. 2.4. Indicadores Se espera que al presentar los indicadores al menos se consideren los aspectos que se presenten a continuación, para el establecimiento de las fórmulas de cálculo correspondientes: 1. Interrupción del reingreso al PSI: 24 Horas por Vulneración de Derechos e Infracción de Normas de niños, niñas y adolescentes atendidos/as por el proyecto. 2. Interrupción del ingreso a la oferta programática del Departamento de Derechos y Responsabilidad Juvenil de Sename (Dederej) de adolescentes atendidos por el proyecto. 3. Disminución de los ingresos al PSI: 24 Horas de niños/as y adolescentes provenientes del sector focalizado por el proyecto. 4. Incorporación a alternativas de reinserción educativa. 5. Incorporación a dispositivos de intervención por consumo problemático de drogas si corresponde. III. Orientaciones técnicas específicas. 3.1. Sujeto de Atención. La intervención especializada de este proyecto está dirigida a niños, niñas y adolescentes, preferentemente entre 12 y 16 años, en situaciones de alta complejidad, derivados desde el organismo comunal encargado de la administración del Programa 24 Horas en el sector indicado en el Anexo 1. De acuerdo a la información inicial que puede aportar el PSI, los/as sujetos de atención corresponderán principalmente a niños/as y adolescentes identificados en la categoría “vulnerado-infractor” (menor de 14 años que comete ilícitos); población de niños/as y adolescentes que presentan reingresos alternantes entre vulneración de derechos e infracción de norma (cuando éstas no constituyen delitos que ameriten sanción); y población que presenta reingresos por infracción de normas, al tratarse de faltas entre los 14 y 16 años (ver Ley 20.084 y 19.968). También podrán atenderse niños/as y adolescentes que correspondan a un perfil de alta complejidad, identificado desde actores comunales vinculados a la atención de población proveniente del PSI: 24 Horas. A partir del proceso de sistematización de la modalidad PIE, pueden señalarse cuatro hipótesis generales sobre el perfil del sujeto de atención que resultarán relevantes para el desarrollo de los procesos de intervención: i.
ii.
La distinción entre el sujeto de atención adolescente, considerando como edad de referencia los 12 años, de la población de niños y niñas menores de dicha edad, se marca por el mayor grado de autonomía en relación a agentes socializadores básicos: familia y escuela. De este modo, si bien para aquellos niños y niñas menores de 12 años lo que aparece mayoritariamente es la condición de “víctima” de una serie sostenida de vulneraciones de derechos, en el caso de población adolescente, a dicha condición se suma la progresiva “pérdida de control” de familias y escuelas sobre sus prácticas. Desde aquí, surge la necesidad de favorecer procesos específicos de intervención, principalmente a nivel familiar, orientados al desarrollo de habilidades de cuidado y fortalecimiento del rol normativo. La distinción del sujeto de atención referida en el punto anterior reconoce la necesidad de situar como parte del problema a abordar los tipos de dinámicas familiares y su evolución a través del desarrollo de niños/as y adolescentes, especialmente aquellas asociadas a prácticas transgresoras o de violencia. Éstas, a su vez, pueden encontrarse sostenidas como patrones
19
iii.
iv.
de interacción transgeneracional insertos en un contexto socio-comunitario y cultural en que, por ejemplo, se valida la violencia en la resolución de conflictos, o la comisión de ilícitos como estrategia de sobrevivencia o de acceso a bienes de consumo. Tiende a observarse un mayor ingreso de población masculina por prácticas de violencia; la prevalencia de las prácticas de violencia entre población masculina, así como las consiguientes particularidades de las mujeres que de manera aparentemente minoritaria participan en dichas prácticas, hacen necesario profundizar entre las nociones de violencia, adolescencia y género, así como en su traducción en estrategias de acercamiento e intervención. Se presenta un foco específico de intervención, orientado al desarrollo de habilidades cognitivas, emocionales y conductuales en el entendido de que estas pueden impactar en mejores opciones de integración social y comunitaria de niños, niñas y adolescentes.
3.2. Vía de Ingreso Se considera como vía exclusiva de ingreso la derivación desde el organismo comunal encargado de la administración de las listas del Programa 24 Horas26, de niños/as y adolescentes provenientes del sector focalizado de acuerdo al Anexo 1 de las Bases Administrativas. 3.3. Cobertura y Focalización Territorial a. Cobertura27 Se proyecta una cobertura de 50 plazas. b. Focalización Territorial Los proyectos contemplan la atención de población menor de edad correspondiente al sector indicado en el Anexo 1, donde se instala el proyecto, y que ha ingresado a alguna Unidad Policial de Carabineros de Chile, por vulneración de derechos o infracción de norma y por ello, forma parte de las listas emitidas al respectivo Municipio para su correspondiente atención, en el marco del PSI: 24 Horas. Lo anterior implica la necesidad de relevar, dentro del proceso de instalación del proyecto en el territorio, una estrecha articulación con el Municipio, y especialmente con el o los programas vinculados al contacto, atención y/o seguimiento de los casos registrados en las listas de Carabineros. Dicha articulación es esencial para favorecer procesos de derivación expeditos y atingentes al perfil del proyecto, del mismo modo que acciones complementarias y colaborativas en aquellos casos que corresponda, tanto con el Municipio como con otras organizaciones de la comunidad local. Por otra parte, el organismo oferente debe asegurar que el proyecto esté ubicado en el sector específico desde donde proviene la población objetivo, lo que asegure las condiciones de acceso de la población atendida, la congruencia con las necesidades de los/as usuarios/as y la intensidad de la intervención. 3.4. Criterios Metodológicos para el desarrollo del proyecto Es preciso señalar que los criterios que deben guiar la intervención se basan en el interés superior del niño, niña y/o adolescente y la consideración de sus necesidades y recursos como directrices del proceso. Ante tensiones generadas entre el interés del profesional y el del sujeto de atención en particular, debe contemplarse el criterio rector como base sustancial de las decisiones técnicas.
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También se considerará como vía de ingreso la derivación de niños/as y adolescentes provenientes del PSI y que se ajusten al perfil del proyecto, derivados desde los equipos de intervención instalados en proyectos PIB en el marco del presente Programa, proyectos financiados con Fondos de Apoyo a la Gestión Municipal (FAGM); Oficina de Protección de Derechos (OPD) u otros programas a nivel local implementados para la atención de niños/as y/o adolescentes provenientes del Programa 24 Horas. 27 Por cobertura se entenderá el número de niños/as y adolescentes factibles de ser atendidos simultáneamente por el proyecto.
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Se propone una metodología de atención ambulatoria que aborde al niño, niña o adolescente desde una perspectiva integral y comprensiva, en el sentido de relevar las significaciones de las prácticas infanto-adolescentes en el contexto social y cultural en el que se desarrollan. Las particularidades del sujeto de atención requieren del desarrollo de una metodología flexible (ajustada a los requerimientos de los/as usuarios/as), pero altamente estructurada (en términos de la planificación de las acciones a desarrollar) e intensiva (en términos de la frecuencia de las acciones desarrolladas relativas a cada caso ingresado), que incorpore dispositivos28 de intervención individual, grupal y de redes orientados a niños/as, familias y la comunidad, en la forma de una malla programática que, de acuerdo a los procesos de planificación de la intervención, se pueda ajustar a la medida de cada niño, niña y/o adolescente. Se espera además, que las propuestas integren mecanismos para favorecer la participación de usuarios/as niñas, sus familias y comunidad, en los distintos procesos de intervención del proyecto. Por último, y desde un criterio de calidad, los procesos de intervención deberán considerar estrategias que disminuyan al máximo la duración de la intervención. Ello implica la definición clara y acotada de objetivos, así como el desarrollo de dispositivos que faciliten su consecución en el menor tiempo posible. La prolongación de la permanencia en el programa conlleva el riesgo de saturar dicho proceso y generar efectos iatrogénicos29. La presente propuesta de intervención, considera a su vez cuatro elementos distintivos, identificados en el proceso de evaluación y sistematización realizado a la modalidad PIE. Estos elementos son: a) La prevención de las violencias desde un enfoque de derechos. Esta modalidad de intervención asume su focalización en un sujeto de atención que presenta conductas transgresoras y ha sufrido simultáneamente en su trayectoria de vida distintas vulneraciones de derechos. Se ha identificado, sin embargo, que dentro de la categoría definida como alta complejidad, es posible encontrar distintos niveles, los que se ven en gran medida determinados por la edad de los niños/as y adolescentes. Es así como en un tramo de edad inferior a los 12 años, lo que define mayoritariamente al sujeto de atención es la presencia de una serie de condicionantes principalmente familiares y sociales, traducidas en situaciones de vulneración de derechos de las que se resulta víctima, en el sentido de ausencia de alternativas de control sobre éstas. En el tramo de edad sobre los 12 años, si bien se mantienen las condicionantes sociales, aparecen en mayor medida prácticas transgresoras asociadas a un mayor nivel de autonomía frente a agentes socializadores como familia y escuela. Estas prácticas, a su vez, pueden mostrar mayores grados de simultaneidad, cronicidad e intensidad.30 En este escenario surge la necesidad –así como la demanda desde distintos sectoresde generar respuestas orientadas a la interrupción de las conductas transgresoras y el desarrollo de habilidades que favorezcan la integración social. Estas respuestas, pueden quedar instaladas en una lógica de prevención de las violencias y el delito. El modo en que se alcanza dicha finalidad, sin embargo, no puede ser cualquiera. Aspectos tales como la centralidad del sujeto de atención para el desarrollo de los procesos de intervención, el interés superior del niño/a o el/la adolescente, la participación en el diseño y evaluación de los procesos de atención; la restitución de derechos vulnerados; el resguardo de la protección y sobrevivencia, entre otros
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Por dispositivo se entenderá el conjunto organizado de acciones o procedimientos complementarios orientados a la consecución de los objetivos de intervención propuestos. 29 Se pueden considerar aquí efectos tales como el abandono de los procesos de intervención con un insuficiente reconocimiento de los logros alcanzados; la generación de dependencia con el equipo del proyecto; la apertura de temas no abordables por el proyecto, entre otros. 30 Simultaneidad, cronicidad e intensidad corresponden a criterios útiles en la definición de niveles de complejidad. La simultaneidad refiere al grado en que distintas situaciones se presentan a un mismo tiempo; la cronicidad, al grado en que una o más situaciones se han mantenido a lo largo del tiempo; y la intensidad, a la gravedad o fuerza con que aparece una situación, lo que puede hacerla visible como prioritaria.
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aspectos, resultan claves en el reconocimiento del enfoque de derechos como soporte para el desarrollo de los procesos de intervención. En otras palabras, se plantea que una alternativa de integración entre un enfoque de seguridad pública y un enfoque de derechos está dada por la conjunción entre la finalidad de la prevención de las violencias y el delito con principios, metodologías, estrategias y técnicas que se sostengan en el respeto y promoción de los derechos de niños/as y adolescentes. Por último, resulta esperable que la implementación de dichas estrategias y técnicas generen un impacto reparatorio en los/as usuarios/as del proyecto, aún cuando el foco de atención no esté puesto de manera central en el desarrollo de este tipo de procesos. b) Abordaje Integral. La simultaneidad de las situaciones de vulneración, así como de prácticas transgresoras, obligan al desarrollo de alternativas de análisis y abordaje que permitan la integración de temáticas generalmente atendidas y comprendidas de manera lineal o fragmentada. Para ello, una alternativa es la identificación de aquellas dimensiones que pudiesen resultar transversales a ellas –por ejemplo, la presencia de la violencia como modo de relación-, a partir de las cuales se puedan diseñar e implementar dispositivos de intervención (a nivel individual, familiar y/o comunitario) que se traduzcan en efectos a distintos niveles. Es aquí donde se instala la coherencia de un enfoque socioeducativo de intervención. Lo anterior puede traducirse en la planificación y desarrollo de procesos de intervención en base a una priorización de las dimensiones identificadas, y la subsecuente secuencialización de la intervención en torno a dichas prioridades y sus posibilidades de abordaje, estableciendo además procedimientos de monitoreo periódicos de los avances en cada ámbito de intervención definido. Así, permite ordenar la intervención, a través de la formulación de hipótesis de trabajo aglutinadoras que favorezcan la focalización de respuestas. Este ordenamiento de la intervención puede aparecer, de este modo, como el diseño de procesos de intervención “a la medida de los/as usuarios”, en base a un criterio de integralidad. Coherentemente este abordaje considera la planificación de los diversos requerimientos de atención que el niño, niña o adolescente necesite a su vez desde otros sectores u organismos públicos que operan en el territorio. El criterio de integralidad no implica asumir directamente la responsabilidad por la totalidad de las causas asociadas al problema, sino más bien focalizarse en aquellos ámbitos y prioridades definidas, y generar las coordinaciones necesarias con otros actores para favorecer las respuestas que desde dichos ámbitos se requiere. El fin es lograr la complementariedad de las intervenciones, coordinando a los equipos que desde salud, educación, u otros que conforman el sistema de protección social, puedan confluir en la intervención con el sujeto y su familia. Esto posibilita el logro de objetivos comunes, promueve la intersectorialidad y el trabajo en red. c) Sistema tutorial La propuesta de intervención de la modalidad se funda en un sistema de tutorías, que apunta al acompañamiento regular y planificado de cada usuario/a ingresado por figuras adultas, y de manera particular en el espacio donde el niño/a o adolescente se desenvuelve. Este acompañamiento se sostiene sobre la construcción de un vínculo que sirve de soporte para el desarrollo paulatino de un proceso reflexivo, entendido como la posibilidad de que el niño/a o adolescente pueda aproximarse a una problematización de su vida cotidiana desde un lugar distinto –en el sentido de alteridad-, que permita orientar alternativas de acción y de construcción de futuro. Este sistema debe responder al menos a tres siguientes niveles de intervención: con el niño/a o adolescente, con la familia y con la comunidad.
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Intervención con el niño/a: la intervención con el niño/a y adolescente supone la generación del vínculo en un lugar central, orientado hacia el desarrollo de procesos reflexivos en torno a la cotidianeidad, y focalizados en especial hacia el desarrollo de habilidades cognitivas, emocionales y socioconductuales que apunten a la prevención de las violencias.
Intervención con la familia: en este nivel, la intervención deberá orientarse de manera prioritaria a fortalecer los roles normativos y de cuidado de niños/as y adolescentes.
Intervención con comunidad y redes: orientada a reconocer, activar y fortalecer los soportes comunitarios y sectoriales para la protección de los/as usuarios/as del programa y otros beneficiarios indirectos.
A su vez, se identifican tres estrategias centrales que, de modo variable, responden a los distintos niveles de intervención: intervención en territorio; intervención focalizada; gestión intersectorial.
Intervención en territorio: corresponde al desarrollo de procesos de acompañamiento sistemático –modelaje y monitoreo- al niño/a en el espacio cotidiano donde se desenvuelve, así como a la intervención en el espacio local inmediato que favorezca el desarrollo de los procesos de atención e integración social; ello implica, entre otros, identificar factores protectores de la comunidad cercana facilitando su interrelación. A partir de este acercamiento se hace posible analizar y contribuir a la modificación de su vida diaria desde lo cotidiano. La intervención en este nivel puede focalizarse en los siguientes ejes: o Patrones característicos de interacción del niño/a con su entorno (familia, pares, comunidad), y su modificación en el proceso de intervención; o Habilidades cognitivas, emocionales y conductuales en la interacción con el entorno, y su evolución en los procesos de intervención; o Articulación con familias y con actores locales clave, tanto para el acercamiento al usuario, el desarrollo de los procesos de atención y la conformación de soportes locales inmediatos al usuario, que favorezcan la continuidad de los logros alcanzados.
Intervención focalizada: consiste en el desarrollo de estrategias de atención individual y grupal, con niños/as y familias, diferenciadas a las generadas en el territorio. En este nivel, la intervención cobra un alto nivel de estructuración –a diferencia de la intervención territorial, la que aparece más vinculada a lo contingente- y de focalización tanto en la temática específica de la violencia y su prevención, como en lo acotado de los tiempos de la intervención. En relación a la intervención focalizada con los niños/as y adolescentes, el propósito central es el desarrollo de habilidades cognitivas, emocionales y conductuales alternativas al uso de la violencia. En tanto, en el caso de la intervención familiar, el objetivo estará puesto en el desarrollo de habilidades que potencien los roles normativo y de cuidado de la familia frente al niño/a o adolescente. Por último, dentro de este mismo nivel se consideran las articulaciones permanentes con aquellos equipos vinculados a los proyectos de reinserción educativa e intervención especializada por consumo problemático de alcohol y otras drogas, iniciativas a implementar a nivel comunal en conjunto con el proyecto PIE como parte del Programa Piloto, y orientadas a la atención exclusiva de población derivada de éste. En este punto, es fundamental considerar a cada uno de estos equipos como parte de una única oferta multiprogramática al servicio de los niños/as y adolescentes en situaciones de alta complejidad provenientes del PSI: 24 Horas, ingresados a través del PIE. Así, el PIE constituye una puerta de entrada, un articulador y un recurso –desde un enfoque psicosocial y socioeducativo- para la incorporación a dispositivos diversos (de orientación prioritariamente clínica en el caso del proyecto de intervención en drogas, y pedagógico en el caso del proyecto de reinserción educativa) pero complementarios, ajustados a cada caso.
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Como parte de esta intervención articulada, resulta esencial considerar el diseño de planes de intervención conjuntos, que consideren la complementación de objetivos, metodologías y de distribución de responsabilidades y funciones entre los integrantes de los distintos equipos. Del mismo modo, y a partir de la calidad del PIE como articulador de estos distintos dispositivos, resultará necesario contribuir en condiciones técnicas y materiales para el desarrollo de la atención brindada por los proyectos antes señalados, en aquellos casos en que sea necesario. A su vez, resultará recomendable, generar procesos de coordinación en aquellos casos en los que, durante el proceso de intervención, se observe la necesidad de solicitar medidas de protección que impliquen el ingreso a otros programas de la red, particularmente residencias y residencias especializadas.
Gestión Intersectorial: anteriormente se consideró la intervención en redes locales en el nivel de intervención territorial; aquella responde más bien a aquellas redes que forman parte de los círculos cotidianos donde se desenvuelve el niño/a o adolescente y su familia. El nivel de gestión intersectorial, está orientado a facilitar el acceso de los niños/as y adolescentes y sus familias a las diversas políticas públicas y programas sociales gubernamentales, y puede desarrollarse en dos ámbitos complementarios: uno que obedece más bien a la articulación de diversos sectores a nivel comunal, incluso regional en algunas materias, en que el foco está puesto en posibilitar el acceso a diversos servicios y ofertas sectoriales para la satisfacción de necesidades prácticas de los/as usuarios/as. El otro ámbito, dice relación con necesidades estratégicas que se vinculan con la visibilización de la población infanto-juvenil sujeto de atención y la necesaria sensibilización de los sectores respecto de conceptualizar a niños, niñas y adolescentes como sujetos/as de derechos, que favorezca el desarrollo de soportes comunales sustentables a mediano y largo plazo, que promuevan el desarrollo y protección de los usuarios/as del proyecto (niños/as, adolescentes, familias y comunidades) y permitan en su conjunto , contribuir al desarrollo de sistemas locales de protección de derechos infanto-adolescentes, transversalizando la responsabilidad de la atención de los niños/as y adolescentes de un sector o comuna. Dentro de este nivel, se considera central la vinculación con sectores clave para el proceso de restitución de derechos, generando acuerdos y/o recomendaciones técnicas operativas, entre equipo y sector, entre otros: -
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Salud: puede implicar coordinaciones tendientes, por ejemplo a la inscripción en Centro de Salud, a la atención en consumo problemático de drogas, acciones para la prevención de ITS. Educación: coordinaciones para favorecer la retención de niños/as y adolescentes en el sistema educativo y la reinserción educativa, cuando corresponda. En este ámbito, es relevante tanto el trabajo conjunto con las instancias municipales vinculadas a la educación, como el trabajo directo con los establecimientos educativos, para articular acciones específicas en el marco del plan de intervención con los/as usuarios y para avanzar en la sensibilización del sistema educativo que promueva escuelas más inclusivas. Este trabajo debe estar coordinado con el proyecto de reinserción educativa que se implemente en la comuna. OMIL (Otec-Sence): una alternativa para mayores de 16 años es su inserción en programas de apresto y/o formación laboral, en especial, en cursos dirigidos a la nivelación de competencias con pasantías en algún oficio, cuyo proceso requiere de un acompañamiento tutorial permanente, que facilite la motivación y estimulación, y apoye en eventuales dificultades. Sistema de Protección Social: coordinación con las instancias municipales pertinentes para facilitar la aplicación de la Ficha de Protección Social y el acceso a las prestaciones del Sistema de Protección Social que correspondan.
En este ámbito es básico además, desarrollar gestiones asociadas a favorecer procesos oportunos y pertinentes de ingreso al programa, desde las listas del PSI: 24 Horas, así como procesos de derivación asistida a otros programas de
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la red de Sename u otros, en aquellos casos que lo requieran una vez que se contemple el egreso de niño/a o adolescente atendido/a. d) Plazos Tan deseable como lograr una buena adherencia de los casos ingresados al programa de atención, resulta el desarrollo de procesos de intervención intensivos que permitan observar logros en los plazos más breves posibles, que favorezcan de este modo el pronto egreso. Ello no sólo se funda en la posibilidad de aumentar un flujo permanente de ingreso y egreso de casos en un territorio con alta demanda de atención, sino que además, obedece a ajustar los tiempos de intervención y la observancia de logros a las expectativas y características del sujeto de atención, principalmente aquel que muestra mayor autonomía. De este modo, se espera la estructuración de los procesos de intervención –sin considerar un período de seguimiento- en un tiempo aproximado de seis meses. La restricción de los plazos de intervención apunta a su vez, al desarrollo de estrategias de intervención estructuradas, focalizadas, orientadas a resultados claros y observables para los propios usuarios, como del mismo modo, factibles de evaluar a través de indicadores independientes de la posibilidad de producción por el mismo proyecto, que permitan a su vez la comparación de resultados con otros proyectos. 3.5. Enfoque de Género Se espera que la metodología incluya la perspectiva de género tanto como un enfoque transversal a la intervención, como a la gestión del proyecto. Constituye de este modo una dimensión relevante en procesos de toma de decisión, dado que incluye los propios sentidos y significaciones de los equipos de intervención y sus implicancias en procesos de intervención individual y familiar, organización de equipos de trabajo, coordinaciones intersectoriales, etc. Es importante destacar que el enfoque de género no es hacer referencia a lo femenino, sino a las relaciones establecidas entre hombres y mujeres a partir de definiciones, sentidos y significados otorgados al ser hombre o mujer. Este tipo de modalidad de atención se orienta a población mixta31, por lo que se debe consignar en la propuesta la información desagregada por sexo, tanto en el diagnóstico del proyecto como en la experiencia anterior de trabajo -si ésta es pertinente a la actual presentación-, con un breve análisis que considere las similitudes y diferencias tanto de las prácticas transgresoras observadas, sus sentidos y motivaciones, la situación de vulneración de derechos que afectan a niños y niñas, y los tiempos de permanencia. Al mismo tiempo, deben incluir en el proceso de intervención las distinciones de género necesarias, de modo que las intervenciones sean adecuadas a cada niño, niña o adolescente varón o mujer (ello implica, por ejemplo, reconocer las implicancias del desarrollo de procesos de intervención por integrantes masculinos o femeninos del equipo de atención, de acuerdo a las vulneraciones identificadas; o el desarrollo de la identidad sexual y de género durante la infancia y adolescencia). De igual manera, deben considerar la incorporación de este enfoque en los procesos de monitoreo y evaluación final del período de ejecución del proyecto, que permita dar cuenta de la relación entre el tipo de situaciones que motivan el ingreso al programa, la gravedad del daño y el sexo de las personas afectadas, así como evidenciar los diversos cambios experimentados. Se debe contar en el equipo de trabajo, con profesionales que tengan formación en enfoque de género, ya sea por su propia experiencia, o por estudios acreditados. Además se debe considerar la realización de iniciativas de formación en la perspectiva de género.
31
Si bien se ha observado el ingreso mayoritario de población masculina.
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IV. Conformación del Equipo de Trabajo y Descripción de Funciones Al hacer referencia a la tutoría como sistema, e identificando los distintos niveles de la intervención, se requiere un modo de organización del equipo de intervención a partir de formaciones y competencias, con un importante nivel de articulación interna (entre lo individual, lo grupal, lo territorial, lo intersectorial) que permita la optimización de recursos y competencias en pos de la atención de cada caso ingresado. Bajo esta forma de organización, se favorece la conformación de equipos multidisciplinarios, a la vez que se promueve un trabajo equitativo, ajustado a los recursos del proyecto, y con mayor capacidad de instalación en los espacios cotidianos de cada niño/a y adolescente atendido. Las formas en que el equipo se organice y se gestione el proyecto, deben ser consideradas a su vez como importantes estrategias que favorecen el autocuidado de los equipos, que contribuyen a prevenir la ocurrencia de procesos de burn-out y rotación de personal. Se debe considerar la incorporación de profesionales del área social, técnicos y personal de apoyo administrativo. La constitución de este equipo debe velar por una conformación multidisciplinaria, con formación técnica o profesional acreditada, que favorezca una perspectiva comprensiva e integral de análisis e intervención. El equipo de profesionales debe contar con título profesional o técnico en el área de las ciencias sociales; en educación social, psicoeducación o profesiones afines; así como con formación y/o experiencia en intervención clínico-comunitaria con niños, niñas y adolescentes; intervención familiar y/o de trabajo en redes. La totalidad del equipo debe contar con motivación para el trabajo con niños, niñas y/o adolescentes y sus familias; condiciones para el trabajo en equipo inter y transdisciplinario; competencias (en tanto conocimientos, habilidades y destrezas) para desarrollar relaciones igualitarias en el trabajo individual y grupal tanto con niños/as y familias, así como para intervenir en los distintos niveles de que contempla el programa; disposición al trabajo en terreno, todo lo anterior sobre la base de un accionar centrado en las orientaciones de la Convención sobre los Derechos del Niño. Es indispensable que este equipo sea seleccionado en un proceso que permita asegurar su idoneidad –acreditación técnica o profesional, evaluación de competencias- y con sus antecedentes al día. En caso de adjudicación, la conformación definitiva del equipo deberá considerar además un proceso de evaluación psicológica de sus integrantes. La tabla en la página siguiente describe la conformación de equipo deseable para la adecuada implementación del proyecto: Tabla Nº 2. Conformación del equipo de intervención Cargo
Director/a
Coordinador/ a de Redes
Responsable de Procesos de Intervención
Número
Formación y Experiencia
1
Profesional de las Ciencias Sociales. Formación y experiencia en coordinación de equipos, intervención clínico comunitaria e intervención en redes.
1
Profesional de las Ciencias Sociales (Trabajador/a Social). Formación y/o experiencia en intervención en redes.
2
Psicólogo/a Formación y/o experiencia en intervención clínica y comunitaria infantoadolescente.
Funciones Responsabilidad técnica y administrativa general del proyecto. Coordinación del equipo de trabajo. Coordinación de reuniones técnicas y clínicas. Articulación con representantes de organizaciones de base y gobierno local, así como con los equipos de Asesoría Técnica y Control de Gestión. Articulación de soportes intersectoriales a nivel comunal/regional, para el desarrollo y protección de los/as usuarios y las comunidades donde ellos/as se insertan. Coordinación de los procesos de intervención de tutorías. Responsable de diseño e implementación de dispositivos individuales y grupales de intervención focalizada con niños/as y familias. Apoyo en la planificación y ejecución de intervención territorial.
26
Responsable de Procesos de Tutoría
5
Profesionales de las ciencias sociales, terapeutas ocupacionales, o formación técnica completa en intervención social. Experiencia en intervención en calle.
Secretario/a
1
Formación y/o experiencia en apoyo administrativo y atención de público
Coordinación con equipo de apoyo en salud mental y consumo de drogas. Responsable de la planificación y ejecución de la intervención territorial con niños/as, familias y actores locales o comunitarios relevantes, en coordinación con Responsables de Procesos de Intervención. Apoyo en la planificación y ejecución de dispositivos de intervención focalizada. Apoyo en la gestión administrativa y financiera del proyecto. Atención general de público.
V. Sobre el Presupuesto El proyecto tendrá una duración de un año desde la fecha de firma del convenio. Será licitado en el marco de la Ley 20.032 y considerará el financiamiento para la atención simultánea de 50 niños/as y adolescentes, con un costo mensual de 9,3 USS por cada niño/a o adolescente atendido/a. VI. Sobre los Recursos materiales 6.1. Respecto del inmueble de funcionamiento. Considerar: Local adecuado a las necesidades del proyecto: número de oficinas o salas pertinentes, servicios higiénicos para el personal y para público, accesibles a niños, sala de recepción, sala de reuniones y en lo posible patio. Sala de terapia. Salas para realización de actividades grupales. Debe estar emplazado en un lugar de fácil acceso, en el territorio a abordar. Estándares mínimos de higiene y seguridad. 6.2. Respecto del equipamiento. Se requiere como mínimo, dos computadores con las siguientes características técnicas: Procesador Intel Pentium IV 2.8 MHZ, o equivalente, capacidad de disco duro no inferior a 40 GB, memoria RAM mínimo de 512 MB, unidades de disco de 3 ½ pulgada de alta densidad y unidad de CD Rom (deseable Grabador de CD), (opciones de multimedia son deseables por las características del software actual), deseable tarjeta de Red Fast Ethernet 10/100 Mbps, tarjeta fax-modem, Puertos USB 1.1 como mínimo. Impresora. Sistema operativo Windows 2000 o superior, programas Office 2000 Profesional (Access incluido). Navegador Internet Explorer 6.0 o superior, Solución Antivirus, Visualizador de archivos PDF. Conexión a Internet: ADSL mínima de 512 Kbps. Importante: Todo el Software instalado en el equipo deberá estar debidamente licenciado y contar además con todas las actualizaciones críticas y recomendadas por el fabricante. Los requerimientos de computadores son necesarios para el ingreso de información al sistema de registro computacional de Sename (Senainfo). Además, se requerirá de teléfono, fax y correo electrónico. Será importante considerar, dentro de las condiciones de infraestructura y equipamiento, que éstas puedan constituirse además en un aporte para los procesos de intervención complementarios a desarrollar en conjunto con los equipos de los proyectos de reinserción educativa e intervención clínica por consumo problemático de drogas, en aquellos casos que lo requieran.
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Documento Adjunto Nº 3. Proyectos Pie 24 Horas en el Marco del Programa Vida Nueva Proyecto
Institución
Cobertura
Comuna
PIE Centro Intervención Integral Especializada Pudahuel
Corporación OPCION
50
Pudahuel
PIE Arawi
ONG de Desarrollo Cordillera
50
La Florida
PIE Amanecer
ONG de Desarrollo Cordillera
50
La Florida
PIE Creciendo con sus niños/as El Castillo
I. Municipalidad de La Pintana
50
La Pintana
PIE Creciendo con sus niños/as Santo Tomás
I. Municipalidad de La Pintana
50
La Pintana
PIE Yungay
I. Municipalidad de La Granja
50
La Granja
PIE San Gregorio
I. Municipalidad de La Granja
50
La Granja
PIE 24 Horas Lo Espejo
Corporación OPCION
50
Lo Espejo
PIE 24 Horas Padre Hurtado
Corporación OPCION
50
Lo Espejo
PIE 24 Horas El Salto
Corporación OPCION
50
Recoleta
PIE 24 Horas Lo Hermida
Corporación OPCION
50
Peñalolén
PIE 24 Horas Peñalolén
Corporación OPCION
50
Peñalolén
PIE Puente Alto 24 Horas
Fundación León Bloy
50
Puente Alto
PIE Puente Alto 24 Horas
Fundación León Bloy
50
Puente Alto
PIE 24 Horas Santas Ana
Corporación OPCION
50
Pudahuel
PIE Pudahuel 24 Horas
Fundación León Bloy
50
Pudahuel
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